LA AFINACIÓN DE LA GAITA DE BOTO
Conseguir afinar
correctamente una gaita no es tarea fácil, y es un problema común a muchos
gaiteros. La afinación del instrumento forma parte de su aprendizaje y es un
tema que en el caso de la gaita puede llegar a ser complicado de aprender dadas
las variables que pueden influir en ella.
El primer problema, sin
embargo, no viene de la gaita en sí ni de sus componentes, sino del miedo del
gaitero a modificar la lengüeta.
Por eso, lo primero es tomar
conciencia de que vamos a ser capaces de corregir en gran medida, no sólo la
afinación, sino también el volumen, la suavidad, y otras características de
nuestra gaita, y que lo vamos a hacer con sutiles manipulaciones en la lengüeta.
La lengüeta, o pita, o
incha.
La podemos dividir en dos
partes, la de las palas y la de el atado, entre las dos está el frenillo de
latón y, debajo del atado asoma parte del tudel.
La parte de arriba de las
palas, es la que vibra y produce el sonido.
Las vibraciones que produce
la lengüeta, son amplificadas a lo largo del clarín. El interior del clarín es
cónico, más ancho cuanto más alejado de la lengüeta, de ahí que cualquier
manipulación que hagamos en la lengüeta tendrá una respuesta más acentuada en
la las notas agudas, más cercanas, que en las graves.
Es muy importante fijarnos en
su simetría. (vista de frente, de lado y de punta). Es necesario que se junten
bien las cañas por los lados y que los labios, (la parte de arriba de las
palas), no estén deformados y tengan la misma curvatura. Además es necesario
que las caras de la lengüeta ofrezcan la misma resistencia. Lo podemos comprobar presionando con la uña del pulgar cerca de
los labios, en la zona que vibra. Si podemos probarla, por higiene, lo haremos
aspirando con fuerza por la parte del tudel y deberá dar un sonido vivo y
brillante.
Habiendo distintos
constructores de lengüetas, es fácil que no sean iguales entre sí, distinta
longitud distinta anchura de palas, ..., pero eso sí que sean adecuadas a la
tonalidad de nuestra gaita, normalmente DO.
Actualmente, es complemento
casi obligatoriamente necesario para cualquier músico pues permite tener el
instrumento en perfectas condiciones de afinación para, llegado el caso, tocar
en grupo con otros músicos que, a su vez, también habrán afinado su instrumento
en las mismas condiciones.
Hay que elegir un afinador
cromático, que pueda mostrar todas las notas, (hay algunos, principalmente para
guitarra, que sólo muestran cinco notas).
Normalmente dispondrá de un
indicador con una aguja o de unos indicadores luminosos de led.
Además de alguna manera nos mostrará la nota que está reconociendo, y la aguja o los indicadores nos harán saber si esa nota está baja, (hacia la izquierda), o alta, (hacia la derecha).
Estos dos afinadores están
mostrando una nota LA, (A), bien afinada. Si diéramos una nota DO, en el
afinador de la izquierda se iluminaría el led sobre la C, el de la derecha
mostraría en la pantalla la letra C.
Si la nota que damos no está
bien afinada, el afinador de la izquierda mostraría su aguja inclinada a la
izquierda, (nota baja ), o a la derecha, (nota alta), y la propia aguja nos
indicaría el grado de desafinación, (que va de 0 a –50 cents., si la nota esta
baja y de 0 a +50 cents., si está alta). El afinador de la derecha nos
indicaría con sus lucecitas, hacia un lado o hacia el otro si la nota esta baja
o alta, y en la pantalla nos mostrara el grado de desafinación, (de –50 a +50
cents.).
El número o indicación 440
que aparece en la mayoría de los afinadores, indica que el afinador está
ajustado para la afinación de las notas en base a la nota LA a 440 Hz. (440
vibraciones por segundo). Este es un parámetro que NO debemos modificar.
La manera anglosajona de
nombrar las notas es A, B, C, D, E, F, G, que corresponden a LA, SI, DO, RE,
MI, FA, SOL.
Es interesante aunque no
imprescindible, el contar con ciertos útiles que nos ayudaran en la “temida”
manipulación de la lengüeta:
+
Una navaja muy bien afilada, (necesaria y fundamental), y una pequeña piedra de
afilar fina.
+
Un útil que podemos construir a partir de un atornillador de unos 3 mm de
grosor al que le habremos rebajado la punta con la forma del interior del
tudel.
+
Un taco de madera dura con la superficie lisa y plana.
+
Unos alicates pequeños.
+
Lija de entre 240 y 280. (Van muy bien unas limas para uñas que van montadas
sobre una placa de cartón duro y que tienen por un lado un grano fino y por el
otro un poco más basto, son negras y de la marca Jeims).
+
Hilo.
+
Cera de abeja sólida.
Las acciones que podemos hacer
para corregir la afinación del clarín son:
+
Cerrar los labios de la lengüeta o abrirlos.
+
Rebajar las palas de la lengüeta, según el sitio en el que rebajemos
conseguiremos un efecto u otro.
+
Introducir más la lengüeta en el clarín o sacarla hacia fuera.
+
Acortar la lengüeta en la zona de arriba de las palas.
Cerrar los labios de la lengüeta es la acción más sencilla de las que podemos hacer y no supone ningun riesgo, podemos hacerlo con los dedos pulgar e índice, apretando en la parte del frenillo, por los lados planos de las palas. Si la corrección que queremos hacer es muy pequeña, bastará con pasar ambos dedos con una ligera presión desde la parte de debajo de las palas hasta los labios. También podemos apretar el frenillo con unos alicates pequeños, (incluso con los dientes).
Si hemos de abrir los labios de la lengüeta, efectuaremos la presión en el frenillo por los costados de la lengüeta, esta acción es más recomendable hacerla con cuidado con los alicates, pues un exceso de presión poco controlada con los dedos o los dientes podría llegar a rajarla dejándola inservible.
Para rebajar la lengüeta con la lija, la debemos coger entre los dedos corazón y pulgar, mientras que con el índice presionamos suavemente en las palas contra la lija, la cual estaremos sujetando encima de el taco de madera con los dedos de la otra mano. Moveremos así la lengüeta hacia delante y hacia atrás. Si necesitamos rebajar la lengüeta en la parte de arriba de las palas, la parte que vibra, llevaremos el dedo que hace la presión hacia delante hasta que llegue a tocar en la lija.
Para rebajar la lengüeta con la navaja, podemos utilizar el atornillador rebajado, que encajamos en el tudel. Agarramos el conjunto útil-lengüeta con la mano bien cerrada de modo que la lengüeta nos apoye en la yema del pulgar. También podemos rebajar la lengüeta sin sacarla del clarín, agarrando con la mano la parte de arriba del clarín.
Empezamos a raspar, acuchillar, apoyando siempre la navaja en el dedo índice de la mano que esta cogiendo la parte del atado de la lengüeta, la iremos raspando de abajo hacia arriba.
Si necesitamos que la lengüeta entre más en el clarín, le desenvolveremos parte del hilo de ajuste, (no del atado), y si hace falta que la lengüeta esté más afuera del clarín, le daremos varias vueltas más de hilo, para que haga más grueso y no entre tanto. El desplazamiento máximo de la lengüeta entre sacarla más afuera o meterla más adentro, no debería ser de más de 3 o 4 mm para que no quede muy descompensada la afinación entre las notas altas y las bajas.
Quizás la operación más delicada sea la de acortar la lengüeta. En caso de que necesitemos hacerlo, la cortaremos con la navaja bien afilada. Sujetaremos la lengüeta sobre el taco de madera y ajustaremos el filo de la navaja encima de las palas cuidando de que quede bien paralelo a los labios. El corte lo deberemos dar sin vacilaciones y de un solo golpe, (presión), o, si la navaja tiene el filo curvo, podemos aprovechar esa curvatura para dar el corte, haciendo presión y girando la navaja en un solo sentido.
La lengüeta debe encajar perfectamente en el clarín, así evitaremos fugas de aire y el sonido saldrá claro y vivo. Para eso hace falta que le envolvamos unas vueltas de hilo encima del atado.
Comenzaremos habiendo
ajustado la lengüeta en el clarín, y este en su alojamiento en el cepo. (Se
puede afinar el clarín sin el boto, pero no conseguiremos un ajuste tan bueno
como si lo hacemos hinchando el boto, ya que la presión que hacemos de una y
otra forma son distintas, incluso podemos tener vicios en la forma de soplar
directamente sobre la lengüeta que desvirtuen totalmente la afinación).
Seguidamente tocaremos un
rato para poder comprobar la condición de la lengüeta y ver, en el afinador,
los posibles problemas de afinación.
Acto seguido podremos
descansar unos diez minutos, en los que la lengüeta irá cogiendo la humedad que
queda en el interior del boto y tomará una abertura de labios y resistencia
adecuadas.
Después de este tiempo al
volver a tocar nos vamos a encontrar con los problemas reales y ahora es el
momento de corregirlos.
Para subir la afinación
podemos actuar de las siguientes formas:
1.-
Cerrando la lengüeta.
2.-
Encajando más la lengüeta en el clarín.
3.-
Rebajando la lengüeta en la parte de arriba.
4.-
Acortando la lengüeta.
Podremos bajar la afinación:
1.-
Abriendo la lengüeta.
2.-
Sacando un poco la lengüeta.
3.-
Rebajando la lengüeta en la zona media.
Para hacer que la lengüeta
vaya menos dura:
1.-
Rebajándola en los labios. (La afinación subirá).
2.-
Rebajándola en la parte media. (La afinación bajará).
La mejor manera de valorar la
afinación es contrastando el DO bajo con el DO alto. Así podremos hacernos una
idea de las condiciones que tenemos. Probablemente tengamos que aplicar un
sistema para subir la afinación y acto seguido otro para bajarla y así
compensar el excesivo efecto que hayamos conseguido.
Cada manipulación que
llevemos a cabo en la lengüeta, va a tener consecuencias deseadas y, a veces
otras que no lo serán tanto, por eso hemos de tener paciencia y practicar sin
prisas, considerando todos los aspectos de la acción que podemos realizar, los
resultados que pensamos obtener y las posibles acciones que podemos hacer para
compensar algún exceso.
Cuando el clarín esté afinado
y la lengüeta se encuentra estabilizada, es conveniente no sacarla del clarín,
y recomendable no sacar el clarín de la gaita para evitar que la lengüeta se deteriore por cambios de
humedad o temperatura. Según algunos autores, la lengüeta puede durar seis
meses, incluso un año o más.
Y es muy importante que no
tratemos de modificar la afinación sin antes tocar un poco.
Los defectos que podemos
encontrarnos y sus soluciones:
+ Afinación general baja. Aplicaremos alguna de las
soluciones para subir la afinación, teniendo en cuenta que el efecto que
consigamos va a ser mayor en las notas altas que en las bajas.
+ Afinación general alta. Aplicaremos alguna de las
soluciones para bajar la afinación, teniendo en cuenta que el efecto será mas
pronunciado en las notas altas que en las bajas
+ Buena afinación, pero alguna nota alta en relación a
las demás. Podemos rascar un poco de cera en el borde del agujero y hacer que
se derrita por su pared con un alambre caliente. También podemos poner una gota
de pegamento en el la pared superior del agujero.
+ Buena afinación pero alguna nota, baja en relación a
las demás. El defecto es delicado, aunque no es recomendable modificar las
dimensiones de las ventanas de modulación del clarín, en este caso deberíamos
limar con una lima redonda fina la pared del agujero en cuestión para hacerlo
cónico, (más ancho en el interior que en el exterior), o comer sólo por la
parte superior interior.
+ DO bajo afinado y notas altas demasiado bajas.
Probar soluciones que suban la afinación, (casi seguro cortar la lengüeta),
contrarrestándolas con alguna que la haga bajar.
+ DO bajo afinado y notas altas demasiado altas.
Rebajar la parte de abajo de la lengüeta, sacar la lengüeta.
+ Notas bajas altas y notas altas afinadas. Primero
sacar más la lengüeta y luego probar acciones que suban la afinación.
+ Notas bajas demasiado bajas y notas altas afinadas.
Encajar la lengüeta y rebajar en la zona baja.
La
lengüeta produce un sonido más grave...
...
si es larga.
...
si es delgada.
...
si está abierta.
...
si está más sacada.
...
si esta húmeda.
La
lengüeta produce un sonido más agudo...
...
si es corta.
...
si es gruesa.
...
si está cerrada.
...
si esta más encajada.
...
si esta seca.
Si cerramos la lengüeta la
afinación sube.
Si abrimos la lengüeta la afinación
baja.
Si encajamos la lengüeta la
afinación sube.
Si sacamos la lengüeta la
afinación baja.
Si rebajamos la lengüeta en
la parte de arriba la afinación sube.
Si rebajamos la lengüeta en
la parte del centro la afinación baja.
Si rebajamos la lengüeta en
la parte de abajo la afinación baja, (sobre todo en las notas altas).
Si cortamos la lengüeta la
afinación sube.