Iglesia Ortodoxa

Parroquia Ortodoxa de San Marcos

Ortodoxo Eliza

San Markosen Ortodoxo Parroki

Eglise Orthodoxe

Chapelle St. Marc l'Apôtre et Evangeliste

Santa Clara Kalea, 8 behea

20.100  ORERETA-ERRENTERIA, Gipuzkoa, Euskadi

Serbiako Patriargoa

Tlfa. 943 34 40 83

e-Mail :  gipuzkoa2004@yahoo.com

Volver a página de inicio

Oficio del ACATHISTO
de la Virgen María, Madre de Dios

Akolouthia tou mikrou parakletikou kanonos eis ten Hyperagian Theotokon.

"Himno del monje Teosterictos, atribuida a Teofanes."

 

Por las plegarias de nuestros santos padres, Señor Jesucristo, nuestro Dios, ten piedad y sálvanos.  Amén.

 

Rey del cielo, Paráclito, Espíritu de Verdad, Tú, que estás presente arreo y que lo llenas todo, tesoro de bienes y dador de vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de toda mancha y salva nuestras almas, Tú, que eres bondad.

 

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.

(tres veces)

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 

Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros; Señor, purifícanos de nuestros pecados; Maestro, perdona nuestras iniquidades; Santo, visítanos y cura nuestras debilidades por causa de tu Nombre.

 

Señor, ten piedad (tres veces).

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de este día, dánosle hoy. Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos dejes caer en tentación, más líbranos del maligno.

 

S Pues tuyo es el reino, el poder y la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

 

SALMO 142

Señor, escucha mi clamor, presta oído a mis súplicas…

 

MEGALINARIA del ECO 4º

Es Dios y Señor y nos lo ha manifestado. Bendito el que viene en el nombre del Señor.

Dad gracias al Señor y llamadle por su nombre santo.

ESTRIBILLO: Es Dios y Señor y nos lo ha manifestado...

Las naciones todas me rodeaban pero en el nombre del Señor las vencí.

ESTRIBILLO: Es Dios y Señor y nos lo ha manifestado...

Esto es obra del Señor y es maravilloso a ojos nuestros.

ESTRIBILLO: Es Dios y Señor y nos lo ha manifestado...

 

ECO 4º

Recurrimos a la Theotokos, con fervor, siendo pecadores y esclavos, y nos postramos arrepentido ante ella, pues clamamos desde las profundidades del alma:  ¡Ven, Señora, a nuestro auxilio y ten misericordia de nosostros, dáte prisa pues nos encontramos perdidos en el error de nuestras pasiones!  No abandones a tus siervos, pues solo tú eres nuestra esperanza.

Gloria…

(Se repite o se entona el Tropario del templo.)

 

TROPARIO de san Marcos Apostol y Evangelista

(Eco 4)

Desde la infancia te envuelve la luz de la verdad, O Marcos, y amas la obra del Cristo Salvador, por ello sigues a Pedro celosamente y sirves a Pablo como compañero y obrero, tú que iluminas el mundo por tu santo Evangelio.

 

Ahora y siempre…

 

Jamás entregaremos al silencio, O Madre de Dios, razón de tus portentosas maravillas, aun siendo indignos, pues, ¿quién, sino tú, Abogada nuestra, nos habría rescatado de los innumerables terrores?  ¿Quien, sino tú, nos habría conservado desde nuestra liberación?  No nos apartaremos, O Señora, pues eres compasiva con tus siervos en sus tribulaciones.

SALMO 50

Misericordia, O Dios, según tu gran piedad y por tu inmensa ternura tacha mi culpa, Lávame a fondo de mi culpa y de mi pecado purifícame. Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; Contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí. Así eres justo tú cuando sentencias, sin reproche cuando juzgas. Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre. Más tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la sabiduría. Rocíame con hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que machacaste tú. Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas. Crea en mí, O Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva; No me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tú Santo Espíritu. Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu de nobleza afiánzame; Enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, Dios de mi salvación, y aclamará mi lengua tu justicia; Abre, Señor mis labios, y publicara mi boca tu alabanza. Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas. Mi sacrificio es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, O Dios, no lo desprecias ¡Favorece a Sión en tu benevolencia, reconstruye las murallas de Jerusalén! Entonces te agradarán los sacrificios justos, ―holocausto y oblación entera―, se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos.

ODA 3ª

Eres el ápside del firmamento, Señor, Creador y Fundador de la santa Iglesia, por ello fundaméntame en el amor divino constante, ya que eres la cima de nuestros anhelos, los cimientos de tus siervos y el único Amigo del hombre.

 

Santísima Madre de Dios, sálvanos.

 

Eres para mi vida refugio y cobijo, tú, la Theotokos y Virgen, permíteme alcanzar tu puerto, pues eres fuente de todo bien y refugio de tus siervos, la Toda-Bendita.

 

Santísima Madre de Dios, sálvanos.

 

Ruego, O Virgen, aleja la tempestad de mis pasiones y la confusión de mi alma.  Apártalas de mi, Esposa de Dios, que diste a luz al Cristo, el Príncipe de la Paz, tú, la única Inmaculada.

 

Gloria...

Tú, que nos has dado a Aquél, el Origen y Dador de todos los bienes, inunda por tu interminable bondad nuestros corazones, pues nada es imposible para ti, que llevaste al Cristo, el Todopoderoso, y que eres bendita.

Ahora y siempre…

 

Padezco, O Virgen, de toda especie de males y oscuras pasiones, ven en mi auxilio, pues nos has hecho reconocerte como el tesoro infinito de la salud, Toda-Pura, rescata a tus siervos de todo peligro, O Madre de Dios, que recurrimos a ti en pos de consuelo tras encomendarnos a Dios, pues eres el muro inconmovible y protector. 

 

Atiende, O Dignísima Theotokos, en tu bondad, y derrama la mirada sobre mis dolencias, que aturden mis sentidos, y concede a mi alma el ungüento para mis penas.

(Aquí se hace mención de las intenciones personales.)

 

ODA 4ª

Los maravillosos misterios de tu salvación, O Señor, suenan en mis oídos; he contemplado tus proezas y glorifico tu inmensa divinidad.

 

Santísima Madre de Dios, sálvanos.

 

Apacigua en mí las oscuras pasiones y silencia con tu ternura la tormenta de los errores en mi interior, pues eres tú la portadora del Señor y Lucero y la santísima Esposa de Dios.

 

Santísima Madre de Dios, sálvanos.

 

Concédeme penetrar como solicitante en las profundidades de tu misericordia, tú que eres portadora de Aquél que es la Compasión y nuestro Salvador.

 

Gloria…

Colmados de todos los bienes, te damos gracias, pues eres tú quien concede el Único Inmaculado al mundo, y te magnificamos, pues eres la Madre de Dios.

Ahora y siempre...

 

Rescata a tu pueblo de toda tribulación, O Toda-Glorificada, pues eres nuestra esperanza y fundamento, y fortaleza y fuerte de nuestra salvación.

 

CONTAQUIO del ECO 2º.

O Intachable Refugio de los cristianos e inconmovible mediadora ante el Creador, no desprecies la voz de nuestra súplica, pues somos pecadores, sino por tu bondad, rápidamente atiende a la plegaria que te alzamos en fe.  Intercede y ruega por cuantos te magnificamos, O Theotokos.

 

HIMNO ACATHISTO

1

El arcángel excelso
fue enviado del cielo
a decir "Alégrate" a María.
Contemplándote, oh Dios, hecho hombre
por virtud de su angélico anuncio,
extasiado quedó ante la Virgen,
y así le cantaba:

Alégrate, por ti resplandece la dicha;

Alégrate, por ti se eclipsa la pena.

Alégrate, levantas a Adán, el caído;

Alégrate, rescatas el llanto de Eva.

Alégrate, oh cima encumbrada - al alma del hombre;

Alégrate, abismo insondable - a los ojos del ángel.

Alégrate, tú eres de veras - el trono del Rey;

Alégrate, tú llevas en ti - al que todo sostiene.

Alégrate, lucero que el Sol nos anuncia;

Alégrate, regazo del Dios que se encarna.

Alégrate, por ti la creación se renueva;

Alégrate, por ti el Creador nace niño.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

2

Conociendo la Santa
que era a Dios consagrada,
al arcángel Gabriel le decía:
"Tu mensaje es arcano a mi oído
y difícil resulta a mi alma;
insinúas de Virgen el parto,
exclamando: ¡Aleluya!

3

Deseaba la Virgen
comprender el misterio
y al heraldo divino pregunta:
"¿Podrá dar a la luz criatura
una Virgen? Responde, te ruego".
Reverente Gabriel contestaba,
y así le cantaba:

Alégrate, tú guía al eterno consejo;

Alégrate, tú prenda de arcano misterio.

Alégrate, milagro primero de Cristo;

Alégrate, compendio de todos sus dogmas.

Alégrate, celeste escalera - que Dios ha bajado;

Alégrate, oh puente que llevas - los hombres al cielo.

Alégrate, de angélicos coros - solemne portento;

Alégrate, de turba infernal - lastimero flagelo.

Alégrate, inefable, la Luz alumbraste;

Alégrate, a ninguno dijiste el secreto.

Alégrate, del docto rebasas la ciencia;

Alégrate, del fiel iluminas el alma.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

4

La virtud de lo Alto
la cubrió con su sombra
e hizo Madre a la Esposa Inviolada.
Aquel seno por Dios fecundado
germinó como fértil arada
para todo el que busca la gracia
y aclama: ¡Aleluya!

5

Con el Niño en su seno,
presurosa María,
a su prima Isabel visitaba.
El pequeño en el seno materno
exultó al oír el saludo,
y con saltos, cual cantos de gozo,
a la Madre aclamaba:

Alégrate, oh tallo del verde Retoño;

Alégrate, oh rama del Fruto incorrupto.

Alégrate, al pío Arador tú cultivas;

Alégrate, tú plantas quien planta la vida.

Alégrate, oh campo fecundo - de gracias copiosas;

Alégrate, oh mesa repleta - de dones divinos.

Alégrate, un Prado germinas - de toda delicia;

Alégrate, al alma preparas - Asilo seguro.

Alégrate, incienso de grata plegaria;

Alégrate, ofrenda que el mundo concilia.

Alégrate, clemencia de Dios para el hombre;

Alégrate, del hombre con Dios confianza.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

6

Con la mente en tumulto,
inundado de dudas,
el prudente José se debate.
Te conoce cual Virgen intacta;
desposorios secretos sospecha.
Al saber que es acción del Espíritu,
exclama: ¡Aleluya!

7

Los pastores oyeron
los angélicos coros
que al Señor hecho hombre cantaban.
Para ver al Pastor van corriendo;
un Cordero inocente contemplan
que del pecho materno se nutre,
y a la Virgen le cantan:

Alégrate, Nutriz del Pastor y Cordero;

Alégrate, aprisco de fieles rebaños.

Alégrate, barrera a las fieras hostiles;

Alégrate, ingreso que da al Paraíso.

Alégrate, por ti con la tierra - exultan los cielos;

Alégrate, por ti con los cielos - se alegra la tierra.

Alégrate, de Apóstoles boca - que nunca enmudece;

Alégrate, de Mártires fuerza - que nadie somete.

Alégrate, de fe inconcuso cimiento;

Alégrate, fulgente estandarte de gracia.

Alégrate, por ti es despojado el averno;

Alégrate, por ti revestimos la gloria.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

8

Observando la estrella
que hacia Dios los guiaba,
sus fulgores siguieron los magos.
Era antorcha segura en su ruta;
los condujo ante el Rey Poderoso.
Al llegar hasta el Inalcanzable,
le cantan: ¡Aleluya!

9

Contemplaron los magos
entre brazos maternos
al que al hombre plasmó con sus manos.
Comprendieron que era Èl su Señor,
a pesar de su forma de esclavo;
presurosos le ofrecen sus dones
y a la Madre proclaman:

Alégrate, oh Madre del Sol sin ocaso;

Alégrate, aurora del místico Día.

Alégrate, tú apagas hogueras de errores;

Alégrate, Dios Trino al creyente revelas.

Alégrate, derribas del trono - al tirano enemigo;

Alégrate, nos muestras a Cristo - el Señor y el Amigo.

Alégrate, nos has liberado - de bárbaros ritos;

Alégrate, nos has redimido - de acciones de barro.

Alégrate, destruyes el culto del fuego;

Alégrate, extingues las llamas del vicio.

Alégrate, camino a la santa templanza;

Alégrate, alegría de todas las gentes.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

10

Portadores y heraldos
de Dios eran los magos
de regreso, allá en Babilonia.
Se cumplía el oráculo antiguo
cuando a todos hablaban de Cristo,
sin pensar en el necio de Herodes
que no canta: ¡Aleluya!

Alégrate, levantas al género humano;

Alégrate, humillas a todo el infierno.

Alégrate, conculcas engaños y errores;

Alégrate, impugnas del ídolo el fraude.

Alégrate, oh mar que sumerge - al cruel enemigo;

Alégrate, oh roca do beben - sedientos de Vida.

Alégrate, columna de fuego - que guía en tinieblas;

Alégrate, amplísima nube - que cubres el mundo.

Alégrate, nos diste el Maná verdadero;

Alégrate, nos sirves Manjar de delicias.

Alégrate, oh tierra por Dios prometida;

Alégrate, en ti fluyen la miel y la loche.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

12

Simeón el anciano,
al final de sus días,
de este mundo dejaba la sombra.
Presentado le fuiste cual niño,
mas, al verte cual Dios poderoso,
admiró el arcano designio
y gritaba: ¡Aleluya!

13

Renovó el Excelso
de este mundo las leyes
cuando vino a habitar en la tierra.
Germinando en un seno incorrupto
lo conserva intacto cual era.
Asombrados por este prodigio
a la Santa cantamos:

Alégrate, azucena de intacta belleza;

Alégrate, corona de noble firmeza.

Alégrate,

la suerte futura revelas;

Alégrate, la angélica vida desvelas.

Alégrate, frutal exquisito - que nutre a los fieles;

Alégrate, ramaje frondoso - que a todos cobija.

Alégrate, llevaste en el seno - quien guía al errante;

Alégrate, al mundo entregaste - quien libra al esclavo.

Alégrate, plegaria ante el Juez verdadero;

Alégrate, perdón del que tuerce el sendero.

Alégrate, atavío que cubre al desnudo;

Alégrate, del hombre supremo deseo.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

14

Ante el Parto admirable,
alejados del mundo,
hacia el cielo elevamos el alma.
El Altísimo vino a la tierra
con la humilde semblanza de un pobre
y enaltece hasta cumbres de gloria
a quien canta: ¡Aleluya!

15

Habitaba en la tierra
y llenaba los cielos
la Palabra de Dios infinita.
Su bajada amorosa hasta el hombre
no cambió su morada superna.
Era el parto divino de Virgen
que este canto escuchaba:

Alégrate, mansión que contiene el Inmenso;

Alégrate, dintel del augusto Misterio.

Alégrate, de incrédulo equívoco anuncio;

Alégrate, del fiel inequívoco orgullo.

Alégrate, carroza del Santo - que portan querubes;

Alégrate, sitial del que adoran - sin fin serafines.

Alégrate, tú sólo has unido - dos cosas opuestas:

Alégrate, tú sola a la vez - eres Virgen y Madre.

Alégrate, por ti fue borrada la culpa;

Alégrate, por ti Dios abrió el Paraíso.

Alégrate, tú llave del Reino de Cristo;

Alégrate, esperanza de bienes eternos.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

16

Todo el orden angélico
asombrado contempla
el misterio de Dios que se encarna.
Al Señor, al que nadie se acerca,
hecho hombre, accesible, admira
caminar por humanos senderos,
escuchando: ¡Aleluya!

17

Oradores brillantes
como peces se callan
ante ti, Santa Madre del Verbo.
Cómo ha sido posible no entienden
ser tú Virgen después de ser Madre.
El prodigio admiramos tus fieles,
y con fe proclamamos:

Alégrate, sagrario de arcana Sapiencia;

Alégrate, despensa de la Providencia.

Alégrate, por ti se confunden los sabios;

Alégrate, por ti el orador enmudece.

Alégrate, por ti se aturden - sutiles doctores;

Alégrate, por ti desfallecen - autores de mitos;

Alégrate, disuelves enredos - de agudos sofistas;

Alégrate, rellenas las redes - de los Pescadores.

Alégrate, levantas de honda ignorancia;

Alégrate, nos llenas de ciencia superna.

Alégrate, navío del que ama salvarse;

Alégrate, oh puerto en el mar de la vida.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

18

Por salvar todo el orbe,
el Divino Alfarero
hasta el mundo bajó, porque quiso.
Por ser Dios era Él Pastor nuestro;
se mostró por nosotros Cordero;
como igual sus iguales atrae;
cual Dios oye: ¡Aleluya!

19

Virgen, Madre de Cristo.
Baluarte de vírgenes
y de todo el que en ti se refugia
el divino Hacedor te dispuso,
al tomar de ti carne en tu seno;
y enseña a que todos cantemos
en tu honor, oh Inviolada:

Alégrate, columna de sacra pureza;

Alégrate, umbral de la vida perfecta.

Alégrate, tú inicias la nueva progenie;

Alégrate, dispensas bondades divinas.

Alégrate, de nuevo engendraste - al nacido en deshonra;

Alégrate, talento infundiste - al hombre insensato.

Alégrate, anulaste a Satán - seductor de las almas;

Alégrate, nos diste al Señor - sembrador de los castos.

Alégrate, regazo de nupcias divinas;

Alégrate, unión de los fieles con Cristo.

Alégrate, de vírgenes Madre y Maestra;

Alégrate, al Esposo conduces las almas.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

20

Impotente es el canto
que alabar presumiera
de tu gracia el caudal infinito.
Como inmensa es la arena en la playa
pueden ser nuestros himnos, Rey Santo,
mas no igualan los dones que has dado
a quien canta: ¡Aleluya!

21

Como antorcha luciente
del que yace en tinieblas
resplandece la Virgen María.
Ha encendido la Luz increada;
su fulgor ilumina las almas
y conduce a la ciencia celeste
suscitando este canto:

Alégrate, oh rayo del Sol verdadero;

Alégrate, destello de Luz sin ocaso.

Alégrate, fulgor que iluminas las almas;

Alégrate, cual trueno enemigos aterras.

Alégrate, surgieron de ti - luminosos misterios;

Alégrate, brotaron en ti - caudalosos arroyos.

Alégrate, figura eres tú - de salubre piscina;

Alégrate, tú limpias las manchas - de nuestros pecados.

Alégrate, oh fuente que lavas las almas;

Alégrate, oh copa que vierte alegría.

Alégrate, fragancia de ungüento de Cristo;

Alégrate, oh Vida del sacro Banquete.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

22

Por querer perdonarnos
el pecado primero,
el que paga las deudas de todos,
de sus prófugos busca el asilo,
libremente del cielo exiliado.
Mas, rasgando el quirógrafo antiguo,
oye un canto: ¡Aleluya!

23

Celebrando tu parto,
a una voz te alabamos
como templo viviente, Señora.
Ha querido encerrarse en tu seno
el que todo contiene en su mano,
el que santa y gloriosa te ha hecho,
el que enseña a cantarte:

Alégrate, oh tienda del Verbo divino;

Alégrate, más grande que el gran Santuario.

Alégrate, oh Arca que Espíritu dora;

Alégrate, tesoro inexhausto de vida.

Alégrate, diadema preciosa - de reyes devotos;

Alégrate, orgullo glorioso - de sacros ministros.

Alégrate, firmísimo alcázar - de toda la Iglesia;

Alégrate, muralla invencible - de todo el Imperio.

Alégrate, por ti enarbolamos trofeos;

Alégrate, por ti sucumbió el adversario.

Alégrate, remedio eficaz de mi carne;

Alégrate, inmortal salvación de mi alma.

Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

 

24

Digna de toda loa,
Madre santa del Verbo,
el más Santo entre todos los Santos.
Nuestra ofrenda recibe en el canto;
salva al mundo de todo peligro;
del castigo inminente libera
a quien canta: ¡Aleluya!

 

 

PROQUÍMENO

Versículo: Atiende, Hija mía, y comprueba, acerca el oído, y olvida a los tuyos y la casa de tu padre.  Que el Rey se ha prendado de tu belleza.

Bien recuerdo que tu Nombre perdura de generación en generación.

 

EVANGELIO

Lc 1, 39-49, 56

 

ESTIJERÓN

 

PLEGARIA “O Dios, salva a tu pueblo, bendice tu heredad…”

ODA IX y "En verdad es justo y necesario..."

 

ESTIJERA DEL SANTO

 

HIMNO TRISAGIO

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.

(tres veces)

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. 

 

Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.

 

Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros; Señor, purifícanos de nuestros pecados; Maestro, perdona nuestras iniquidades; Santo, visítanos y cura nuestras debilidades por causa de tu Nombre.

 

Señor, ten piedad (tres veces).

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de este día, dánosle hoy. Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos dejes caer en tentación, más líbranos del maligno.

 

S Pues tuyo es el reino, el poder y la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.


 

TROPARIO DEL SANTO

 

ECO 3.

Desde los confines de la tierra, vosotros, reunidos en sinodo en la aldea de Getsemaní, O Apóstoles, preparais mi cuerpo para su sepultura.  Recibe, tú, Hijo mío y Dios mío, mi espíritu, te lo entrego. 

 

Eres el almibar de los ángeles, el consuelo de los afligidos, el refugio del cristiano, O Virgen Madre del Señor.  Concédeme tu protección y sálvame de los tormentos interminables, pues te tengo a ti por Abogada ante Dios, el Amigo del hombre.  

 

Consérvame intachable ante las huestes angelicales, O Virgen, te ruego, y ven en mi auxilio.  Pues eres la dorada torre, la ciudad de doce murallas, el trono fulgoroso entre los rayos del sol, el noble carruaje del Rey. 

 

¿Cómo haces, O Maravilla incomprensible, para amamantar al Maestro?

 

Por las plegarias de nuestros santos padres, Señor Jesucristo, nuestro Dios, ten piedad y sálvanos.  Amén.

 

 

¿Quieres darte de ALTA en nuestra Base de datos? Recibirás noticias nuestras vía Internet. Te mantendremos al tanto de ofertas de libros e iconos en nuestra librería y demás.  Déjanos un mensaje con tu nombre y dirección de buzón electrónico.

Azken Eguneratzea: 2005ko Irailaren 3an
Ultima actualización: 3 de septiembre de 2005