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San Nicolás de Tolentino: Vida y Obra

+ 10 de Septiembre de 1305 +


San Nicolás de Tolentino en piedra, perteneciente al altar principal de la Iglesia del mismo nombre en Churubusco, D.F.

San Nicolás de Tolentino en piedra
Altar Principal de la iglesia del mismo nombre, México D.F.


A mediados del siglo XIII en un pueblo llamado Sant' Angelo in Pontano, localizado en el centro de Italia, nace en modesta familia San Nicolás de Tolentino.

Su nombre se deriva de los vocablos *Nico* que significa Victorioso y *Laos* que significa Pueblo; es decir VICTORIOSO CON EL PUEBLO , y Tolentino fue un sobrenombre que adoptó al identificarlo con la ciudad italiana donde trabajó y murió.

Su madre se llamaba Amada y su padre Compagnone (que significa compañero), ambos fueron buenos cristianos, de fe sencilla y honda, muy dados a las prácticas de oración y caridad, y con un ferviente deseo de procrear un hijo. Sin embargo los años fueron corriendo sin que engendraran ningún niño, y su gran anhelo los llevó a enconmendarse fervientemente a San Nicolás de Bari e ir de peregrinación hasta el extremo sur de Italia donde se encontraba su santuario para hacerle la promesa de consagrar a Dios el hijo que tanto deseaban.

Pronto tuvieron un niño, que atribuyeron a la intercesión del Santo, por lo que le pusieron por nombre Nicolás, el cual nació en el año de 1245. Fue un niño formal y piadoso con un sentido de solidaridad con los más necesitados; y fue su temperamento dulce y profundo, su tierno amor hacia los pobres, lo mismo que el ambiente familiar donde se desarrollaba, lo que lo empujó desde temprana edad al convento entrando como *oblato* a la edad de doce años. Por aquel entonces, quien quisiera estudiar más tenía que ingresar como oblato (interno) en un convento comprometiéndose a profesar como monje en unos años más. Y ese fue el camino que siguió Nicolás.

En 1256 se da una *Gran Unión* de distintos grupos de ermitaños italianos, constituyendose la Orden de San Agustín; dónde Nicolás haría personificar el espíritu de la orden recien nacida. Así pues en 1257 entra como interno en el convento agustino de su pueblo.

A sus quince años, comenzó su noviciado en una formación filosófica y teológica, forjando su mente y espíritu para la vida sacerdotal y religiosa, y su físico alcanza la plenitud al convertirse en un joven notablemente más alto de lo normal, de manos delicadas y dedos bien formados. con rostro abierto a la sorpresa a través de grandes ojos almendrados.

Años más tarde, el 4 de marzo de 1261 tras haber hecho su noviciado, profesa como Agustino.

Concluida su formación, Nicolás fue ordenado presbítero en 1269, consagrándolo el obispo San Benito de Cíngoli. Durante los siguientes seis años se cree que se dedicó a la predicación, sin tener una residencia fija, ya que era asignado por temporadas en distintos conventos, de acuerdo en dónde le tocara predicar.

Nicolás era de trato afable, muy accesible y caritativo, y todos le apreciaban y honraban. Sin embargo, su salud era frágil, hasta el punto de no resistir las incomodidades y continuos cambios del ministerio; por lo que sus superiores decidieron apartarlo de la predicación durante un año, mismo que dedicó al cargo de maestro de novicios.

En 1275 es destinado de forma estable al convento de Tolentino, donde residirá los treinta años que siguieron hasta su muerte.

Ayunaba cuatro veces por semana: los lunes, miercóles, viernes y sábados ingiriendo solamente pan y agua; y los días que no ayunaba llevaba una alimentacíón austera a base de verduras, legumbres y algo de pan.

Dormía poco, en un saco pequeño que se usaba para paja, sin almohada (en ocasiones utilizaba una piedra), sin sábanas o ropa de abrigo. Se flagelaba a diario con varas, disciplinas de cuerda o cadenillas de hierro. Utilizaba otras prácticas de penitencia como colocar una bolsa de habas y arrodillarse en ella mientras hacía su oración privada, o las losetas de mármol en que apoyaba brazos y rodillas mientras rezaba en invierno, etc. Así mismo, reflejaba su pobreza como uniforme de gala en su único hábito remendado, pero limpio.

No tenía horario de rezos, pero se sabe que consagraba no menos de 15 horas diarias a la oración. Nunca descuidó la asistencia al coro, ni dejó de ir a misa (su verdadero alimento) después de confesarse cada día. La eucaristía era para San Nicolás un verdadero encuentro a cara descubierta con Dios.

Su temperamento era de corazón esponjado y espíritu manso; y se identifica como el hijo más grande de San Agustín y el más parecido a él, por su carácter afable y su exquisito trato humano y de caridad. A cuantos se le acercaban para pedirle oraciones, aun si estuviera enfermo, los acogía siempre de buen humor mostrando comprensión y disponibilidad. Casi todo Tolentino se confesaba con él, por lo que debía estar todo el día a disposición de cualquiera, y pasar muchas horas en el confesionario, donde lograba muchas conversiones. Además era muy obediente, no solo al prior, sino a todos los demás religiosos del convento.

San Nicolás, solía recorrer los barrios más pobres de la ciudad consolando a los afligidos, llevando sacramentos a los moribundos, asistiendo a los paralíticos, mendigos, abandonados, enfermos, tratando de convertir a los pecadores, y llevando la paz a los hogares desunidos. Les contagiaba su hondura de espíritu y les ensanchaba e iluminaba los horizontes de la fe, inculcándoles siempre el agradecimiento como modo de fundirse todos en caridad, y finalmente les daba su bendición. Y todos aquellos que creían en él y tenían su fe puesta en Dios, le atribuyen a éste santo muchas curaciones y milagros gracias a su intercesión.

También es considerado como el *PATRÓN DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO*, y varios artistas lo representan con un brazo extendido hacia el cielo y otro hacia abajo donde brotan del purgatorios racimos de almas. Cuentan que una noche tuvo una experiencia mística en dónde se le apareció el alma de un religioso que había sido compañero suyo, quien vino a pedirle celebrara por él la misa, pues se encontraba sufriendo las penas del purgatorio.

Al no poder darle gusto, el alma del religioso le hizo ver que el purgatorio esta repleto de individuos que se retuercen en un mar de fuego. Conmocionado por la visión, dio parte a su superior para poder ofrecer la misa por el descanso de las almas, y el permiso fue concedido. Siete días después se le volvió a aparecer el alma del religioso resplandeciente de gozo y de gloria, mostrándole la eficacia de sus súplicas. Desde entonces se dedicó a ofrecer muchas Misas por el descanso de las benditas almas.

Algo que tambien reconoce a éste santo son los *PANECILLOS MILAGROSOS* con los cuales abre su mano al pueblo cristiano. Se cuenta que cuando San Nicolás se encontraba en una ocasión, muy enfermo, al borde de la muerte, por inspiración divina pidió como medicina un trozo de pan empapado en agua, que al momento de probarlo sanó milagrosamente. Se dice que a partir de entonces, empezó a bendecir trozos similares de pan y a distribuirlos entre los enfermos, produciendo grandes favores y sanaciones.

La fe de la gente ha hecho que esta tradición se mantenga a través de los siglos. Aún ahora,en varias Iglesias del mundo, se siguen bendiciendo y distribuyendo panecillos de San Nicolás, el 10 de septiembre, día en que se conmemora su fiesta.

Tampoco puede faltar *EL ANUNCIO DE LA ESTRELLA*, que una noche San Nicolás vio en el cielo, hacia el oriente en forma de un astro muy brillante que se encontraba justo sobre su pueblo natal, y que unos instantes después, se levantó y se situó sobre el oratorio del convento de Tolentino. Esa estrella era símbolo de su santidad, y anunciaba que en el sitio donde se detuviera, habría de morir nuestro santo.

A partir de ese día veía la estrella a la luz del día; cuando iba a celebrar la Eucaristía, la encontraba esperándolo en la puerta del oratorio, lo seguía hasta el altar, y sobre los candelabros se mantenía estática toda la misa. Lo que significaba que San Nicolás, astro brillante de santidad, estaba llegando a su fin. Y hay gente que asegura que a los 20 años de la muerte del Santo, la estrella aún se hacía visible sobre el altar, y que miles de peregrinos acudían a contemplarla.

Finalmente San Nicolás pronto dejó de ver la estrella, y pasada la fiesta de San Agustín, ya no pudo levantarse. El día 8 de septiembre de 1305 pidió los santos sacramentos, y en la madrugada del día 10 de septiembre del mismo año quiso despedirse y pedirle perdón a la comunidad, y le pidió al superior que le trajera el *lignum crucis*; lo recibió, lo besó y no le apartó la mirada hasta que expiró.

San Nicolás de Tolentino fué inscrito en el elenco de los santos por el Papa Eugenio IV en 1446.

Después de cuarenta años de fallecido, se encontró su cuerpo incorrupto y fue exhibido a los fieles, pero en esa ocasión trataron de robarse sus brazos, y una vez arrancados comenzaron a derramar sangre. Un siglo después fueron encontrados los restos del Santo, pero los brazos desprendidos se mantenían intactos, por lo que actualmente se conservan en relicarios de plata en el Santuario de Tolentino, y se dice que periódicamente siguen derramando sangre. Así mismo se cuenta con un caliz de plata del siglo XV que contiene la sangre del Santo derramada por sus brazos.

En 1926 se colocaron las reliquias del santo en una figura simulada de su cuerpo vestida con un hábito Agustino, para ser apreciadas y veneradas por todos sus fieles en un relicario que fue bendecido por el Papa Pío XI.

ORACIONES A SAN NICOLÁS DE TOLENTINO