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La Tierra podría perder el Norte magnético
Un artículo del diario francés Le Monde, publicado en el foro de la Embajada de Francia en México y traducido por Juan A. Montaño Hirose.

Miércoles 24 de abril de 2002 (LE MONDE)

Variaciones importantes del campo magnético, observadas por satélites en ciertas regiones del globo, prefiguran tal vez una inversión de los polos. Este fenómeno ya se ha producido varias veces en la historia del planeta.

¿La Tierra está a punto de perder su brújula? Es lo que podría llevar a pensar un estudio de investigadores del Departamento de Geomagnetismo y Paleomagnetismo del Instituto de Física del Globo (IPG) de París, que acaba de publicar sus trabajos en la revista Nature.

Nos bañamos todos en un campo magnético terrestre, sin que nos demos cuenta.

Tomamos consciencia esencialmente cuando nos debemos orientar con la ayuda de una brújula. Es la manifestación más evidente de la existencia del magnetismo terrestre, que existe desde hace más de 3 mil millones de años y que se engendra a 3,000 Km bajo nuestros pies, por la agitación del núcleo de hierro líquido de nuestro planeta. Debido a la presencia de este fierro líquido (que se transforma en un granito sólido a partir de 5,000 Km de profundidad), éste se porta como un gigantesco imán cuyas líneas de campo están actualmente bien organizadas en un bipolo, con un polo norte y un polo sur magnéticos orientados, poco o mucho, en el eje de rotación de la Tierra.

Sin embargo, esta configuración bipolar no es permanente. Varía en función de los movimientos del núcleo líquido terrestre y, en el pasado, ha sucedido varias veces que la posición de los polos magnéticos esté completamente invertida. Tales cambios han sido puestos en evidencia por estudios paleomagnéticos realizados en los basaltos volcánicos antiguos. Estos contienen, en efecto, granos magnéticos que han conservado la orientación y la intensidad del campo magnético terrestre de la época de su solidificación.

Ahora bien, una inversión, antes de producirse, se anuncia por una serie de etapas intermediarias, que se manifiestan por anomalías del campo magnético. Tal vez se trate de tales eventos los que acaba de mostrar el equipo del IPG, dirigido por Gauthier Hulot. Al final de su estudio, ella concluye que el mecanismo que está funcionando en las variaciones constatadas podría ser similar al de las inversiones magnéticas. Sin, por lo tanto, poder afirmar con seguridad que tal fenómeno está en preparación.

Cuatro grandes regiones

Los investigadores entre los cuales Mioara Mandea, del IPGP, y Nils Olsen, del Instituto Danés de Investigaciones Espaciales de Copenhague, han acumulado los índices. Han observado la evolución del campo magnético terrestre desde hace veinte años, a partir de medidas tomadas por el satélite americano Magsat en 1980 y por el satélite danés Oersted (que tenía instrumentos del CNES [Centro Nacional francés de Estudios Espaciales]) en 2000. El magnetismo terrestre puede, en efecto, ser medido sea por observaciones repartidas en la superficie del globo, sea por satélites. Una observación así es posible porque el manto que envuelve al núcleo líquido de la Tierra, formado de silicatos, constituye un conductor eléctrico mediocre en comparación con el núcleo, y por lo tanto es "transparente" al campo magnético.

Los científicos han constatado variaciones del campo magnético en cuatro grandes regiones del globo. La primera, situada bajo el océano Pacífico, en el hemisferio norte, está sujeta a un cambio muy débil. También es "el lugar donde el campo magnético terrestre es el más intenso y el más cercano de una estructura bipolar", constata Gauthier Hulot. Las otras tres regiones, en cambio, son la sede de modificaciones mucho más importantes. Una de ellas se encuentra en el hemisferio sur, bajo Africa en esta zona, "el campo es menos intenso y presenta una estructura mucho más alejada de la estructura bipolar" y las otras dos están situadas en los polos.

Estas variaciones están relacionadas con los movimientos circulares, en un sentido y en el otro, que agitan el hierro líquido en la superficie del núcleo terrestre. Como la observación directa de esta agitación es imposible, los investigadores recurrieron a simulaciones numéricas que reconstituyen una Tierra y un campo ficticios, a partir de modelos elaborados por el Instituto de Geofísica y Física Planetaria de Los Alamos (Nuevo México) y el Departamento de Ciencias Planetarias del Universo Johns Hopkins de Baltimore (Maryland).

Ahora bien, estas simulaciones no hacen aparecer la disparidad constatada entre los dos hemisferios de la Tierra, en lo que se refiere a la amplitud de las recientes variaciones del campo magnético. ¿Cómo explicar esta estructura asimétrica? Según medidas efectuadas por observaciones magnéticas terrestres, algunas de las cuales existen desde hace tres siglos, la importante variación notada en la zona africana parece ser una característica relativamente joven del campo magnético terrestre. Ella está relacionada "matemáticamente al hecho de que la intensidad del bipolo de la Tierra ha disminuido globalmente desde hace dos mil años", agrega Gauthier Hulot.

Polos por todos lados

La estructura bipolar del campo magnético terrestre se debilita en efecto y la intensidad del campo magnético terrestre, después de haber conocido un pico hace 2,000 años, ha disminuido 20% desde entonces y continúa disminuyendo de manera acelerada. Si este proceso continúa a este ritmo, el conjunto de la estructura bipolar va a desaparecer con, por consecuencia, "la desaparición de la noción de polo magnético", predicen los investigadores. Habrá entonces, sobre nuestro planeta "varios polos sur y polos norte por todos lados".

¿Todos estos índices son verdaderamente señales precursoras de una inversión del campo magnético terrestre? Los científicos permanecen prudentes. Un argumento podría abogar a favor de la llegada de tal fenómeno: no ha habido ninguna inversión desde hace 780,000 años, mientras que los estudios de paleomagnetismo indican que, desde hace 10 millones de años, las inversiones ocurren estadísticamente cada 200,000 años en promedio más o menos. En cierta medida, "la época actual es extrañamente estable y una inversión no sería aberrante" estima Gauthier Hulot.

Sin embargo, otros argumentos van en sentido contrario. La intensidad del campo magnético terrestre, aun si actualmente está en descenso rápido, continúa siendo elevada con relación a la de períodos pasados, y podría muy bien aumentar nuevamente. Además, sucede que el campo magnético terrestre ha conocido las "excursiones", un tipo de inversiones fallidas que no llegan a su término. Todavía se necesitan muchas observaciones y estudios antes que se sepa si la Tierra está, o no, perdiendo la chaveta.

Christiane Galus

Un fenómeno con frecuencia variable

Los científicos suponían, desde el principio del siglo XX, que el campo magnético de la Tierra se había invertido varias veces a lo largo de su historia. Sin embargo, esta hipótesis no pudo confirmarse que con el perfeccionamiento, en la década de los sesenta, del método del método de datación isotópica potasio-argón con espectrómetros de masa. Esta técnica permitió fechar varias corrientes de lava originadas hace 4 millones de años, y posteriormente establecer la cronología de las inversiones ocurridas durante los últimos 5 millones de años. Se sabe actualmente que la frecuencia promedio de este fenómeno evoluciona considerablemente en el tiempo, con largos períodos de calma. Las investigaciones en paleomagnetismo también sirvieron a conocer mejor la tectónica de las placas, gracias al estudio del magnetismo antiguo de rocas de diferentes continentes pero del mismo período.
Fuente :

Juan Antonio Montaño Hirose
AME (Asociación de Montañismo y Exploración, UNAM)
NSS (National Speleological Society, Inc.) nº 47838
UMAE (Unión Mexicana de Agrupaciones Espeleológicas)

Este documento fue obtenido en el Foro Iztaxochitla, por Juan Antonio Montaño Hirose.
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