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EL RADIODRAMA

DE LA TRANSMISIÓN TEATRAL AL RADIODRAMA

El radiodrama es un género muy castigado en los tiempos actuales, el lugar que antes ocupaban hoy es ocupado por los medios visuales. Se han disuelto ya los cuadros de actores, en las programaciones, son cada vez más escasos los programas de este tipo, e inclusive se ha abandonado la experimentación en este terreno.

Ferran González I Monge sostiene que este género se vincula a la radio desde sus inicios. Cuando se trasmitía todo aquello que fuera factible, como los conciertos, los eventos deportivos, etc. Por ello no se tardó mucho en trasmitir obras teatrales, en vivo, y desde el mismo teatro, como se hacía con los conciertos. Se procuraba tener las mejores representaciones y estrenos. Sin embargo, las diferencias del lenguaje, aunados a los problemas de espacio, ruido, acciones visuales y las reacciones del público ante éstas, obstaculizaban el éxito de tales intentos. Por si esto fuera poco, el presentador se veía forzado a intervenir para explicar elementos puramente visuales y para rellenar los entreactos con comentarios o entrevistas. Posteriormente, las obras se grababan para ofrecerlas editadas, pero tampoco funcionó, estas transmisiones no dejaban de ser un hecho lejano para el radioescucha.

En los años veinte comienzan a cambiar las cosas. Son las radiodifusoras británicas y francesas las que experimentan con las primeras producciones dramáticas en estudio, aunque no dejan de ser radioteatros. Estos experimentos no entusiasmaron gran cosa a críticos y autores, y lo calificaban como un teatro ciego y sin público, poco atrayente. El fracaso tenía una explicación: hasta entonces se había tratado de realizar teatro por radio, y usando un lenguaje teatral, cuando en realidad se trataba de un medio diferente, un medio nuevo que requería su propio lenguaje.

Para la creación de un lenguaje radiofónico con fines dramáticos se debía hacer una clara diferenciación entre radio y teatro:

En el teatro, el peso de la acción recae en la voz, gestos y movimientos de los actores. La voz requiere usarse con fuerza para que se escuche hasta la última fila. El público está presente y tiene sus reacciones. El ambiente está dado por la escenografía, tramoya, iluminación, vestuario, decorado, etc.

En la radio, el peso mayor recae en la voz y su uso, su utilización es más rica y variada que en el teatro. Los gestos; elemento visual en teatro, se suple en radio con la intención de la voz y con interjecciones. El ambiente esta dado por los efectos , la música y el narrador; el cambio de escenario es fácil y no implica costos.

En sus inicios, el radiodrama era de corta duración, para que no cansara al auditorio, pero con el tiempo se amplían, cuando el lenguaje empleado madura y se utilizan fórmulas como el uso de párrafos individuales cortos. Comenzaron a escribirse textos especiales para radio, y se hicieron adaptaciones de relatos, novelas y obras de teatro. El cuento y la épica fueron especialmente recurridos en los inicios.

La música escrita especialmente para radio y/o el empleo adecuado de música escrita para otros fines, y el uso de los ruidos, acabaron de conformar el nuevo genero. Queda establecida así la importancia de la perfecta conjunción de palabra, música y ruidos. Se aceptaron así las condiciones del medio, acústico y detonador de la imaginación.

LA RADIONOVELA COMERCIAL EN MÉXICO

A decir de José Luis Gutiérrez Espíndola , la radionovela nace con el medio radiofónico en nuestro país. Hay ejemplos de narraciones seriadas desde los años treinta. El antecedente directo de dichas series son los radioteatros emitidos en un solo programa, y constaban de adaptaciones de obras de teatro.

El auge del genero se dio a partir de los años cuarenta, y abarcó los cincuenta y parte de los sesenta. Durante ese periodo se consolidó el estilo de producción que persiste hasta nuestros días, se consolidaron los mejores productores, escritores y actores.

Pese a que continúa su larga agonía, las causas de la decadencia de la radionovela son numeradas por Gutiérrez Espíndola:

1.- El surgimiento de la televisión y las telenovelas que desplazaron a la radionovela.

2.- Desgaste y estancamiento. Se continuaron reproduciendo ideas, argumentos, formas y títulos de series que se trasmitieron originalmente hace veinte años.

3.- Cambios en el público. En dos décadas, hubo cambios en los ámbitos cultural, económico e incluso político; lo que se tradujo en cambios en los hábitos, costumbres y preferencias de la gente. La radionovela se quedó estancada en tiempos que quedaron muy atrás, cosa que justificó su drástica perdida de auditorio.

Otro aspecto que maneja Gutiérrez Espíndola, son las constantes que tomó la radionovela por necesidades mercantiles:

1.- Temática sentimental y melodramática (melodrama, es la mas convincente explicación despolitizada del mundo, según Monsivais).

2.- Presentación maníquea de las situaciones (buenos muy buenos, y malos muy malos, sin matices intermedios).

3.- El argumento constituido por una sucesión de tragedias al bueno, que finalmente será recompensado y su contra parte castigado.

La radionovela sobrevive a pesar de todo. Actualmente, las emisoras prefieren trasmitir música grabada, puesto que les reditúan ganancias más fácilmente tanto a ellos como a las disqueras. Solamente la radio cultural se ha preocupado por inyectarle nueva vida, empleándola con otros fines como el entretenimiento digno y formativo, sustrayendo al genero del propósito inicial de promover jabones.

La radionovela fue un genero de gran penetración en su época (papel que ahora ocupa la televisión). Su historia es basta, pero poco documentada. La alta comercialización de que fue objeto la llevó al desprestigio, al grado tal que, menciona Miguel Sabido en una investigación: "la persona con una mínima instrucción no admite escuchar radionovelas".

EL RADIODRAMA Y SUS POSIBILIDADES.

Estancado y casi muerto, eso podemos decir del radiodrama actualmente, pero para intentar hacer algo por él y por cuenta propia, primero hay que acercarnos a lo anotado por autoridades en el tema.

En principio, es obligación Mario Kaplún , que acerca del radiodrama dice: "...este formato. Es el más activo; y paradójicamente, siendo la más de las veces una ficción, el que más se acerca a la vida real. En lugar de un locutor narrando una historia, los personajes de la historia se animan y hablan por si mismos, en las voces de los actores que los encarnan. La historia puede ser real o imaginaria; pero en uno u otro caso, el oyente se sentirá involucrado en ella; identificado, consubstanciado con el problema que la pieza dramática desarrolla y con los personajes que la viven.

"Si la obra 'suena' a vida real, si se relaciona con situaciones, ambientes y hechos que son familiares al oyente, mantener la atención de este con el radiodrama es más fácil que con cualquier otro formato; y es también más fácil lograr su participación intelectual y emocional. De ahí que el radioteatro aparece como especialmente indicado para dos fines:

1).- Para plantear un problema, para mostrar un conflicto y enfrentar al oyente a una opción;

2).- Para vehícular un mensaje.

"Sin embargo, este mensaje debe estar sugerido, insinuado; estar implícito en la acción dramática y surgir de la acción misma... Es el oyente quien debe extraer el mensaje sobre el que deseamos que reflexione.

"Podemos distinguir tres tipos de programas realizados con radiodramas:

a .- Unitario. La acción comienza y termina en esa única emisión... La pieza radiofónica constituye una unidad en si, no forma parte de un conjunto. Como genero literario equivale al cuento...

b .- Seriado. Como en el caso anterior, cada capítulo presenta una trama independiente, que puede ser seguida y comprendida sin necesidad de haber escuchado los capítulos anteriores (a lo sumo, si alguna historia es muy extensa, se la presenta excepcionalmente en dos o tres capítulos); pero hay un personaje central o un grupo de personajes que es fijo y permanente y da continuidad a la serie...

c .- Radionovela. La clásica novela en muchos capítulos, con una trama continuada. Hay que escucharla integra o casi integra: si se pierde algún capítulo, es difícil reubicarse y seguir el argumento; si se pierden varios capítulos seguidos, casi imposible."

Kaplún se ha distinguido por tener una concepción comprometida de la comunicación, y por lo tanto enfoca más el uso del radiodrama hacia la pedagogía y la comunicación popular. Sin embargo hay otras concepciones mas artísticas del radiodrama, por ejemplo podemos nombrar a Carlos Illescas, que no sólo ha teorizado, sino que también lo avala una amplia experiencia en la práctica de lo que el llama: La radionovela alternativa: electroacústica y literatura.

En el apartado referente al guión ya se hicieron algunas observaciones de lo que Illescas concibe en su idea radiofónica. Además asegura que: "...la elaboración de radiodramas sobrepasa las obligaciones radiofónicas ordinarias, constituyéndose en algo más que un producto habitual... Se realiza dentro de una estructura regida por leyes inflexibles en la mayoría de los casos. por ejemplo: La narrativa es en la literatura elemento sustancial de transmisión del pensamiento, emociones y de otros entretejes propios del ser humano."

Carlos Illescas apuesta pues, a la exploración de sonidos, a la fusión del radiodrama con la sustancia literaria. A lo que Fernando Curiel llama "...la exaltación artística de la radio." --puesto que: "Hablamos de un medio caracterizado por una vocación innovadora, en lo técnico y en lo artístico. Hablamos de un medio cuya esencia es la sonoridad, Hablamos de un medio capaz de crear y recrear la realidad toda: material y psicológica, tangible y subliminal. Hablamos, en suma, de un sistema de significación parejo al de la literatura, la pintura, el teatro, la música o el cine."

Por desgracia --escribe Cristina Romo--, el radiodrama es un genero en vías de extinción que debería ser recuperado por el bien del público y del recurso en sí, para múltiples fines, especialmente los educativos y culturales.

Para personajes como Alejandro Aura, no sólo el radiodrama sufre los estragos del olvido, también lo sufre la "radio creativa":

"Hay ciertas producciones que se valen, por ejemplo, de efectos electrónicos para distorsionar la voz y demás sonidos con objeto de crear ambientes imaginativos e inéditos, y que bien podrían pertenecer a la categoría de los romances y corridos, es decir: que una vez que cumplen la encomienda de informar siguen conservando el atractivo de forma que permite volver a disfrutarlas como cosas de entretenimiento, podríamos decir que otro tanto ocurre de vez en cuando con anuncios comerciales, tan bien logrados que trascienden sus mensajes y hacen que su forma se conserve como forma de entretenimiento, sin hablar de algunos géneros radiofónicos, por desgracia casi todos en desuso, como la radionovela o los programas unitarios de imaginación, de humor, de aventuras, de dramas de la vida común que no necesariamente tienen que ser vacíos de contenidos informativos, o de cualquier otra índole, pero que requieren, por fuerza, de un nuevo trabajo de creación, de un esfuerzo financiero por parte de las empresas radiofónicas.

"Lo que me propongo es poner de nuevo el dedo en la llaga, también liberadora, de la fantasía; mi intención de ninguna manera es intentar revivir los géneros que han cumplido su ciclo y se han vuelto obsoletos: hablo de ellos como ejemplo y encamino mi pensamiento a creaciones radiofónicas que interesen a los radio oyentes. No sé cuales puedan ser, pero se me ocurre que antes de que se creara el genero de las seriales noveladas tampoco se sabía cómo habían de ser ni si gustarían o no, por más que tuvieran su garantía relativa de aceptación en provenir del folletín o la novela por entregas. En el caso de las radionovelas.

"Digamos que el concepto de novela que va de Balzác a Cortázar ha cambiado lo suficiente como para hacer una gramática distinta de cada una de ellas. A eso me refiero. La radionovela convencional está pasada de moda; su lenguaje, y las cargas emotivas y conceptuales que conlleva han dejado de ser motivadoras de entusiasmos colectivos; una nueva expresión del genero podría estimular un best seller radiofónico, y mejor todavía, una obra maestra de la radio. En el mismo caso se podría hablar de los programas unitarios de creación: los de humor, los de critica, los de deportes, los de paisaje, estampas, costumbres: lo que sea. Programas en los que la palabra, los efectos auditivos y sus formas creativas fueran el objeto radiofónico como el fin en sí mismo de una emisión, de un uso del espacio electrónico."

Sacarlo del abandono, dignificarlo, darle vida, recurrir a el radiodrama, es lo que se puede concluir ante las recientes propuestas-petición de Romo y Aura, aprovechar la efectividad de un genero que recrea la vida, como dice Kaplún, exaltar su virtud artística como exigen Illescas y Curiel. Dar al radiodrama, y a la radio creativa en general ese valor de poderlos disfrutar una y otra vez, como quien escucha las canciones de Agustín Lara. Inyectar vida a un genero casi desaparecido, y no puedo evitar sumarme y tratar de aportar un grano de arena.