Al café del atardecer
tiembla en mi mano la taza
Se encienden las estrellas
que ya no puedo ver sin mis gafas
Aunque quise, nunca pude
parar el tiempo
Las hojas del calendario
vuelan con el viento
Tengo el corazón
viajando en un tren de los de antes
Igual que en la cojera,
en la presunción hay algo elegante
Y sé bien que
no es bueno arriesgar al final
Sin embargo, reconozco:
nunca apuesto a quien parece ganar
Tal vez esté pasando
la hoja roja de mi vida
Se me está haciendo
tarde y aún he de terminar la partida
Y no he de arrepentirme
al dejar este mundo:
¿Quién
puede querer cambiar la vida en un segundo?
Al café del atardecer
tiembla en mi mano la taza
Se encienden las estrellas
que ya no puedo ver sin mis gafas
Aunque quise, nunca pude
parar el tiempo
Las hojas del calendario
vuelan con el viento
Las hojas del calendario
vuelan con el viento