No sé si la vuelva a ver jamás... sólo recuerdo la última vez que nos vimos, tan alegre, romántica, aventurera, plausible, sencilla, armoniosa dulce y cariñosa, tanto que hubiera yo querido que fuese la mujer que compartiera conmigo el resto de mis días. Su manera de crear el amor en la oscuridad terminó matándome, aunque el principio fue aventura terminé por enamorarme de quien no quería quedarse hasta la noche, simplemente vivir con intensidad sus días, ella detestaba sentirse atada a lo que fuere, y una noche de marzo pretendí pedirle que se quedara, sólo que no fue posible, ella partió a no sé donde no quiso ser de nadie...
