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Enclavada en un lugar costero (lat. 22° 30' S, long. 70° 16' W), al norte del abandonado puerto boliviano de Cobija, y adyacente a la carretera que va a Tocopilla (en la II región de Chile), esta vieja casa es lo único que queda del lugarejo del mismo nombre, y que fue el centro que dio vida al sector de Caleta Gatico o también llamada caleta de El Cobre. Esta casa es el mudo testigo de una actividad que existió hacia comienzos de siglo relacionada con un mineral de cobre que se encuentra hacia el E y a corta distancia, a unos 1000 m de altura.


Pasé por Gatico el pasado verano junto a toda la familia. Luego de una corta pasada por Cobija, proseguimos viaje rumbo a Tocopilla. A los 7 minutos se divisó desde la carretera la vieja Casa, que parece sacada de un cuento de Poe o de Lovecraft. Pese a que está declarada Monumento Histórico, es lamentable su actual estado al interior de ella. Cada visitante quierde impronta, su huella, o bien extrae algún pedacito de suelo o pared. Mientras estuve unos momentos en silencio, junto a mi nieta, contemplando sus paredes e inscripciones, se me ocurrió una idea: la de formular un Proyecto que pueda dar vida cultural y turística a este sector. La vieja casa podría servir de museo salitrero, con énfasis histórico en el que fuera hasta 1879 el antiguo litoral boliviano. Son cientas las páginas inéditas que escribiera mi padre, el recordado historiador del salitre, Oscar Bermúdez Miral, sobre el puerto de Cobija y su entorno comarcano. Todo eso y muchas otras cosas más podrían ubicarse allí, frente a esa carretera que desde estos dias estará destinada a un intenso tráfico comercial y turístico al conectar por este litoral las ciudades de Iquique y Antofagasta.




Gatico al frente