Hace dos días se me ocurrió preparar una pasta rica para compartir con unos amigos que decidieron venir a pasar el fin de semana conmigo; dado que la pasta es uno de los alimentos, que según mi criterio, son de los más prácticos para preparar, me doté de todos los ingredientes dentro de mi alacena para comenzar a darle. Eran las 5:00pm y mis amigos llegaban dentro de las próximas dos horas y media, así que estaba con el rush a todo lo que da. Total, puse a hervir el agua con todas las especies que tenía disponibles: albahaca, tomillo, laurel, una pizca de pimienta y sal, y finalmente la pasta. Veía y veía el reloj de la cocina para que no se me pasara el tiempo de cocción, una lata porque yo estaba cómodamente en la sala tirada viendo quién sabe qué. A veces me encantaría poderme diseñar uno de esos relojes para mujer que tienen de todo, hasta el pollito que te pía cuando ya está listo el caldo o lo que sea que estés preparando…
Cuando estuvo lista la pasta, empecé a preparar la salsa de tomate con la que se sirve, deliciosa por cierto, con chile de árbol y chipotle, aparte uno de los ingredientes que le da un sabor increíble es el echalote, lo tuvieron que haber inventado los dioses, ¡caray! Me fascina. Y bueno, dejarla cocinar un poquito más de treinta minutos, abrir la tapa de la cacerola, incorporar los ingredientes, agregar los camarones, cerrar la tapa, esperar unos diez minutos, abrir la tapa, incorporar de nuevo y vaya con todas estas vueltas ya no tenía cabeza para darme cuenta que yo aún no me había arreglado y que mis amigos estaban por llegar. Me bañé rapidísimo y después me puse un vestido que combiné con una pulsera que mi madre me había obsequiado de cumpleaños. Llegué a la cocina, lista para poner la mesa y cuando abrí la tapa para oler qué tan delicioso había quedado mi invento, se cayó mi pulsera a la olla, mi perfecto diseño de relojes para mujer ya se abría arruinado, con el vapor, el agua, los salpicones… De acuerdo, es bueno tener un reloj de cocina. Llegaron mis amigos y hambrientos nos devoramos toda la pasta, pan, vino, cafecito y un pastel que me trajeron de regalito, me encantan esos regalitos dulces. Al final nadie se dio cuenta que era tomate el ingrediente principal, era una pasta con salsa de tomates y un delicioso toque de las especias de mi alacena.