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Bondades del agua de manantial.

También son reconstituyentes que coadyuvan a la acción de los principios anteriores el arsénico, el iodo y otros de menor cuantía. En el prime ro, determinándose la excitación de la actividad vital o biosis, con el fin de aprovecharse la naturaleza de las substancias su ministradas, es tan duradera como la necesidad de repara ción, y cuando ésta se haya verificado vendrá la sedación bienhechora y la curación consiguiente del estado irritativo que ocasionaba la escasez corregida.

Las acciones químicas de las aguas, incluyendo bajo esta denominación todos los cambios moleculares de composición, pueden ser reversivos y meta mórficos.
Pero la asimilación de estos cuerpos no es un acto puramente quínii GO, sino que para verificarse se precisa el concurso de la ac tividad celular (biosis), la cual puede hallarse perturbada de tal modo que no pueda utilizar los materiales que se la presta.
Cuando se beben las aguas que contienen dichos compuestos de cal ejercen sobre el estómago una acción sedante parecida a la que producen en la piel, y además creen algunos que pueden ser un medio para suministrar al organismo la cal, que es el mineral más importante del esqueleto y el principio que utiliza nuestra economía muchas veces para la curación de los tubérculos; pero parece ser que nuestro cuerpo se provee de las cantidades necesarias de dicha base, con la que contienen los alimentos y aguas potables, esto es, los ingesta ordinarios.
La acción anti causal de las aguas por su temperatura es tanto más poderosa cuanto mayor sea el grado de calor, marcándose sobre todo muy intensamente en las que tiñen más de 37, o sea en las hipertermales.
000, son principalmente coadyuvantes de la temperatura, favore ciendo la transmisión del calor, y a su vez son correctivos de los efectos eliminadores que el mismo calor produce^ puesto que reparan las mayores pérdidas hidrominerale» que el organismo experimenta al aumentarse el sudor.
Por tanto, enumerado los efectos depurativos o catarmósicos por él orden de su valoración terapéutica, tendremos:
• Catarmosis primitiva é inmediata, como la acción an tiséptica.
Los’ efectos son muy diferentes en los manantiales oligometálicos calientes o acratotermas (termopeges), que en los frescos (psicropeges), siempre que éftos no se ca.
Lo mismo acude la naturaleza, aumen tando su reacción vital, si se la provee de substancias que la hacen falta, que si se la quitan principios constitutivos; pero los resultados en uno y otro caso son diferentes.
Para obtener las dos primeras clases de acciones, han de emplearse en gran cantidad, y para idas otras dos, al contrario, han de usarse •n pequeña cantidad.
Algo sob^e las variedades: a) en las acratopeges, acídulas o hipoxipeges, el gas carbónico auxilia la acción sedantfj, tanto por ingestión sobre el estómago como por inhalación en las vías respir ¡torias, siendo además muy sugestivo ver escaparse sus burbujas: b) en las acratopeges azoadas (azcepeges) el gas nitrógeno viene a coadyuvar la acción sedante de la temperatura moderada, o bien es un correctivo de la acción excitante de otros componentes como los sulfurosos: c) en las acratopeges sulfatadas, los sulfatos, y sobre todo el de cal, ejercen también una acción sedante cooperadora del calor moderado de las aguas sobre la piel y quizás sobre el estómago de algunos dispépticos!
1. d) en las acratopeges clorurado sódicas, en las bicarbona* tadas sódicas y también en las mixtas de dichos alcalinos, 8e pronuncia el efecto analéptico o remineralizador, que es el predominante entre los que se obtienen con el uso interno de las aguas oligometálicas o acratopeges por razón de sus componentes.

Hay tres clases de catarmosis contra causas primitivas, según cuales sean les causas exógeras que se combaten, a saber: efectos antitraumátic 03, efectos antisépticos y efectos antiparasíticos.
Por esta razón los efectos analépticos son inciertos por más que pueden ser muy eficaces, cuando nuestra economía está en aptitud para aprovecharlos.
Lo dicho antes de la excitación es aquí aplicable a la sedación sobre la prudencia en las acciones privativas aunque no sean tan expuestas las provocadas con las aguas minerales como con recursos fá macoa muy perturbadores.
El carbonato y el sulfato de cal son también correctivos de la acción excitante del calor sobre la piel en las aguas hiper termales usadas en balneación y coadyuvantes de la sedación que producen las metriotermas.
También son remineralizadores, aunque en menor escala, los demás componentes de las aguas, puesto que casi todos ellos son principios constitutivos del organismo, y por tanto, pueden utilizarse como remedios reparadores.
Unicamente pueden ser algo ventajosos sin ser deletéreos los dos gases mencio nados si están en escasa proporción, porque se aprovecha dicha acción sedante o catapausis para corregir los efectos de otros ingredientes de las aguas haciéndoles más tolerables; es decir, desempeñando un papel análogo al del nitrógeno y gas carbónico con el oxígeno del aire.
Conviene, sin embargo, tener presente esta distinción, para no echar mano indebidamente de los sedantes cuando pueda lograrse este resultado con la ca tarmoeis (depuración) o con la analepsis (re paración).
No tenemos que hacer aquí referencia alguna a la catapausis, por acción depurativa, porque es inherente a la misma catarmosis, puesto que ésta ha de t aer en pos de tí la desaparición de los efectos morbosos determ’nados por las causas corregidas con la acción depurativa de las aguas.
Lo dicho antes de la excitación es aquí aplicable a la sedación sobre la prudencia en las acciones privativas aunque no sean tan expuestas las provocadas con las aguas minerales como con recursos fá macoa muy perturbadores.

Hay gran diversidad de opiniones sobre los efectos de ]OB gases carbónico y del nitrógeno y sobre las sales cál cicas, el carbonato y el sulfato, especialmente sobre éste último, o sea el yeso.
Unicamente pueden ser algo ventajosos sin ser deletéreos los dos gases mencio nados si están en escasa proporción, porque se aprovecha dicha acción sedante o catapausis para corregir los efectos de otros ingredientes de las aguas haciéndoles más tolerables; es decir, desempeñando un papel análogo al del nitrógeno y gas carbónico con el oxígeno del aire.
Pero tampoco esta catapausis o sedación es un efecto independiente o principal que requiera ser aquí conside rado; es inherente a la misma analepsis, de la cual es me ramente una consecuencia obligada.

También obtenemos efectos depurativos o catarmósicos sobre causas primitivas o exógenas cuando limpiamos las vías digestivas con las aguas sulfatadas purgantes; pero entonces la acción es indirectamente producida por medio del estímulo que provocan dichas aguas en los órganos de la digestión, y es parcialmente en el intestino Cuando administramos un agua alcalina para neutralizar la hiperclorhidia, se verifica una acción inmediata puramente química, y cuando la misma agua, al eliminarse por las vías urinarias, estimula la diuresis, arrojando de nuestro organismo ácido úrico que se hallaba en exceso, se determina, como en el caso anterior, una acción contra causas autógenas o consecutivas; pero con la diferencia que en este último caso es indirecta, puesto que se ejerce con el concurso de la reacción vital.
Las acratopeges no oíre.

1) Las aguas poco mineralizadas ú oligometálicas (acra toppges) deben sus principales efectos curativos a la tem peratura.

• Catarmosis primitiva indirecta, como la acción pur gante.
En correlación con la diferencia establecida entre las «los c’ases de arciones esti mulantes, hemos de diferenciar las acciones sedantes o cata páus’cas, pues éstas siempre van precedidas de aquéllas en más o menos grado y duración según que se obtenga por Acción reparadora o por acción privativa.

2. Efectos reparadores o analépticos.
Conviene, sin embargo, tener presente esta distinción, para no echar mano indebidamente de los sedantes cuando pueda lograrse este resultado con la ca tarmoeis (depuración) o con la analepsis (re paración).
En el prime ro, determinándose la excitación de la actividad vital o biosis, con el fin de aprovecharse la naturaleza de las substancias su ministradas, es tan duradera como la necesidad de repara ción, y cuando ésta se haya verificado vendrá la sedación bienhechora y la curación consiguiente del estado irritativo que ocasionaba la escasez corregida.
Pero tampoco esta catapausis o sedación es un efecto independiente o principal que requiera ser aquí conside rado; es inherente a la misma analepsis, de la cual es me ramente una consecuencia obligada.
También se diferencian en las ter mopeges o acratotermas los efectos, según que pasen o no de 37°; es decir, según que sean hipertermas o mctrioter mae.
ficilísimo es graduar los efectos estimulantes (paroxinosis) por medio de acciones privativas (estéresis); pero no es tan peligroso extralimitarse en el uso de las aguas minerales como en el empleo inoportuno o desmedido de enérgicos fár macos; sin embargo, debí procederse con gran prudencia cuando por medio de acciones eliminadoras sean purgantes diuréticas o sudoríficas, se trata de ayudar la resolución de procesos subinvolutivos como loa infartos y los catarros crónicos.

La acción anti causal de las aguas por su temperatura es tanto más poderosa cuanto mayor sea el grado de calor, marcándose sobre todo muy intensamente en las que tiñen más de 37, o sea en las hipertermales.
000, y el bicarbonato sódico cuando no llega al 1 por 10.
También son remineralizadores, aunque en menor escala, los demás componentes de las aguas, puesto que casi todos ellos son principios constitutivos del organismo, y por tanto, pueden utilizarse como remedios reparadores.
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