SAN VICENTE DE PAUL...

SU VIDA.

Vicente de Paul nació en Francia el 24 de abril de 1581.
Vivió profundamente comprometido con la situación política, social y religiosa del siglo XVII.
Vicente no es un hombre de grandes proyectos, simplemente escucha la Providencia en los acontecimientos... sin embargo, es un hombre de una capacidad de organización que desconcierta a sus contemporáneos, y hasta a nosotros mismos.
La doctrina de San VIcente no es una teoría: es una experiencia; es una vida, y una vida vivida a la luz del Evangelio y a la luz del pobre. Y la vida no se puede resumir en un esquema; simplemente hay que vivirla.
Y, la experiencia de Vicente hay que vivirla de nuevo hoy, en el "hoy" de Dios, de la Iglesia y del mundo.
Frente a la miseria que descubría día tras día, Vicente de Paul tenía una sola preocupación: organizar la caridad; pues, la caridad es de todos los momentos; ella es un fuego que arde sin cesar. Una acción de vez en cuando no bastaba, había toda una educación que hacer para poner en marcha un programa de acción.
Cercano a los 80 años, el corazón de Vicente, quese había abierto a todas las miserias del mundo, ya no podía más, estaba próximo a estallar. Le acercaron a los labios el Crucifijo, lo besó y dijo: "Jesús, confío en Ti" y se durmió dulcemente en las manos del Señor, todo vestido, sentado en su silla, cerca de la chimenea.
Eran cerca de las 4:45 hrs. de la mañana del 27 de septiembre de 1660.
Fue canonizado el 10 de agosto de 1736, por el Papa Clemente XII.
En 1885, el Papa declara a San Vicente de Paul, Patrono de todas las obras de caridad.

ALGUNOS PENSAMIENTOS DE SAN VICENTE DE PAUL:

"¡Quién desearía ser rico cuando el Hijo de Dios ha querido ser pobre! Si consideramos EL PELIGRO que amenaza la Salvación de las personas ricas, nadie tendría ganas de tener riquezas y comodidades."

"Desgraciado, ¿has ganado el pan que vas a comer?, este pan que es fruto del trabajo de los pobres."

"No debo considerar a un pobre inquilino o una mujer ignorante según su apariencia, tal vez tosca y ordinaria. Hay que dar vuelta la medalla y verán con la luz de la Fe que el Hijo de Dios, que quiso ser pobre, se nos presenta en ellos".

"Una de las cosas que más he temido, es manejar la plata."

"Ayudando a los pobres, cumplimos la Justicia y no la Misericordia."

"Hermanos, amemos a Dios, pero con nuestros brazos y con el sudor de nuestra frente; porque el cariño, la benevolencia, un corazón enternecido, todo eso es bueno, pero sospechoso si no llega a acciones efectivas."

"Esperar de Dios que Él nos mande un ángel para iluminarnos sobre nuestro quehacer, Él no lo hará; lo que sí hará, es enviarnos a la Iglesia."

"La Iglesia tiene demasiadas personas inútiles y, más aún, otras que la desgarran; Ella, más que nada, necesita a hombres que vivan las exigencias evangélicas y trabajen para iluminarla y unirla con su Divino Esposo."

SAN VICENTE DE PAUL Y LA EUCARISTÍA.

La Comunión sostiene el esfuerzo, asegurando la perseverancia en la vida cristiana, que nos impulsa a asemejarnos, aquí, a Jesucristo, con quien, en esta tierra y en la Eternidad, debemos vivir.
Una marca infalible de una Comunión bien hecha, es estas ganas de trabajar con esfuerza para parecernos más a Jesucristo, en nuestras conversaciones y nuestras costumbres.
Aún más, la Comunión opera en nosotros un cambio que podríamos llamar "transformación" o "divinización". La persona que hace una buena Comunión, hace todo bien, pues está llena de Dios. Entonces, no hará sus acciones, sino Jesucristo; servirá a los enfermos con la CARIDAD de Jesucristo; soportará las contradicciones con la PACIENCIA de Jesucristo... todas sus acciones, ya no serán las de una pura criatura, sino las de Jesucristo... el Padre Eterno mira a su hijo en esta persona; mira todas las acciones de esta persona, como las de su propio hijo... ¡Qué Gracia más grande, la de estar seguro de ser mirado por Dios, considerado por Dios, amado por Dios".