Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

Monosacaridos.

 

Los monosacáridos como la ribosa, la glucosa y la fructosa, contienen sólo una molécula de azúcar.

 

 

 

En la figura anterior se muestra dos modos diferentes de clasificar a los monosacáridos según el número de átomos de carbono y según los grupos funcionales, indicados aquí en color. El gliceraldehído, la ribosa y la glucosa contienen, además de los grupos hidroxilo, un grupo aldehído, que se indica en violeta; se llaman azúcares de aldosa (aldosas). La dihidroxiacetona, la ribulosa y la fructosa contienen un grupo cetona, indicado en pardo, y se llaman azúcares de cetosa (cetosas).

 

Como se observa en la figura anterior, los monosacáridos se caracterizan por la presencia de grupos hidroxilo y un grupo aldehído o cetona. Estos grupos funcionales constituyen azúcares altamente solubles en agua –y en soluciones acuosas-, y en moléculas que contienen más de cinco átomos de carbono, llevan a una reacción interna que cambia dramáticamente la conformación de la molécula. Cuando estos monosacáridos están en solución, el grupo aldehído o cetona tiene una tendencia a reaccionar con los grupos hidroxilo, produciendo una estructura en anillo.

 

 

En solución acuosa, la glucosa, azúcar de seis carbonos, existe en dos estructuras en anillo diferentes -alfa y beta- que están en equilibrio.

Al igual que los hidrocarburos, los monosacáridos pueden quemarse, u oxidarse, y así producir dióxido de carbono y agua. Esta reacción libera energía.

La fuente principal de energía para los humanos y otros vertebrados es el monosacárido glucosa, que es la forma en que el azúcar se transporta generalmente en el cuerpo animal.