La veo caminar a mi diestra ¿Pero qué digo? No camina, es un ángel que vuela con sus
suaves alas plateadas cortando el viento, y a mí la respiración. No, es una diosa, de
ello estoy segura pues apostaría que provoca envidia a los más arrogantes del Olimpo.
Tiene una dulce mirada esmeralda que con cada parpadeo suyo la hace más bella, dejándome
a mí fuera de combate. Desarmada. Juraría que cada latido de su corazón provoca mil al
mío y cada exhalación suya me deja a mí sin aliento. En ocasiones tuve la aspiración
de querer ser gota de agua y con ello poder recorrer su suave piel, morena que contrasta
con el color dorado de su cabello, de forma suave y lentamente para poder memorizar tal
sensación, pues no desearía evaporarme al cielo porque aquí encontraría los mismísimos
Campos Elíseos. No es deseo lo que me corroe por dentro sin permitirme existir. Es amor,
el más puro que he sentido y sentiré, no es deseo porque si ella me dice que también me
ama me daría igual no hacerla mía, poseerla allí mismo y si lo único que desea es
mirarme a los ojos sin llegar a tocarnos apuesto que me quedaría así toda la vida.
Tengo que decírselo pues ya no puedo más.
Gb- ¿Te parece bien si acampamos aquí?- dice la persona que ahora mismo ocupaba
sus pensamientos, sobresaltándola al percibir para ella la voz más suave que jamás
hubiera oído.
Xn- ¡¡¡ehh!!! Oh si claro es perfecto- responde casi saliéndosele el corazón del
pecho. Nadie me provoca lo que me provocas tú, mi pequeña bardo.
Cenaron tranquilamente, un conejo que cazó Xena y un poco pescado que les había sobrado
anteriormente. No mediaron muchas palabras ya que Gabrielle estaba muy cansada y Xena
pues ya siendo ella mala para entablar conversación... no podía decir una sola frase
sin quedarse enjaulada en la mirada de la rubia y no acabar de contestar.
Gabrielle se acostó temprano dejando a una desvelada guerrera al pie de una fogata que
apenas ya ardía.
Te he amado siempre aunque nunca lo he sabido hasta que te lanzaste contra tu hija
Esperanza para salvarme la vida, sé que pude darme cuenta antes ya que aquel beso que
te di en el cuerpo de Autolycus no lo hice con mi mente consciente si no con mi corazón
ciego y aún así me doy cuenta de ello tan tarde... Supongo que este es el mejor momento,
para mí, pues poder observarte sin la ridícula careta de la amistad es lo que más
anhelo por el día y lo que me quita el sueño por las noches. A veces temo quitar el
puesto a Afrodita... jeje (piensa con una triste e irónica sonrisa) pues mi amor
por ti es tan fuerte que ni la mayor tortura existente sería peor que tener que
olvidarte. No, no quiero acostarme pues el saber que este amor que me está matando me
traicionaría haciéndome soñar imposibles a tu lado... y tener que despertar atada a las
plateadas cadenas de una falsa amistad, me desarmaría aun más y la muralla que protege
mis sentimientos se derrumbaría al notar tu mano consolándome y así, a tus pies mi
REINA AMAZONA te mostraría más de lo que pretendo y conseguiría con eso perderte. Pero
estoy segura de que este tortuoso silencio y paciencia me permitirán pensar y juro por
lo que más amo y por siempre amaré en este mundo que vas a vivir la noche más bella de
tu vida...
Xena- Buenas noches dulce bardo, mañana regresaré... - dijo Xena acercándose al
oído de Gabrielle.
Entonces la guerrera monta su caballo de crines doradas, ambos iluminados por una luna
llena que les permite percibir el camino, corriendo en contra de la llegada del alba y
las primeras luces de la mañana...
...Pronto llega la claridad del día, perturbando a una joven rubia, que muy a su pesar
abre sus ojos, para encontrarse a una sonriente guerrera con una sartén entre las manos
cocinando algo muy bueno por el olor desprendido.
Gaby- ¿¿Estoy soñando?? o la guerrera de mis sueños ha decidido ponerse mandil
para recibir un nuevo día. Afirmó la bardo sin darse cuenta de lo que salió de su boca.
Xena- ¿¿Perdona??- dice Xena asombrada por la expresión "guerrera de sus sueños".
Gaby- ¡¡¡¡Oh nada, nada!!!! Es que... es... que he dormido bien y estoy de buen
humor ¿sabes?- responde la rubia con evasivas. - oye eso que haces tiene muy buena
pinta ¿me dejas probarlo?
Xena- Ah esto... por supuesto, lo he hecho para ti- le dice Xena ya perdida en la
profundidad de sus ojos como si buscase en ellos el aire para vivir.
Gaby- ¿Xena? ¿Xena? ¡Xena!
Xena- ¿¿¿¿Qué??? Responde la alta mujer sobresaltada.
Gaby- ¿Qué si me dejas probar lo que estás preparando?
Xena- Oh si, ahora mismo por favor siéntate y ponte cómoda, dentro de unos
momentos partiremos. Responde Xena sin quitar la sonrisa de la cara mientras observa a
Gabrielle.
Gaby- ¿A dónde?- Pregunta la joven de pelo corto, mientras se entretiene
saboreando el asombrosamente delicioso manjar preparado por su amiga.- oye Xena está
estupendo, ¿no quieres?
Xena- Cuándo lleguemos ya lo sabrás...- dijo aumentando su sonrisa y su interés
sobre lo que pensaba de su inesperado desayuno- No, ya he desayunado ¿En serio te gusta?-
Oh, por todos los dioses existentes y los que aún quedarán por existir, no sé si
podré resistir este día, deseo que acabe y saber si tu corazón sufre tanto como el mío,
para poder consolarlo...
Al acabar de desayunar Xena recogió todo, negándose repetidas veces a la ayuda de
Gabrielle, que tras mucho insistir, le echó una mano permitiéndole ir más rápido. Se
pusieron en camino hacía donde Xena se disponía ir acompañada de una intrigada bardo a
la que no le apetecía mucho hablar.
Caminaban por una ruta polvorienta y pedregosa, aparentemente segura hasta que unos
ruidos provenientes de caballos llegaron a los oídos de la morena. No eran muchos por
lo que podía llegar a conjeturar, si pretendían algo no sería difícil librarse de ellos.
Pronto se pudieron divisar las figuras de cuatro fornidos hombres montados a caballo,
todos ellos guerreros a los cuales se les dibujó una sonrisa al observar a "dos
desvalidas damas".
Emprendieron el ataque contra ellas, Xena saltando de su caballo con una irónica
sonrisa desenfunda su espada amenazadora.
Xena- No, no necesitamos vuestra agradable presencia aquí, gracias- Dice
sarcásticamente mientras emprende la lucha.
Hombres- ¿Y qué nos vas hacer? ¿Pegarnos con la escoba? o si somos malos también
llamarás a tu rubita amiga para que venga con la sartén. Jajajaja ¡¡¡ a por ellas
chicos!!!
Xn- Veo que no has oído hablar de mí... pobres ingenuos.
Empiezan a luchar, Gabrielle se une. Son bastante buenos pero no lo suficiente. Xena
golpea a uno dejándolo inconsciente y ataca a otro. Gabrielle se ve rodeada por dos, a
los cuales da su merecido uno a uno pronto todos quedan derribados con facilidad.
Xena- Lo siento chicos pero olvidé la escoba en casa menos mal que Gabby trajo
la sartén...- responde con una aire de superioridad en su sonrisa, mientras ambas
vuelven a colocarse las armas y dándose la vuelta para emprender el camino.
Pero uno de ellos sigue consciente y desde el suelo pretende lanzar un puñal a
Gabrielle... Cuando la guerrera se da cuenta, el puñal ya corta el viento en dirección
a su razón para vivir, solamente le da tiempo a abalanzarse sobre ella tirándola al
suelo. El jinete vuelve a desmayarse y tan solo quedan Gabrielle y Xena sobre ella con
la respiración entrecortada por el sobresalto. Se da cuenta de la situación:
OH por Zeus!!! Siento su piel con la mía quemándome el alma, acabo de salir de una
lucha y mi corazón solo late por ella. Noto su respiración contra mi oído, quisiera
morir así, en sus brazos sin necesidad de cruzar la mitad del mundo de los muertos para
alcanzar el cielo, necesito ver sus ojos porque es lo que me falta para que este
momento sea perfecto...
Gaby- ¿Xena? ¿Estás bien?- Pregunta realmente preocupada al ver el desinterés de
su amiga por retirarse de encima de ella. ¿Estará herida? Que no sea eso por los
dioses...
Xena- Perfectamente- dice con una sonrisa de medio lado al alcanzar el esmeralda
de sus ojos. Y tan perfectamente, debo levantarme creo que esto ya se está notando
demasiado pues hace rato que el hombre que nos atacó ya está muerto... - Si
muy... bien... mejor que sigamos con nuestro camino...
Gaby- Si, aunque no sepa a donde vamos...- Dice irónicamente Gabrielle
sacudiéndose el polvo adquirido ante "la protección" de su amiga.
Siguen su camino, mientras Gabrielle va mostrando a Xena que aún no la habían
abandonado sus dotes de bardo. La guerrera parece haber perdido la noción del tiempo,
encerrada entre los versos y palabras de la rubia, incluso en una ocasión cerró los
ojos bajando la guardia muy a su pesar... El relato ya acabó y Gabrielle se gira
esperando encontrar aburrimiento o pasividad en su compañera, ya que le gustase o no
Xena nunca mostró mucho interés en sus obras. Su sorpresa fue mayor al encontrarla con
los ojos cerrados al parecer a causa de su historia.
Gaby- ¡¡¡Xena!!!... ¿Estás aquí? ¿tanto te he aburrido?- Dice mientras pone unos
fingidos pucheros ante la reacción de su amiga.
Xena- ¿¿Qué??- responde o más bien pregunta la guerrera mordiéndose el labio
ante el gesto de burla de su bardo, reprimiéndose a declarársele allí mismo.- No Gab es
que... la verdad... hacía mucho que no escribías o recitabas y sinceramente lo echaba
de menos...- Dice con una sonrisa y regalándole un suspiro al zanjar su respuesta.
Gaby- ¿Has suspirado? Mucho ha debido gustarte jejeje...- Añade con extrañeza,
pero soltando una pequeña carcajada.
Xena- No, en serio me encanta oír tu voz y saber que el estar con una...
guerrera como yo no te ha hecho olvidar tu sensibilidad ni la luz que un día me diste...-
Responde ya con tristeza.
Gabrielle ya no sabe que decir genial un bardo sin palabras que triste... piensa
y retira la mirada cortando el contacto visual mantenido desde el principio de la
conversación al intentar esconder unas pequeñas lágrimas que se acercaron a sus ojos y
que a la guerrera le parecieron dos gotas de agua en la rosa más bella.
Gaby- ¿Tardaremos mucho en llegar?- Dice la bardo intentando cambiar de tema.
Xena- Queda poco- dice ella saliendo de su ensoñación- Será mejor que subas a
Argo así llegaremos antes- Contesta ofreciéndole su mano e inquietándose ante el
cosquilleo producido en su cuerpo por el contacto de sus manos.
Tantos años de entrenamiento para que mi corazón fuese frío ante cualquier
sentimiento y vienes tu y con el rozar de tus manos me haces sentir como si ya perdiese
la batalla antes de comenzarla piensa la guerrera irónicamente mientras se dibuja
una sonrisa en sus labios.
Cierra los ojos con la respiración entrecortada, sintiendo un extraño y agradable calor
allí donde sus cuerpos se rozan. Sus muslos se tocan provocando un revoloteo en el
estómago de una ya afectada guerrera. Siente un hormigueo en su espalda, justo donde se
encuentra recostada, en un manto azabache, la cabeza de la bardo. Pero lo que no puede
contener es un gemido al entrelazarse las manos temblorosas de la guerrera y de Gabby
en un intento de no caerse con el aumento de velocidad del caballo. La mujer más joven
levanta la cabeza apoyada en uno de los hombros de la guerrera, con cara de sorpresa
ante tal respuesta de su acompañante. Xena dándose cuenta de la reacción:
Xena- Estamos llegando, ¿Por qué no seguimos andando?- Dice en un intento
desesperado de contener su excitación mezclada con la impotencia de no dominar sus
sentimientos.
Gaby- Está bien - Responde bajándose casi a la vez que la guerrera.
Van una a la par de la otra, casi rozando sus manos. Perturbando a una guerrera deseosa
de llegar a su destino y resolver sus dudas, y dejando extrañada a una curiosa bardo
que caminaba sin saber a donde.
Llegan a una taberna en bastante buen estado, a las afueras de la ciudad de Corinto. Se
encuentra en un precioso valle en el que incluso parecía que la primavera se había
adelantado al traer sus flores. El sol ya se estaba poniendo dibujando destellos
anaranjados en un cielo que pronto dejaría descubrir una plateada luna escoltada por
gráciles estrellas.
Al parecer Xena se dirigía allí y por lo tanto Gab aún intrigada la seguía. Justo antes
de entrar Xena frena a Gabrielle poniéndose delante de ella y cogiéndole una mano la
miró a los ojos.
Xena- Debo hablar contigo antes de entrar aquí...- Dijo haciendo una pausa antes
de cerrar sus cristalinos ojos y coger de nuevo aire- lo único que te pido es que no me
interrumpas hasta que acabe, y que sea cual sea tu decisión la acataré- añadió esto
último temerosa- Deseo que sepas... que te quiero que muero, vivo y respiro por ti por
nada y nadie más, te amo- suelta de golpe antes de cerrar los ojos y dejar escapar una
lágrima, que no se sabe si es de tristeza o alegría ante tal desahogo.
Gb- Xe...
Xena- Permíteme continuar- Dijo cortando a la bardo- Gab te miro y veo que mi
corazón salta del pecho y si eso sucede solo con mirarte, el tocarte es para mi como si
el mismísimo Hades quisiera llevarme a los Campos Elíseos, y el besarte si algún día
puedo... me da miedo hacerlo porque entonces puede que muera en el intento, ya que mis
piernas temblarían mis ojos se cerrarían y a ciencia cierta mis pulmones se negarían a
respirar...- Continúa pero ya apartando la vista de una emocionada bardo.
Xena- No tengo palabras, pues eso es lo tuyo, no lo mío y aún no siendo poetisa
o bardo tengo que decírtelo aunque sea en verso...- Suelta con la mirada gacha apoyada
contra la puerta de la taberna mientras saca lo que parece ser un pergamino- Por favor
léelo, no seré como tu escribiendo pero ahí pongo lo que siento...
Entonces Gabrielle aún sorprendida lo coge y empieza a leer:
Si por soñar, he soñado
Que en tu mirada me hundía,
que desenfrenado mi corazón latía.
Cual joven enamorado.
Si por querer, quisiera.
Un suspiro haberte quitado,
el sentir el amor a tu lado,
y que en tus brazos muriera,
mi amor, por haberte besado.
Si por robar, me has robado.
De mi enamorado corazón, un latido
y ni siquiera el certero Cupido,
con sus flechas en mi ha atinado,
como tu con un suspiro.
Gaby- Yo...- Intenta decir al acabar el poema.
Xena- Por favor déjame terminar- Dice la alta morena ya no aguantando más, y
respirando hondo continúa- Lo he escrito por ti y para ti, tu me has inspirado. Pero lo
que quería decir es que he preparado la noche perfecta para nosotras solas. Se encuentra
al otro lado de esa puerta. Dime con total y completa sinceridad ¿Me amas?, ¿Deseas
pasar la noche conmigo?, ¿Cruzar esa puerta?- Pregunta esto último con los ojos cerrados
en espera de la respuesta de su compañera. Por favor contesta, si no me amas lo
comprenderé pero di algo pensaba ya desesperada.
Entonces siente, que Gabrielle entrelaza sus dedos en aquella mano que ella le sujetaba
y la lleva al pecho diciendo:
Gaby- ¿Nunca te han dicho que hay que dejar hablar a los bardos?- Pregunta
sonriendo a una guerrera que muy lentamente empieza a abrir los ojos dudando- Siente
¿Qué escuchas?... Es mi corazón que late incontrolado y lo hace por que lo hace el tuyo.
Lo hace por esta insegura guerrera que tengo en frente mío.- Dice esto último
acercándose a sus labios, sintiendo casi su respiración- ¿Quieres saber si te quiero?-
Le pregunta.- Pues no, ¡TE AMO!, y aún así esa palabra es pequeña para expresar lo que
siento.
Xena- Entonc...- Intenta decir la mujer morena tartamudeando.
Gaby- Entonces- La corta pero en esta ocasión Gabby a ella- Tienes que dejar
hablar a los bardos...- Dice esto a un centímetro de los labios de Xena antes de
sonreír y besarla.
Para Xena fue el mejor beso de su vida, temblaba como si aún no hubiese perdido su
inocencia. Le costaba respirar, el corazón le latía desenfrenado queriéndose, a ciencia
cierta, escapar de su pecho. Las manos le temblaban y no fue capaz de abrir los ojos en
cuanto la bardo se retiró para mirarla ya que creía que era un sueño del que no merecía
la pena despertar.
Gaby- ¿No quieres entrar?- Dijo la bardo en un aire muy seductor al oído de su
compañera que seguía con los ojos cerrados y a la cual se le dibujó una sonrisa al
sentir el aliento de la rubia tan cerca.
Xena- Claro...- Respondió costándole regresar al mundo real.
Xena la cogió de la mano y entraron, no parecía haber nadie pero eso era lo de menos. A
Gabrielle casi se le caen las lágrimas al ver una mesa al fondo, iluminada únicamente
por velas, repleta de los más exóticos manjares... la estancia parecía estar controlada
por una suave música que no se sabía con certeza su origen.
Xena- Siéntate- soltó despertando de su sueño a la escritora que seguramente
nunca antes había estado tan inspirada...
La guerrera como buena anfitriona empieza a servirle la suculenta comida. Tras finalizar
se queda con una sonrisa mirando a la bardo mientras come con un aire de nerviosismo
que a ella le parecía encantador.
Gaby- ¿No me acompañas en este exquisito banquete? - Dijo al darse cuenta de que
unos azulados ojos la seguían.
Xena- ¿Para qué si tu eres quién me da la vida? - Preguntó la mujer morena
intensificando el amor en su mirada si aún cabe hacer tal cosa.
Gabrielle bajó la mirada con un leve rubor en las mejillas que aún hizo sonreír más a
una nerviosa guerrera. Xena trajo el postre, pan de nueces, que como buena enamorada
sabía que le gustaba a la bardo.
Gaby- ¡¡¡Pan de nueces!!! Que rico. Oh gracias Xena te quiero...- Dijo exaltada
la joven al ver en esa bandeja su postre favorito sujetado por su guerrera favorita.
Xena- Y yo te quiero más por eso...- Declaró arrodillándose en una pierna ante
ella- o me permites que te lo de yo o no lo comes- Inquirió con una sonrisa seductora.
Gaby- ¿Y si me equivoco y como el dulce equivocado? No me gustaría quedarme sin
ti...
Xena- Correré el riesgo...
Poco a poco le va acercando los diferentes trozos del delicioso postre a la boca, y
quedando prisioneros sus dedos en la boca de la bardo. En cada bocado introducido en su
boca eran succionados y acariciados con su lengua los dedos que le ofrecían la
exquisitez. Hasta que la batalladora no pudiendo más se acercó a su oído:
Xena- ¿Le darías el honor a esta guerrera de bailar contigo? - Preguntó más bien
en un suspiro con los ojos cerrados intentando controlar el latir de su corazón que
parecía haberse unido al ritmo de la lenta danza.
Gaby- ¿Te sirve esto como respuesta? - Preguntó la bardo antes de unir los labios
a los de la guerrera en un suave pero dulce beso que ya dejó a ambas fuera de combate
por la intensidad de sus sentimientos.
Cogiéndola de la mano Xena levantó a Gabby de la silla con tal ímpetu que sus cuerpos
quedaron pegados en el acto. La rubia colocó sus manos alrededor del cuello de su nuevo
y único amor mientras que la guerrera paseó sus manos apoyándose en la parte baja de su
espalda.
La más alta bajó la cabeza hasta quedar unida frente a frente con su bardo así apoyadas
la una a la otra mirándose a los ojos, bailaron lentamente con un grácil vaivén que
hacía sus cuerpos uno solo al compás de una música olvidada por ambas.
Xena tuvo que cerrar sus ojos, ya que no podía aguantar la intensidad de la mirada de
Gabrielle pues cada vez que los abría la veía llena de amor, tanto que hacía su cuerpo
estremecer y sus manos temblar nublando todo pensamiento coherente.
Muy suavemente empieza a sentir como sus frentes se separan y sus cabezas se inclinan
hasta sentir el aire originado por sus entrecortadas exhalaciones. A un centímetro una
del rostro de la otra Xena abrió los ojos y rea del esmeralda más galán grabado por sus
retinas, la besó pero no como lo había hecho antes rozando sus labios sino que esta vez
su contacto fue pleno haciendo zarandear su sensible corazón. La unión y la entrega
perfecta entre dos almas gemelas, el primer beso de amor de las dos.
Xena decide romper el acercamiento y abriendo los ojos aún aturdida dice a Gabrielle
que aún no parece haber despertado como las princesas de las fábulas ante el primer
beso de amor.
Xena- ¿Deseas acompañarme a nuestros aposentos?, solo dime si lo deseas si no te
sientes preparada mi corazón esperará como lo ha hech... Dijo a medias siendo cortada
por un certero beso de Gabby.
Gaby- Creo que el mío ya ha esperado mucho y no hables tanto porque voy a empezar
a pensar que te he regalado mis dotes de escritora y no mi corazón como pretendía en
ese beso...- La cortó mientras acariciaba el rostro de su acompañante consumido por los
nervios.
Xena- Entonces, sígueme y cierra los ojos...- Dijo agarrándola por la cintura.
La dirigió por unas escaleras hasta lo que parecía un cuarto abrió la puerta y la bardo
abrió los ojos con el permiso de la guerrera, para encontrarse con un enorme cuarto con
una cama en el centro repleta de cojines morados y azules, cubierta por una tela de seda
transparente. Con una única ventana que permitía ver la escasa luz de la luna a
diferencia de un sin fin de velas que iluminaban la estancia dando un aire de
romanticismo exótico. En el aire se distinguía el olor a incienso y canela que
intensificaba el sentimiento de ambas mujeres.
Xena- ¿Te gusta? - Inquirió besando la mano de su compañera.
Gaby- Es increíble...- Contesta cerrando los ojos para apaciguar su emoción-
¿Qué te he dado yo para que sientas esto por mi?- Dijo soltando una lágrima.
Xena- Tu eres increíble... me mostraste la luz, me enseñaste el camino,
compadeciste mi corazón en medio de la oscuridad, seguiste a mi lado por como soy, no
por lo que te doy, estás conmigo cuando mi fogosidad se muestra en la lucha y cuando mi
alma no tiene consuelo. Te amo porque un suspiro tuyo me hace sentir más que todo el
poder que poseí hace tiempo...- Responde abrazándola por detrás y dándole la vuelta y
quedar cara a cara - Y lo más importante que no es lo que me diste, sino lo que me
robaste; mi corazón, mi cuerpo y mi alma, los cuales te entregué a cambio de tu sonrisa.
¿Algo más mi poetisa?
Gaby- Sí, que te amo...- Soltó instintivamente mientras se alzó para besarla.
Se besaron lentamente, únicamente deleitándose con el contacto que hacía temblar ambos
cuerpos. El beso se hizo intenso logrando así una batalla entre sus lenguas que se
entrelazaban buscando el mayor contacto.
Rompieron el acercamiento para coger aire con los ojos aún cerrados, sentían la sangre
de sus venas recorrer su ser aceleradamente, se les hacía pesado respirar y Gabrielle
tras pasar de nuevo su lengua por sus labios, los cuales había rozado Xena, recordando
la experiencia, abrió los ojos. Lo único que no le hizo desmayarse allí mismo fue estar
aferrada a la guerrera que se encontraba en su misma situación y que no deseaba
despertar porque ella si que se desmayaría si no recobraba el control sobre el avivado
percutir de su pecho. Gabby, acercándose al oído de la guerrera dijo:
Gaby- Ven, quiero sentirte, porque si he experimentado esto besándote no sé si
podré vivir sin tenerte.
Cogiéndola de una mano, entrelazando sus dedos la incitó a recostarse en el romántico
lecho que sería testigo de su primer encuentro.
Xena cogió la mano que su compañera le aferraba y se la llevo al pecho frenando su
intención de llevarla a la cama. Gabrielle sintió el ritmo desenfrenado de la guerrera
que aún seguía abrir sus ojos desde el beso.
Xena- Escucha, estoy como una virgen en su noche de bodas, estoy demasiado
nerviosa. Tengo miedo de la intensidad de mis sentimientos, es demasiado fuerte este
amor. He anhelado pasar las noches a tu lado y ahora solo con un beso me has dejado
deshecha en nervios. No sé que hacer.- Dijo con una sonrisa sincera y abriendo muy
lentamente los ojos.
Gaby- Yo siento lo mismo, escucha también mi corazón- Soltó mientras colocaba la mano
de la guerrera en su pecho- Está igual que el tuyo me cuesta pensar con claridad si tu
estás a mi lado. Pero mi amor es noble como noto el tuyo por mi y lo único que me dice
es que me deje llevar. Déjate llevar... Porque te amo y deseo llegar contigo hasta el
final.
Zanjaron las palabras con un veraz beso que les llegó al alma, poco a poco se fuero
acercando a la cama.
Xena se recostó primero llevando tras de si a la bardo que se colocó encima de ella sin
romper la conexión entre sus labios. La guerrera recorría con sus dedos la espalda de
la bardo, acariciándola y haciéndola deleitar con cada roce.
Muy despacio y dulcemente intentando controlar el nerviosismo en sus manos, Xena fue
deshaciendo los nudos en el rojizo top de su compañera.
De forma pausada, cerrando los ojos con cada lazada deshecha deseando llegar al final,
pero sin desear que este comenzase ahora.
Terminado el afanoso juego de sus dedos, consiguió arrebatar la llave que escondía su
preciado tesoro y en un premeditado vuelco se colocó encima de ella. Apoyando ambas
manos a los lados de la cabeza de Gab cuidando que esta soportase su peso.
Separándose de sus labios fue dando dóciles y delicados besos por el cuello de su bardo,
sintiendo un revolotear en su estómago que la estaba matando.
Notó que unas manos le presionaban la espalda en un intento inútil de liberar a la
guerrera de su traje de cuero. Alejándose un poco de ella consiguió quitarse su
peculiar atuendo que dejó a un lado descuidadamente.
La joven que estaba situada bajo ella tragó pesadamente al admirar su locura de amor
siendo correspondida.
La princesa siguió su sendero húmedo y excitante por el cuello de la escritora, que
sentía el morir y el volver a nacer con cada toque. Llegó a sus erectos senos, los
cuales mirando a sus ojos besó y lamió provocando escalofríos en su sensible piel. Con
un cariñoso mordisco provocó un profundo gemido de su amante que no era dueña de sus
pensamientos. Abandonó su pecho muy a su pesar bajando conocedora de que se encontraría
algo mejor, sin desasistir su gélida mirada del rostro de la bardo, continuó su
pasional descenso. Grabando cada intensa sensación reflejada en el rostro de la persona
a la que estaba entregando su alma. Con la misma danza y juego realizados en su top,
fue desabrochando su falda tan lentamente que mismamente parecía una tortura para ambas.
A un paso de llegar a sus Campos Elíseos, se separó, bajando un poco dando pequeños
besos en cada muslo de la bardo que al parecer ya había perdido su razón de ser para
entregársela a Xena.
Suavemente recorrió con su lengua el espacio que la separaba de su objetivo. La besó y
lamió cariñosamente sin prisa, como si fuesen sus últimos segundos de vida y quisiese
recordarlos para siempre.
Cerró los ojos, y entrelazando sus dedos con los de la bardo continuó su labor, que era
acompasada con el rítmico latir de su pecho. Introdujo su lengua que produjo un
escalofrío en ambas entrecortando sus respiraciones. Acelerando el compás de sus
acometidas, sintiendo lo inexplicable, olvidándose del mundo que las rodeaba,
entregándose en cuerpo y alma, con sus manos unidas, con el latir de un solo corazón
así gritó la bardo aferrándose a su amante como si fuese la última vez que se
encontrase con ella. Con los ojos aún cerrados por la pasión liberada notó como la
guerrera fue subiendo por su cuerpo hasta quedar cara a cara con ella.
Al abrir los ojos, creyó estar muerta ya que un ángel había venido a buscarla. Sin
saber como expresar lo sentido, lo único que fue capaz de decir fue:
Gaby- Te amo.
Xena- Y yo a ti más...
Tras esto se besaron de nuevo, pero esta vez tomó el control la bardo. Se colocó encima
de ella, sin saber realmente lo que hacer, pero siendo conocedora de que tenía que
expresar de alguna forma lo que le oprimía el pecho. Desvió el roce de sus labios por
el cuello de Xena, con leves mordiscos y dóciles besos, acariciando su cuerpo, y
aferrando sus manos a las perfectas caderas de su amante, que con increíble ingenio
logró poner en contacto la fuente de placer de sus cuerpos.
Siguió besando su cuello para alcanzar sus carnosos labios, prolongando el vaivén de
sus cuerpos, la perfecta danza de sus cuerpos, acompasada por unas miradas clavadas una
en la otra que intentaban transmitir una misma afirmación. Sin palabras para describir,
sin suficientes gestos para expresar lo que dos almas predestinadas experimentan cuando
practican la perfecta rumba del amor.
Un aumento en el ritmo, dos cuerpos agitados, unos ojos que se miran, lo que mucho
expresan el roce de unas simples manos. El momento clave llega ahogado por la perfecta
unión de sus labios que pretenden transmitir más que un simple beso, unas uñas que se
clavan en la espalda de la bardo resbalando por el sudor de sus manos, el estremecerse
de dos cuerpos antes de caer agotados.
Y tras un largo beso y dos sinceros te amo, se queda dormida la guerrera sobre el pecho
de su bardo.
Pasan las horas, llega el amanecer que desprende claros rayos que se reflejan en el
azul de una joven morena que al parecer no ha cambiado su posición sobre su amante que
aún no ha despertado.
Poco a poco Gabrielle despierta situándose un poco en el escenario y temerosa de que no
fuese real lo vivido a noche coloca una mano sobre el azabache cabello de su compañera,
con una sonrisa se tranquiliza recostando de nuevo su cabeza hacía atrás pretendiendo
entregarse de nuevo a Morfeo hasta que oye.
Xena- Buenos días. ¿Qué tal has dormido?
Gaby- Buenos días creo que ha sido la mejor noche de mi vida.
Xena- Y la mía aunque creo que he tenido mejor amanecer- Contesta con una sonrisa
que da que pensar...
Gaby- Ya veo, no te has movido de posición desde ayer por la noche.
Xena- Me gusta oír tu respiración pausada y el latir de un corazón que me
pertenece, ya que yo aire no necesito porque respiro de ti y mi corazón me lo
arrebataste hace mucho.- Dijo mientras acariciaba el abdomen de la bardo.
Gaby- Sabes como emocionarme a cada momento, ¿quién es la bardo aquí?- Dijo
haciendo levantar la cabeza de la guerrera hasta ponerla a la altura de su cara.
Xena- Tú y solamente tú MI dulce bardo...
Aún siento los nervios rasgándome el alma, junto al compás de tus latidos, sintiendo
esta dulce melodía en tu pecho así quisiera morir loca de amor por ti... pensaba la
guerrera de nuevo cerrando los ojos entre los brazos de su único y verdadero amor.
FIN