Preámbulo:
Esta historia se sitúa después del capítulo End Game en que nuestras heroínas reciben
la noticia de la muerte de su entrañable amiga Ephiny.
*****
Aún en la región amazona Xena y Gabrielle platicaban acerca de su partida, Xena dudaba
acerca de esto porque sabía que Gabrielle todavía estaba consternada por la muerte de
Ephiny y deseaba que descansara y se tomara unos días para asimilar el asunto, como era
de esperar, la bardo no estaba de acuerdo pues ella replicaba que entre más pronto
saliera de la aldea amazona y estuviese ocupada superaría en pocos días la pérdida de
su amiga, al final de cuentas la princesa guerrera fue convencida por su terca y amada
bardo y salieron de tierras amazonas sin rumbo fijo, habían caminado ya cerca de 3 horas
y la bardo no había emitido palabra alguna, esto preocupaba más a Xena porque como todos
sabemos Gabrielle no es de las personas que guardan silencio durante un viaje, así que
muy a su pesar la guerrera entabló conversación:
X: ¿Gabrielle?
G: Uhm.
X: ¿Quieres descansar un momento?
G: No gracias, estoy bien, además recuerda que dijiste que probablemente llovería
hoy, así que debemos caminar todo lo que sea posible y encontrar un buen lugar donde
descansar esta noche, por otro lado recuerda que Joxer nos espera en la próxima villa.
X: Tienes razón, había olvidado todo eso- dijo un poco triste por la actitud
de su amiga.
Gabrielle se da cuenta de que hirió a su amiga y entonces voltea y camina hacia ella
para decirle:
G: ¡Lo siento! No quise responderte así, lo que sucede es que todavía no puedo
creer que no volveré a ver a Ephiny- sus ojos se llenan de lágrimas.
X: Lo sé, y también lo siento...ven aquí- dice lo último mientras abre los
brazos y le indica a Gabrielle que venga a ella.
X: Sabes que debemos superarlo- dice mientras abraza a la bardo y le besa la
cabeza- y también sabes que Ephiny lo desearía, ella querría que siguiéramos
adelante y que la recordáramos como la gran guerrera y amiga que fue.
G: Es cierto, lo mejor que puedo hacer es seguir adelante y luchar porque la
nación amazona crezca y se fortalezca.
X: Así es, velaremos por nuestras amigas amazonas y trataremos de ver hacia
adelante y ser felices.
G: ¡Es un trato!- le da la mano a su amor y ambas sonríen.
X: Muy bien, entonces sigamos caminando porque parece que no falta mucho para
que llueva.
G: Sí.
X: ¿Gabrielle?
G: Dime.
X: ¿Quieres jugar conmigo?
G: ¿Jugar tú, la princesa guerrera?
X: Si ¿Por qué no?
G: Bueno si quieres pero ¿A qué jugamos?
X: ¡Carreras!- dice sonriente.
G: Muy bien ¿Cuáles son las reglas?
X: No hay, solo tenemos que correr hacia esa gran roca- señala- y la
primera que llegue gana.
G: ¿Y qué es el premio?
X: Fácil, lo que la ganadora desee, la otra tiene que dárselo, sea lo que sea.
G: Muy bien guerrera ¡Prepárate a perder!- dice mientras sale disparada hacia
la roca.
La hermosa Gaby hace su mejor esfuerzo pero aun así Xena le saca bastante ventaja y de
hecho gana, cuando Xena está junto a la roca se admira por la tardanza de Gabrielle y
voltea dándose cuenta que la bardo está tirada en el pasto sobándose el tobillo y con
cara de dolor, ante tal escena Xena corre de vuelta hasta donde está la bardo y...
X: ¿Qué te pasó?
G: Tropecé con este tronco y me duele el tobillo.
X: A ver déjame verlo- se acerca y le ayuda a quitarse la bota izquierda.
G: ¡Au, au, au! ¡Duele!
X: Si y con razón, está luxado.
G: ¿Y ahora?
X: Pues nada, montarás a Argo y buscaremos un lugar para dormir porque ya va a
anochecer.
G: ¡Nada más! ¿No piensas curarme el tobillo?
X: Si, pero primero hallaremos un lugar para descansar y luego te pondré unos
fomentos tibios en el tobillo y te lo vendaré, así reposaras toda la noche y mañana
estarás como nueva.
G: ¡Muy bien!
Terminando de decir esto empieza a llover a cantaros y las chicas sacan un par de
abrigos para cubrirse, después de 20 minutos de una caminata desesperada Xena, Gaby y
Argo encuentran una cueva.
G: ¡Uff! ¡Que bueno que encontramos este lugar!
X: Si y mira hay unas ramas en el piso que servirán para hacer una fogata.
G: Xena ¿Puedes ayudarme a desmontar?
X: Si claro, permíteme.
La guerrera toma por la cintura a la bardo y la baja de la yegua, cuidadosamente la
pone en el suelo y le acomoda unos cuantos cabellos que caían en su rostro.
X: ¡Estás empapada!
G: Si, tu también.
X: Apóyate un momento en Argo mientras hago una fogata y acomodo las mantas.
G: Déjame ayudarte.
X: No puedes, lo haré yo sola, mientras cambiate de ropa.
G: ¿Y tu no vas a cambiarte?
X: Después, primero lo primero.
En un abrir y cerrar de ojos Xena arregla todo se dirige hacia Gabrielle y la carga
para depositarla sobre su manta.
G: ¡¿Qué haces?!- dice sonrojada pero muy cómoda en los brazos de su amor.
X: Nada, solo te llevo a descansar.
G: Pudimos hacerlo de otro modo.
X: Bien si no quieres te bajo y vemos como llegas.
G: ¡No!- dice rápidamente.
Esta era una oportunidad imposible de rechazar, solo cuando duermen puede sentir a Xena
tan cerca y solo en sus sueños más candentes la guerrera la carga para llevarla hasta
su manta y terminar haciéndole el amor, estos pensamientos agitan a Gaby y Xena se da
cuenta:
X: ¿Pasa algo?
G: No ¿Por qué?
X: Estas muy agitada.
G: ¿Yo? Para nada.
La guerrera acomoda a la bardo entre las mantas y se dispone a acomodar a Argo para
después cambiarse de ropa y curar el tobillo de Gabrielle. Termina de acomodar a Argo y
le quita las alforjas, se acerca a la fogata y empieza a desnudarse, mientras tanto la
bardo mira muy atentamente disfrutando del espectáculo, la guerrera está totalmente
desnuda y busca entre las alforjas una vieja manta para cubrirse con ella, la bardo
observa cada movimiento sensual de la bella guerrera y muerde su labio inferior tratando
de reprimir sus fuertes deseos de besar y acariciar a Xena. La guerrera siente un
calorcillo que recorre su espalda y voltea hacia la bardo diciéndole:
X: ¿Deseas algo?- muestra seductoramente su sonrisa chueca.
G: Nop (a ti).
X: Bueno ahora si, voy a curarte el tobillo- se acerca hasta ella llevando
entre sus manos un botecillo con una mezcla de hierbas para los golpes y una venda, al
llegar se sienta sobre las mantas a un lado de la bardo.
G: ¿Qué traes ahí?
X: Una mezcla de hierbas... a ver. estira la pierna y ponla sobre la mía.
Al instante la rubia obedece y Xena da inicio al masaje, que más que masaje, parece una
serie de caricias que empezaron en su tobillo y terminaron en su pantorrilla, esto
incitaba a ambas a darle rienda suelta a sus salvajes deseos. La bardo disfrutaba todo
eso pero no quería perder la oportunidad de intentar algo con Xena, después de todo la
guerrera había estado provocativa durante los últimos minutos y era el momento adecuado
para intentarlo, así que...
G: Que extraño.
X: ¿Qué?
G: Tus manos están tibias y mi cuerpo muy frío- dijo seductoramente.
X: Bueno, eso es porque estuve mucho tiempo cerca de la fogata.
G: ¿Sabes? Ahora que te veo tan cerca me doy cuenta de lo hermosa que eres-
acaricia su rostro.
X: ¡Vamos! No sabes lo que dices.
G: No, es en serio, eres hermosa y tus ojos preciosos, no he conocido jamás a
alguien tan bella como tu.
X: Gracias- contesta apenada.
G: ¿Xena?
X: Uhm.
G: ¿Cuándo reclamaras tu premio?
X: ¿Cuál premio?
G: Pues el que ganaste, llegaste primero a la roca ¿Recuerdas?
X: ¡Claro! Ya recuerdo, pero ese es un premio perdido.
G: ¿Por qué? ¿No deseas nada de mí?- dice mientras le lanza una mirada
provocativa a la guerrera.
X: No es eso, solo que lo que deseo de ti no puedes dármelo.
G: ¿Cómo no voy a poder?, anda, dime ¿Qué es?
Xena se avergüenza y agacha la cabeza, la bardo toma la quijada de esta y la obliga a
subir la mirada para decirle:
G: Dímelo, te daré lo que pidas, incluso hasta mi vida si lo deseas- susurró.
La guerrera no puede guardar un día más sus sentimientos y esto parecía ser una
invitación que abiertamente le lanzó la bardo, así que se va sobre ella y la besa
apasionadamente, segundos después se aparta de Gabrielle estando muy arrepentida y le
dice:
X: Gabrielle, lo siento, no sé que pasó, es que estabas tan cerca y yo... uhm-
es interrumpida por la bardo que la besa y la jala hacia ella para besarla de nuevo.
La bardo sigue con el beso y se recuesta trayendo tras de sí a Xena, ambas caen sobre
las mantas y dan rienda suelta a su amor y a sus deseos acumulados, la guerrera aun
duda y titubeando le dice:
X: Es... espera, espera, no puedo hacerlo, no quiero aprovecharme de ti, te
deseo, sobre todo te amo pero aún estás sensible por lo de Ephiny y no sería correcto
que...- de nuevo es interrumpida por Gabrielle que le dice.
G: No digas nada, he deseado esto desde hace mucho y ahora que me correspondes
no voy a dar marcha atrás, te amo Xena y te necesito ahora, hazme el amor ahora, por
favor.
X: Cariño, si lo pones de este modo no puedo negarme- sonríe y la besa.
El deseo y el amor las envuelven y se dejan llevar, se besan apasionadamente y la
guerrera absorbe el néctar proveniente de los suaves y húmedos labios de la bardo, la
joven rubia suspira deseando acariciar el cuerpo desnudo de su guerrera, así que sin
esperar un segundo más despoja a la ojiazul de la vieja sabana con que se cubría y
perdiendo la timidez se quita el top ante la mirada atenta de la guerrera, quien ante
el despliegue de pasión atrapa el cuello de la bardo y lo llena de besos y pequeños
mordiscos, con sus manos roza la espalda de la rubia para después acariciar el pecho de
la joven quien al sentir el roce experimenta un cosquilleo que recorre su espalda, la
guerrera deja de sujetarse a sus miedos y se pierde en el cuerpo de su amada, le quita
la falda y traza una línea de húmedos y candentes besos hasta el ombligo de la bardo,
roza con su lengua el abdomen de la rubia y por ultimo la introduce en el ombligo, la
bardo se arquea y entrelaza sus manos con el terso cabello de la ojiazul,
entrecortadamente la guerrera se dirige a su amante y le dice:
X: ¿Estás lista para lo que sigue?
G: Si.
Xena no duda y besa acaloradamente el filo de las caderas de Gabrielle, baja sus manos
y las pone a los costados de los muslos de la bardo, la besa y acaricia sin detenerse y
pasa su lengua por el blanco vientre, se decide a tocar la intimidad de Gabrielle y al
hacerlo se da cuenta de la humedad de la rubia, entiende que es el momento adecuado y
se introduce en la rubia, ésta libera un grito de satisfacción y ante las embestidas
de la guerrera comienza a elevar sus caderas, a arquearse y a experimentar una serie de
sensaciones nunca antes percibidas por ella, el sudor está sobre ambos cuerpos como
rocío nocturno, la guerrera se introduce en la rubia por segunda vez con un ritmo
divino que hace a la bardo llegar a la cima del placer, el clímax llega y a medida que
avanza sus cuerpos se estremecen, por fin llegan al término de la pasión y la ojiazul
igual de exhausta que la bardo sube para encontrarse frente a ella, el cansancio les
impide hablar y la guerrera no puede mas que besar el cuello de la bardo y acariciar su
dorado cabello, por fin, la bardo tiene el aliento suficiente para hablar y...
G: ¿El premio era tuyo o mío?- sonriente.
X: Mío y no tienes idea de cómo me satisfizo hacerte el amor.
Ambas sonríen y vuelven a besarse.
G: Te amo guerrera y aun cuando no me los dicho se que tu también me amas, lo
veo en tus ojos.
X: ¿Lo dudas?
G: No, pero quisiera oírlo de esos labios que amo tanto.
X: Escucha... Te amo más que a mi vida y quisiera que este instante entre tus
brazos no terminara.
G: Ay, te adoro y no sé como voy a hacerle para mantenerme lejos de ti cuando
estemos en público.
X: No tienes que hacerlo si no quieres- de nuevo la besa.
X: ¿Sabes? Creo que tengo que agradecerle este momento a Afrodita, por haberme
dado una lluvia inesperada.
G: Y yo debo agradecerle a Ephiny.
X: ¿A Ephiny? ¿Por qué?
G: La última vez que nos vimos le confesé mi amor por ti y ella me aconsejó que
te lo dijera lo mas pronto posible, porque podría pasarle algo a cualquiera de las dos
y después sería muy tarde, nunca tomé tan en serio esas palabras hasta ahora, es decir,
estaba tan segura de volver a verla que nunca le dije lo mucho que la apreciaba, tuve
miedo que nos pasara a nosotras, pensé que podía perderte y nunca sabrías el modo en
que te amé.
X: Calma, lo importante es que ahora estamos juntas y sabemos lo que sentimos la
una por la otra, además nunca vas a perderme... estaré contigo a donde quiera que vayas.
G: ¿Es un trato?
X: No, es una promesa.
Entre cálidas caricias, diversos te amo e interminables juramentos de amor encienden el
fuego amoroso y pasional que parecía extinto hace tan solo un par de minutos, en esta
ocasión es la bardo quien toma el dominio de la situación, sube lentamente hasta
quedar sobre su amante, se dispone a besarla y a medida que se acerca a su boca le dice
en un susurro:
G: Te amo "ojos", te he amado aún antes de conocerte.
La guerrera no contesta nada pero se acerca a los labios de la rubia para terminar ese
beso que daría paso al nuevo torrente de pasión, la rubia es un poco mas lenta y suave
en su modo de amar y esto lejos de desesperar a la guerrera la enciende pues nunca ha
sido amada con tanta ternura y devoción, espera a que la bardo esté segura de sus
movimientos y disfruta cada uno de ellos, la bardo juega en la quijada de la ojiazul,
le da minúsculos besos y pasa su nariz por las mejillas sonrojadas de la guerrera, se
acerca hasta su oreja y le confiesa:
G: Cuando tuve relaciones con Perdicas te imaginaba a cada momento, a ti fue a
quien le hice el amor.
X: ¡Oh amor!- susurra.
La bardo baja de nuevo su rostro y lo oculta en el cuello de la guerrera, lo besa y
muerde suavemente, no quiere herir a su adorada guerrera, baja su mano izquierda y con
ella roza el costado de la guerrera, mientras que con la derecha aprisiona y masajea
candentemente uno de los senos de la ojiazul, la guerrera libera un suspiro y Gabrielle
la besa en medio del pecho, la bardo recorre un poco mas con sus caricias el cuerpo de
la guerrera y llega a ese lugar que ha soñado con tocar, lo acaricia y juguetea
cruelmente, la ojiazul esta tan extasiada que no es capaz de emitir sonido alguno y
solo atina a apretar los dientes, la bardo se ha dado cuenta de esto y traviesamente
pregunta:
G: ¿Me quieres dentro de ti?
X: Si- contesta entrecortadamente.
La bardo obedece y se introduce en la guerrera, al darse cuenta que la ojiazul estaba a
punto de liberar un gemido se extiende hábilmente y atrapa los labios de la ojiazul
haciéndola ahogar el sonido en su boca, baja de nuevo lentamente dejando un camino de
húmedos besos y se dispone a echarle leña al fuego, se mueve dentro de la guerrera como
toda una experta, lo hace candenciosamente y sin perderse ni un solo gesto de su amada,
lo hace tan suave y despacio que ha prolongado el placer de su amante y ésta no hace
mas que aferrarse a las mantas debajo de ella, el último goce llega y la bardo se deja
caer exhausta en el abdomen de su amor, la guerrera aún siente los últimos
estremecimientos en su cuerpo y baja sus manos para acariciar el cabello de la rubia,
no emiten palabra alguna, así que la guerrera toma de la quijada a la bardo y la hace
subir hasta que sus rostros sonrojados y sudados se encuentran, la mira intensamente y
cuando la bardo estaba a punto de hablar Xena se lo impide con un apasionado beso, se
gira como queriendo poner a Gabrielle debajo y ésta al darse cuenta de lo que intentaba
la guerrera no puede evitar sorprenderse, la ojiazul se da cuenta y sonríe mientras le
dice:
X: No temas, yo también estoy exhausta- susurrando- solo quería estar mas
cerca de ti... Te amo Gabrielle, no sé cuanto nos dure esta vida pero te juro que te
amaré en las que sigan.
G: No tienes que prometerme nada, de igual forma te seguiré amando.
X: No entiendes, no es una promesa, es que así es el destino, ahora te
pertenezco, siempre te he pertenecido.
Ambas sonríen y se besan entregándose las almas, caen en un hondo sueño y así son
sorprendidas por el amanecer.
Fin