A mitad de un bosque frondoso y rodeado de árboles gigantesco, los sonidos de una fauna
silvestre llenaba cada lugar sin hacer caso omiso a el resonar de una casacada gigante
verdosa y pedasos de rocas en su interior saliendo a flote entre los extremos dando el
efecto del doble del tamaño real y los reflejos del la luz solar de media tarde, un
luminoso arcoiris creado por los filtros de agua y los rayos del astro rey, toda
aquella paz de ambiente fue interumpida por un estrangulador grito, que era mas un
aullido voraz con voz humana, un suplicio a la vida condenada a vagar en desgracia,
era lo peor que podía suceler en esta parte del mundo, que a ideas de Idi era lo peor
hasta el momento, era lo mas bajo que habían llegado y no creían que podía ser peor,
solo que a una de ellas...
"Ok... y que pretendes?... sabes no creo que esto nos lleve a ninguna parte... Y
PODRÍAS PONERTE ESA MALDITA CAMISA POR FAVOR..." mascullo volviendo la vista hacía el
lago, su larga figura enfundada en la raida y negra capa mostraba los signo de una
cruenta batalla, no queria discutir pero todo esto ya comenzaba a sacarla de su
habítual 'todo esta bajo mi control' las risitas a su espalda continuaban mas traviesas
que ante.
"Uy... qué onda... como quieres que me bañe con la ropa puesta ¿he?... además no es la
primera vez que me ves desnuda y a ti sin ropa... ni Bar pone tan mala cara" objetó su
compañera tirando la camisa sobre la cabeza de la otra que estaba a espalda de ellas,
de forma desafiante, aunque no se veian las caras, coloco sus manos alrededor de la
cadera, esperando el estallido de la chica alta. Su afilada mirada de brillantes ojos
verdes la fulminaban, la alta espalda de su compañera, ' bien Max te escucho' se dijo
así misma. Una leve brisa elevo sus cortos cabellos matizados de rubio y castaño, Max
ni se inmuto en seguir la corriente y permanecio en silencio.
Una chica entro a escena de espalda,con la mano derecha pegada al oído y su voz aguada
se había transformado en un gruñido animal, vestida completamente por un jubon, una
cuerda simulaba un cinturon tosco, separaba y daba forma al jubon, a una simple
camiseta sin manga y burdamente cosidos en la entre pierna daba la impresión de unos
pantalones, su cabello daba la impresión que estaba pegado a la nuca,opacado y sin vida,
bastante sucio y era difícl saber de que color era, una mezcla de rubio, rojizo, ambar,
tierra, hojas...
"¡¡ CÁLLATE Y CÁLLATE.... ESO..." fruncio las cejas "YA VERAS COMO LA PASAS CUANDO TE
COJA... NO ESCUCHA TU... BIEN ESO LO DISCUTIREMOS DESPUÉS, OKA BYE," quedo un momento
observando su mano, en ella un pequeño objeto en forma de almeja, era lo menos parecido
a una almeja pero semejaba esa forma, abierto y avalado de color palteado brillante, un
directo golpe lo cerro, y lo metio en un de los maltrechos bolsillos de sus prcario y
artesanales pantalones, dio la cara a las chicas. "Hey que te pasa, por qué estas
desnuda..." sin previo aviso le llego en plena cara una prenda familiar, alcanzo y
estiro frente a ella, era de color crema y diminuta, una sonrisa afloro en su rostro
recubierto por una capa rojiza debido a la tierra "Ya" miro con media sonrisa a la
chica que estaba muy cerca de ella y completamente desnuda "Creo que vi algo por allá...
ire a investigar?" Indico de donde venia, sin dejar de sonreir algo cohibida, y
colocandose roja "me voy a demorar como unos quince minutos...?" volviendo a sonreir,
tratando de ser lo mas simpatica posible, se acerco hacia la otra figura que aun seguia
de espalda al bosque y de frente al lago, "Esto te pertenece, Maxi" le dejo caer la
prenda entre las manos, no se quedaría a esperar la reacció, dos pasos de distancia "byee,
diviertanse" cuatro pasos dio la espalda contando en silencio lo que estaba apunto de
pasar; con las manos en los bolsillos de sus arapientos pantalones se alejaba.
Max miro la prenda y murmuro algo intelegible, se volteo miro a su compañera que
sonreia ampliamente "Ni lo menciones" con los labios fruncidos Antonia trataba, muy
mal disimulado, no reir, pero todo esto resultaba muy gracioso y Max tenia esa postura
de cada vez que Idi probocaba a su amiga "Bien, Idi si te largas así por así no me hago
responsable de ti, me escuchas," dijo en tono bajo, no le importaba si escuchaba o no
"En cuanto An este lista nos vamos, y si no estas, ahí ves como nos sigues" Idi paro
en seco, hizo cuenta mental de lo que le esperaba si no estaba con ellas, primeero: en
medio de quién sabe donde, segundo: sin armas, tercero: ni comida, cuarto (la mas
importante a su consideración) ni con la posesión mas importante para cualquier chica,
su guardaropa, y dudaba mucho que en ese lugar encontrara algo medianamente decente
para vestir, y definitivamente no queria seguir usando ese jubon, por otro lado si se
quedaba no le apetecia ser la tercera, o soportar a Max con el humor de perros que
andaba trayendo, lo medito solo un segundo y una amplia sonrisa se dibujo en su cara,
lisa y sin marcas solo tierra rojiza y barrosa, dos luces brillaron en las cuencas
donde debían estar sus ojos, dos cuentas celeste brillante. Paso por el lado de Max,
sus ojos, los celeste claros de Idi contra las dos esferas brillantes detrás de la
capucha de Max coincidieron una batalla mortal.
"Ay! cuidado..." un codazo en sus cotillas terminaron con la inspiración que traía
desde hacía rato... la miro con mala cara... no se dio ni cuenta cuando Max había
acertado con su brazo derecho su caja toraxica "y a esta que bicho le picó" le dirigio
a An una sonrisa torcida, esta le respondio moviendo la cabeza y sonriendo, Idi
considero de palno dejar la discución con Max y evocar mejor la vista que tenia en
frente "Esto no es como las termas, peor seria llegar a ese lugar todaaaaaa sucia,"
comenzo a quitar las prendas de su cuerpo, que a comparación del de An no estaba tan
maltratado, se miraron.
"Que sé yo..." sonrio suave, los rasgos de An se suavisaron nuevamente mas aún, no la
veía sonreir así hacia mucho tiempo, quizá mas del que había pensado, todas las
experiencias que habían vivido en estos dos meses no resultaron serlo mas divertido;
educativo, intructivo quizá, pero dentro en lo mas profundo de sus mentes algo mas, el
motivo de por qué estaban en un lugar tan alejado de su hogar o de los seres amados,
pero, Idi levanto la vista, aún seguía sonriendo, Antonia y su bella sonrisa, su mirada
se había vuelto hacia un lugar lejano en la espesura del bosque, Idi no le siguio la
mirada, sabía muy bien donde recaían sus ojos y sus sentimientos, seres amados, ella
tenía a Bar y a su madre, ellos eran sus seres amados, pero Max y Antonia, ellas
estaban solas, tenian a sus familias, las cuales eran tan disparejas y no encajaban con
la forma de actuar o ser de ambas chicas, desde que An entro en sus vidas todo cambio,
desde un principio, Max y An se acoplaron a la perfección, ella fue quien dio el primer
paso de la comprención y el anhelo, de que no todo esta mal y que lo pasado, es pasado
y la manera de sobrevivir a ese tormento que todos llevamos dentro es reconociendo
nuestros errores, por eso el motivo de este viaje, los errores de otros, destrozando
las vidas del futuro.La voz de Antonia se siento lejana, responde a una pregunta, la
mente de Idi aun se encuentra en aquel antiguo viaje.
"Lo siento, me decias" Sonriendo, para no quedar como chica ingenua, apesar de eso, An
le sonrie.
"Dije que anda con un humor de perros..." esto pillo desprevenida a Idi, obviamente
no se referia a otra cosa sino a Max "qué haremos como que tendremos que dar una
explicación convincente..." ahogo una risita al mirar a su compañera a todos lados de
forma paranoica "no creerás que hay mas personas por aquí... si ni un alma se mueve..."
Era graciosa aunque sabía el peligro que corrían en aquel lugar, los misterios y las
criaturas misticas.
"Caray... si tu lo dices, pero no me confió... este lugar es mas lúgubre que esas
cluacas... uffffsm, además con todos esos bichos, no me mires así creo que prefiero un
lujoso hotel de cinco estrellas, jaccusi, minibar, y un par de rubi... ay oye relajate,"
su mirada quedo clavada en el lago "espero que ese charquito no tenga monstruo o
parecidos" dio el primer paso sobre la hierba mojada "wuaaa, que asco, creo que pise
una babosa" levanto el pie izquierdo, y su cara perdio color "Odio esos bicharracos
quitameloooo, An" esa última frase la dijo con la mandibula muy apretada.
"Ni lo menciones... solo de pensarlo mi piel se coloca de gallina..." con burla
"prefiero las visita a tu casa" Idi la quedo mirando tomo una rama y saco el bicho de
la planta del pie reventado y baboso, una mueca en sus labios el pensar en las tardes
de vacaciones con sus tias eso si era perturbador "No juegues, tus tias son chicas
buenas en comparación a lo que vamos a enfretar" fue como si adivinara sus pensamientos,
era eso o que su cara se había vuelto mas expresiba que de costumbre.
"Tranqui... tranqui... que no hay problem sister... tengo todo bajó control, hey no me
mires así... no es la primera vez que me enfrento a un grupo de mujeres vestidas de
cuero, salvajes, y armadas... recuerdas que tengo 10 tías y 6 de ellas son
independientes y forman parte del movimientos feminista radical isopodos libres o algo
así... jejjejeej he tenido un montón de práctica..." con las manos en las caderas, de
todas formas que tan malo puede ser, una vez ella paso dos días en casa de Victoria,
la menor de las hermanas de su madre, y geralmente fue la experiencia de su vida, la
sonrisa de An acentuo mas sus rasgos suaves y cansados por tantos días sin dormir y
comer, le dio la espalda dirigiendose al lago, An por lo contrario, tenia su mente en
otro lado, pero en diferencia de Idi era capaz de dividirse y mantener uan parte en la
tierra con los demas seres vivientes y otra en su mundo espiritual, no le duro mucho
todo esto, con Max cerca, su mundo espiritual pasaba de ser un lugar divino a un
infierno de un paso a otro, Max podía influir en su emociones tan fácíl como el día,
la música o los aromas, Max era todo eso de una sola vez, Idi por otro lado su parte
lógica despierta a reconocer ideas que volaban a expresarlas y darles una forma, su
mente se mantenia fría y alerta, era difícil explicar el por qué de esas sensaciones,
hasta Bar provocaba un sentimiento familiar en ella, era la energia la forma de ver
volar las cosas y sentirlas vivas, Idi era primordial al igual que Max, y Bar, todos
pertenecian a su mundo, pero que pasaría cuando uno de ellos quedara a tras, nada, el
mundo seguiría girando, pasando una, dos, tres, cuatro vidas... infinitas, no quiera
volver de nuevo, esta era su última oportunidad, los ojos de Idi reclamaban su atención
sus ojos, eran como los de Max, irradiaban esa misma energia, como un solo ser, las
formas graciosas de su cara al entrar en el agua, sus manos agitandose, la estaba
llamando, pero que pensaría de todo esto Max, cuantas veces habían podido hablar de lo
que les estaba sucediendo, ninguna desde que estaban en este lugar, ninguna en el mundo
anterior, ninguna desde que abandonaron su hogar, solo miradas y palabras vacias,
extrañaba las conversaciones largas y sin mentiras, privadas y seguras, extrañaba ser
la muchacha de tan solo dieciseis años que su único interes era las computadoras, su
gata, y sus amigos, no extrañaba a su madre, pero si a su antigua Max, no extrañaba a
su hermana, pero si a las tardes por las plazas con sus amigos (Bar era imposible que
se quedara en casa, salia a la siga de Idi) extrañaba la inocencia perdida, y la pureza
de las almas de sus amigos. La parte humana de Antonia seguía en la tierra junto a Idi
la parte espiritual en el mundo perfecto de sus fantasías.
" Uy... que brutal" contesto An mientras se metía en el agua, sus reflexiones se
escondieron nuevamente en lo mas profundo de su cabeza, hacia su aparición la jovencita,
la An que debía mantener su cordura y la paz en el grupo "Esto no me late" menciono
cuando vio la silueta de pequeños peces a su alrededor, pequeños de color opaco "espero
que no sean carnívoros..." su voz graciosa, carnívoros, habría peces carnivoros en
aquel lugar.
" No hay problem... aquí no hay de esos... creo... las pirañas están en el amazonas y
bueno eso no esta al otro lado del mundo... a no ser que la tierra se haya... eso paso
antes verdad... aunque estemos en territorio amazona... no es lo mismo... por qué... no
sé por qué..." 'Por qué no habre tomado mas atención a la clase de historia, o rayos'
"Eso paso antes de los dino... ni yo se de historia... me sorprendes chica genio..."
Contesto Max desde la otra punta tratando de encender fuego, mas concetrada en la
conversación de las muchachas que en su actividad, An e Idi se miraron con esa tipica
mueca de 'ella se siente sola hay que comprenderla' lo que no fue de todo el agrado de
Max.
"Cállate... Que no estabas enojada con nosotras..." la rezongo Idi, "hey cuando hizo
fuego y se fue ha esa orilla, no me di ni cuenta," miro a An que se metia al agua ella
se dio cuenta cuando Idi comenzó a discutir con ella, Max de forma muy sútil se acomodó
en uno de los extremos, la vio cuando rondaba en busca de algo, y su postura sobria
sobre una pila de hojas, frotando algo, dos piedras, fuego, escencial, calor, vida.
"creo que Max se va a volver invisible, lo vi en uno de los episodios de Buffy, una
chica que nadie tomaba encuenta, se volvía invisible por la indiferencia de sus
compañeros, la tenia contra Cordelia," An estaba mas allá de la cintura con el agua,
Idi la observo y prefirio seguir su ejemplo, su piel se erizo al contacto del agua fría
"Obviamente no hay pirañas, el agua es muy fría, en el amazona es mas cálida, no te
acuerdas, el año pasado,... pero bien, quién no la tiene contra Cordelia, aunque en
Angel sale de lujos..." Idi se perdio en el interior de sus reflexiones televisivas,
antes de tomar la atención total de su compañera.
"..." se calló mirándolas y siguiendo con lo que estaba haciendo... esto si era un
trabajo difícil... era mas practico con un encendedor, Max trataba de encender el fue
con dos piedras y eso le estaba resultando muy complicado, mas de lo que había sido
cuando acampaba con su padre y hermanos, era diferente, ahora estaba acargo y sus
amigos estaban a su cuidado, debía ser responsable.
Obviamente Antonia no se dejaría convencer por las historias, y el destino de la mirada
era sin duda Max,"Valeeee... me pasas el jabón que huelo peor que baño publico...
ufssssusss" se olfateo las axilas "creo que algo se murió..." Idi extendio su manos
hacia Max "Maxi... el jabónnnn" pero no obtuvo respuesta... "bien, si el jabón no viene
a mi... yo ire al jabón, pero ni sueñes que te ayudare cuando necesites algo... ya
veras" con un esfuerzo, realmente forzado
"As... espero no tener que volver a un lugar como ese en toda mi vida... que asco...
asco al cuadrado... wuagr ... al menos nuestra super chica llego justo a tiempo... y
kabummmm" Con una sonrisa amplia, Antonia considio con sus ojos, aún cubiertos por la
capa negra y raida, era lo que estaba pensando, sip ambas hacian esa cosa, tan
vergonzosa, siempre fuera colegio, vacaciones, mall, playa, en cuanquier la lado,
siempre esa cosa, se quedo mirandolas, hasta se perdío las palabras de Idi que le
pedían algo.
"No... nono" moviendo su dedo "no es super chica... es la mujer maravilla... no es
Buffy..." soltó Dando la espalda a Max, su peor error y enfrentando a su único publico
el lago, junto con una linda chica en sus aguas, "antes de que unas fuertes manos la
hundieran en el agua... Max la jalo con fuerza en las frías aguas del hasta entonces
negro lago.
"SE QUIEREN CALLAR DE UNA VEZ Y VESTIRSE..." Idi salió como pudo toda mojada y mirando
con furia a Max que se veía muy ofendida he iba murmurando mas alto de lo normal...
"nunca he cachado por que estas minas hacen tanto escándalo... tenemos que llegar antes
del anochecer... y así como vamos tenemos para rato... mujeres rgrr" Max volvio al
rincón junto a su artesanal y precario lugar se acentamiento.
"Ahora si me las paga todas juntas... rgrrg" se lanzo contra An "por qué no me avisaste
que venia" reclamo Idi sosteniendo a An de los brazos.
"Cállate... te ves muy muy... mojada... además no me di cuenta, ya sabes que Max es
como uan gata, una pantera... toda felina... como toda sexy... y te sienta bien el baño..."
sonriendo mas ampliamente.
"Muy qué... ahora tu vas a empezar..." Idi mas disgustada de lo normal, y realmente
era por qué An sentia mas cosas hacia Max y se reía por esa pequeña diferencia que
tuvieron.
"Pendeja..." susurro no antes, dejar uan buena distancia entre ellas.
"Aquíen llamas así" Puso sus manos en las caderas.
"A ti" sostuvo, ya bastante lejos de Idi, en la orilla cerca de Max.
"Así que a mí... muy bien... nos vemos..." sale del agua enfada y no nota el musgo en
la orilla resbala (muy graciosamente y se da un tremendo azoton contra el suelo húmedo
verde y arenoso) sus rodillas raspilladas y marcadas de verde y negro, al igual que su
codo y abdomen.
"Podrían dejar de jugar... debemos llegar pronto... se les olvida que ese pequeño
monstruo se quedo allá... si llegamos y aun sigue en pie la aldea será por puro
milagro..." Max notaba que no la tomaban en serio, y solo estaban jugando, no era el
hecho de llegar pronto a la aldea ni menos haber dejado solo a Bar en ella, sabía de
antemanos que el chico no haría nada de lo cual luego tuviera que arrepentirse, y eso
lo tenia mas que claro, antes de salir de la aldea para buscar a Antonia e Idi le
advirtio en el tono mas amenazador que encontro, que si la aldea estanba destrozada,
incendiada, atentada, rayada, y cosas similares que atentaran contra el sistema de vida
amazona, la pasaría muy pero muy mal... quizá el niño entendio por qué no hizo
comentarios, lo que realmente la estaba atormentando era el modo en que el agua
recorria el cuerpo de Antonia la forma perfecta de su cuerpo y sus curvas, el contorneo
de sus caderas y...
"Jajjajajaj... te queda el color verde musgo... he?" le susurra saliendo del paso y
esquivando un acertado manotazo sabía que no era una buena idea molestarla de esa
forma, pero era menos incomodo que las miradas que le lanzaba Max a sus espaldas. "Mmm"
Antonia tomando conciencie que su actitud no es la mejor, va hacia Max y sienta a su
lado para recuperar su ropa y secarse con unas prendas...
"En la aldea tengo algo mas cómodo para que luego puedan colocarse..." Sonrie algo
cohibida, An le sonrie tiernamente, "Toma" coloca sobre sus hombros su capa negra que
calienta su cuerpo. Ambas chicas la quedan mirando algo sorprendida, Max no estaba
claramente vestida como una amazona mas bien como una chica común y corriente de su
epoca, o mas claro como solía vestir o su ser, Max no era muy común ni corriente, su
piel era morena tostada su rostro reflejaba ninguna emoción, quizá por que sus ojos
estaban cubiertos por un par de gafas oscuras que ocultaban una fuente importante de
expresiones, mas allá de los que puede decir las palabras y los movimientos, su cabello
estaba como siempre negro, y atado con coletas, era posible lo rápido que le crecia,
hacia poco que cambio su modo de peinar, pero nuevamente lo tenia largo y desde que no
veía a sus amigos no lo cortaba, un pequeño arete marcaba en su lado derecho era de oro
y plata en forma de un sol y luna incrustados el uno con el otro dando sus colores a
sus dueños, llevaba una camiseta negra ajustada a su cuerpo, pero tan pegada a su piel
que se veían las marcas de sus costillas, el borde de la clavícula, los músculosos
bicebs que en una acción refleja marcaban su los músculos que habían debajo, Idi alzo
ambas cejas divertida, sus brazos estaban marcados por leves rasguños y pequeñas
laceraciones causadas por las infinidades de puas y espinas que encontro en su camino,
era ese o la puerta principal necesitaba el factor sorpresa, en su mano derecha marcaba
justo un cronometro cromado y bastante grande, el vidro estaba roto y bajo la muñeca de
Max un hilo de sangre ya seca bajaba hasta los nudillos, luego los pantalones, Max se
sentía realmente incomoda por las miradas de sus compañeras, negros y muy ajustados,
quizá Max era delgada pero esos pantalones la hacian ver como una maldita tripa,
rasgados al nivel de las rodillas y con suciedad hasta el mismo comienzo, portaba sus
armas en las fundas de sus piernas y en el cinturón, sus amigas no terminarian la
escrutación esta desnudarla con la vista, después se fijaron en su calzado, bobotos
militares, que mas se podría esperar de alguien educado en una familia de militares,
cubiertos de lodo y mas suciedad "Terminaron ya... es de mala educación mirar así a
las personas y no quiero saber lo que estan pensando, me basta con ver sus caras" corto
la inspiración de Idi la cual ya iba por la ropa interior que portaba... pero lo que mas
llamo la atención fueron sus gafas oscuras, aún no las retiraba de sus ojos.
"Como lo que llevas puesto... creí que en este lugar no usaríamos nuestras ropas
comunes y corriente... para no despertar sospechas... aunque tu no usas lo mismo que
nosotras... pero bien si tienes algo de 'Univertiry encantada'" le sonrio Idi, a la
mala cara de Max.
"Era la única forma de encontrarlas... o que pensabas que podría solo usando técnicas
de cazadora... solo en Mac Giver querida y por supuesto no soy él... y por cierto
querida, encontre todas nuestras pertenecias..." antes de poder continuar
"Obviamente no eres él, sino como se explica que no hayas podido sacarnos de ahí sin
tanto sarandeo y movimiento, pense que ese era mi último día... Has dicho pertenencias...
entroncaste" en un suspiro dramático se dejo caer a los brazos de Max, ella sin embargo
se hizo a un lado Idi cayo peor que saco de papas a su costado, Max le de volvio la
sonrisa inocente contra una de querer cometer un asesinato.
"Y como llegaremos... he de suponer que usaste a Helios pero nosotras no hemos ingerido
nada de MSDA durante mucho tiempo no creo que una conexión a Helios sea lo mas acertado
en este momento..." La voz de Antonia detuvo momentaniamente aquel duelo, que se
suponia que contestaría, no podían usar el MSDA, estaban debiles y sus cuerpos además
ella tampoco lo usó.
"Y quien dice que estoy usando MSDA..." Su voz sonó algo pastosa y cuestinadora.
"¿No? up... creo que eso no se va ha ver muy bien... entonces" Indico una magulladura
en su brazo derecho... y otro montón de heridas similares por todo su cuerpo "Creo que
deberías bañarte... sabes muy bien que para algunas enfermedades estamos protegidas
pero para otras no... y son muy comunes no te va ha gustar para nada estar llena de
ampollas o esas asquerosas pústulas con pus..." La voz de Idi sonó suñadora y de muy
pocos amigos "Imagina, llenas de esas cosas... y las curaciones,... y ese olor.."
"Quieres parar, cuando lleguemos me daré un baño... de todas formas la aldea no esta
tan lejos... como a unos veinte a treinta minutos... aun tienes tu cronómetro...
"Tu que crees... pues claro ... estuve pendiente de mi cronómetro cuando unos
energúmenos de casi dos metros de alto nos secuestran... y nos encierran en unas
cluacas... llenas de mugre y bichos asqueros... mira aquí esta todo lindo y limpio sin
ninguna rozadura" de forma sarcástica Idi le enseña la muñeca toda magullada y
lastimada... Max suspira sonoramente... los ánimos no están muy buenosss... Mientras
Idi trata de leventarse como puede del suelo con las rodillas peladas y un rozon muy
feo en la parte baja del abdomen al nivel de las caderas....
"Mierda... eso si me dolio.." dice sobándose las costillas...
"No lloré sea valiente, a cualquiera le puede pasar, y tienes que animarte nos queda un
largo camino por delante" le sonrie burlonamente An.
"Cállate por la cresta que esto se me va infectar.." Por primera vez le toma asunto a
las heridas que tiene en su pierna y sus brazos.
"Si la gangrena entrara... y carcomerá tu piel..." Max ya esta entrando en su estado
habitual de confianza y serenidad su cuerpo se relaja y ya se siente mejor de todas
formas discutir y probocar a Idi es la mejor terapia que puede existir."Vale si ustedes
se quieren quedar aquí toda la tarde... que les entre en provecho... por cierto saben
lo que son las Hydras... he oído que andan algunas por aquí... chauuu" sonriendo tomas
sus cosas y comienza a reanudar el paso nuevamente, hacia la aldea amazona.
Ambas chicas se miraron... "Espéranos... Maxxx!!!!!!!!!!!"
Después de caminar mas de media hora se detuvieron frente a unos árboles muy grandes y
viejos, aromas diferente las asaltaron... a distancia de distinguía una civilización...
para este entonces no les era muy difícil distinguir que estaban salvadas y poco
importaba lo que venia después de todas formas no podía ser peor que esas cluacas...
Solo que este solo era el comienzo, (lo había sido solo hacía dos días atrás, pero esto
definitivamente ere un nuevo comienzo).
"Oye Max, dijiste que solo serían 20 minutos y creo que llevamos caminando mas de una
hora..." Idi miró a ambos lados, cayo encuentra que ese árbol ya lo habían visto
anterior y no sola una sino tres veces, dirigió su mirada a un costado para comprobar
que su compañera comprendiera, esta solo sonrío suspirando.
Max no le contesto, seguia sola encabezando la empresa, Idi ya casi indignada por no
tener una respuesta y su humor mal genio al mismo extremo que Max.
"Max, creo que ya pasamos por aquí." Trato de sonar lo mas casual posible, tropezando
con la mirada de Antonia ella solo movio la cabeza para que no continuara jugando de
esa forma, no quería entrar en discuciones con Max después de todo ella era quien
guiaba la expedición.
"Tu lo crees, dime tienes cronómetro que has tomado el tiempo, no lo tienes verdad como
sabes que ha pasado una hora, desde cuando sabes leer las posiciones solares" Dijo de
mal humor, no habían notado que Max cojeaba y estaba terriblemente pálida, apenas podía
enfocar, sus ojos estaban dilatados, sudando en frío. "Solo falta un poco más,
llegaremos pronto" ambas chicas guardaron silencio y miradas complices, Max no estaba
portandose muy sincera con ellas.
"An, que piensas... esto no me gusta nada, sabes, nadita de nada, si no consumió nada
de MSDA que es posible considerando lo testaruda y tosuda que es..." se detuvo mirando
como Max comenzaba una respiración jadeante y entrecortada. "Por que no le preguntas lo
que le pasa, me da mala espina, que se nos muera a mitad de camino, no me agrada la
idea de hacer todo ese ritual nuevamente..." un leve escalofrío recorrio su cuerpo "y
menos en un lugar que no conocemos."
"I, la MSDA, tiene efecto retardado, Max la estado usando mas de un año, no te
preocupes lo mas probable es que solo sea una infección, un poco el sudor y la
dilatación de sus pupilas si pudiera ver sus ojos me confirmaría si se encuentra bien,
y, esa aldea parece estar a mil años luz de aquí" Max se apoyaba contra un árbol,
enfocando, An la encontró con la mirada justo en ese momento y se sonrieron. Como podía
estar pasando esto, en medio de quien sabe donde y sin un equipo medico, no era buena
idea infundir temor en I, ambas sabían que su estado no era bueno, Max le hizo una
seña para que se acercará, mientras Idi se entretenía sacando moras de unos arbusto.
"An, tienes algo..." penso un momento "una maldita aspirina, la cabeza esta que se me
parte, maldita sea, creo que tenias razón y debía tomar ese baño," tragando con
dificultad, An negó con la cabeza, de donde sacaría algo que aun no había sido
inventado, "bien podré aguantar unos cuantos intentes más, la aldea esta cerca, al
Norte... del lago que pasamos..., sabes, me sorprende que I no se haya dado cuanta que
pasamos por aquí ya unas tres veces" sonriendo "se molestará si le digo que fue...
aurg... ey eso duele... vale vamos a la aldea" sonriendo, estiro toda la altura de su
largo metro ochenta, a pesar de tener solo 17 años su estatura era la mas codiciada
para bask,' era posible que todo este tiempo solo dio vueltas en círculos para
probarnos, oh genial siempre es lo mismo con ella, no se puede calmar un instante y si
I se entera será discusión segura hasta la aldea...' la mente de An comenzaba a
trabajar de nuevo, como lo penso antes Max era una capulla en ese sentido se podia
estar sintiendo la mierda misma pero siempre ese codigo de honor, 'que les pasa a
estas chicas.' Volvio a reflexionar.
"Vamos I..." la llamo desde el camino, y entre las ramas apareció su amiga con las
manos y cara de color lila.
"Hey An debería probar esta cosa, esta buena... nuevo camino... ¡¡¡oye Max por fin
encontraste el sentido de orientación que tenía perdido!!!!!!!!" no pudo dejar de
gritar, An se cubrió la cara con las manos ya sabía de ante manos lo que venía, así
sin mas que mas las dejo atrás mientras ambas chicas se infundían en una discusión
sobre quien era la que andaba perdida... lo cual duró hasta que llegaron a la aldea e
Idi quedo sin habla.
"Malditahijade...." fue lo único que salió de su garganta se esperaba cualquier cosa
menos lo que tenía frente a sus ojos, con la mandíbula desencajada y los ojos como
platos, no reaccionaba a ningún estimulo, era posible lo que veían sus ojos, cuestionó
la posibilidad de estar soñando, si esto no era la realidad este debía ser el mejor de
sus sueños... eróticos... Mejor que ser invitado a la mansión play boy.
"Puarg... ya comenzó a babear... que asco," desde abajo la voz de un niño, pequeño
casi de 8 años, cabellos rizados como del mismo color que Idi, ojos color celeste
cielo, igualitos a los de Idi, una sonrisa maliciosa y traviesa, idéntica a la de Idi,
(podrías dejar de llamarla I, su nombre es Inga y no le gusta... además no me parezco
tanto a ella... solo somos hermanos no gemelos... y soy creyente de que uno de los dos
es adoptado.... y ella lo es...) "vale ya entendí" bueno en que iba yo... así, en
definitiva el hermano pequeño de Inga / vale vas a hacer lo que ese renacuajo diga...
ey donde esta el poder femenino... no me compares con el monstruo... y no me digas
Inga, si I o Idi te parece sin sentido usa entonces: I D.../ -_- pense que este era mi
historia y ustedes mis personajes, se callan por que aquí las ordenes las doy yo...
habrase visto seméjate sublevación de personaje, ahora solo falta que se voten a
huelga... Siguiendo con mi historia Y SIN MAS INTERRUPCIONES DE NINGÚN TIPO... como
les decía, Bar era la copía exacta de Idi, pero no en todo, como cualquier hermanos
tenían discusiones y problemas pero se toleraban querían MUTUAMENTE.
"Parece que Idi no tomo mucha atención en clases de historia universal ni lenguaje ni
lectura... por su cara no tiene ni la puta idea. AY!!!!!" un fuerte punta pies le llego
por ese tipo de vocabulario "donde esta..." Continuo con la mandíbula mas apretada que
pudo "le dijiste que en las aldeas como estas las chicas que no pertenecen a la tribu
tiene que pasar por un ritual para poder quedarse y pasar la noche." La cara que puso
Idi fue tan graciosas como la anterior, Bar penso que se partiria de la risa, estaba
claro, de que servia la historia, lenguaje y lectura, según ella si no tenía contenido
científico o del otro, no valía la pena leerlo, Max sonrío ella pensaba igual, pero no
podía dejar de leer libros que para cualquier joven eran de aburrimiento mortal, en
casa estaba el ser mas estricto del mundo y tenía que seguir las reglas al pie de la
letra, solo por eso sus movimientos y forma de actuar eran confiado, seguros y
directos y como debían comportarse, desde luego Bar no se salvó, Max que no le
gustaba estudiar sola, e ID no se sometería a lectura como esa aunque su vida
dependiera de ello, Bar de mala gana, muy mala gana se trago casi 100 libros de esos
en las vacaciones de los últimos dos años, sonriendo autosuficiente se alejo mirando de
arriba a abajo a su hermana, la sonrisa se acentuaba mas en su cara mas de lo que Idi
podía aguantar.
"De que demonios esta hablando ese pequeño despojo de..." paró en seco frente a ella,
una diosa, fue la única explicación que pudo dar a los que sus ojos veían, Max no hizo
ningún esfuerzo para recobrara la atención de su amiga, la cual estaba embelesada por
una chica morena casi de su altura y unos ojos de leona, toda una belleza.
"Ni lo menciones," cortó la risita nerviosa de An.
"Sabes que sus hormonas se revolucionan hasta con una escoba con falda, y nos traes a
una aldea amazonas, que esperabas" dijo por lo bajo, tratando de no reírse, desde
cuando se conocían, eran casi diez años, con ID encajo de inmediato, como amiga de Max
costo un poco mas pero después de todo amigas, a Bar le parecía la chica mas linda
del mundo y le decía que se casaría con ella eso fue cuando tenía hasta los seis años,
ahora en el presente Bar no quería saber nada de falda o similares su afición eran las
cosas que pasaban en casa de Max, pasándose el día entero con el padre de esta. Nada
había cambiado desde entonces, buenas amigas, no importó mucho la misteriosa vida de
Max, por lo poco que sabía, Max había ido a estudiar un de año a Alemania, según ID,
llego mas cambiada y fría de lo que era, nada sabía de ese año en otro país, sola en
una academia al otro lado del mundo, cuando ID sacaba aquello en discusión Max la
miraba con furia se retiraba sin mencionar ni una sola palabra, "vale ves como se pone,
quien la cacha con lo pesada que es... sé nos oculta algo y no quiere decir que...
pero ya lo dirá la conozco como a mi palma..." decía ID cada vez que Max dejaba hasta
ahí el tema de discusión. El problema se acentuó cuando sin querer Bar descubrio la
verdad, no pudo guardar el secreto, de todas formas no lo había hecho ningún juramento
o algo por el estilo el honor no fue traicionado, solo que ahora comprendían la actitud
de Max y lo que pasaba en su familia.
Cuanto tiempo había pasado, ID ya estaba con ropas limpias y una sonrisa de oreja a
oreja, "esto es la gloria" sonriendo a An que parecía ida en otro mundo. "hey, tierra
a An... holasss... Antoniaaaaaaa estas conectada o se cayo tu sistema..." la voz de ID
la saco de sus pensamientos lejanos recordatorio de la vida que habían llevado tan
solo unas cuantas semanas antes. An solo le sonrío e indicó su atuendo bastante... no
encontraba las palabras para describirlo "Amazónico... no lo crees" sus ropas
concistía en un top de piel ajustado a sus senos, bastante ajustado, con ciento de
detalles pintorezcos y una falda bastante diminuta con pliegues de pieles de muchos
colores, exacto era justo lo que pensaba An, amazónico y antes de poder agregar algo
mas una chica de la tribu reclamo la atención de su amiga, la cual ni corta ni perezosa
se dejo guiar por la aldea. En cambio ella fue hacia donde se había perdido de vista
Max, se fijó el rumbo que llevaba, mientras su traviesa mente viajaba a su pasado, uno,
dos, tres golpes en la puerta de madera cruda sin esos toques sutiles de las puertas
de su mundo tan suaves al tactos, estas en cambio eran como las que habían en el pueblo
donde pasó las vacaciones tantos veranos infantiles, en las cabañas labrada por la
madera cruda y virgen, pero diferente, miró a su costado y solo mujeres rondaban el
pueblo, ellas levantaron estas cabañas y este mundo perfecto a su ojos, guardo silencio,
no pertenecían a este lugar y era justo destrozar a estas personas solo por averiguar
el camino que habían, debían y deberían seguir, todo este mundo era perfecto. Las
puertas hechas por estas mujeres eran perfectas hermosas, crudas, pero hermosas llenas
de vida, vida que era justo arrebatar, no ellas no serían quienes juzgarían, pero lo
dicho por Max 'no somos de este ni de ningún lado, no tenemos hogar ni reglas por
seguir, si te pones frente a mí, y eres mi estorbo te acabaré sin pensarlo dos veces'
por qué había dicho eso, no era común en ella, solo actuaba y ya... nada de discurso
tontos, lo había dicho mirándola a los ojos, esos ojos azules que la dejaban al
descubierto y no permitían mentiras y engaños, que eran sinceros, cuanto le había dolido
todo esto, mucho, no supo como ni cuando estuvieron fuera de su prisión, a su lado el
correr del lago en el que se estaban bañando. Miró nuevamente la puerta, no había
respuesta solo silencio, Max no ocupó MSDA para ir a rescatarlas, sus heridas
empeorarían sin desinfección apropiada, ella no era así, el MSDA era, es importante lo
sabía, cuanto les quedaba, alcanzaría hasta que pudieran salir de aquel lugar. No, Max
sabía lo que pasaba, era un auto sacrificio, pero por qué.
Nada de esto estaba bien, nada, fijó su atención de nuevo en la puerta, por qué... a
caso los pecados del pasado estaban siendo cobrado en este momento, ellas no eran
culpables de todo esto no de lo que pasó, este mundo no les pertenecía, no era posible
que todo esto fuera así, Max pensaría igual que ella.
No espero la respuesta, empujo la puerta para poder hacer ingreso, todo estaba oscuro.
Sus pupilas se comenzaron a acostumbrar a esa oscuridad, al principio no notó que no
chocó con ningún mueble o algo, este lugar era tan familiar, como si ya hubiera estado
ahí o lo conociera como la palma de su mano, se detuvo sin querer como siempre lo hacia,
cuantas veces había entrado en el dormitorio de Max, a oscuras en silencio, y detenido
a los quince pasos exactos, dejó caer sus manos a un costado y encontró lo que buscaba.
*****
"Desde afuera no se ven tan GRANDE... solo mide un par de kilómetros... pare un
dinosaurio gigante" su voz casi se perdía por el viento huracanado que corría por su
lado.
"¡¡¡¿QUE COSA DIJISTE?!!!!!!!!" La voz de su hermana lo hizo voltear y mirarla de forma
exasperada, con un gesto de sus manos, muy adecuado de un niño de ocho años
acostumbrado a ver programas no aptos para su edad, "MIRA PEQUEÑO RENACUAJO VERAS
CUANDO TE COJA Y TE COM........AUGRRRRRRRRR" Gruño justo cuando una rama le dio en
pleno abdomen tirándola lejos.
"No sé por qué has venido, mejor que hubieras quedado con Antonia en la aldea,"
rezongando por la presencia de su hermana que hasta esa altura solo era una estorbo
que una ayuda.
El clima estaba empeorando de una manera sorprendente, ID había terminado agarrada como
una gata pelirroja (decidio que el color rojo le venia de maravillas y en la aldea
amazona donde habían pasado una corta pero productiva temporada no fue tan difícil con
seguir los productos para cambiar de color su cabello, Bar no quizo quedarse atras y
como cualquier pequeño mocoso de 8 años que su único motivo de vida es imitar a su
hermana mayor, le siguio el ejemplo, el problema iba ha formarse si por algún misterio
de esta vida la madre de ambos los pilla con el color de cabello distinto y en el caso
de Idi con una par de aretes en otras partes del cuerpo, y la ropa rasgada y
desordenada, que probabilidad había que la madre de Idi y Bar lograra tener acceso a
ese lugar, según Idi y Bar ninguna pero la opinion cambiaba si le preguntaban a las
otras dos, la madre de Idi tenia esa extraña forma de llegar en el momento menos
apropiado y en la situación mas extraña, pero siempre no era para asustarse, ya que
solo sonreia y te miraba como si fuera lo mas normal que su hija de dieciseis años y
sus dos amigas de la misma edad mantivieran en su dormitorio un gran y expelusnante
portal abierto de par en par, con cosas muy raras saliendo de su interior, quizá era
que la señora Sauer mantenia una mente muy abierta a causa de Bar, el niño era bastante
mas complicado que los otros niños del barrio, pocos amigos y un montón de problemas,
cada vez que la señora Sauer debia dejar a sus hijos solos en casa, no le preocupaba
tanto lo que hisiera Idi de todas formas ella saldría tan dañada, pero con Bar era
diferente una vez termino con una querella y la mitad de la cuadra aislada por una
fuga de gas, así que la señora Sauer suponia que Bar estaba con su hija y las amigas
de esta, nada malo podía pasar, por ende no entrariá en el dormitorio de Idi, eso
solo era una suposición que esperaban mantener hasta el fin de sus aventuras).
Desde una rama de una árbol, en pocas palabras con uñas y dientes, "Quién me manda a
menterme en estos enrrollos" gemia, tratando de no mirar hacia abajo o que la rama
comenzara a crujir. Idi mantenia su mostura felina, miraba como Bar se elevaba cada
vez mas hasta perderse, hacerse un punto apenas visible... "Por qué no tuve una
hermana... o un cachorro... solo a mi se me ocurre pedir un hermanito... en que estaba
pensando... y... maldita sea, odio los huracanes... no odio los volcanes que ocultan
secretos... odio mas a los pequeños hermanos menores que piensan que por tener un CI
mas elevado de lo normal pueden hacer los que se les venga en gana... y odio este
maldito lugar... por qué no me quede en clase de calculo como debía... después iba a
tomar un helado con Cintia... odio mi vida..." respiro profundamente y la rama comenzo
a grujir... "Oh... oh rayos, tengo dos opciones, dejarme caer o caerme, cual de las
dos dolera menos" miro hacia el suelo, el cual estaba a una distancia conciderabla.
"Bien, pero Max me va ha escucha... monte perdido... ella fue hacuia el mar Egeo... y
nosotros a un monte a fin del mundo... a la cuenta de tres, chica eres fuerte, eres
valiente, eres la mayor estupida de este planeta..." respiro profundamente "tres" se
dejo caer... caer... caer... hasta darse cuenta que todo el viaje hasta ese lugar lo
hizo volarndo, con algo mas de confianza, y mirando a ambos lados, si Bar le había
visto esto seria su ruina y burla de su pequeño y molesto hermano, "por suerte nadie
vio ese papelon, mejor lo alcanzo o tendremos problemas en el paraiso del amor" con su
tono sarcastico, pensando en Max y Antonia, ambas solas en la aldea que hacia pocos
días ocupaban como sede para la busqeuda del motivo.
Mientras Bar estaba en su elemento, todo este caos era perfecto para él, no necesitaba
levantar la voz, para hacerse escuchar y podía manejarse sin ningún problema en el
aire, desde arriba todo era diferente libertad.
"Pero era primordial, obtener lo que los había llevado a aquel lugar tan inhóspito",
penso. Bar se alzó a gran velocidad sobre las misma nubes corriendo con el viento
huracanado, hasta el alto de la montaña, sin su hermana el trabajo sería mas rápido y
menos '¿difícil?' *si como no* penso Bar, con la mirada buscó entre los dorados
pliegues, mantuvo la vista fija unos instantes, estaba muy lejos y era imposible ver
algo desde esa altura, eso no era ningún problema para el niño, solo con un gesto agil,
descolgo de uno de sus bolsillos, unos visores que le permitieron obtener una visión
mas clara del interior de la montaña y ahí escondido bajo la montaña de tesoros de
incalculable valor joyas brillantes y de materiales inmaginables, estaba uno de los
motivos de este peligroso y siniestro viaje, 'el motivo' una de las siete partes de un
artefacto fabuloso, que solo a Idi se le ocurrio en dividir, y se estaba conviertiendo
en un verdadero dolor de cabeza, Bar se lanzó en picada contuvo un momento la
respiración de esa forma le seria mas facil adaptarse al nuevo cambio que significaba
la entrada a la boca de la montaña, ninguna actividad, pero poco a poco algo calido
invadio el interior de Bar, algo ya conocido y esperimentado en veces anteriores, algo
que no lo dejaba dormir o probocaba los dueños mas siniestros, esto no era nuevo, ya
antes en otras vidas lo sintio, pero como sienpre solo era un sentimiento, ancestral,
como un motivo de vida, o una forma de existencia, a nadie lo había comentado, esto
era lo que mantenia a Bar en sus cavales y era capaz de los mas fabulosos y
descabellados inventos, la base de su genialidad; desde la boca de la montaña hasta el
finito de esta ese era su destino, descubrir el corazón de esta gran montaña, le costó
varios minutos llegar hasta la sima (para los que no sepan que es sima... es sinonimo
de abismo), pasando a su lado los mas extraños paisajes, casi encantado, fue una ayuda
que el hermano de Max, Dino, le gustará tanto la literatura fantástica él fue quien de
cierto modo lo motivo a leer cuentos de la mas increíble trama, era parte de él se dio
cuenta que este lugar lo haia manifestar un nuevo mundo en su interior, lo sentia suyo,
sus propias historias, vivir en aquellos mundos, todo esto pertenecia a Bar a sus
inicios, a su vida, a la esencia de este complejo ser humano, a Bar la lectura lo
comenzó a dominar desde los cuatro siendo un niño hiperactivo fue la única manera que
encontró su madre para calmarlo, bueno eso y los vídeo juegos. Habría tiempo una vez
que sacará el 'motivo' de la boca de la montaña, para inspeccionar aquel maravilloso
y fantástico abismo, no estaba oscuro, las luces de las cavernas y los tesoros en el
fondo iluminaban como si fuera un día de verano, solo unos cuantos kilómetros mas y
ahí estaba llegaría pronto nada podría detenerle.
Tan cerca podía tocar el suave calor que desprendían las joyas, era un sueño, no tenía
codicia en su corazón y realmente no le veía el valor a aquellas piedras brillantes y
por otro lado si las tomaba despertaría la furia de la montaña y esta se convertiría
en un volcán acabando con la vida alrededor y antes de que encontrará 'el motivo'
sería Bar asado... mejor se dedicaba a buscar lo que vio desde la altura de la cima
de la montaña hacia la sima, desde allá arriba era fácil dar con ella, pero aquí
abajo todo era diferente, miles de cosas reclamaban su atención, espadas de todos los
diseños, romanas, griegas, egipcias, hunas, esto era como una arca perdida de armas
fabulosas, diseños en oro y plata todas ellas fabricada por los mas diestros herreros,
mas y mas tesoros, su mente no podía estar quieta.
"Bakan!!! vale Bar respira profundamente..." cerro sus ojos, inspiró con lentitud
absorbiendo con cuidado el aire ha sus pulmones extendió sus manos a sus lados con las
palmas hacía bajo, mantuvo los pies juntos en el mismo eje, luego como un rito expulso
el aire con la misma lentitud con la que lo había absorbido, esto lo repitió unas
cuatro veces y lo habría seguido haciendo si su hermana no cae a un costado.
"¡¡¡MIERDA!!!" un grito desgarro el silencio, desde lejos la intrusa que pondría fin a
la paz y su concentración, Bar ceño un poco sus cejas, "ARGUUU........." Idi no tenia
el porte para ser una legendaria casadora de tesoros perdido ni mada por el estilo, su
entrenamiento estaba basado en simuladores, mucha tv por cable y toneladas de alimento
envasado, el desenso desde la cima de la montaña hasta la sima, el fondo, el centro de
la tierra, no estaba en ninguna parte del fotello, permanecio tendida unos cuantos
minutos en el suelo tratando de recobrar el aliento y el enfoque, sus ideas circulaban
sumamente rápido en su cerebro, primero: un día normal, solo reñi un par de veces en
la mañana con Bar por el baño, el desayuno, el asiento en el auto, la música que iba
poniendo, mientras nuestra madre no se metia en la discución, las clases, histotia, y
la chica que se sienta adelante y esta muy buena, cambio de clases, y Max llega tarde,
para variar, de muy mal semblante, y una novedad Max y Antonia ni siquiera se miran o
saludan, clases de biologia, con el otro nivel, y la morena que vuelve loca a Idi...
jejej, después de tener un montón de clases un recreo, Max odiosamente manda a volar a
un par de chicas que ocuparon su lugar en los bancos del parque, Max sigue molesta y
Antonia no tiene intensión de solucionar la situación, las clases que siguieron fue lo
mismo, hasta la hora del almuerzo, pure de papas y ensaladas, clasico de los Miercoles,
Antonia es la que esta molesta, y discute con Max, este si fue un día llevan cuatro
discuciones en lo que va de la mañana, clases... y por fin la salida, después vamos a
mi casa para el proyecto de tecnología los guisantes que cambian de color al menos
obtendremos una calificación decente, Max sigue sin dirigir la mirada hacia Antonia,
que habrá pasado entre esas dos... y luego Bar llega de clases, mamá no esta en casa,
Bar comienza su habitual dansa de molestos ruidos en su habitación... Max y Antonia
siguen sin hablarse, esto parece serio, el programa de rápidez motora que prepare con
Antonia, por que estan discutiendo por eso, Bar otra vez en mi dormitorio... mas
problemas... "'augr rayos mi cabeza ' cresta ya se donde estoy... quiero volver a mi
inconciencia así podre aniquilar a ese pequeño monstruo..." tomando su cabeza entre
ambas manos para aplacar el dolor que causo el golpe, en foco bien el lugar, recordo
todos lo que paso antes de ese tremendo azoton que se dio "... pirañas...
energumenos... bichos muy pero muy asquerosos, chicas en muy poca ropa... y yo
atrapada en la boca de una cueva con el ser que hace ver a alien como un bello e
ingenuo e.t." miro a su hermano en la posición de brazos extendidos respirando
profundamente y luego mas intensamente el lugar "QUE DEMONIO ES ESTE LUGAR... HEY
MOSTRUO DEFORME GRACIAS POR LA AYUDA... HEY... A NOOOO YA COMENZATE DE NUEVO CON ESA
WE... OYE¡¡¡¡" Idi se había recuperado por completo y no tenia por que preocuparse por
los daños colaterales del golpe en la cabeza de su hermana, no podría empeorar mas, Bar
termino dándole un codazo en las costillas, trato de dárselo en las costillas, ID es
bastante mas alta, Bar solo mide un metro y treinta centímetros, es decir le llega al
nivel de las caderas.
"La paz de este lugar no debe ser perturbada, calma y paz ID" su voz era casi un
susurro estrangulado de risa, unas miradas asesinas asaltaron en sus rostros, paz y
clama, eso si era una broma.
"Y por esa mierda mi diste tremendo manotón... ten cuidado o pensaran que andas de
manos..., WUAAAAAA..." la mira severa del niño la perturvo este niño actuaba como su
hermano pero era él, no... Era Bar solo su comportamiento mas severo y reducido, su
alrededor clamaba por sus ojos y antención, "QUÉ... ESTA ES LA CUEVA DE ALADINO" No
pudo dejar se gritar al ver todas esas riqueza.."RICOSSS SOMOS RICOSSS QUIEN NECESITA
IR A LA Uni CON TODO ESTE DINERO FUNDARE MI PROPIA U... ADIOS CLASES DE DEPORTE..." Bar
quedo mirando a su hermana mientras esta llena de felicidad comenzó a bailar entre las
montañas de monedas de oro, plata, todas sin excepción del tamaño de galletas de avenas
que preparaba su nana Misa, Bar alzó una ceja y se encogió de hombros prefirió buscar
'el motivo' y dejar a su hermana ahí, a sabiendas que esto no traería nada bueno.
"Qué puede pasar, que la cueva se convierta en una olla ardiente de lava por culpa de
la codisia de mi hermana, no' Idi sabe lo que pasaría si actua de forma indevida,umm"
a punto de arrojar un par, miro bien lo que tenia en la mano 'pepitas de oro', eran de
tamaños de melones, las tiro aun lado eso no era lo que buscaba, su hermana seguia
dando saltitos y nadando en las montañas de modedas de oro y plata, esto le recordo
unos dibu antiguo que encontro en la wed un pato rico y codicioso que nadaba en oro,
el tio rico, la misma parodía, se fue a unos de los extremos de la circular caverna
al punto donde diviso 'el motivo' desde lo alto de la montaña, obviamente desde arriba
esto se veía mas pequeño y de mas facíl acceso, solo que ahora todo era el doble del
tamaño y los objetos mas pequeños dificultaban el trabajo.
Después de mas de hora y media, una hora mas de lo presupuestado y obviamente ID no
era de mucha ayuda Bar encontró 'el motivo' bajó unas frutas extrañas parecidas a los
mangos por la forma y tamaño,aparto las frutas de encima del 'motivo' intrudujo su
mano en la pequeña abertura donde relucia, tomó 'el motivo' era como lo recordaba,
largo y delgado, liviano y suave al tacto, lo alzo suspendido por un extremo, el
cuero no tenía ningún daño su color café oscuro opaco como siempre y las instripciones
seguían en el mismo lugar uno de los siete artefactos que los ayudarían a salir de
aquel lugar, no pudo dejar de pensar que esto tenía un parecido muy, pero muy a un
juego de play station, solo esperaba la próxima etapa. Observo de reojo las frutas,
algo en su interior le decía que debía tomarlas, las miró de cerca y cayo en cuenta de
lo que se trataba, se sonrío así mismo, quizá con esto no necesitarían usar el MASD
que les quedaba tomarlas estaba mal, sopeso los pros y los contras y sin mas que mas
una sonrisa maligna se dibujo en su rostro, cuanto tiempo les tomaría salir del
interior de la montaña y bloquearla para que no hiciera erupción su sonrisa se afianso
mas en su cara y en sus megillas unos pequeños ojuelos, buscó en el interior de su
chaqueta, en los bolsillos pequeños, entre los múltiples cierres que contenía, esta
era la chaqueta que Púber le regalo para Navidad, Púber su uno de los ex-novios de su
madre al menos este tenía algo de sentido común y era menos tonto que los otros tres
novios de su madre, encontró por fin una bolsa de color marrón toda arrugada, la
estiró de un solo golpe recuperando su tamaño original, casi el de tres veces, metió
con cuidado las frutas con 'el motivo' aun en su mano contemplo las frutas en el
interior de la bolsa y luego su mano con el delgado cordel de cuero, rápidamente lo
hizo un ovillo y lo tiró en el interior de la bolsa con las de mas cosas, amarro por
le extremo la bolsa y la metió con el mayor de los cuidados en el interior de su
mochila, para luego encajarla a su espalda, con el peso de las frutas Bar se ladeo un
poco ha la derecha, calculo mentalmente ahora con el peso de la fruta la salida de
este lugar, hasta que logro acomodarla y salir a buscar a su hermana.
"Vamos!!!! que ya es tarde, ID, ¿Qué haces?" cuando Idi se había quedado tan callada
no se dio cuenta, la observo un instante, su rostro una mascara de concentración y
tensión opto por colocarse en cuclillas al igual que su hermana, está observaba el
interior de un agujero que estaba en el suelo rocoso, las manos de ID iban de un lado
para otro en el suelo , Bar capto la mirada de su hermana, esto no iba bien.
"Tenemos que salir de aquí ahora sin hacer el menor de los ruidos o movimientos,
estamos como a unos mil kilómetros de la superficie, con un solo brinco" la voz de ID
era casi un susurro, Bar asistió sin quitar los ojos de su hermana en el reflejo de
estos podía ver claramente lo que pasaba, las marcas de lava comenzaban a crecer en
una subcapa, lo que tomo sin permiso era valioso y serían castigado por eso, solo
tenían una oportunidad, y esto lo esperaban, aunque 'el motivo ' les pertenecia ellos
lo crearon, en este lugar era de propiedad de la montaña y era un robo, se estaban
robando así mismo la montaña despertaría en fueria en cualquier momento "a las tres
vale enano," Bar volvió a asistir, retiró sus manos del suelo, con cuidado, el suelo
cubierto por riquezas comenzo a temblar, y el agujero a crecer, al mismo tiempo
elevaron sus miraron hacia el diminuto orificio que suponía la salida de la montaña,
tomaron aire, ID contó con sus dedos, uno,... ya lo habían hecho antes esto no era tan
difícil y tenían una idea clara... dos, solo un salto era una suerte que aun contaran
con el equipo que Max utilizaba en sus entrenamientos, esto le permitiría salir sin
mayores problemas, preparados... el útimo dedo que marcaba la cuenta cayo y tres, de un
salto ambos despegaron del suelo y se elevaron a la velocidad del sonido (vale el
sonido viaja mas lento que la luz, además estan acostumbrados a viajar a ese tipo de
velocidades), tan rápido que solo estaba vez les costo la mitad del tiempo empleado
para entrar a los interiores de la montaña, estaban fuera, y a salvo. Sin aliento y la
cara roja por el esfuerzo, e Idi se tomaba el costado en señal de dolor, Bar miraba
hacia bajo, le habría gustado visitar esas cavernas, era una pena quizá en otra
ocasión bueno si aun seguian intacta después de que la lava pasara por ellas, la
respiración jadeante de su hermana lo sacó de su letardo y maravillo momento de
fantásticas aventuras.
"Nada de esto salia en el mapa... o si? con razón Max fue hacia el otro..." con la
respiranción entre cortada, para la próxima iría con Max.
"Tienes mucha practica ¿he?" con una sonrisa burlona, y antes de que pudiera caer bajo
las garras de su hermana ya le llevaba una ventaja considerable.
*****
Desde la tierra aquel lugar era placido, la brisa marina golpeaba suavemente su cara,
todo esto era como lo recordaba, nada cambio todo igual, los mismo rostros, quizá no
las mismas personas, pero la esencia era la misma, caminar por la playa sus pies al
tacto de la morena arena, muy poca diferencia entre el colorido castaño de la arena
con los bronceados pies de la joven, se descalzo de sus bototos militares y de las
calcetas negras, aquel placer se lo dio, de todas formas no apuraba y Antonia estaba
segura en la aldea, Idi y Bar no se encontraban muy lejos, ella podía dejar de ser
indispensable, pero de pronto esto le resulto vacio, sin vida, sin brillo, algo hacia
falta, entorno sus gelidos ojos al mar Egeo, ese mar verde-azulado, sus ojos no
resistieron lo que tenía en frente, desvio la vista hacia la arena, una pequeña concha
marina a sus pies, 'Antonia' la voz de su mente retomo aquel nombre tan solo para
hacerla sufrir mas, todo había cambiado acaso, desde cuando su amistad y sentimientos
se rompieron, 'no puedo perdonar, solo soy un ser humano, no soy Dios, Max lo siento
pero no puedes pedir que te perdone, debes descubrir en tu alma y sanar desde adentro'
la voz de Antonia nuevamente en su cerebro, en su corazón, Antonia no perdono los
crimenes cometidos por Max, Max asbe lo que duele todo esto, sabe que Antonia sufre y
sabe que ella esta sufriendo también, antes de poder tomar consiencia de sus actos
acabo con millares de personas, seres inocentes, seres verdaderos, no ficticcio, seres
que rogaban por su vida, todo se volvía a repetir, una y otra vez siempre de la misma
forma, siempre... y no habría forma de parar, solo una, solo la que llevaban a cabo,
pero esta era tan difícil como tratar de corregir sus antiguas vidas, había que sacar
la maldad de raíz y la única forma era llegando al principio de la historia, no le
sorprendía que todo esto se remontara a miles de años en el pasado, de todas formas
era un ser maligno y debía ser destruido, no quería causar daño a los que amaba, a
Antonia, Idi y Bar ellos significaban mucho, eran parte de su pasado presente y futuro,
había aprendido a perderlos y a encontralos una y otra vez, y todas con el mismo final,
ya no quería volver a pasar por lo mismo, de su tanto reflexionar no se dio ni cuenta
cuando llego hasta uno de los extremos de la playa, comenzaba el puerto pesquero, los
pequeños barcos de madera duermientes en la oriila de la playa, los hombre alrededor
de fogatas costeras asando pescados grande y jugosos, a cada paso de Max el olor era
mas latente olor a librertad, las mujeres de coloridas poyeras bajanban a trote a la
playa portando enorme canastas de mimbre, sus rostros curtidos por el sol y la brisa
marina sus caras llenas de bondad, a cuantos de ellos causo daño, bajanba por la
orilla no queria ser vista ni invitada a la animada fiesta amrina , esta era la vida
que dejo hacia mucho tiempo atras, faltaba poco, las rocas en punta las que le
indicarían la entrada a un cueva secreta, su paso aumento al igual que el ritmo de su
corazón, el sonido de las canciones fue acompañado por tambores, no podría pasar por
aquel lugar sin llamar la atención, la música le recordo a Antonia, un día en casa de
Idi, música mistica, milenaria, serena, suave, salvaje, y los labio de la chica
murmurando palabras bellas, y un suave beso, cuanto tiempo de eso, tres, cuatro o
cinco años, ya no lo recordaba, solo que desde ese día Antonia paso ha ser el ser mas
importante de su existencia, si se podía mas, Antonia siempre ocupo ese lugar especial,
pero desde entonces entre ambas brillaba una nueva luz, una esperanza; la música se
detuvo los aldeanos rodeaban a la joven, las preguntas, las miradas, los gestos, Max
no estaba para el juego de nadie, elevo todo su porte como una coraza amenazadora
frente a la gente de mar, los hizo a un lado sin violencia o malos tratos, solo a
pocos pasos de hay se encontraba el motivo de su viaje, las rocas en punta y las olas
rompiendo en ellas, su capa, bototos y pantalón no serían necesarios, se desprendio
rápidamente de ellos, los dejo a un lado de las rocas, su figura tomaba mas porte, la
camiseta ajustada, las calza hasta el muslo, su cuerpo era una completa maquina de
perfección, la musculatura era formidable, completa y recia, Max se toma muy en serio
ser un proyecto secreto del estado, pero mas clavaba en su cabeza tener en su interior
a un ser altamente destrutivo, que podía estallar de un momento a otro.
Subío a lo alto de las rocas, desde allí se distinguia un pequeño hueco, la entrada a
la cueva,tomo aire, conciente que una venteinta de ojos la observaba, cerro
fuertemente los ojos, su pie derecho se dejo manejar hacia delante y con la agilidad
de un felino, Max se había lanzado a vacio entre puntiagudas rocas que la atravesarían
de par en par.
*****
En tierra firme y a miles de kilometros de los dos escenarios anteriores, dos figuras
una a caballo y la otra a pie recorrían su camino de forma amena conversando de esto
y lo otro, como siempre lo hacían, habían pasado varios días ya desde el último
pueblo, y este camino conducía hacia la capital, Atenas, donde no tenían mas misión que
pasar a comprar algunas cosa y pasar a ver a algunos amigos, y visitar el templo de
Atenas, ambas figuras se miraron hacia cuanto que todo estaba tan tranquilo y ameno.
"Xena, antes de Atenas hay un pueblo verdad?" pregunto Gabrielle (vale y ustedes a
quienes creían que pondría, a Buffy la cazavampiros...) Xena miró de reojo a su
compañera, y luego al frente, medito un momento antes de hablar, mas del necesario
"Xena?" Gabrielle la quedó mirando "bien, bien, ya entendí, pero solo esta noche
quieres, el dolor de mis pies me esta matando y ansío una comida decente, no estoy
diciendo que lo que tu cocines esta mal, solo una mesa y platos" sonriendo tierna y
corruptamente, Xena la noble y consentidora guerrera no tuvo mas remedio que acceder.
"Quiero llegar a Atenas lo antes posible, Gabrielle, y esta parada en el pueblo no nos
ayudará mucho, pero si tu quieres, que mas da..." con un tono de resignación en la
voz, pero antes de volver a la discusión que tenía hace un momento sobre las estrellas
y vida mas allá del mar, un olor asumagado y asqueroso invadió sus narices, Xena hizo
detener a Argos de una sola vez tirando con fuerza, mas de la debida, las correas de
la yegua. Gabrielle en guardia no sabia que esperar, el olor entraba por su nariz y de
cierta lo reconocía, como cotidiano, alzo su miraba en busca de algún movimiento de
Xena, solo la vio hay seria sus ojos en un punto fijo al final del horizonte,
Gabrielle dio un paso a adelante un leve crujido la hizo mirar hacia a bajo no pudo
evitar dar un grito de sorpresa, una muy horrible sorpresa, con Xena había visto en
todos sus viajes cosa terribles, pero esto era impresiónate, era algo negro como
carbón, no de árbol, era un hombre que estaba en posición fetal retorcido por quizá la
cruenta muerte que tuvo, y no era solo uno, todos donde sus ojos alcanzaban a ver tenia
la misma situación.
Xena en cambio seguía la secuencia de tan tétrico panorama, ni en sus peores años de
señor de la guerra, pero esto si estaba en sus expectativa, el o los seres que habían
hecho esto debían tener una conexión con ella, la forma en que los cuerpo quedaron
calcinados la disposición del ataque todo de tres en tres, quizá fueron tres equipos
de ataques encargado de acabar un grupo especifico, en forma ordenada, todo estaba en
su lugar, desde armas a armaduras, nada se habían llevado.
"Esta cerca el pueblo, allá pueden saber algo, si es que queda algo del pueblo"
Gabrielle no se atrevía a dar un paso, pero como estar pisando trigo o maíz, Xena le
extendió la mano, sobre Argos llegarían pronto.
El silencio de la guerrera le indicaba que algo no andaba bien, la mente de Xena era
inaccesible para cualquier ser, Gabrielle tenía miedo vio en los ojos de Xena ese ya
conocido fulgor, esto tenía que ver con ella, y lo mas probable una trampa.
"Xena ¿en qué piensas?" sosteniendo sus manos sobre las caderas enfundadas en cuero de
la guerrera, al no obtener una respuesta Gabrielle presiono sus manos con mayor fuerza,
no se quedaría con el silencio y a esperar que todo fuera solucionado por la mujer que
se hacia la fría y calculadora, no esta vez, sin mucho éxito ella también estaba
nerviosa y las fuerzas la habían abandonado.
"Aug, Gabrielle con cuidado" se quejo sin dejar de notar que la mujer que estaba detras
de ella no había presenciado nunca en su vida un acto de tanta crueldad.
"¿En qué piensas?" volvió a preguntar sin tomar en cuenta que Xena estaba mas tensa de
lo normal.
"Solo que.." hizo una pausa "es una de mis táctica de guerrera" dijo sin con la voz
casi ida, imaginado quien podía saber tales técnicas, algún antiguo enemigo o
soldados de sus ejércitos, solo los cercanos sabían el movimiento de sus estrategias.
"que nunca lleve a cabo" termino la frase, recordando con quienes estuvo cuando ideo
esta estrategia.
Gabrielle sopeso la información, esto fue idea de Xena, fue cruel, pero ella no era
así, no ahora "Nunca la llevaste a cabo, me alegro, es horrible, toda esta gente debió
morir de forma horrible" comento Gabrielle mientras las patas de Argos se hundían en
la espesa ceniza. En un gesto de apoyo, Gabrielle hundio su cabeza en los cabellos
negros y brillantes de Xena, afianzo mas el abrazo, no quería que la guerrera se
sintiera sola, o culpable, pronto descubririan a él o los culpables de tales hechos.
"No eran del pueblo, son extranjeros, soldados, que se dirigían hacia a Atenas"
Gabrielle levanto sus ojos miró intensamente la nuca de la guerrera.
"Se dirigían hacia a Atenas, quizá la misma Atenea los extermino" era probable, con tal
de defender su ciudad Atenea era capaz de todo, al igual que Artemisa por sus amazonas,
pero Atenea estaba enterada de todos los planes de Xena quizá como diosa.
"No Atenea no sería capaz de esto, ella ayudaría a su ejército, esto no es obra de un
mortal, pero tampoco de un dios griego" Xena se formulo la misma pregunta que Gabrielle
tenía en su cabeza y antes de que la joven pudiera hacerla ella contesto "no se quien
pudo hacerlo Gabrielle, no me gustaría saberlo, por que sé que tiene que ver conmigo,
sé que estas pensando en Ares, pero él..." en silencio mortal continuaron el resto de
su camino Ares, él podría haber tenido algo que ver, sin embargo él seria capaz de algo
tan macravo y acabado.
El pueblo no tenía ningún daño, al contrario en los limites de este se veía claramente
la línea de tierra que separaba la batalla sin cuartel y el pueblo pacífico, una línea
de tierra oscura quemada era el único indicio de que mas allá tuvo cabida una matanza
terrible, y la línea clara de tierra viva era la puerta de la vida, Gabrielle se dejo
caer de Argos, Xena siguió sus pasos, el pueblo estaba tranquilo sin ninguna
perturbación, los habitantes le saludaban al pasar con grandes y amistosas sonrisas.
"Acabamos de ver cuerpos carbonizados en el camino" dijo Gabrielle buscando a Xena con
la mirada, el hombre que estaba delante de ella sonrío, era viejo y parecía amistoso.
"Si era un ejercito persa" dijo el hombre con cierto desdén.
"Persa, no estamos en guerra con ellos, ¿por qué venía un ejercito hacia Atenas?"
Gabrielle pregunto en voz alta, Xena seguía recorriendo el pueblo mirando los rostros
y las actitudes de las personas que lo habitaban.
"Venía a tomar Atenas, y los dioses los han destruido" la voz de una mujer mayor
cubierta por arrugas y piel curtida, se acercaba apenas podía caminar, usaba un bastón
largo nudoso como de álamo, su vista nublada y de ojos negros cayó sobre Gabrielle
"Soy la madre de este pueblo, Vena es mi nombre de madre, ustedes son extranjeras en
su tierra, al igual que ellos" señalo hacia un grupo de ancianos, hombre, mujeres y
niños, todos acurrucados en un rincón aislado del pueblo, Xena esta cerca de ellos,
nota que en las muñecas y tobillos de todos hay marcas de grilletes.
"Esclavos" murmura Xena, se arrodilla frente a una niña, la cual levanta la mirada,
Xena espera la reacción de la niña.
"Gracias" musita ella con suavidad, alzando sus manos.
"¿Por qué?" pregunta Xena, en los labios de la niña se dibuja una suave sonrisa.
"Por liberarnos, a todos" la cara de Xena cambia, como es posible ella no ha liberado a
nadie, nunca antes ha visto a ninguno de ellos.
"Yo, no he hecho nada de lo que dices pequeña, te equivocas de persona" antes de que
Xena se levante la mano de la mujer que estaba al lado de la niña la detiene.
"La diferencia es muy leve, ella era algo mas joven que tu, solo una niña, no mayor a
mi hija" indica a una joven que ayuda a los mas lastimado" al igual que sus compañeros,
solo unos niños, su valentía y arrojó, nos salvaron la vida y nos dieron la libertad,
disculpa a la pequeña, no ha sido su intención molestarte solo se ha confundido." una
persona igual a ella, Meg, no ella no sabe ni empuñar una espada, iba pasar a sus otras
dobles pero la mano de Gabrielle reclama su atención.
"Se parece a ti quien salvo la vida de estas personas y acabo de esa forma con ese
ejército" Gabrielle boca abierta.
"¿Cuántos eran?" pregunto Xena a los que estaban tumbados en el suelo.
"Cuatro, pero solo tres peleaban, una de las chicas estaba dentro del pueblo, hablando
sola, como si diera explicaciones a los demás," miro intensamente a Gabrielle, recorre
su rostro, su cara" los otros tres eran dos chicas todas de la misma edad y un niño
pequeño como ese de ahí" Indicó hacia un niño de no mas de ocho veranos "Acabaron con el
ejército en tan solo unos instantes, desde el aire, volando, como pájaros, nunca antes
vi cosa semejante, lanzaban rayos como el mismísimo Zeus." mientras hablo no saco la
mirada de Gabrielle "Tu" toma la mano de Gabrielle entre la suya nudosa y llenas de
cayos "te pareces a la chica que daba las intrucciones, ella es mas joven algo mas
delgada y el cabello mas corto, pero son los mismos ojos verdes, es quien a estado
cuidando a los heridos y enfermos, hemos sido atacados por ejercitos durantes mas de
diez lunas y ellas nos han defendido una y otra vez" Comentaba un hombre como si fuera
la mismísima Iliada o guerra de Troya ejecutada por héroes de valentía, Gabrielle quedó
tan impresionada que secuestro a aquel hombre para que le relatará una y otra vez la
historia le sorprendío que dijera que una de las jovenes tenia cierto parecido con
ella, y otra a Xena esto sería obra de dioses extrajeros, serían otros dioses o
semidioses los que se habían enfrentado a el ejercito, el aldeano sin mayor preámbulo
relato una tres veces la misma historia y siempre terminaba con el mismo final "después,
el niño, estiro un mapa sobre aquella mesa, tenían unos espejos brillantes de ellos
salían luces y cosas por el estilo, se juntaron mucho y dos de ellos se fueron volando
por allá, y la chica mas alta y fuerte la que se parece a Xena, por ese lado, al otro
lado mirando hacia el monte Olimpo y en contra la mar Egeo", Xena miró al hombre que
había empezado a limpiar unas legumbres, Gabrielle sorprendida, observa a los ex
esclavos sonrientes y con admiración aquella historia era su libertad.
"No crees, que algún dios esta involucrado en esto, Xena, me resulta increíble que solo
unos niños hallan derrotado a un ejército en tan solo una tarde o menos" decía
Gabrielle ayudando a atender a los ex esclavos que estaban heridos mientras Xena
buscaba algún indicio del único que pudo causar algo como esto, pero nada ni siquiera
el aire llevaba su olor o algo semejante, que podía ser Ares.
De una casa pequeña asomo una cabeza de color lila, Xena miro dos veces mas, como podía
ser una cabeza de color lila, era su cabello, luego de forma ágil dejó atrás a la
puerta, dando de frente su cuerpo, era como de la altura de Gabrielle quizá algo mas
baja, sus ojos iban cubiertos por algo oscuro que no dejaba ver color o actitud de la
chica, por los demás rasgos que quedaban al descubierto parecía solo una niña, sus
ropas eran también extrañas, un top, si se pudiera decir así, ceñido a su cuerpo
moldeando su figura algo escasa e infantil, de un color verde como el de los pinos, en
el centro llevaba un escudo de guerra, según la perspectiva de Xena, que simulaba a
un gran gato de color naranjo de rayas negras y ojos amarillos, pero este gato no era
como ningún otro que Xena hubiese conocido antes sonreía y tenía una expresión de
bribón, era un dibujo de colores vivos diferente a cualquier otra cosa, el diseño del
top era diferente cubría casi la totalidad hasta la cintura dejando al descubierto el
ombligo y en él una graciosa argolla, enmarcando una ceja encaró el rostro de la joven
miraba a cualquier lado menos hacia donde estaba ella, se fijo que era sin mangas y los
brazos desnudos de la joven se le hacían terriblemente familiares, una vida entera
viendo esos brazos y esa piel, sus gestos aunque suaves y desligados eran el producto
de su perdida mirada, y la falda larga y de un material azul que similar a los de
las tiendas de campañas que usaban, algo toscos y nada recomendados para la vestimenta,
de lado pudo apreciar una centena de cordones largos y de cuero negro a todos en zig
zag desde la misma cadera hasta la rodilla donde acababa la falda, frunció la frente al
notar que la falda estaba confeccionada como si fueran pedazos de telas pegado unos
encima de otro, si la vestimenta era extraña el calzado era aun mas, no eran botas ni
sandalias sino una especie de zapato cerrado de color rojo intenso y cortes a los lados
en forma de huinchas celestes, con cordones de diferentes colores ataban cada extremo,
Xena no pudo dejar de pensar que era extranjera o tenía un gusto para la ropa muy raro.
La chica en cambio solo dirigió una mirada a Xena de pies a cabeza y sonrío ampliamente
al pasar a su lado, sin decir ni media palabra, tenía claro que debía hacer, y no
perdería su tiempo en platicas.
"Con cuidado, es una infección" una voz suave y que realmente le terriblemente familiar,
la hizo elevar la mirada, frente a ella una chica de aspecto extravagante como una
princesa o una loca, pero le gusto, la chica le extendió unas vendas sobre las heridas
de niño al que estaba curando "la infección puede derivar en gangrena, hay que
limpiarla aislarla y vendarla, cambiar la venda dos veces al día, es probable algo de
fiebre por eso debes beber esto" alcanzo al niño uno sobre blanco "dos veces al día una
vez en la mañana y otra en la noche, trata que sea siempre al mismo tiempo, cuando la
infección halla bajado podré ponerte puntos, y la cicatriz no será tan notoria y podrás
hacer tu vida de forma normal sin secuelas" sonriendo, Gabrielle la quedo mirando, al
terminar con el niño continua con los demás de forma rápida y eficaz, tratando de
calmar el mayor dolor posible de sus pacientes.
"Tu cabello ha cambiado de color" la voz de Vena resonó a sus espalda, la chica, que no
es otra que Antonia sonrie al escuchar la voz de esa anciana.
"El lila no me queda acaso" sonrio mas suave y dando la cara a la mujer, se retira los
anteojos para mirarla a los ojos "el lila sienta bien con mi rostro, además Max usó el
color que me gusta" volvio a sonreir, sus ojos dieron paso al reconocimiento de la
joven, Xena no pudo mas que contener ese momento, ella era Gabrielle, con algunos años
menos, pero era Gabrielle, su cabello era distinto, pero era Gabrielle. La misma
Gabrielle sintio un frío recorrer su cuerpo al estar cerca de la joven. Sus ojos
coincidieron solo un momento, y mil imagenes recorrieron el interior de Gabrielle,
recuerdos bellos, tristes, felices, amantes, destrutivos, pero de algo que estaba
segura, no le pertenecían en absoluto, no había vivido ninguno de ellos, solo tenia
los que le pertenecían a ella y Xena, y nada mas, esos que vio en su mente solo eran
fantasía y mentira.
Desde la otra entrada que daba hacia el sur, traían sus pasos cinco caminantes todos
cubiertos por una leve capa de polvo y sudor en sus frentes.
"Xena, holaa" la cara de Xena cambio al igual que la de Gabrielle, su amigo Joxer las
saludaba con las manos enfáticamente, dando golpes a sus compañeros de viajes que pudo
notar Xena no estaban muy feliz con su compañía, la perpectiva que de ahora en a
delante lo tendrían pegado al cuerpo como una sanguijuela, esto le produjo a Xena un
leve cosquilleo en la nuca, suspirando miró a su costado para darse cuenta que
Gabrielle tenía la misma expresión en la cara, meneo la cabeza con una sonrisa de
picardía, que harían con Joxer, si esté no las dejaba estar a sola, bien tendría que
planear algo, mientras tanto solo lo esquivarían, quizá, y sin perder la esperanza que
sus actuales compañeros de viajes lo extrañaran tanto como para dejarlo continuar
con ellos, solo cuando estuvo a una distancia considerable de los amigos de Joxer,
noto para su desagrado que se componía de algunas amazonas y dos hombres que conocía
muy bien.
"Hercúles, Iolaus, amigos" la voz de Gabrielle sobre salió a sus pensamientos y
reconocio que su compañera había tenido mas tacto que ella para recibir a sus amigos,
extendiéndoles un gran abrazo, las amazonas la reverenciaron, a pesar de no ser de la
tribu de Ephine, reconocían en Gabrielle a su reina amazona, después de un largo
reencuentro los recién llegados, ya instalados en la taberna, fueron informados de
todo lo ocurrido, las expresiones sombrías de los presentes.
"Los comentarios de que en otros pueblo había ocurrido cosas similares, de las mismas
magnitudes destructivas, y como acá nadie incluso animales habían resultado atacados ni
muertos, y los atacantes siempre eran ejércitos con las de mil hombres salidos de la
nada, y eran detenidos por unas jóvenes, que frente al ejercito les pedía un pago para
pasar y la libertad de sus rehenes, siempre había algo, o no había pago o no quierían
soltar a sus esclavos, de una u otra forma las jovenes resolvían el problema, acabando
en tan solo aun marca de vela o mucho menos al ejército, buscaban lo que era llamado
pago y daban la libertad a los esclavos," la voz de la joven amazona se perdió había
muchas cosas que los aldeanos omitieron cuando relataron la historia de lo ocurrido en
su aldea, la amazona miró a su reina "y lo mas difícil de creer es lo que dicen, en los
pueblos costeros piensan que a llegado el fin de todos los tiempo y que este mundo se
acabara por la necesidad de dar paso a otro diferente, otros que los guerreros son
enviados de los dioses para proteger a sus bien aventurados seguidores" la joven quedo
en silencio.
"Y tu qué piensas" pregunto Gabrielle.
"Yo vi a esas guerreras, en frete mio a mi reina y a la princesa guerrera de tantas
leyendas que he escuchado narrar en mi tribu, no tengo duda, pués de tanto meditar y
pensar en esto, creo firmemente que son ustedes las que protegen este mundo de tantos
peligros" la respuesta cogio con la guardia baja a Xena, y no tan solo a ella, si no a
todo el grupo, y a los oyentes de la taberna, como podían decir esto ellas no habían
enfrentado ejércitos hacía mucho y mucho menos podían ellas solas vencer a un ejército
completo, pero la chica que atendia a los enfermos, heridos y ex esclavos era idéntica
a Gabrielle, y lo que decian que ella, Xena, era quien salvaba a las aldeas, por otro
lado estaba la táctica que usaban para enfrentarse a los ejércitos, nadie vivio lo
suficiente como para sacar a la luz el secreto de las tácticas que planeo en sus
mejores años como señor de la guerra, ella misma se encargo que ninguno de ellos
viviera lo suficiente para dejarlo plasmado, era acaso posible.
"Te equivocas, nosotras no hemos vencido a ningún ejercito en estas lunas, ni menos
hemos estado en la costa, como tu dices, y hace mucho que no pasamos por un aldea
amazona, y de hecho hace mucho que no defendemos a una aldea de maleante o bandidos,
y creo que ninguna de las dos sabe volar o lanzar rayos como el mismísimo Zeus" termino
una Xena exaltada mirando a todos lados, sin darse cuentas se había puesto de pie y
apoyado las manos en la mesa, dando también sin darse cuenta varios golpes botando de
la mesa las jarras con bebidas.
"Yo te vi, y no puedes negarlo, me salvaste la vida" insistió la joven amazona buscando
entre sus ropas algo "y me diste esto". Xena lo reconoció como suyo, pero como si lo
perdió hacia mucho tiempo, lo tomo con las manos temblorosas, cosa rara en ella, hacia
la luz, era el mismo, no había duda, este medallón era el mismo que recibió como regalo
de su madre en un de los solsticios, había sido de su padre y recordaba que se
desprendió de él antes de acabar con su vida de señor de la guerra, no había sido antes
de eso, mucho antes, lo examino mas de cerca, las mismas marcas que hizo en él para
establecer los día en inviernos, y la forma para encontrar uno de sus tesoros en las
montañas, cosa que nunca menciono a Gabrielle, hasta ha ella misma lo olvido, solo en
caso de emergencia, o decidiera de nuevo ser un señor de la guerra, pero con Gabrielle
al lado esa idea era casi imposible, lo sostuvo mas tiempo del debido en sus manos,
pero como, lo observo mas de cerca notó unas marcas diferentes en él en uno de los
costados como letras , las miro mas de cerca, era una sigma, Alfa, Iota, Beta, todas
entrelazada y labradas con una presición exacta, Gabrielle se sentía algo preocupada
por su compañera ella no era así, sus ojos de improvisto cobraron esa sombra que en
algunas oportunidades vio, solo en la batalla, o con enemigos, esta era acasos la
Xena que vivía aun en el alma de su amada Xena.
"Dices que Xena te dio esto, es imposible, ella ha estado todo el tiempo conmigo, y ni
siquiera hemos enfrentado a ningún ejército o bandidos, es imposible" la voz de
Gabrielle se confundía con su miedo, Xena no estuvo todo el tiempo con ellas, solo unos
instantes en la noche la perdio de vista, pero nada de eso paso, ¿o si?
"¿Qué aspecto tenía la mujer que te dio esto?" Pregunto Xena, sin levantar la vista del
medallón. Las letras significaban algo la persona que tuvo su medallón tenía algo que
ver con ella después de todo.
"Como ya te dije, era igual a ti, solo algo mas joven, los mismo ojos y la misma voz,
la fuerza para vencer a todos esos hombres ella sola, tu eras que llevaba acabo el
ataque, sin mirar a nadie conduciendo a tu gente," la mirada de la amazona callo sobre
la guerrera sus ojos suplicantes, sus manos entrelazadas no tenían ninguna intensión
de retractarse, esta era su verdad.
"Es lo que dicen en todas las aldeas, que Xena se a comvertido de nuevo en un señor de
la guerra" Hercules, levanta la voz un tono, para sacar de su letardo a Xena, hace caso
omiso de lo que dice su amigo, este prefiere cualquier cosa antes que el silencio de la
mujer "Xena sé que no te has vuelto un señor de la guerra, pero alguien esta tomando tu
lugar" eso era verdad, podía acaso ella tomar con total indiferencia las palabras de
Hercules, sabía que era verdad, pero entonces quién estaba tomando su lugar.
El silencio rodeo la mesa y la taberna, los presente escuchaban la conversación, era lo
mismo que dijeron aquellos ancianos, el parecido de Gabrielle con una de las jóvenes y
la forma en la que calcinaron a los hombres, era su estrategia, quien sería la persona
que estaba tomando su lugar, algún antiguo colaborador, que quizá enseño a alguna otra
jovencita ha ser como ella, su mente recayó en Ares, quizá él era el responsable.
Gabrielle guardaba un silencio extraño en ella, no era posible lo que pasaba, Xena
prometio que no volvería al lado oscuro, buscaba su redención de todo el mal que causo,
quien estaba imitando sus técnicas o formas de batallas, la mesa estaba en silencio,
todos con sus pensamientos, guardados en sus cabezas, Gabrielle alzó un poco la vista
se encontró con el perfil de Xena, cuantas veces lo había contemplado y lo hermoso,
seguro, firme, que se veía, el rostro de Xena siempre le dio y daba seguridad, pero
ahora estaba algo pálida y su frente ceñida sus ojos claros, cubiertos de sombras, esta
Xena no la conocía, aún así era la mujer que le brindo su amor y compañía, la acepto
tal cual de la misma forma que ella, notó que una mano de Xena ahora descansaba sobre
su pierna, Gabrielle no dudo en tomarla entre la suya, Xena sonrió recobrando su aspecto
familiar hermoso, miró sin preámbulos a su amiga, su mirada suave y dulce la reconoció.
"No importa nada siempre estaré contigo Xena" susurro muy bajito para que nadie notará
su conversación.
"Piensas en Ares verdad?" la expresión de Xena volvio a ser cauta y reservada,
lentamente asistió. "Él no ha sido."
"Tendremos que andar con cuidado" su única respuesta, antes de que uno de los
intégrate del grupo diera su opinión.
"Saben, no creo que Xena haya vuelto a ser un señor de la guerra" pronuncio Joxer
bastante seguro de lo que hablaba.
"Y por qué crees eso Joxer" la mirada de Gabrielle lo atravesó, y le advirtio con los
ojos que cualquier comentario ofencivo respecto a su guerrera seria tomado en cuenta y
su lengua correría con la represalía.
"Bueno, en las aldeas de la frontera, se comenta, que los enemigos de Grecia han
disminuido, por qué existe una guerrera que arremete como un dios encoleresido si
alguien trata de violar la paz y armonia del país, todos tienen miedo de venir a Grecia,
hasta los romanos, saben que algo poderoso esta en el territorio, y que no importa
donde sea siempre caera su venganza contra los instrusos," miro a sus amigos "ni Xena
ni Gabrielle, pueden a aparecerse a su antojo, eso lo hacen los dioses, debe ser
cualpa de ellos... no es verd..." lo gritos fueras de la taberna anunciaban la llegada
de un nuevo ejército y cortaron la inspiración de Joxer del único comentario que ha
tenido en su vida.
Xena fue la primera en salir, y encontrar frente a ella, una multitud de hombres muy
armados, con sendas espadas mazos y lanzas, armaduras impenetrables, las personas
corrían de un lado para otro víctimas del pánico y miedo, ya que en aquel momento no
se encontraban sus salvadoras en el pueblo, pasando a toda prisa, Xena notó que la
joven de atuendo extraño aun seguía atendiendo a los heridos sin ni siquiera inmutarse
por lo que ocurría a su alrededor, tan solo con la vista sobre sus necesitados.
"Pero como ha llegado este ejército hasta aquí, no vimos nada en el camino" La voz de
Iolaus sacó a Xena, este ejército tenía el mismo camino que siguieron Gabrielle y ella
hasta este pueblo, como no vieron o sintieron, una ansiedad gobernó el cuerpo de Xena,
Ares, él estaba metido en todo esto, quería guerra.
Antes de cualquiera de ellos pudiera reaccionar, la joven de atuendo extraño se levanto
y encamino sus pasos hacia donde comenzaba a parecer el ejército, se detuvo en el limite
de tierra clara contra la tierra quemada, su cabeza alzada frente a los jinetes, su
perfil era algo familiar, penso Xena mientras veía como los hombres alzaban sus espadas,
mazos, lanzas, hacia la joven la cual no aprecia preocuparse de ser rebanada en
cualquier momento. Un caballo negro se alzo hacia donde la marcha se detenía, un
jinete ágil esbelto, envuelto en una armadura plateada tiraba las riendas, mostrando
la fácil manera de dominar a su bello corcel, con las patas delanteras falto muy poco
para que destrozara la cara de la joven, la cual no hizo ningún gesto por moverse o
protegerse, al contrario solo cruzo sus manos por la espalda, en jinete se retiro el
casco para contemplar a la joven, era un hombre de rostro tosco, duro y cicatrices
largas y marcadas, sonrio ante el ofrecimiento de la joven, como él comprendió que ella
se sacrificaría por su pueblo, sin embargo esa no era la idea de la muchacha.
"Si desean pasar deberán pagar un precio, liberar sus rehenes y dejar sus armas" la voz
de An, era absolutamente familiar, Xena miró a ambos lados sin entender el porque, solo
una persona comprendió.
"Su voz es igual a la de Gabrielle cuando esta enojada o seria" Joxer dio en el clavo,
ni siquiera Xena se percato de eso, cuanto tiempo llevaba con Gabrielle, de hay a no
reconocer su voz, la misma Gabrielle quedo boquiabierta, de una manera u otra esa chica
le resultaba desquiciadamente familiar.
"No me hagas reír pequeña," Los hombres se carcajearon de la actitud de la niña, sin
embargo esta ni se movió del lugar, el jefe del ejército desenvaino su espada
colocándola solo a palmos de distancia de la chica, esta con su mano, la desvío sin
mayor problema. "Y si no quiero pagar, dejar libre a los esclavos ni dejar mis armas,
qué harás?" el hombre recogió la mirada, sin poder encontrar los ojos de la joven.
"No podrás entrar en el pueblo, ni ha la ciudad de Atenas," la voz cortante de la joven,
no tenía ningún parecido a al de Gabrielle, quizá Xena nunca había visto a Gabrielle lo
suficientemente enojada, a Gabrielle sin embargo esto resultaba sumamente extraño, mas
veía a la joven mas le recordaba su infancia y juventud. Antonia estaba conciente de
las miradaas de todos los aldeanos, y los hombres del ejército, pero también de dos
personas en especial, reconocio de inmediato a las forasteras no dudo en hacer el menor
de los gestos, llamar su atención con llevaría un montón de explicaciones que no
tenia muy claro como darlas sin sonar rebuscada y poco creible, tomo mas atención a
hombre montado sobre el caballo con aires se coloso guerrero, otro ejército mas tres en
estos dos días, quizá Max tenia razón y no estuvo bien molestarse y reprenderla de esa
manera, de todas formas estos hombre no eran total y genéticamente humanos, Antonia
entorno los ojos recordando de donde y porqué eran atacadas por ejércitos continuamente,
'ega of empires' tenia la culpa, tomó nota mental de recordarle a Bar que los juegos
para pc no son compatibles con los programas para viajar a vidas pasadas y menos cuando
estaban tan ocupadas reuniendo 'los motivos' Max seguia jactanciandose que los ejércitos
contra los cuales combatian eran sumamente débiles y era juego de niños, recordo como
había estallado a Max con su discurso 'son seres humanos, quizá no existan en este
mundo, pero tienen vida, estas dispuesta acabar con sus vidas por la diversión' a esto
Max no obtuvo rsepuesta solo un leve movimiento de la cabeza y prefirio alejarse a en
busca de uno de los motivos, sin mas comentarío, estuvo mal lo que dijo, y esperaba
disculparse con ella, ahora mas que nunca debían estar unidas, la salida mas difícil
huir, pero nunca habían dado vuelta la cara a un problema, menos ahora.
"Y quien me va a detener, tu, una dulce y hermosa ni-" Su voz fue cortada al recibir un
golpe certero en la cara, dejando sin globo ocular derecho la sangre brotando a
montones por todas partes maldiciendo, Antonia dio un brinco hacia tras antes de que
la sangre la ancalzará, después que el hombre gritará de dolor, mas bien fue un aullido,
levanto la cabeza con la mano derecha inscrutada al lado de su cara buscando a su
atacante, los hombres buscaban por todas partes, no había nadie lo suficientemente
cerca como para hacer aquel daño, Xena seguía con la mirada unos pasos atras Gabrielle
casi tan conmocionada como sorprendida, mas de la actitud de la jovén que del daño
acusado al guerrero, no se dio ni cuenta cuando atacaron al matón, la sangre manchado
su armadura, la silla del caballo, y por último la tierra. "Maldita perra.. lo pag-"
otro golpe este mas sertero dejo al hombre tendido en el suelo cubierto de sangre y sin
vida, solo el brillo de algo alargado llego hasta sus retinas, Antonia seguia la
secuencia. esta era su entrada dio sos pasos hacia el ejército.
"Quién quiere ser el siguiente" la suave voz de An innundo los oídos de los presentes,
algunos de los guerreros persas retocedieron unos pasos, la joven se detuvo entre las
líneas claras y oscuras, la tierra vida y la tierra muerta, las cenisas comenzaron a
volar, los guerreros no habían visto donde estaban parados ni que era lo que pisaban
sus pies, "O quieren terminar como todos nuestros enemigos" Antonia indico el suelo que
pisaban, algunos dieron gritos de sorpresa, otros, el espanto lleno sus caras, sus pies
pasaban sobre cuerpos mutilados, destrosados, hechos cenizas, ninguno estaparía todos
ellos morirían este mismo día.
"Has terminado con la introducción," una nueva voz infantil inundo sus oídos, desde lo
alto en el aire sostenido sin nada, volando se encontraba un niño, que calzaba con la
descripción del aldeano, este pequeño tenía sus manos en las caderas y una sonrisa
maliciosa en la boca, Xena penso que nunca antes había visto a un niño con una
expresión parecida, ni siquiera a un adulto. Sus ojos se posaron en el pequeño, pero
antes de que pudiera ver mejor al niño este desaparecio.
"Dónde diablos que habías metido, Bar, llegas con mas de una hora de retraso, e Idi
dónde está" las preguntas cogieron con sorpresa al niño que solo giro para colocarse
de cabeza, y con un gesto gracioso se mecía de arriba hacia bajo, a Xena le sorprendio
en tono empleado y una palabra que no conocia, qué era 'hora' sonaba como algo
relacionado con el tiempo, pero esa palabra no le decía nada, sus ojos fueron a los
dos chicos, desde las alturas el niño mantenia su postura graciosa y defenciva, solo
que en ella había algo familiar; los aldeanos comenzaron a levantar a los heridos para
refugiarlos en las casas colindantes, hombres fuertes rondaban muy alejados de toda la
acción, esto a los ojos de Xena le parecio un burla, iban a dejar que dos niños se
encargaran de la seguridad de toda la aldea, ella nos se quedaría con los brazos
cruzados tomaría cartas en el asunto, todo en ejército, antes pudo sola con uno, por
que ahora no, busco con la vista a su compañera, lo sorprendio mirandola, recibio una
dulce sonrisa, y su mente comenzo a trabajar mas rápido de lo habitual 'como me gusta
esta mujer' acentuando mas su sonrisa.
"Gabrielle, no podemos dejar esto asi," Gabrielle quería hablar pero Xena la callo, con
un largo dedo sobre sus labio, este gesto perturbo a la joven y olvido momentaneamente
lo que iba a decir "Es un ejercito persa, no son buenos con las espadas y las batallas,
se ven débiles y podremos con ellos, además no estamos solas" penso en Hércules, Iolaus,
las amazonas, y ... por que no decirlo en Joxer "tenemos a nuestro lado fuertes y
hábiles guerreros, salvaremos la villa y la ciudad...
Mientras en el otro extremo, los hombres veian estupefactos como un niño se mantenia
suspendido en el aire conversando como si fuera lo mas normal con la joven que los
desafiaba a entrar a la aldea.
"No la tengo encima, además a sido su culpa toda esta tardanza," frunció las cejas, Bar
no le entraba en la cabeza por qué a él le tocaba cuidar de su hermana, 'si ella la
mayor, por qué nos e cuida sola', se cruzó de brazos para esperar la reprimenda de An,
mientras los hombres se armaban para empezar a pelear.
"Mira Bar, sabes muy bien que no debes dejar a unos de los tuyos atras, es nuestra ley,
y mas si se trata de tu hermana, dime, Idi que habría dejado atras" Bar nego con la
cabeza, esto estaba resultando muy tedioso "ves, sabes que somos lo único que tenemos,
y debesmo cuidarnos unos a otros, somo un equipo, Bar no lo olvides por favor, se un
buen chico" Antonia sabía llegar al centro de este niño, toda la reprimenda fue recibida
en silencio con algo de culpa y diversión, Bar tenia la vista baja para acultar sus
ojos y también para mirar a su presa armandose y entrando en calor para la batalla,
timido, si eso fuera posible, Bar enfoco los ojos hacia An y le regalo una pequeña
sonrisa, Antonia correspondío, estab perdonado, quizá no por Idi pero sí por Antonia y
eso valía.
"Creo que nuestros amigos no entienden ¿verdad? Bien entonces jugaremos... que tenemos
para hoy" colocó sus dedos índices en las sienes, con los ojos cerrados, ya todo lo
pasado se fue, y ahora la diversión, matar no estaba bien, pero eso tipos no eran
precisamente humanos, eran la invensión de una máquina y de todas formas renacerían
nuevamente, eran parte de un video juego, tuvo varias ideas las cuales lo hicieron
sonreir de pura maldad, con cual de ellas se qeudaría.
"No juegues, sin Idi, no puede tener acceso a play, se llevó el portátil para poder
obtener mayor cobertura" Bar casi se cae con esa noticia, sin un portátil, un puerto de
acceso, que le quedaba conto con sus dedos, dos opciones.
"No jueguesss... entonces por qué no lo ocupo... me dejó todo el trabajo... que
%.#ARGU@AR€%$... me las paga... bien en ese caso y cambiando los planes," hecho una
mirada hacia abajo, tiro de su mochila que llevaba en la espalda "Hay tienes, esta 'el
motivo'" arrojo la mochila, la cual cayo en los brazos, el peso actúo con la gravedad.
"Aug, que tienes aquí, piedras..." Antonia se retiro hasta una de las carretas para
revisar el contenido, mientras Bar buscaba entre sus bolsillos, desde esa altura no se
podía distinguir la vestimenta del niño.
"Si llevo piedras y mi juego de rol," sonriendo, 'vamos Bar piensa... piensa...' voló
suavemente hasta colocarse sobre el ejercito persa, "tengo dos oportunidades, pero creo
que con una espada no podre hacer nada, um... donde deje mi..." miró hacia donde
Antonia, "Sino funciona es sera por qué Dino me engatuso" Bar bajo de una sola vez
hacia Antonia, para mirarla con cara de inocente "todavía tienes esas pastillas de
nitro y alcohol" sonriedo ampliamente, Antonia asistio, sin entender para que quería
esas cosas.
"Solo tengo unas cuantas toallas impregnadas de alcohol isopropílico al 70%" Bar
arrugos las cejas, esas toallitas eran muy delgadas, y el alcohol que tenian era
poquísimo, miro a su alrededor, hacia unas cuantas jarras con vino de la cosecha de la
temporada pasada, para el próximo festival eso serviría Bar que estas pensando,
pequeño mono" las palabras de Antonia se quedarón en el aire un momento.
"Le importa si ocupo algo el vino?" pregunto Bar a uno de los ancianos, el cual nego
con la cabeza, Bar tomo un cuenco y lo deposito en la parte baja de la jarra poco a
poco el cuenco se fue llenando, cuando el cuento estuvo por la mitad, Bar se retiro
mas sonriente que antes, pasando por el lado de Xena y Gabrielle, y por el lado de
Hércules e Iolaus, y por el lado de las amazonas, pero lo que sorprendio a Bar fue
Joxer se detuvo frente a él "Puber?" en tono sorprendido y... alzo una ceja muy
graciosamente, el hombre que tenían en frente se parecia a uno de los pretendientes de
su madre y antes de poder seguir su camino ya se iba partiendo de risa, si este tipo
tenia las mismas señas que Puber quizá fuera tan estúpido como el aludido pretendiente
de su madre. Sonrio inocentemente a Antonia, cosa que le trajo muy mala espina, y antes
de poder objetar o preguntar, ya le había entregado las pastillas de nitrogliserina,
las cuales de forma muy afanosa las comenzaba a moler, "Sabes An, todo esto esta genial,
a que no adivinas a quien acabo de ver, no adivinas, vale, te acuerdas del novio de mi
madre, Puber, el chico que parecia enfermo de amor, y era terriblemente estúpido,"
Antonia alzo ambas cejas "la navidad que mamá nos dejo en casa del coronel, por qué
nana se enfermo, y llego a la casa del coronel por qué quería contribuir en algo y
Cristra lo corrio a patadas y lo dejo enganchado en los pilares del puerto del
navegante" Antonia abrío los ojos en parte, hablaba de ese Puber, por supuesto que lo
conocía y también la historia, ese pobre hombre casi se muere de hipotermia, después
de eso no se vio mas por la casa de Idi y Bar, Cristra (Es hermano de Max, es el mayor,
y esta perdidamente enamorado de la madre de Bar) se aseguro e hizo guardia durante
varios días, "no me mires así, sabes que Cristra me cae super genial, pero a mi mamá
no le gusta, ella tiene gustos muy raros, de todas formas el regalo de Puber fue genial,
esta cazadoras no es de lujo," sonriendo, hacia bastante rato que olvido por completo
a los guerreros preparados para la batalla, aguardaban mansos como corderos en los
limites de las lineas qque dividian el pueblo, na sabían por qué se detenian y no
pasaban a acabar con ese lugar, esto no significaba nada solo era un publp y un niño
era quien los retaba a batalla.
"Bar, tienes idea de lo que estas haciendo" la voz de Antonia se perdio uno momentes,
el chico ya tenia todas las pastillas molidas, también el vino en un costado de la
carreta poco a poco vertio las pastillas molidas en el cuenco con vino formando una
masa homogenea lista para ser amasada por los agiles y cuidadosos dedos del niño,
Antonia se dio cuenta de lo que estaba haciendo y por que Bar estaba tan concentrado,
permanecio así, y ahora procedia a tomar unos pequeños sobre y rasgarlos en los
extremos, saco del interior un pequeño paño de aspecto muy blanco brillante y
sobrenatural, lo extendio sobre un costado de la carreta colocó la masa sobre el paño
blanco, con la mirada pegada en los leves movimientos de la carreta, mientras a sus
espalda los hombres comenzaban a impacientarse, "Venga chicos, sabes lo que pasa en
las noches que hay tormenta, vedad? Ustedes parecen ser chicos muy listos" observo a
los hombres temerosos mirar al cielo, pero este estaba claro y sin signo de una
repentina tormenta, la sonrisa de la chica era perturbadora "No habrá tormenta, conoces
esos ruidos ensordesedores que cada vez que hay una tormenta sacuden los cielos, luces,
ruidos, y fuego, han pensado alguna vez que le pasaría a un hombre si unos de esos
rayos de atraviesa por su camino" su mirada se confundia con algo mas que locura, Xena
vio en aquella mirada algo mas, y no podía ser Gabrielle la que tenia en frente, por
ningún motivo. Los guerreros asistieron, conocian los truenos y relámpagos "Eso les
pasará a los que intenten cruzar los límites de la ciudad, no necesito truenos o
ralámpagos, para ejecutarlos" se dio la vuelta para tomar toda la atención de Bar, él
ya había terminado, portaba en sus manos algo sumamente peligroso y destructivo, quizá
no igual que las originales pero con un gran poder, el pequeño paquete estaba sobre la
mesa, Bar buscaba en el interior de su mochila, un par de lentes que le cubrieron la
mayor parte de la cara, solo por protección y para mantener el angulo, su hermana se
las pagaría todas, odiaba hacer esto sin un plan de ataque y refuersos, tomó en sus
manos el paquete y se elevo en el aire.
Xena seguia la secuencia, era tan raro lo que sucedía, de un momento a otro tomarían
las armas, pero luego se detuvo segura que el niño tenía una idea clara de lo que iba
hacer, y sin mas que mas se quedo quieta esperando que todo pasará y listo, sintio algo
extraño cuando ese niño paso por su lado reconociendo en él algo, un algo que le
pertenecia, y tan solo se quedo mirando pasar al niño con un cuenco de vino en las
manos, y solo tomarle atención al tonto de Joxer, mantuvo su postura al oír las
palabras de la joven, a que se refería con eso de truenos y relampagos, nadie, a no
ser que fuese un Dios, poseía la voluntad de los elementos, todo indicaba que estos
jovenes no eran comunes ni corriente sino que escondian un secreto y no era
precisamente uno muy bueno, ahora el niño se perdía por en el aire, para tomar su
sitio sobre la cuadra de guerrero.
"Yo que tu, me cubría bajo techo, van a volar pedazos de cuerpos por todas partes" la
voz de la joven a la que llamaban Antonia era suave, como la de Gabrielle cuando
relata sus historias, la joven les sonreía, los aldeanos optaron por hacerle caso y
fueron a refugiarse en sus casas, Xena y compañía se quedaron para presenciar los
hechos.
"Tu no te vas a refugiar?" pregunto un Joxer, fascinado con la joven, ella levanto la
vista, sonriendo ampliamente.
"Y perderme el espectáculo, bromeas, además debo vigilar que esto no se salga de
control" decía, la curiosidad de Gabrielle pudo mas que cualquier otra cosa, antes de
que Xena pudiese detenerle, sus manos se posaron sobre las de la joven, un calor
familiar y extraño como tocarse a si misma la invadió, la muchacha también la quedo
mirando.
"Hey!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1 ANTONIAAAAAAAAAAAAA, CUANDO QUIERASSSS..." Xena alzo la
vista divertida el niño hizo algunas piruetas "TE VOY ACUSAR CON MAX... ESTAS PEOR
QUE ID" Bar daba de nuevo con entierra firme, si en el aire era ágil, en tierra era
mucho más, se detuvo frente a Antonia, para alzar una ceja como las de ella, de cerca
parecía como cualquier niño, solo que con la diferencia, que nunca había visto a uno
tan pelirrojo y de ojos celeste cielo mas claros que los de ella, en ellos vi algo que
resulto muy perturvador y familiar al mismo tiempo no lo notó cuando paso por su lado
le parecia como cualquier niño sin color de cabello o de ojos ahora que lo tenia
nuevamente a un palmo de distancia era diferente tan conocido y desconocido al mismo
tiempo, en sus ropas pudo reconocer algo amazona, por el cuero y el tejido a diferencia
del chaleco que llevaba puesto era totalmente diferente con endiduras y broches
brillantes, y mas cerca Xena se pregunto que sería lo que colgaba se su oído derecho
era un pendiente, lo tuvo a casi un palmo de distancia, y sus ojos coincidieron el
chico le hizo una mueca. "Vale, estas tías están mejores que las que salen en play boy,
oye An, cuando quieras no creo que a nuestros amigos le guste saber el final que van
a tener, ni menos que eso no es un juguete... ANTONIA TE ESTOY HABLANDOOOO" grito por
fin en el oído de su amiga, la cual le lanzo una mirada asesina sin decir ultrajante,
Bar no se dio cuenta que no era a Antonia a quien había gritado sino a otra persona.
"Bar que, como encontrar el adjetivo para calificar esto" Pregunto sentenciosamente,
una chica a su lado, Bar se volvío algo desenfrenado, aún sostenía el brazo de una
mujer casi del porte de An, solo que su cabello era rubio, como lo había sido hace
pocas horas del de An, tenía ojos verdes, iguales a los de An, usaba ropa parecida a
las de las amazonas, al igual que An hacia pocas horas atras, y esta mujer era algo que
se podía llamar un accidente por confución, solto de inmediato del brazo de la mujer,
y se fue instintivamente hacia un costado de An.
"Mierda" dijo escuetamente y con rostro inocente, detras de An, algo avergonzado y
cohivido.
"Claro lo que tu digas, pero en casa nunca te enseñaron a no gritarle a las personas y
menos en el oído sabes puedes provocar sordera parcial o completa" menciono con su
aspecto serio reprobatorio y que solo usaba con Max. Bar no despego la vista de las
mujeres que tenia en frente, ellas eran grandes, adultas, copías de sus amigas, de Max
y Antonia, ellas eran el motivo de sus viajes, Bar solo sonrio, a la mujer alta y
fuerte, ella era Max, o mejor dicho Max había sido ella en la antiguedad, y la otra
era tan sobría y cristalina, como lo era Antonia, con los mismos patrones de conducta,
Bar sabía quienes eran las dos mujeres que tenía al frente y una de ellas merecia su
respeto y algo de su cariño, solo que no tenia la mas mínima idea como expresarlo,
como fuera era una total desconcida para él.
"Vale... es que se te parece esta tía, y no mensionaste que cambiarias el color de tu
cabello, te queda bien, el lila te sienta, te gusta el mio, ahora soy pelirrojo creo
que soy el chico fuego..." la voz del chico se hizo humo cuando un ruido sordo los dejo
cubiertos de barros, sedimentos, Bar solo sonría como un chico bueno. Bar la quedo
mirando un instante, la diferencia entre su amiga la chica mas linda de todo el mundo,
contra la chica que se aferraba el oído derecho.
"Bar, estuviste bastante rato aquí preparando esa cosa y no te diste cuenta del cambio,
eres muy atento" bastante molesta, por el barro que tenia por todo el cuerpo y su
cabello ahora no era lila sino color tierra y mugre.