Disclaimer: Realmente estos personajes no son míos, lo digo de verdad, no son míos.
Palabras soeces: No todas las que me hubiera gustado utilizar, pero bastantes como para asustar a Bamby.
Violencia: Sigo el camino de Eli... de vez en cuando.
Dedicatoria: A esa mirada tierna, a esa sonrisa ancha, a esas manos suaves, a esos labios tan dulces, a ese conjunto que eres tu. Te quiero mi xenica.
Correo: gioconda91@hotmail.com


Los cinco síntomas del enamorado

Elora Danan Xenagab

PRIMER SINTOMA: EL SILENCIO
(Primer síntoma: el silencio)

- Gabrielle.
- ¿Mmm?.
- ¿Seguro que estas bien?.
- De maravilla.
- Te noto muy callada.
- ¿Eh?.
- Qué te noto muy callada.
- Oh, estaba pensando.
- ¿En qué?.
- ¿Eh?
- ¿En qué pensabas?.
- Oh, en nada en concreto.
- ¿Por qué no me cuentas lo que te pasa?.
- Porque no me pasa nada.
- Pero llevas unos días muy silenciosa, sino es por tus ronquidos no sabría que estas aquí.
- Muy graciosa Xena. 
- Venga.
- ¿Qué?.
- ¿Qué me cuentes eso que te tiene así?.
- Xena, ¿es que siempre tiene que pasar algo?. Quizás no tenga nada qué decir.
- O quizás tienes mucho que decir pero no sabes por donde empezar.
- Tengo sueño.
- Es temprano.
- Bueno, pues estoy cansada.
- ¿Por qué haces eso?.
- ¿El queeeee?.
- Me rehuyes la mirada.
- ¿Qué hago qué?.
- Evitas mirarme.
- No hago tal cosa.
- Sí que lo haces, sé que quieres decirme algo pero no te atreves.
- Xena, por favor, quiero dormir.
- Sea lo que sea lo entenderé.
- Nada, Xena, no hay nada que contar.
- Bien, sino quieres hablar de ello, estupendo.
- ¿Por qué te enfadas?.
- Creí que éramos amigas.
- Y lo somos.
- ¿Entonces por qué no tienes la confianza suficiente como para contarme eso que te atormenta?.
- ¡¡Porque no hay nada que me atormente!!.
- ¡¡Bien!!.
- ¡¡Bien!!.

SEGUNDO SINTOMA: LAS MIRADAS
(Segundo síntoma: Las miradas)

- Pero si te encanta el agua.
- Ya, pero no me apetece hoy, Xena.
- ¿Aun sigues enfadada?.
- No, comprendo que te preocupes por mí. Simplemente es que no tengo ganas de bañarme.
- Pues tu te lo pierdes.
- ¿Te bañas con el peto?.
- ¿Qué?... Sí...
- No hay nadie por aquí... además... ese peto empieza a oler mal.
- Huele a cuero.
- Cuero gastado y sudoroso.
- Está bien, ya me lo quito.
- "Mucho mejor".
- ¿Qué?.
- Nada.
- ¿Qué pasa?.
- Parece que tienes unas ronchitas ahí.
- ¿Dónde?.
- En la espalda.
- Puede que me haya intoxicado con algo.
- Puede. A ver, estate quieta. Mmm.
- ¿Qué?. 
- Será mejor que te unte un poco de pomada.
- Bah, son solo ronchitas.
- Vale, pero no quiero que me toques hasta que esas ronchas desaparezcan.
- No son contagiosas.
- ¿Cómo lo sabes, ni siquiera puedes verlas?.
- Lo sé, las ronchas no son contagiosas.
- ¿Y si es sarna?.
- ¡¡No es sarna!!.
- A lo mejor se te cae el pelo.
- Muy graciosa. Voy a bañarme.
- ¿No tienes que hacer ejercicios?.
- ¿Ahora, desnuda?.
- ¿Y qué?. No hay nadie.
- Prefiero hacerlo luego.
- Claro, y te pondrás sudorosa otra vez.
- Nadaré.
- Bien, como quieras, pero no esperes que te de un masaje cuando te de algún tirón.
- No será necesario.
- ¡¡Bien!!.
- ¡¡Bien!!.

TERCER SINTOMA: BUSQUEDA DE CONTACTO FISICO
(Tercer síntoma: búsqueda de contacto físico)

- Gabrielle...
- ¡No!
- Por favor.
- He dicho que no, ya te lo advertí.
- Pero es esa antigua lesión y sabes que es muy molesta.
- No me importa.
- Vamos, solo tu sabes hacer que deje de dolerme.
- Te advertí que no nadaras.
- No seas tan dura.
- Pero te lo advertí y me ignoraste.
- No te ignoré, nunca lo hago.
- Ya.
- Es verdad.
- Está bien.
- Estupendo, me quito el peto.
- No he dicho que fuera... es igual.
- Es aquí, justamente aquí.
- Quita la mano, sino no podré darte ningún masaje. 
- Oh, sí, ahí, un poco más abajo. Dioses, tienes unas manos...
- Con estas manos puedo procurar mucho placer.
- ¿Cómo?.
- Bromeaba.
- Ah.
- Ya está.
- ¿Ya?. Pero si ni siquiera he podido gozarlo.
- Xena, vete a dormir, mañana estarás como nueva.
- Aguafiestas. Te acordarás de mi cuando tengas una lesión.
- Al menos yo no me lesiono a mi misma.
- ¿Qué haces?.
- Me quito la ropa.
- ¿Vas a dormir desnuda?.
- Sip.
- ¿Por qué?.
- Porque me apetece. Hace mucho calor.
- No hay quien te entienda.
- ¿Vas a dormir ahí?.
- Sí.
- Simpre duermes a mi lado.
- Bueno, pensé que te daría un poco de corte.
- Xena, me has visto muchas veces desnuda.
- No todas las que... ¡¡sí!!, es verdad.

CUARTO SINTOMA: LOS CELOS
(Cuarto síntoma: Los celos)

- Gabrielle, deja de mirar a esa joven.
- Me gusta como viste.
- Pero eres demasiado descarada, parece que te la quieres comer.
- Vamos Xena, solo miraba.
- Pues cualquiera hubiese dicho que te gusta.
- ¿Y si es así, qué?.
- No puede gustarte una mujer.
- ¿Quién lo dice?.
- Lo digo yo.
- No tienes crédito.
- ¿Cómo?.
- Qué no eres nadie para decir eso. Si fueras una diosa, o al menos una semidiosa o una heroína de verdad.
- Ja, soy una heroína de verdad.
- Eres un intento de heroína.
- Ja, ¿es que hemos intercambiado papeles?.
- ¿Qué insinúas?.
- Nada, olvida lo que digo, no tiene crédito.
- ¿Quieren algo?.- Pregunta la joven camarera.
- Sí, tu opinión.- Dice Gabrielle.- ¿Quién crees que es la heroína de las dos?.
- Creo que las dos.
- ¿Crees?.- Dice Xena con los ojos semicerrados.
- Bueno, tu pareces más fuerte.- Gabrielle abre los ojos ofendida.- ¡Pero ella parece más ágil, sin duda!.- Gabrielle sonríe triunfante.
- Lo ves.
- Su opinión no tiene crédito, es una simple aldeana.- Dice Xena con burla. De pronto siente un torrente de agua fría sobre su cabeza.
- ¡Simple aldeana lo será tu madre!.- Grita la camarera ofuscada.- ¡¡Largo de aquí!!.- Gabrielle y Xena salen corriendo, ante la mirada atónita de los presentes.

QUINTO SINTOMA: EL AMOR
(Quinto síntoma: El amor)

- Menudo resfriado que te has pillado.
- Es por tu culpa.
- Cállate y tomate la sopa.
- Sabe a puerros.
- Es lo único que teníamos. 
- No quiero.
- Deja de comportarte como una niña pequeña y caprichosa.
- Yo no me comporto así.
- Sí que lo haces.
- Que no... 
- Ves. 
- Siento haber dicho que eres un intento de heroína...
- Yo también...
- ... eres mi ayudante y eso ya es bastante.
- ¡¡¿Tu ayudante?!!. Esta última semana he salvado más aldeas que tu.
- He estado muy ocupada.
- ¿Ocupada con qué?. 
- Con... con...
- Mirando las estrellas y el cielo, y suspirando como una tonta, cualquiera diría que estás enamorada.
- Yo no estoy ena... enamo...
- Vamos, ¡dilo!. 
- Eso.
- Ja, no eres capaz de decirlo. 
- Bueno y qué. No estoy enam... arggg, eso, maldita sea, eso. 
- ¿De quién te has enamorado esta vez, de Virgil?.
- Noooooo. No estoy... Gabrielle basta, me duele la garganta.
- Lo siento. ¿Te duele mucho?.- Dice Gabrielle agachándose a su lado y tomándole la temperatura.
- Ahora menos, pero tengo frío.
- ¿Quieres que duerma contigo?.
- ¿Tu también tienes frío?.
- Un poco.
- Vale, entonces sí.- hay un largo silencio.
- Ay.
- ¿Qué te pasa?.
- Debo tener un bicho debajo de la falda.
- Es mi mano.
- Ah.
- ¿Te molesta?.
- Supongo que no.
- Bien.- Otro largo silencio.
- Guau.- Gabrielle salta.
- ¿Qué?.
- ¿Es tu mano la que está estrujando mis pechos, Xena?.
- A ver, espera. Oh, pues sí. ¿Te molesta?.
- No, creo que no.- Otro largo silencio.
- Ey.
- ¿Qué pasa, Xena?.
- Algo me está estrujando el trasero?.
- ¿En serio?.
- Creo que es una mano. Es tuya.
- Vaya, habrá seguido el ejemplo.- Ambas se echan a reír.

FIN


Indice Fan Fiction

Página Principal