Disclamers: Los personajes de Xena, Gabrielle y Argos son propiedad de MCA/Universal y Renaissance Pictures, no intento infringir ningún derecho de autor ni nada de lo parecido todos los demás personajes son inventados por mi

Contenido Sexual/Violento: No hay contenido sexual explícito o implícito ni nada de lo parecido. Mi historia se basa en la gran amistad de estas dos mujeres y de violencia si tiene un poco así que si no te gusta no lo veas y vete a contar estrellas.

Se la dedico especialmente a ustedes por leerla porque después de todo para ustedes fue que la hice...

Comentarios, amenazas de muerte, criticas constructivas o no constructivas a esta dirección: bardo03@hotmail.com


JUEGOS DE LA MENTE

Por Istar

III Parte

En Delfos

Las horas pasaban y no habían señales de Gabrielle. Xena se comenzaba a preocupar y a maldecir el momento en que la había dejado sola. Gabrielle era todo lo que tenía en toda su vida como guerrera... La sacó de su ambición, de su odio, su sufrimiento y la lleno de vida y esperanza para pelear por algo que de verdad valía la pena, le devolvió la vida y le enseño lo que era amar de verdad, ella era esa lucecita en medio de la inmensa oscuridad que rodeaba su mente, su luz guía, su alma, su alma gemela... no iba a dejar que algo malo le pasara si ella podía hacer algo antes.

Sin pensarlo más cogió su espada y su Chakram y se levantó y antes de dar el primer paso, una silueta extraña y al parecer sin forma se proyecto sobre la pared de la cueva. Xena se quedó inmóvil, fijando los ojos en la sombra sin pensar de quien era o de que. No movió ni un músculo, su respiración se volvió una con los latidos de su corazón, rápidos y salvajes dentro de si, esperando allí el momento en que la sombra diera su primer movimiento para atacar.

Xena sostuvo la espada en una de sus manos con la hoja amenazante sobre su hombro izquierdo y el Chakram levemente apretado esperando salir de la mano de su dueña. Las gotas de sudor caían libremente por su frente. Fijó cada sentido, cada instinto, podía escuchar la rápida y entrecortada respiración del individuo y sus pasos empezaron a sonar sobre la tierra arrastrándose lentamente. Se le fue el mundo en esos horribles momentos de paranoia cuando observó que detrás de la pared se asomó la corta y rubia cabellera de una mujer de baja estatura respirando muy rápido y con dolor.

- Gabrielle!!-

Tenía la cabeza baja y se apoyaba de la pared para no caer. Levantó lentamente su rostro ante una guerrera muy sorprendida y sus piernas fallaron dejándola casi caer, Xena se apresuró y la tomó por la cintura, pasando una de sus manos en ella la ayudo a caminar hasta las pieles y allí la sentó frente al fuego, cubriéndola con una frazada...

- Por los Dioses, pero que te han hecho!!?-

- Xena...- La voz de Gabrielle era profunda y sumamente ronca. Un leve susurro acompañado por algunas gotas de sangre sobre sus labios...

- Shhh.., no hables...(tocó suavemente con sus dedos los labios del bardo)...Estás herida, pero esto viene de adentro.. (su atención se desvió al cuello de ella notando lo muy lastimado que estaba, rojo, con algo de sangre alrededor y morado más que todo) Gabrielle, que paso allá afuera?... Escríbelo- Gabrielle se cubrió un poco más con la manta y se dirigió al piso escribiendo en griego “Ni me creerías si te lo dijera...”

- Solo escríbelo, sabes que creo en ti más que nadie...-

Gabrielle empezó a escribir brevemente lo que había pasado en el bosque... caminado sobre el frío... su reflejo sobre el agua... la forma que la tomo del cuello... Cuando llegó a esta parte dejo de escribir y llevó su mano lentamente dentro de la manta que la cubría y desvió su mirada triste y humedecida por el solitario recorrido de una lágrima sin rumbo al fuego lento que se alzaba ante ella hipnóticamente dejando que su mente navegara en sus recuerdos. Xena comprendiendo la confusión de su compañera la tomo entre sus brazos muy delicadamente y recostando su cabeza sobre el hombro de Xena liberó el agua que hacía unos momentos nublaban su visión. Quería gemir, liberar la angustia, hundir su voz penetrante sobre el hombro de la guerrera, pero el solo respirar le dolía, tendría que aguantar sus gritos y liberarlos junto con sus lágrimas...

- Escucha... no sé que fue lo que paso... pero sea lo que sea juro que le haré pagar a cualquiera que te haya dañado Gabrielle...- Sostuvo un rato más la cabellera rubia, subió las mantas y la cubrió junto con ella, se acostaron sobre las pieles, con su cabeza todavía sobre el hombro de la guerrera que se sorprendió al escuchar un leve y ronco susurro en su oído que la dejó helada y sin palabras...

- Fue Lya...-

Xena se levantó con cuidado sobre su brazo encarándose con los ojos verde azulados de la joven...

- Qué!?... Pero cómo?-

- No lo sé... la reconocí... su forma... era idéntica a ella... mghhhhhhh...- Se quejó Gabrielle al sentir el fuerte dolor en su garganta. Xena tomó su rostro delicadamente, con su mano libre agarró el bolso que estaba a un lado de ella sacando un pequeño frasco con un liquido espeso y amarillo que le daba un aspecto repugnante... Lo acercó y lo olió alejándose rápidamente de este por su fuerte olor... Cuando comprobó que estaba en buen estado, lo llevó hasta el rostro de la rubia que se había levantó con ayuda de ella y se alejo al notar el olor de la medicina arrugando un poco su cara con expresión de “es absolutamente necesario que tome eso?”...

- Si, lo tienes que tomar... Sabe horrible te soy sincera, pero te dormirá la garganta y no sentirás dolor (sonriendo)-

Gabrielle abrió un poco los labios cuando Xena fue a darle la asquerosa sustancia amarillenta. Hizo amagos de vomitar pero Xena la tomó por su abdomen recostándola contra ella...

- Que demonios es eso...- dijo la rubia todavía con dolor y molestia- Dijiste que... me quitaría el dolor... (de nuevo tosiendo quejándose)...

-Hey!.. es bueno pero no tanto..., ven descansa, mañana podrás hablar toooodo lo que quieras...-

- Que insinúas?...-

-No, nada yo solo decía...-

Xena no pudo dormir en toda la noche o lo que quedaba de esta. Los rayos del sol la sorprendió pegando en sus ojos que eran como el mar, tratando de darles el brillo que necesitaban, pero en cambio los encontró tristes y cansados, llenos de dudas. Se levantó con cuidado de no despertar a Gabrielle mientras sonreía al verla tan indefensa dormida. Se lavó su cara con un pequeño cuenco a un lado de lo que había quedado del fuego y se fue hasta la entrada de la cueva apoyando su espalda de la pared de piedra tomando un poco de oporto que habían comprado en la villa que habían pasado hace un tiempo para combatir el frío.

El paisaje no era muy bonito que digamos... La neblina seguía allí, cubriendo el suelo y moviéndose lentamente haciendo formas extrañas sobre estas. El viento se movía con fuerza sobre la punta de los árboles sacudiéndolos y arrastrando las hojas junto con él, mientras que el sol se cubría por una inmensa nube negra que amenazaba con estallar en pequeños pedazos de hielo... “Si, es una mañana distinta a todas, el tiempo es una locura sobre el bosque!..” pensó Xena mientras tomaba un sorbo de su bebida y vio extrañada todas las diferentes estaciones por las que estaba pasando el bosque...

- Invierno... (viendo como el frío envolvía al bosque)... Otoño... (viendo como las hojas amarillentas de los árboles se iban con el viento)... Verano... (el sol que ahora estaba cubierto por las nubes)... Primavera... (las flores a su alrededor, adornando los troncos de los árboles, enredándose en las paredes de la cueva)... Que demonios esta pasa!?-

Xena había visto cosas muy extrañas en toda su vida, tanto que ya casi nada le asombraba, eso creyó hasta que vio en la extraña que estaba el bosque. Un pequeño ruido la hizo sacar de sus pensamientos. Gabrielle se removía debajo de las pieles estirándose con lentitud, Xena volteó un poco sobre su hombro para verla sonriendo y volvió su mirada al bosque.

Gabrielle se rascaba la cabeza con pereza y con sus ojos todavía cerrados se sentó sobre las mantas.

- Ouwww!!!- Exclamó cuando trató de abrirlos colocando una de sus manos en ellos divisó a Xena riendo en la entrada.

- Se puede saber q es tan....- pero se detuvo al oír su voz ronca y profunda...

- Pffffff!!-

- Q demon... Xena esto no es gracioso! Que es lo q pasa con mi voz!? (Xena seguía riendo por lo bajo) Xena!!-

- Gabrielle!, no te preocupes!, es temporal...-

- No me contaste acerca de este “efecto secundario”..-

- Jamás lo preguntaste...-

La guerrera paro de reír y fue hasta donde estaba la rubia todavía con una sonrisa en sus labios, se sentó frente a ella y tomó su cuello revisando las pequeñas heridas y moretones. Tomó el cuenco q seguía a un lado del fuego y con un trapo empezó a limpiarlas.

- Xena, yo... lo que vi anoche...-

- Gabrielle, anoche estabas muy alterada y cansada, pudo haber sido solo tu mente q te estaba jugando una broma o algo por esti...-

- Xena no estoy loca!, lo que vi fue real!, más real que tú o que yo!!!-

- No te estoy llamando loca Gab... solo decía que tal vez pudo haber sido solo eso!, algún tipo de espejismo-

- Sé lo que vi Xena... y podría jurar que aquello fue nada más q la realidad...

- ...-

- No me crees verdad?-

Gabrielle al oír esto se le escaparon dos pequeñas gotas de sus ojos y al verlo, Xena las limpió con el dorso de su mano y subió su rostro taladrándole el alma con los ojos...

- Creí haberlo dejado en claro Gabrielle... recuerdas? En aquella pequeña cascada de agua... pensé q lo había dejado todo en claro- dijo la morena con una sonrisa seductora...

- De hecho no... solo dijiste que confiabas en mi, más no que creías...-

- Bueno... ya lo sabes- terminó decir jalándola con cuidado a sus brazos acurrucándola en su regazo y acunándola.

- Fue raro...-

- Si lo sé, pero ya.. deja de pensar en eso que tenemos que partir-

- Xena... crees que Lya esté bien?-

- No lo sé-

- Y crees que esta figura... crees que esta figura haya sido ella?-

- Eso lo averiguaremos en el recorrido-

Las dos mujeres recogieron sus cosas colocándolas en las alforjas de Argos. Mientras, Gabrielle todavía pensaba en aquella noche el bosque, cuando el frío se colaba en sus huesos y el silencio desgarraba sus tímpanos. Se detuvo un momento en la silla del animal recordando el cuerpo, la forma de sus manos, la forma de su rostro... todo le era tan endemoniadamente conocido y podía jurar que aquella no era más que Lya, pero... Por qué?... Por qué aquella forma tan salvaje de presentarse?, por qué trató de matarla?, es que no sabía quien era? O fue acaso lo que dice Xena... producto de mi imaginación?...

- No... no lo creo-

- Que dices?-

- No, nada. Partimos ahora?-
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“En cuantas palabras podría decir esto?, quizá.. ni siquiera las haya... contengo mi respiración y ahogo mis más profundos sentimientos, pero para qué? Si al final nada de mí quedará?, todo por mi propósito... es por eso no?, tengo un propósito en la vida y es lo único q podré hacer, vivir con esto hasta el final de mis días... Pero, que pasaría si todo esto es sencillamente un juego?, un juego en el que todos estemos metidos, un juego inocente convertido en pena de muerte, y que pasa si todos los que estemos adentro seamos destinados a morir por esa maldita causa?. Y yo no tengo el poder de opinar... solo pensar... solo imaginar... solo engañar... y todo para que si ni siquiera sé de que demonios se trata todo esto, podré yo hacer mi primer movimiento? O solo soy una casilla?... Solo un juego de la mente...”

Lya dejo a un lado su pergamino junto a la pluma y fue hasta el pequeño balcón de su habitación... El día era precioso allí, las aves cantaban y el sol brillaba sobre la copa de los árboles que se mecían junto con el viento que pegaba en la cara de la joven morena. Se apoyó en las barandas con sus brazos y cerró sus ojos solo por unos minutos... sí solo por unos minutos...

Recuerdos de una vida olvidada empezaron a atravesar su cabeza, ahora solo eran suaves murmullos junto con risas infantiles y pequeños gritos de niños jugando. Lya no sabía que era todo esto... pero de algún modo lo disfrutaba. Sonrió con sus ojos aún cerrados tratando de ir un poco más allá de esas risas... tratando de captar algo, una voz, algo le dijera que era todo aquello, incluso llego a pensar un día que se estaba volviendo loca al escuchar cosas...

Mantuvo los ojos cerrados mientras sonreía tratando de hallar forma a las risas lejanas...

- Lya... Lya- una voz conocida la empezaba a llamar desde muy lejos, era como algo que la halaba hasta ese mundo de fantasía.

- Lya... Lya donde estas?...-

- Aquí...- susurró aún con los ojos cerrados mientras una lagrima se escapaba de sus ojos y sonreía.

- Lya?... LYA!?-

- Ah?... sí, sí estoy aquí!- Lya se sobresaltó volteándose bruscamente dejando caer el pergamino al suelo “mierda, mierda, mierda!!!!” pensó cuando vio a Apolo dirigirse hasta el tomándolo en sus manos y leyéndolo.

- Lo escribiste tú?-

- ...-

- Respóndeme!!... Haz escrito esto!?-

Lya estaba con la cabeza baja mientras el Dios le gritaba y solo alcanzo a asentir con la cabeza... Al ver esto el hombre se le encendieron los ojos en fuego y rabia, dejo caer el pergamino y tomó la mandíbula de ella con sus dedos salvajemente y se dirigió lentamente hasta su cara.

- Esto no es un juego... como te atreves a contradecir lo q digo!?, eres solo una niña!, nunca lo entenderías!...- grito antes de sentir como el aire abandonaba sus pulmones y sus ojos se salían de órbita mientras caía lentamente el suelo inconsciente, Lya lo había golpeado fuertemente en el estomago dejándole sin aire y tirado en el piso...

- Como voy a entenderlo si ni siquiera sé de que se trata!!!! ... tú siempre alejándome de la verdad eh?, POR QUÉ!???... (gritándole mientras lo rodeaba) pero sabes algo... me enteraré yo por mis propios medios, y te juro, TE JURO!, que sabré de todo esto!!...- Lya salió de la habitación como un rayo y fue directamente hasta la sala donde había una pequeña bola de cristal. Colocó su mano encima de esta y su rostro se alzó inevitablemente mostrando sus ojos que salían de órbita mostrando luces azules q salían disparadas al centro del techo del templo...- Lo sabré-...
_________________________________________________

- Ya casi llegamos- Xena habló montada en Argos con Gabrielle delante suyo, parecía sumida en un sueño muy profundo... trataba de recordar todavía aquella forma mientras que Argo II trotaba lentamente por el frío bosque...- Gab?...- volvió a llamar pero no había respuesta.

- ...-

- GABRIELLE!?-

- Ah?... Que?, Hades!.., que pasa?, ya, ya estoy aquí!!!-

- Pues no pareciera!, en que tanto piensas?, no hablas desde que salimos de la cueva...-

- Xena..., en que crees que pienso?, no es algo... OBVIO?-

- Te dije que ya dejaras eso... Mientras más lo haces, más te preocupas, mientras más te preocupas, más te angustias, mientras más te angustias más te asustas, mientras más...-

- Sí, sí!! Ya entendí!... pero, no crees que difícil dejar de pensar en algo que no entiendes?-

- Precisamente... dejando de pensar y de tratar de entender te ayudará a comprender-

- Mira ahora!!, me has quitado el puesto, no era yo el bardo?- Decía riendo

- Si, ya debo dejar de juntarme contigo o me transformo, a donde llegará mi reputación... Xena la guerrera bardo?????... Eugggggghhh!!!!-

- HEY!, yo soy bardo!! Y también guerrera!!!, hay algo de malo en ello????-

- Es malo para mí...-

De pronto, un fuerte ruido corto sus risas, haciendo parar en seco al caballo y mirar alrededor...

- Xena... que esta pasando?- preguntó Gabrielle preocupada.

- No lo sé, sea lo que sea ya esta empezando...-

El cielo rápidamente se cubrió de nubes negras dejándolas en una suave oscuridad que hacía algo visible el camino, el viento empezó a silbar fuertemente mientras que la arena pegaba en los cuerpos...

- No... no de nuevo... Xena?...-

- Hay que llegar a Delfos... sostente!...-

Xena hizo andar al caballo a prisa mientras el sonido de los truenos caían libremente por el bosque, junto con rayos que deslumbraban los ojos de las dos mujeres... La neblina no se hizo esperar sumiendo al bosque en una gran masa blanca y pesada dejando esta vez invisible cualquier objeto que tuvieran frente a sus narices...

- Xena!!!, hay que parar!!!- gritaba Gabrielle tratando de que su voz se oyera de entre los truenos que azotaban la punta de los árboles...

- Tenemos que llegar!!, no aguantaríamos una noche más en este infierno!!-

El cielo estaba completamente nublado, el sonido del viento penetraba en sus oídos zumbando fuertemente, tanto que creían se romperían los tímpanos. Las centellas caían en los árboles prendiendo en fuego a los más fuertes y dejando caer a los más pequeños a suelo haciéndolo temblar suavemente. Argo no dejaba de correr a ciegas guiándose por los instintos de su ama que hasta ahora no le había fallado...

De pronto, una centella cayo en uno de los árboles que estaba ahora justo enfrente de ellas... el árbol se encendió y sin que ellas se dieran cuenta empezó a caer lentamente produciendo el horrible rugido de la madera al rasgarse, Xena alzó su rostro y vio como el árbol caía a gran velocidad sobre ellas... Xena actuó primero e hizo que el caballo retrocediera lo suficiente como para no quedar atrapadas bajo los grandes bultos de madera. Pero Argos había saltado del susto parándose en sus dos patas traseras haciendo caer a las dos...

- Hades!... Gabrielle!? estás bien!!??-

- Xena!!-

El sonido de los truenos ahogaban sus voces, las centellas deslumbraban sus miradas, el viento les impedía movimiento, la arena hacía heridas en sus pieles haciéndolas sangrar un poco... La rubia se paro sobre sus rodillas con uno de sus brazos en su rostro tratando de protegerse de la arena...

- Xena!!... Donde estas!?!?-

- Gabrielle es... esta sucediendo de nuevo!... solo quédate donde estás!!!-

En un momento rayos y centellas empezaron a caer de todas partes alrededor de ellas, Xena rápidamente se tiró al suelo con sus manos en la cabeza mientras que Gabrielle se sorprendía y en el suelo también, empezó a buscarla...

- Xena!!??...-

- Gabrielle!, no te muevas!!!, quédate donde estas!!!-

- Cuando terminara todo esto!!!!??-

- Sólo... sólo quédate donde estas!!!-

Las centellas no paraban de caer, y de pronto se vieron acompañadas por el sonido de los truenos y un frío que no sabían de donde provenía, tanto que ya de sus bocas salía el aliento blanco...

- Xena???- Susurro Gabrielle al notar que salía humo de ella y que empezaba a temblar con el frío que se colaba en su piel tan rápido que llegaba a sus huesos...

Todo se calló por un momento, ya no habían truenos, el viento no azotaba sus espaldas. Todo había parado de una manera tan brusca. Del cielo empezó a caer pequeños copos blancos de nieve y el viento que cesaba y la arena ya volvendo al suelo... Xena miró a su alrededor junto con Gabrielle, y se levantó con su mano comprobando lo extraño de la situación...

- Que mierd...-

- Xena?, que está pasando?-

Xena levantó su otra mano indicando a la rubia silencio, y agudizo su oído... El viento ya no silbaba, la arena ya no pegaba en los cuerpos haciéndolos sangrar. Había un extraño silencio... esos que son comunes cuando algo va a pasar, de esos que te inquietan e incomodan... La guerrera esperó un minuto más y justo cuando Gabrielle iba a hablar sus ojos se abrieron aterrados y sorprendidos mostrando una faceta de ella raramente vistas por algún mortal o inmortal... miedo...

Piedras... montones de rocas empezaron a caer sobre el bosque, pequeñas rocas blancas que se partían en pedazos al estrellarse con el suelo, pequeños trozos de hielo que caían salvajemente sobre la tierra despedazándose... Xena miró a su compañera con el mismo miedo en los ojos que Gabrielle había notado y fue entonces cuando la morena corrió hasta ella lanzándose las dos al suelo nuevamente pero esta vez, Xena la protegía con su alma y cuerpo...

El granizo era del tamaño de puños y tan duros como piedra, caían alrededor de los cuerpos de las mujeres y sobre el cuerpo de Xena que protegía al del bardo...

- XENA!!!.. NO!!.. quítate de encima!! Te haces daño!!! Xena por los Dioses!!!- Gabrielle trataba de zafarse y de colocarse encima pero evidentemente la guerrera no se dejaba y agarró su vida de las muñecas y se acomodó para cubrirla más con su cuerpo...

Podía sentir los fuertes golpes en su espalda, podía sentir los secos y fríos golpes, podía sentir como la rubia trataba de soltarse de ella, podía escuchar los fuertes gritos de su bardo y sobre todo, podía ver las lagrimas desesperadas que salían de sus ojos verde-azulados y... y en un momento se perdió en ellos... el azul cielo y el verde de la naturaleza se mezclaron en ese momento. Los trozos de hielo no dejaban de caer con fuerza sobre el bosque y sobre el cuerpo de Xena pero ella simplemente no sentía por lo menos en ese momento en el que el silencio las invadió a las dos enmudeciendo por completo los gritos de la rubia y del sonido del granizo cayendo con furia...

Las dos miradas verde y azul seguían entrecruzadas, una inundada de llanto y desesperación, la otra llena de una calma y paciencia... y sus vidas pasaron un en el rostro de la otra... venían como rápidos destellos en sus ojos... Gabrielle cayendo con Hope en el volcán... Xena llorando con su vestimenta amazona ante la perdida de ella... Sus intentos de recuperarla en el mundo de los muertos.. (Gabrielle al ver esto no pudo contener lagrimas silenciosas que se escapaban de sus ojos)... su reencuentro... “Eres lo mejor que me ha pasado en la vida”... “Te amo Xena”... “Nuestra hija”... Las dos empezaban ha hablar según sus recuerdos pasaban a través de sus mentes... “si solo tuviera 30 segundos antes de morir me gustaría hacerlo así... mirando tus ojos” (De los ojos de Xena empezaron a salir las lagrimas contenidas)... “Siempre estaré contigo mientras me mantengas en tu corazón”...

Las lagrimas corrían a través de sus rostros mientras que Xena se acercaba lentamente ha ella inclinando un poco su rostro hasta quedar solo a milímetros del bardo y otra imagen llegó a ellas... Gabrielle sobre ella dándole el agua en su boca y besando luego sus labios... Mientras las lagrimas caían de sus mejillas, Xena con mucha seguridad rozó sus labios con los de la rubia que sin ningún miramiento los recibió rozándolos muy suavemente... Pudieron sentir entonces como la vida se les iba con tan solo ese roce, pudieron sentir como a partir de ese momento empezarían una nueva...

Xena se fue apartando lentamente de ella, separando sus labios mientras que sus ojos no abandonaban los de ella... y una ligera sonrisa se dibujo en sus labios, y la esperanza volvió a sus ojos... los de la rubia volvieron a brillar... Se perdieron de nuevo en ese momento, cuando las rocas no dejaban de caer a su alrededor, cuando no dejaban de caer con furia sobre el cuerpo de la morena, después de ese ligero roce... Gabrielle sonrió también solo como ella podía con toda su dulzura bajo el cuerpo de guerrera...

Pero no duró mucho, de repente los ojos de Xena se abrieron y sus labios junto con ellos ahogando un quejido. Gabrielle borró su sonrisa y la miro con preocupación y extrañes. Xena tembló un poco y le dedicó nuevamente una última sonrisa mientras perdía lentamente el equilibrio y sus ojos se cerraban.

Todo se enmudeció de nuevo dejando como único sonido los jadeos de las dos mujeres haciendo esfuerzos por mantener viva una a la otra y el ruido de Xena cayendo sobre su cuerpo... Gabrielle asustada paso sus manos detrás de la cabeza de Xena, en su nuca, y sintió lo húmedo que estaba, devolvió su mano a sus ojos abriéndolos y respirando más rápido de lo normal vio que se trataba de sangre. Volteó su rostro y vio a un lado el pedazo de hielo cubierto de ese líquido espeso.

El cuerpo inerte de la guerrera término por caer sobre el suyo y Gabrielle sintió como ese momento pasaba en cámara lenta.

- XENA!!!!!!........... NOOOOOO!!!!!!!- gritó abrazando el cuerpo.

Estuvo así por solo un momento y, sin importarle si ya el granizo hubiera dejado de caer o no, salió del cuerpo de ella y tomando su cabeza con suma delicadeza la colocó boca arriba. Los ojos de Xena seguían abiertos y respiraba con dificultad y mientras temblaba logró gesticular...

- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida...-

- NO!!!, XENA LEVANTATE!!, NOOOO!! Tenemos que salir de aquí!!!... Me dijiste que nunca me abandonarías!!, XENA ME LO PROMETISTE!!!- Gritaba y su voz se quebrantaba por el llanto.

Gabrielle se percató en la situación en la que estaba, todo había terminado, el cielo seguía nublado y seguían cayendo pequeños copos de nieve sobre la hierva ocultando su verdor, pero los pedazos de hielo habían dejado de caer...

La rubia volvió sus ojos a los de Xena y rápidamente aún con lagrimas en sus ojos comprobó si aún respiraba y su pulso. La sonrisa que en un momento pensó nunca más cruzaría su rostro se asomó con sorpresa y se lanzó a abrazarla respirando de nuevo...

-Xena por los Dioses!!, no me vuelvas a hacer eso!!... Ahora... ahora hay que mantenerte caliente y a salvo... por lo Dioses! se supone que soy yo la que siempre sale inconsciente!, que haces tu allí??..-

Gabrielle arrastro el cuerpo para quedar bajo un gran árbol cercano a ellas, tomó algunas pieles que se habían caído de las alforjas del caballo “Por cierto... dónde se metió Argo?” pensó la rubia quedamente y se dio cuenta que no era tan importante como el intentar salvar a su compañera después de todo, Argo era muy inteligente y sabía como cuidarse sola.

Cubrió a Xena con todo lo que tenía encima y todas las pieles que había conseguido. La miró con dulzura y preocupación y acarició su rostro con una suave sonrisa, volteó con cuidado el rostro de la morena para ver la profunda herida.

- Me enseñaste como hacerlo pero nunca superé el miedo.. Por lo menos el miedo de hacerlo contigo, y es ahora cuando lo supero, estarías orgullosa de mi...-

Tomó una aguja e hilo y empezó a coser con cuidado, limpiando y cubriendo cada parte que unía. Xena no podía sentir la aguja traspasar su cuero, estaba débil, absolutamente indefensa y apunto de morir si Gabrielle no hacía nada para evitarlo. La rubia ya había terminado, se limpió las manos con un paño que tenía a su lado y volvió donde Xena a acariciarle el rostro, estaba preocupada, muy preocupada, la guerrera había perdido mucha sangre y su rostro estaba pálido y su cuerpo temblaba levemente. Y fue entonces cuando habló…

- El mundo esta cambiando y el tiempo pasa rápido es asombrosa la manera en que llegaste a mi vida. Sé que piensas que no hay esperanza, sé que piensas que no puedes ser fuerte y nuevamente la historia se trata acerca de nosotras... cada vez que sientas no poder más y que no hay nada que hacer solo, aférrate a mi amor y nunca estarás sola. Sostente fuerte, podemos hacer que todo pase rápido... y te juro que siempre estaré a tu lado. Lo sabes, que solo con llamarme allí estaré... nunca sola estarás. Solo los dioses pueden saber que es lo que siento, no importa lo que pase las palabras nunca lo harán. Puedo ver a través de tu corazón y lo descubrí hace mucho tiempo que no es solo oscuridad lo que hay... Cada vez que necesites algo, no te preocupes pide un deseo que yo estaré allí para cumplirlo. Siempre estaré allí aunque las estrellas no brillen, siempre allí aunque las palabras no rimen, siempre allí aunque la noche sea fría y oscura, siempre a tu lado...- Le dijo a Xena en un susurro mientras seguía acariciando su rostro. De pronto un pequeño ruido llamó su atención. Gabrielle se acerco al oído de Xena y susurró...

- Vuelvo enseguida...- La rubia besó la pálida mejilla de Xena y se levantó disimulando no haber escuchado nada, miró de nueva a Xena con preocupación y se dio vuelta adentrándose en el bosque.

Pasaron algunos minutos y Gabrielle no había regresado, una ráfaga de viento se alzó sobre la pálida guerrera y ruidos extraños se empezaron a escuchar muy cerca de allí. La respiración de la rubia se volvió discontinua. Se encontraba justo encima de donde acampaban, montada sobre una rama fuerte de un viejo árbol, se aguantaba de la rama con sus manos y con su rodilla pegada a esta y la otra ligeramente levantada esperando a cualquier “visitante” que se presentase sin previo aviso. Sus ojos estaba clavados en un rincón oscuro a un lado de un árbol en el que sospechaba se encontraba fuera lo que fuera. Sus ojos se abrieron mostrando el pánico y una de sus manos resbalo ligeramente de la rama cuando vio que de aquel rincón oscuro se empezaba a mover un cuerpo extraño.

Gabrielle sentía miedo, pero su coraje siempre estaba por delante, sobre todo si se trataba de Xena. Se deslizó un poco más por la rama temblando a causa del miedo que se metía dentro de sus venas y se regaba por todo su cuerpo. Cerró sus ojos por un momento y llevó una de sus manos a su pecho apretando su puño con fuerza tratando de olvidar el sentimiento de temor... y fue entonces cuando escuchó las palabras de Xena... “El miedo es solo autoprotección, un instinto, un arma letal y la razón por la que pierdes la cordura... domínalo”. La rubia trató de seguir aquel consejo y se acercó un poco más a la punto de la rama...

Era solo un pequeño charco lo que había visto en un principio, y sintió como su corazón se salía de su pecho al ver como del pequeño charco se alzaba lentamente al parecer una figura humana... era de un color plateado y no sólido hasta ahora. La figura humana se terminó de alzar mostrando la belleza del cuerpo bien formado de una mujer. Movió su cabeza revisando que no hubiera nadie cerca, y con eso volvió sus ojos al cuerpo de Xena que seguía inconsciente bajo el árbol. Empezó a caminar lentamente a Xena, Gabrielle cuidaba cada movimiento, se acercaba más y más a la punta de la rama, como si fuera un león preparado para atacar.

El cuerpo se detuvo justo en frente de Xena y su color plateado deslumbró mostrando ahora un cuerpo sólido vestido con una capa blanca y capucha. Miró a los lados y se agachó con cuidado a la guerrera... según lo que Gabrielle pudo ver Gabrielle, extendió su mano al rostro de Xena y fue entonces cuando la rubia reaccionó...

La mujer vio por el rabillo de su ojo y de pronto sintió el peso de otro cuerpo que caía dolorosamente sobre el de ella. Gimió por el dolor y sintió como su atacante la volteaba para quedar cara a cara con ella, sintió también el frío metal de un arma que apuntaba su garganta y el fuerte agarre de su atacante en las manos. Su capucha calló mostrando el joven rostro de una mujer morena de cabellos negros y ojos grises.

La mente de Gabrielle se nubló, y hubo un momento en que las palabras no salían de su boca, su respiración se aceleró más de lo que estaba tanto que casi se desmaya por el encuentro. Con un hilo de voz y con sus ojos llenos de impresión, su cuerpo dejó de temblar justo en ese instante tensándose y alcanzó a preguntar...

- Lya?...-

Continuará...


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