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Dcho. de Autor

 

 

Todo Contra Mí...

 

Prólogo

Si no ha tenido un día así, léalo igualmente, ya que en algún momento lo tendrá, se la aseguro y auguro. - jejejeje -

 

Historia

La mañana de un día importante, donde el tiempo disponible será crucial para cumplir con el horario y por lo tanto con las obligaciones, con los compromisos contraídos, la oportunidad de volver a ser responsable.

Las seis con treinta y él ya esta vestido y alborotado, se dirige al llavero, toma su juego de llaves, sale limpiamente de su apartamento. El ascensor no tarda en llegar, baja raudamente en el aparato y, de manera decidida, se dirige a su vehículo, ya con la llave lista para abrirlo y encenderlo. Cómodamente sentado –cinco-, cinturón de seguridad puesto –cuatro-, espejos retrovisores arreglados –tres-, mano en el encendido –dos-, sonrisa de triunfo –uno-, giro del encendido –cero-...,

Chuchuchuchuchuchu...

Nuevo giro del encendido -...,

Chuchuchuchuchuchu, crrrrr!!!, Maldi...!!!

Respiraciones continuas, correctamente espaciadas, retorno de la tranquilidad. Se quita el cinturón, abre la portezuela, se dirige al cofre del vehículo, lo abre y mira fijamente. El motor está sucio, las manos y la ropa limpia, arreglar = pérdida de tiempo.

En el apartamento, levanta el teléfono, llama a línea de taxi, repique, número equivocado, reconfirmación del número, llamada, repique, repique, repique. Línea de taxis no tiene taxis, ¿porqué no cerrarán sus puertas y se irán a dormir?, piensa seriamente el sujeto.

No hay remedio, toma trapo de cocina y se dirige al vehículo.

Dos horas después, el vehículo enciende. Sube nuevamente a su apartamento, abre la ducha, no hay agua. Recuerdo fugaz de nota en ascensor “Amigos condóminos, por limpieza de tanque no habrá agua los días ...”. Toma botellón de agua potable y se limpia someramente con ella. Utilización abundante de perfume para retirar fragancia “Trapé du Mecaniciens” del cuerpo.

Nueva salida del apartamento, y antes de entrar al vehículo, lanza al suelo del estacionamiento nota de ascensor.

Se dirige, con notable retraso, a su primer día de trabajo asalariado. El tráfico es insoportable, revisa los indicadores de su vehículo, y nota con curiosa satisfacción que tiene mucha más gasolina que con la que partió, el indicador está totalmente inclinado hacia la derecha. Levanta la vista e inmediatamente vuelve a bajarla, el indicador que veía no era el de combustible, era el de temperatura.

Logra orillarse, el vehículo expira.

Casi es atropellado por un taxi y, aprovechando la confusión, se posesiona del mismo.

Finalmente, llega al trabajo, la secretaria le entrega una nota: -“Estimado tal, Si así es el inicio de nuestra relación laboral, cómo será después. Su comportamiento es ajeno a los intereses de nuestra empresa y, por lo tanto, queda despedido. Atte.- tal.”

Suspiro, gimoteo. Nuevo paseo en ascensor. Vaga por la ciudad hasta llegar a su apartamento. Se seca el sudor con un papel que se encuentra sobre el escritorio, toma el control del televisor, oprime el botón de encendido, no enciende, el papel con se seca es el recibo de electricidad por cancelar.

Rompe en llanto, luego de un rato, busca en su bolsillo un pañuelo, no tiene. Saca un papel de otro bolsillo, es la nota de despido.

Un largo suspiro, mañana será otro día, pero ¿diferente?.

 

 Por A.F.E. (Mcbo. Vzla.)