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Dcho. de Autor

 

 

Estoy Cumpliendo Años.

 

Prólogo

Cuando se llega a los "treintas", muchas cosas pasan por la cabeza, algunas de ellas poco elegantes y hasta desconcertantes, pero todas reflexivas...

 

Historia

¿Cuántos años tienes?, es interesantísimo observar las diferentes respuestas que da el individuo a esta pregunta, diferencias condicionadas por el factor edad, esto es, a medida que la edad aumenta, las respuestas difieren.

Al ver a un niño que apenas sabe hablar, es bonito y hasta cuchi el escucharlo balbucear una edad que a veces es distinta a la que en realidad tiene, al tiempo que muestra con los dedos la cantidad balbuceada. Notemos que el cotejo del conteo manual y oral raras veces coinciden, y sin embargo la felicidad rodea a quienes observan este patético espectáculo.

Del no saber realmente cuántos años tenemos, y de ni siquiera saber que carrizo son ‘años’, pasamos a la etapa del conocimiento previo, esto es, apenas comenzamos a saber que tenemos una edad, y que este factor influye en la adquisición de mayores libertades y derechos. Cuando le preguntamos a un adolescente cuántos años tiene, nos lo dice incluso antes de que se lo hayamos preguntado, como queriéndonos decir que ya tiene cierto tiempo en el mundo y por ello debe ser respetado. Claro, que cuando lo dice de forma altanera a sus padres - ¡Yo ya tengo tantos!, lo más probable es que una bofetada lo retorne a comprender que ya tiene edad pero no la suficiente, haciendo que este sujeto desee tener más.

Luego llegamos a la post – adolescencia, o etapa del conocimiento simple, donde sabemos la edad y tenemos la suficiente para creernos libres y sin ataduras. Creencia que no dura mucho, ya que los sempiternos padres se encargan de regresarnos a la realidad con bofetadas pero de otro estilo, como por ejemplo el ya clásico – Esta es mi casa, si no te gusta tienes toda la libertad para irte...; en esta etapa todavía pensamos que el adquirir más edad es sinónimo de realización.

Finalmente llegamos a una edad triste, la pre – adultez, donde ya no nos alcanzan los dedos de manos y pies, ni siquiera si tuviéramos un pie o una manito extra, y donde nos damos cuenta que ya han pasado tantos años que la gente que uno creía vieja, ahora es gente que trata con uno de igual a igual, y la que creíamos eran niños son ahora jóvenes que también lo tratan a uno de igual a igual, creando esto un conflicto de ¿a dónde pertenezco?, que al final vemos que se resuelve con otra pregunta, ¿dónde estarás el año que viene?.

Todo esto crea un trauma, definido por la ciencia pseudo-médica como trauma de la impercepción de la edad, donde el sujeto crea la ficción de que el tiempo se ha detenido y todavía conserva la edad en que más cómodo se sentía, negando sobre una Biblia la edad verdadera o reconociéndola con desprecio y vergüenza.

Todo esto se los cuento porque mi psiquiatra me dijo que debía comentar mis problemas con alguien para “buscarles una salida por medio del desahogo”, ya que me mantengo en consulta permanente con él desde que concienticé la edad que me disponía a cumplir este año. También me dijo que comentara la edad que en realidad voy a cumplir, pero todavía no me siento preparado. Otros consejos fueron que celebrara mi cumpleaños en grande, que gritara a viva voz mi edad y que en la torta pusiera, yo mismo, velitas por cada año cumplido, ignorando los típicos chistes de que la torta parecía un incendio forestal, que dónde estaban los bomberos para apagar la torta, que tuviera cuidado con mis pulmones o que no fuera a botar la plancha sobre la torta.

Sinceramente dudo que lleve a cabo alguno de estos consejos, no tengo humor para ello, pero eso no obsta para que uds. lleven a cabo una recomendación de mi doctor, que redundaría enormemente en mi bienestar físico y moral, y que me fue encomendada comunicarles sutilmente y así lo hago con toda la pena del mundo: La recomendación es que les dijera que para mejorar mi condición todas las personas, conocidas o no, me enviaran presentes costosos y variados, sólo de las mejores marcas. A esto agrego que si van a cumplir con esta condición lo hacen por una causa humanitaria, y que por ello no deben esperar más retribución que la divina, así que no esperen que haga fiesta ya que sería contraproducente a mi condición.

Muchas Gracias de Antemano.

P.D.: No traer los regalos personalmente, sino a través de agencias acreditadas para transportar artículos de valor.

 

 Por A.F.E. (Mcbo. Vzla.)