El diálogo, el intercambio de ideas y la difusión de la cultura, fueron los principales factores que fomentaron el origen del Simposio Román Piña Chan. Los temas que han dado título al simposio hacen alusión a las voces que nos ilustran sobre la conformación de las ataduras del hombre con su cultura. A su vez ésta suministra el vínculo con lo que los hombres son capaces de llegar a ser. Solamente nos convertimos en individuos si vamos guiados por esquemas culturales, por sistemas de significación históricamente creados, en virtud de los cuales formamos, ordenamos, sustentamos y dirigimos nuestras vidas.

La arqueología al final del milenio, primer título del simposio nos llevó por los laberintos de los conceptos anteriores, hacía la búsqueda de los esquemas que fueron funcionales en la comprensión del México antiguo. Temas fascinantes en las mesas que llevaron como título: Paradigmas sobre el surgimiento del estado; Cosmovisiones prehispánicas; Literatura mesoamericana.

Con el segundo título La arqueología, ciencia universal reflexionamos sobre una arqueología sin fronteras, la igualdad entre los individuos y la comprensión de la diferencia entre las culturas. Un paseo por la génesis de la historia y de las primeras ideas que lleva sobre su espalda, la tierra viva: El oriente próximo antiguo un mundo civilizacional; Dioses y demonios en el politeísmo Indu; Hermes el ingenioso intérprete; El uso de mitos indígenas actuales, para analizar los antiguos mitos mesoamericanos.

Estos son los fragmentos de un presente, que caen como las hojas de los árboles, y que se pierden entre muchas otras, hoja por hoja se fue conformando el árbol histórico, ensayos que se iban encontrando en la arqueología mexicana y universal.