SOS Uruguay se siente en la obligación moral de difundir en su página Web http://go.to/SOS-Uruguay el siguiente manifiesto de la asociación Tradición y Acción, publicado en El País, de Montevideo, el jueves 25 de noviembre de 1999. Para darnos su valiosa opinión, mailto:SOS_Uruguay@mail.com

Tradición y Acción Por un Uruguay Auténtico Cristiano y Fuerte

Tradición y Acción por un Uruguay Auténtico Cristiano y Fuerte --entidad inspirada en la vida, obra y pensamiento del renombrado intelectual católico Plinio Corrêa de Oliveira, fundador de la Sociedad Brasileña de Defensa de la Tradición Familia y Propiedad y mentor de las demás entidades que tomaron como lema esa trilogía - las TFPs - se ve en la obligación, delante de las próximas elecciones, de recordar algunos principios de la perenne doctrina social católica.

Lo hace en continuidad con la lucha doctrinaria de tres década de la TFP uruguaya, la cual desde sus orígenes a mediados de los años 60, hasta el fallecimiento de su ilustre inspirador, nunca esquivó las grandes controversias nacionales, haciendo oír su voz de alerta y de orientación. Hoy, cuando el peligro arrecia, no podríamos guardar silencio. Los abajo firmantes, discordando del rumbo y del silencio que los actuales dirigentes de la TFP uruguaya están dando a la entidad, se ven en la contingencia de manifestarse bajo el nombre de Tradición y Acción por un Uruguay Auténtico, Cristiano y Fuerte. Lo hacen así para mantenerse fieles al espíritu, a los principios y a la historia del auténtico movimiento TFP, tal cual fue creado y se desarrolló bajo el impulso y la inspiración del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira.

El 28 de noviembre Uruguay optará entre un socialista y un representante de todos los que no deseamos para Uruguay las falsas soluciones inspiradas en Marx. Esto levanta dos cuestiones íntimamente relacionadas.

EL "cambio a la uruguaya" que propone la izquierda no es una adaptación o adecuación, sino la eliminación del régimen político institucional vigente y su sustitución por otro profundamente opuesto, inspirado en una concepción de la vida, del individuo, de la familia atea, materialista e igualitaria. El "cambio a la uruguaya" que promete Tavaré Vázquez es el símil oriental del "socialismo a la chilena" que prometió Allende.

El candidato del EP-FA nos mostró gráficamente la radicalidad del cambio que promete cuando afirmó que "¡haría temblar hasta las raíces de los árboles!". Esa amenaza fue dicha por quien nunca desmintió su admiración por Fidel Castro, ni escondió sus críticas a la iniciativa particular y a la propiedad privada, así como tampoco disimuló su fe en el intervencionismo estatal, su afán fiscalizador, su tendencia a aumentar incesantemente los impuestos o sus anhelos profundamente igualitarios.

Ese temblor, o mejor, ese terremoto con que se nos amenaza y notifica explica y refleja el trasfondo del pensamiento del candidato. Más explícito en los alcances de ese terremoto fue al referirse al complejo fenómeno de la globalización y sus efectos en Uruguay.

"Para Latinoamérica van más de cinco siglos de globalizaciones", dijo, "Pobreza, miseria, falta de educación, vivienda, de salud para vastos sectores de la población son el resultados de siglos de globalizaciones... no se ha globalizado el derecho a la salud para todos los habitantes del planeta, ni la educación, ni la vivienda, ni los derechos humanos, ni la paz ni la igualdad...", sentenció.

Así impugnó el fruto de un proceso civilizador de cinco siglos en nuestro Continente. Pero, renegando de ese pasado enraizado en la civilización cristiana -esas son las raíces que quiere hacer temblar o tal vez extirpar- y descalificando sus realizaciones, Tabaré Vázquez muestra la meta de su proyecto de sociedad.

Y al hacerlo revela un afán revolucionario e igualitario, tan querido por Marx, de re-ineventar todo, a partir de cero y en oposición dialéctica con la tradición y el pasado. Esto es síntoma de un fanatismo ideológico de trágicas consecuencias.

Son muchos los ejemplos que muestran a dónde conducen el querer crear, a partir de premisas erradas y arbitrarias, una sociedad y un hombre nuevos: al infierno de los campos de concentración y de las clínicas psiquiátricas soviéticas, a los horrores de la reeducación de Mao Tse Tung; al paredón, los trabajos forzados y la miseria cubana; el terror y el crimen sembrados en Colombia por la guerrilla de las FARC y ELN y en Perú por el 'Sendero Luminoso', etc.

No se trata de evocar cucos. Las páginas sangrientas escritas por el comunismo en este siglo no son mitos, sino trágicas realidades. Por eso, si la izquierda uruguaya, a pesar de la estrepitosa autodemolición de la Cortina de Hierro y de la vergonzosa opresión y miseria institucionalizada que dejó a la vista, no se desolidariza de ese régimen, ni se retracta de los elogios que a él hicieron, ni se arrepiente de los intentos de imitarlo, es porque tiene esperanza y voluntad de reerguirlo en Uruguay.

Tabaré Vázquez acepta sin restricción el apoyo de esos socialistas, comunistas y tupamaros. Y éstos últimos, en plena campaña electoral se jactan de su pasado terrorista, de sus aberraciones ideológicas, celebran el 30ª aniversario de la violenta toma de la ciudad de Pando, rinden homenaje al Ché Guevara en el 32ª aniversario de su muerte y quieren llegar al poder "legitimados" por su pasado subversivo. Nuestra actividad política de hoy es legitimada por nuestra actividad guerrillera de ayer, declaró Fernández Huidobro, senador tupamaro electo.

¿Qué posición tiene el Dr. Vázquez? ¿A qué figura histórica se asemeja? Si, como muchos creen, es el ingenuo soñador que sus gestos y expresiones fisonómicas sugieren, es de temer que, llegando al Poder, sea arrastrado por las corrientes más radicales y dinámicas del EP-FA, en ese caso pasará a la Historia como el Kerensky uruguayo: el que abrió las puertas y pavimentó los caminos a la tiranía comunista.

Si por el contrario es consciente de lo que dice y dice lo que piensa, entonces debemos recelar la tremenda revolución que promete, haciendo temblar hasta las propias raíces de los árboles. En tal caso emulará a Lenín, Mao o Castro.

II - LA CUESTIÓN MORAL Y RELIGIOSA

El Obispo de Minas, Mons. Víctor Gil, recordó que "el marxismo es absolutamente incompatible con el cristianismo", y advirtió "los católicos no deben acompañar a ningún sector afiliado a esta ideología". Mucha razón tiene el prelado. El Magisterio tradicional de la Iglesia condena al comunismo y al socialismo, e inclusive alerta contra sus formas aparentemente moderadas, las cuales considera aún más peligrosas. Enseña, por ejemplo, Pío XI:

· "El primer peligro, el más grande y el más general, es ciertamente el comunismo bajo todas sus formas y en todos sus grados; pues él amenaza todo, se apodera de todo, se infiltra en todas partes abierta y solapadamente ... sobre todo en la religión ... y más especialmente en la católica ... peligro de un alcance verdaderamente universal ... universalidad más peligrosa aún cuando ella toma actitudes menos violentas y en apariencias menos impías, a fin de penetrar en los medios menos accesibles y de obtener ... connivencias increíbles..." (Discurso Siamo ancora, 11-12).

· "El socialismo, ya se considere como doctrina, ya como hecho histórico, ya como acción, si sigue siendo verdadero socialismo, aun después de sus concesiones a la verdad y a la justicia de las que hemos hecho mención (en materia de lucha de clases y de propiedad privada), es incompatible con los dogmas de la Iglesia católica; ya que su manera de concebir la sociedad se opone diametralmente a la verdad cristiana"

La clarividencia papal de este pontífice, como de tantos otros durante tantos años, fue de tal modo confirmada por los hechos que no se comprende como autoridades eclesiásticas callen, no sigan sus enseñanzas y no alerten a los fieles contra esa amenaza, la primera, mayor, más universal y peligrosa de todas.

Es incomprensible, pues, que un católico vote por el socialo comunismo. Sin embargo la abultada votación obtenida por el EP-FA indica que muchos, contradiciendo su fe, así lo hicieron. Sólo un gran fraude psicológico ha podido inducir a la mitad de Montevideo (y al 38% del país) a votar contra los intereses de la Religión y de a Civilización Cristiana.

Y el principal responsable de esta estafa político doctrinaria no ha sido Tabaré Vázquez, ni los socialistas, ni los comunistas, ni los tupamaros. Fue y es el activo "Izquierdismo católico" en la Iglesia", y el silencio y la confusión creada sobre la doctrina católica al respecto del socialismo y el comunismo. Si quienes deberían recordar tales enseñanzas y repetir las terminantes prohibiciones de colaboración con el comuno socialismo no hubieran callado, otra sería la situación.

a) La XVI Semana Social del Uruguay

En agosto pasado, se efectuó, después de años de receso, la XVI Semana Social del Uruguay. Se escogió un nombre, un tema y un modo de abordarlo bien apropiado para transbordar inadvertidamente hacia la izquierda a los católicos. Bajo el título "Solidaridad o Exclusión", la "Semana Social Monseñor Carlos Parteli" se transformó en una tribuna de izquierda para criticar la globalización y el capitalismo en una clave semejante y complementaria al discurso de Tabaré Vázquez y sus aliados. Esto es, una crítica vaga, simplista y parcial. Un párrafo del Documento Final, intensamente explotado por la midia, dará una idea: "¡Vil paradoja del sistema que propone al mercado como criterio último!, que mientras algunos mueren de hambre, otros tiran su producción para generar un aumento de precios vía el mecanismo de oferta y demanda".

Eso, como si Uruguay fuese un país capitalista, globalizado y liberal ,y no tuviese muchos y pesados enclaves estatistas, excesos de controles sociales, trabas burocráticas, aduaneras y fiscales. Más aún, fue el socialismo estatista vigente por décadas en Uruguay, el responsable por el des-desarrollo del País. Uruguay no es un país sub desarrollado sino que, como lo demostró en un interesante y elucidativo estudio el especialista en análisis económico Peter Brucker, es una economía ex desarrollada.

* Exclusión despiadada de auténticos abandonados

En su Documento Final, la Semana Social, que trata de exclusión y solidaridad, no tiene una palabra de piedad, ni una mención siquiera para aquellos miles de excluidos torturados en el seno materno y muertos por medio del crimen abominable del aborto. A tal ceguera conduce el enfeudamiento político ideológico al marxismo. Además, ese documento excluye cuidadosamente los temas de doctrina católica que se oponen al socialismo, como es la defensa de la familia y de la propiedad privada o la condenación de la lucha de clases.

b.- Ruidosa, ambigua y simplista condenación del "capitalismo salvaje".

Otro factor que poderosamente favoreció la candidatura socialo comunista fue la declaración del Arzobispo de Montevideo condenando el "capitalismo salvaje". No porque lo haya condenado sino por la forma como lo hizo. La Iglesia, civilizadora por excelencia es naturalmente contraria a cualquier salvajismo, sea éste del capitalismo, del clero o del obrero. Como la condenación arzobispal no fue acompañada de las necesarias e indispensables explicaciones que las circunstancias exigían, dio margen a una interpretación pro-socialista de las mismas. Sin atribuir intenciones al Prelado, en términos de opinión pública, fue un apoyo a la candidatura del EP-FA, que éste supo aprovechar.

Además, si se va a hablar de "capitalismo salvaje", el más extendido e implacable capitalismo salvaje que existió en la historia, sin comparación posible, fue el Capitalismo de Estado Comunista, que oprimió a Rusia y a las naciones a ella sometidas durante décadas, y que aún hoy oprime en China, Corea el Norte, Cuba, etc. Sin embargo, por omitir esto, el sermón del Arzobispo fue interpretado como una crítica a los principios de propiedad privada y libre iniciativa y una invitación caminar para dicho Capitalismo de Estado Comunista.

c.- Cuidadosa omisión de lo que pudiese incomodar la candidatura socialista

En esa línea, otro poderoso respaldo a la candidatura marxista fue el silencio permanente de casi todos los obispos sobre la taxativa censura de la Iglesia al socialismo y al comunismo, aun en sus formas moderadas, como también el silencio de los principios fundamentales básicos del orden social católico.

En suma, unos por acción y otros por omisión --excepción hecha de las valientes declaraciones del Obispo de Minas, Mons. Víctor Gil -- se cometió, de modo intencional o no, una gran estafa psico-política en pro socialismo. La votación alcanzada por EP-FA sólo fue posible por causa de este fraude.

III.- LLAMADO AL EPISCOPADO: DECID UNA SOLA PALABRA Y TODO SERÁ SALVADO

El Episcopado Nacional puede todavía salvarlo todo. Bastará un pronunciamiento oficial, claro y paterno que corrija esos silencios y aclare esas ambigüedades. Es lo que les pedimos filialmente a los Obispos, desde el fondo del alma, conscientes de la autoridad y de la influencia que tienen. Imploramos a la Santísima Virgen que los inspire y les dé fuerza para actuar con la valentía que la hora pide, pues el bien de las almas y el bien del País está en juego. Dios y la Historia juzgarán a los responsables de una eventual catástrofe, como también a aquellos por cuyo cumplimiento del deber la Patria sea salvada de la tiranía comunista.

Independiente de ese pronunciamiento episcopal que imploramos, está en las manos de los blancos impedir una catástrofe para el país. Dios y la Patria les piden que actúen con generosidad y altura de miras en esta hora en que está en peligro no sólo el futuro de Uruguay sino que el de todo el Continente. No nos olvidemos que se viene configurando con una claridad cada día mayor un eje político militar izquierdista que, partiendo de Cuba de Castro, pasando por Venezuela de Chavez se afirma en Colombia con la narco-guerrilla, busca un punto de apoyo en Perú con el Sendero Luminoso y se arrastra peligrosamente por las inmensidades del Brasil teniendo como instrumentos privilegiados los Movimientos de los autodenominados Sin Tierra y Sin Techo, el lavado de dinero y la corrupción que le acompaña.

Que la Virgen de los Treinta y Tres, Patrona del Uruguay, ayude a cada uruguayo a cumplir su deber en esta hora, salve a la Patria de la tiranía comunista y apresure el esplendoroso Triunfo de Su Inmaculado Corazón prometido en Fátima.

Montevideo, Noviembre de 1999

Emeterio Ferrés Arrospide

Presidente

Fernando Montabone

Secretario

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