Autobiografía
El 27 de abril de 1957,un día maravilloso de
primavera nació una niña de ojos verdes en la Playa de Ponce. Era el orgullo de
su padre y de su madre ya que lo primeros dos hijos del matrimonio eran varones.
Dios hizo realidad su deseo. A los pocos meses de mudarse mi familia a la Playa
de Ponce llegué a este mundo. Me cuentan que el alumbramiento fue en la casa,
asistido por una comadrona.Mi papá no se encontraba presente en el momento que
empezaron los dolores, así que un vecino fue por la comadrona. El vecino, en su
bicicleta tuvo que recorrer un gran trayecto para llegar a tiempo y mi madre
fuera atendida considerando lo arriesgado de la situación. El vecino, un ser
especial que siempre recordaré porque ya pasó a mejor vida al lado de nuestro
Señor Jesucristo. Lo recordaré porque siempre estuvo pendiente de mi desarrollo
como persona. No sé si el acto de ayudar en mi alumbramiento, le dio el derecho
de siempre vigilar mi camino, mi andar en la vida. Me aconsejaba y yo notaba
que sentía una gran satisfacción cuando le hablaba de los logros alcanzados en
la escuela y posteriormente en la universidad. Mi familia estaba compuesta de
mi padre, mi madre, dos hermanos y dos hermanas menores. Mi padre, ya en los
brazos de Jesucristo era el guía de la familia. Mi padre tenía un don muy
especial, era trovador. El podía improvisar de forma sorprendente. Participaba
en muchas promesas para época de Navidad. De el heredé la fascinación por lo
típico especialmente por la música campesina. Me encantan los aguinaldos.
Mi madre llamada Carmen de quien
heredé el nombre. Persona que representa para mí, todo lo bueno, lo positivo,
el ejemplo de lo que un ser humano debe aspirar a ser. Una persona de poca
preparación educativa,llegó a un segundo grado de escuela elemental, pero que
segundo grado, si lo comparamos con un cuarto año de cualquiera de mis
estudiantes no equipara en conocimiento ni en contenido. Me pregunto,a que se
debe la diferencia de la escuela de ayer si la comparamos con la de hoy. ¿Será
que antes las personas apreciaban lo poco que había, lo aprovechaba y ponía el
corazón en lo poco que se le ofrecía?Pues de esa forma nuestra madre nos llevó
por el camino del bien. Aunque había limitaciones económicas, nos enseñó a
valorar lo poco que había, sin desear lo que realmente no era necesario.
Vivíamos en un barrio, quizás uno de los más pobres de la Playa de Ponce, pero
no era solo la pobreza lo triste del panorama. Era un lugar donde existía un
conjunto de diversos problemas sociales. El que piensa que el tiempo pasado era
mejor, está muy equivocado. En aquel tiempo, en aquel escenario existían los
mismos problemas sociales de hoy, con la diferencia que antes no había tanta
ayuda del gobierno. Existía la droga, claro en menor proporción o mas oculta,
embarazos no deseados, poca escolaridad, en fin problemas que afectan directa o
indirectamente una comunidad. Pero en ese ambiente poco agradable estaba un sermuy
especial, mi madre, una luchadora, un ser único que protegía a sus hijos, cual
gallina protege a sus pollitos. Ella nos mantenía aparte, no permitía que lo
negativo de la sociedad nos afectara. Siempre nos decía:“Ustedes son
diferentes, no se pueden dejar influenciar por lo negativo jamás”. En casa nose
permitían “malas palabras’’, dialecto utilizado como si fuera idioma oficial
del barrio. Recuerdo las frases que siempre repetía y hoy utilizamos mis
hermanos y yo en nuestros hogares. ‘’Los hermanos no pelean, se tienen que
respetar y querer, los problemas se tratan y se resuelven en familia’’.
Nos regañaba, si nos
regañaba pero con mucho amor, era fuerte pero comprensiva. Nos daba la
oportunidad de tener confianza en ella, nos daba la oportunidad de contar
nuestros problemas y les buscaba solución con nosotros en mente y tomando
nuestra opinión como punto de partida para la solución. Nunca se fue al
aposento a descansar si sus cinco hijos no estaban descansando. Nos decía: “Hay
que estudiar, hay que prepararse, tienen que buscar alternativas para
progresar, a pesar que ella observaba que en esa comunidad nadie estudiaba,
nadie progresaba. No había mucho dinero, pero afloraban los valores. “Las
personas mayores se respetan, los maestros son tus segundos padres, debes
respetarlos, que no me manden a buscar de la escuela porque ya sabes lo que te
espera, no te burles de las personas que tengan algún impedimento, son hijos de
Dios, no lleves al hogar lo que no es de tu propiedad, ama a tu prójimo, somos
una familia, no mientas, háblame con la verdad que buscaremos soluciones” son
algunos de los consejos que recordamos y que utilizamos con nuestros hijos.
Mi madre pasó mucho
trabajo pero con su fortaleza logró lo que ella considera su mayor triunfo, su
mayor meta, su objetivo más importante que sus hijos fueran personas de bien,
honrados, en fin un logro para la sociedad. Sus hijosson padres ejemplares y
jefes de familia que se ganan la vida trabajando. Sus hijasson profesionales.
Doris, es enfermera con maestría. Trabajó muchos años en el HospitalDamas de
Ponce, luego trabajó en el Hospital José Gándara. Se desempeñó como supervisora
en el área de cardiología. Actualmente trabaja como maestra de enfermería en el
Instituto Tecnológico de Ponce. La otra hija, Lilliam estudió contabilidad.
Trabajó como auditora en el Ponce Federal Bank. Actualmente se desempeña como
maestra en el Centro Sor Isolina Ferré en la Playa de Ponce. También está
tomando cursos de bibliotecología en la Pontificia Universidad Católica de
Puerto Rico. Su hija mayor, o sea yo, completé un bachillerato en Biología y me
he desempeñado como maestra en diferentes escuelas de Puerto Rico. Trabajé como
maestra de ciencia en la Escuela Intermedia Ismael Maldonado Lúgaro. Aquí
obtuve experiencias muy gratas, ya que mis estudiantes ganaron muchos premios
en diferentes competencias las cuales fuisu maestra mentora. Realicé varias
actividades dirigidas a enriquecer a mis estudiantestanto personal como
académicamente. Actualmente me desempeño como maestra de biología en la Escuela
Ponce High y estoy tomando cursos de bibliotecología en la Pontificia
Universidad Católica de Puerto Rico. Somos su orgullo y aún más, si
consideramos que fuimos los únicos que logramos realizar una profesión, de
todos los jóvenes que pertenecíamos al barrio. En el presente mi madre conserva
su mente bastante lúcida si consideramos que ya cuenta con 79 años, con
conocimientos comparados con cualquier letrado ya que su mejor preparación la
ha adquirido en la universidad de la vida. Es mi consejera en tiempos difíciles
y sus consejos denotan una sabiduría comparada con sabios antiguos al tomar
decisiones importantes. Mis hermanos y yo
tuvimos una
niñez bastante normal compartiendo unos con otros.
Mis años de estudios
transcurrieron en escuelas de la Playa de Ponce. Mis años elementales los pasé
en la Escuela Segundo Ruiz Belvis, la intermedia fue la Escuela Santiago
González y mis años de escuela secundaria los pasé en la Escuela Dr. Alfredo M.
Aguayo. De mi escuela elemental tengo buenos recuerdos. Participe en varias
actividades artísticas y de índole social. Recuerdo que hubo una parada de
Pascua y fui vestida de conejo. Dimos la vuelta por toda la Playa, fue una
experiencia inolvidable. Era una estudiante bien aplicada pues siempre sacaba
buenas notas. En la escuela intermedia conocí a mi mejor amiga, Cruz Elena.
Compartimos bastante, ella era de un carácter bien alegre, con cada ocurrencia.
De verdad que disfrutamos en grande en esa época. Como dato importante el grupo
que pasaba para la escuela superior fue el grupo que inauguró la escuela.
Nuestro grupo fue la primera clase graduanda de la Escuela Dr. Alfredo M.
Aguayo. Recuerdo mis amistades, mis maestros y todas las experiencias
compartidas. Mi graduación de cuarto año y mi baile de graduación fueron
sucesos que siempre permanecerán en mi mente y mi corazón. En ese tiempo conocí
a quién mas tarde se convirtió en mi esposo. Fueron tiempos inolvidables. El
trabajaba y yo cursaba el cuarto año de escuela superior. El me visitaba todos
los días en la hora de almuerzo frente a la escuela. Luego me visitó en mi
hogar y la relación se convirtió en una formal.
Comencé a estudiar en la
universidad de Puerto Rico recinto de Ponce. Completé un asociado en ciencias.
Al terminar el asociado contraje nupcias con mi actual esposo. Fue un sueño
dorado, desde pequeña soñé casarme con traje blanco para ofrecerlo como
homenaje a mis padres. Para mí, llegar al altar era algo mágico, inalcanzable
porque en el lugar donde pasé la niñez y luego la adolescencia nunca presencie
una boda de esa forma. Recuerdo como hoy, la noche de mi boda, mi traje blanco,
mis damas de honor, mi madrina, que de hecho fue mi mejor amiga. Cuando niñas
nos hicimos una promesa, ella iba a ser mi madrina de bodas y yo la de ella
cuando llegara el momento. Gracias a Dios pudimos cumplir la promesa. La
actividad en la iglesiafue sorprendente y hermosa. La recepción fue en el
Rancho 7 en Ponce. Había tanta gente que siempre pensé que toda la Playa de
Ponce había asistido. Nuestro hogar fue formado en la urbanización El Madrigal
en Ponce. Tengo tres hijos maravillosos. Dos niñas y un varón. Mi hija mayor ya
está casada y me ha obsequiado dos hermosos nietos, mi hijo esta en cuarto año
de escuela superior y es un ‘’genio’’ en la computadora. Piensa estudiar
ingeniería en computadoras. Mi niña pequeña está en quinto grado. Como la
regalona de la familiahace sentir jóvenes a sus padres, ya que nos contagia con
su vitalidad y su alegría.
Como ser humano me siento realizada y feliz ya que
he logrado casi todas mis metas. Dios me ha bendecido con su misericordia, ya
que he tenido y tengo todo lo que deseé. Tuve una familia que me ofreció mucho
amor y actualmente tengo una familia hermosa que me hace muy feliz y realizada.
Completé una profesión y he tenido la oportunidad de entrar a un grupo
excelente y muy unido con un profesor único que me ha brindado la confianza y
me ha ayudado a disipar el miedo que sentía al iniciar de nuevo en la
universidad, ya que llevaba 18 años sin estudiar. Quiero realizar otra meta en
la vida, poder completar una maestría en bibliotecología y ya estoy bien
encaminada porque en enero comencé a tomar cursos relacionados. Espero
convertirme en bibliotecaria y poder ofrecer mis servicios y conocimientos a la
juventud de Puerto Rico.
Carmen E. Albino Lopez.
Publicado en internet el 27 de marzo de 2001.