La Nueva Agricultura para países tropicales

Agricultura Orgánica

La Problemática ambiental del sector agropecuario en Colombia

Títulos

Resultados de una tradición insostenible

Uso de la Tierra

Uso del agua

Uso de agroquímicos

Uso de plaguicidas

Uso de fertilizantes

Importación de tecnologías

De los modelos de desarrollo agropecuario

Modelo de sustitución de importaciones

El nuevo modelo de desarrollo

Competitividad y desarrollo sostenible

Si bien es cierto que  hoy en día existe en el país una serie de lineamientos generales respecto a la política ambiental, también lo es que éstos parecen diluirse en la medida en que se va descendiendo en las diferentes actividades económicas y en su perspectiva regional, dando la impresión de haberse creado un sector independiente alrededor de la temática ambiental y no, como debería ser, un criterio fundamental en la definición de políticas en cada sector.

La Constitución Política de Colombia establece como una "obligación del Estado y de las personas proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación". Posteriormente, como instrumento para el manejo de la política ambiental y en cumplimiento del mandato constitucional, se crearon el SINA y el Ministerio del Medio Ambiente, organismo rector de la gestión ambiental. Sin embargo, surge la sensación de que toda la responsabilidad a este respecto se hubiera descargado en el Ministerio del Medio Ambiente y como consecuencia, es todavía muy débil la participación e incipientes los aportes por parte de los diferentes agentes que conforman el Consejo Nacional Ambiental, máxima instancia de coordinación intersectorial y participación del SINA.

Por su parte, el Ministerio del Medio Ambiente, en su calidad de organismo rector, tiene, entre otras funciones, las de formular la política nacional, establecer las reglas y criterios en el ordenamiento ambiental del uso del territorio y el aprovechamiento sostenible de los recursos y de regular las condiciones generales para el uso, manejo, aprovechamiento, conservación, restauración y recuperación de los recursos naturales, responsabilidad bien difícil de llevar a cabo si no se cuenta con la participación activa y decidida de los diferentes sectores que orientan las políticas de desarrollo nacional.

Asimismo, buena parte de los esfuerzos realizados por el Ministerio del Medio Ambiente, en sus pocos años de creación, se han focalizado en crear institución y en desarrollar la normatividad ambiental necesaria, pero queda mucho por realizar en el aspecto de articulación y coordinación interinstitucional en donde, valga la pena reconocer, no ha existido la mejor colaboración por parte de los diferentes interlocutores sectoriales, evidenciando igualmente que en el propósito de formar una conciencia ambiental en todos los niveles del Estado existe todavía un largo camino por recorrer.

El sector agropecuario y todas sus instituciones no han sido la excepción, a pesar de tener en el proceso, por una parte, una responsabilidad casi paternal en el desarrollo de una política ambiental, y por otra, como ya se había mencionado, situaciones que lo marcan como uno de los sectores más involucrados en el deterioro ambiental. Precisamente del reconocimiento de la complejidad propia de la política agropecuaria y rural, se desprende que es en el sector agropecuario y rural donde el reto de crear una conciencia ambiental que garantice un desarrollo humano sostenible es más necesario, urgente y difícil de conseguir.

La actual política agropecuaria plantea dos directrices fundamentales para el desarrollo sectorial: la modernización y competitividad de las actividades productivas, y el desarrollo integral y el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad rural, aspectos que se enmarcan perfectamente dentro del propósito del desarrollo humano sostenible, pero sólo si en su diseño, en su planeación y en su desarrollo, permanecen claramente establecidos los criterios de orden ambiental y la perspectiva sustentable. Al respecto vale la pena resaltar que tales condiciones no han sido tan evidentes y su aplicación todavía es tema de discusión e inclusive parecen reñir cuando se abordan temas como los de adecuación de tierras, investigación y avance tecnológico, crédito agropecuario, comercialización agropecuaria, reforma agraria, servicios sociales y competitividad, entre otros.

Al parecer, el sector es muy resistente al momento de apropiar nuevos modelos de desarrollo, más aún cuando anteriores modelos, como los que conformaron la llamada Revolución Verde, fueron tan profusamente arraigados y mantienen una inercia conceptual en las diferentes esferas del quehacer sectorial. Paralelamente, la sensibilidad que ha mostrado el sector al nuevo modelo de desarrollo económico y a las históricas presiones que debe soportar por aspectos como la propiedad de la tierra, la pobreza, la violencia y más recientemente, la narcoproducción, no sólo dificultan la aplicación de estrategias ambientales para el sector sino que, adicionalmente, se convierten en variables que se incorporan y han de tenerse en cuenta al momento de su diseño y puesta en marcha.              |Ir Arriba...|

RESULTADOS DE UNA TRADICIÓN INSOSTENIBLE 

Al relacionar las diferentes variables contenidas en la definición de Desarrollo Sostenible en un análisis diagnóstico del sector agropecuario, la conclusión es que éste tiene una tradición productiva evidentemente insostenible, ineficiente, entendiendo como ineficientes los procesos productivos en los cuales los costos originados por los daños ambientales son superiores al aumento del bienestar resultante del eventual aumento de los ingresos.              |Ir Arriba...|

USO DE LA TIERRA 

En lo que se refiere al recurso suelo, estudios realizados por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, IGAC(1), indican que de los 114 millones de ha del territorio nacional, las tierras aptas para la agricultura alcanzan cerca del 13%, es decir, un poco más de 14 millones de ha, pero solamente se utilizan en actividades agrícolas cerca del 5%, es decir, alrededor de 5 millones de ha, lo que a las claras indica que buena parte de la superficie potencialmente agrícola (un poco más de 9 millones de ha) se dedica equivocadamente a otros usos menos productivos.

El mismo estudio indica que el porcentaje de la tierras en pastos es del 35%, alrededor de 40 millones de ha, cifra considerablemente alta comparada con el potencial de tierras aptas para este propósito, el cual sólo es del 17%, o sea, alrededor de 20 millones de ha. De las áreas en pastos únicamente el 4,5% corresponde a pastos con manejo, a pesar de que el área potencial para pastos mejorados es de un poco más del 7%. De las anteriores cifras se concluye un incremento de tierras dedicadas a pastos a costa de tierras agrícolas o forestales, mostrando una vez más problemas de sobre y subutilización de la tierra, y de manera global se puede evidenciar de antemano un uso ineficiente del recurso suelo en Colombia.

Desde el punto de vista ecológico, la deforestación, como fruto de los desequilibrios en la tenencia de la tierra y la búsqueda de mayores ingresos en actividades, ilícitas en buena parte de los casos a costa del bosque, sigue siendo el mayor problema, con un ritmo de entre 360 a 600.000 ha/ año según el DNP (2) pudiéndose citar cifras mucho más severas que hablan de alrededor de las 850.000 ha/año.

La erosión ha venido afectando en grado variable las tierras agrícolas del país. Según el IGAC(3); la erosión, desde muy ligera a muy severa, afecta el 52% del territorio nacional y 86% de la zona andina presenta algún gr do de la misma.

Aparte de las áreas naturalmente desérticas ubicadas principalmente en La Guajira (100.000 ha), se estima que existen alrededor de 720.000 ha en vías de desertificación y con síntomas iniciales de este proceso en otras 15.500.000 ha en zonas secas. (4). Aproximadamente el 45% de los suelos del territorio nacional se usan para fines diferentes de los de su vocación y por lo menos el 8.5% presenta erosión muy severa.

Para muchos cultivos y en amplias zonas del país, las prácticas permanentes de mecanización y uso de implementos inadecuados de labranza como rastras y arados de disco, han destruido los suelos pulverizándolos superficialmente y compactándolos más internamente. De igual manera, el pobre manejo de los sistemas de irrigación ha desencadenado graves problemas de salinización y alcalinización de suelos en muchas áreas.              |Ir Arriba...|

USO DEL AGUA 

Colombia es uno de los países con mayor disponibilidad de agua dulce del mundo, 59 l/s/km2, pero paradójicamente, uno de los de menor desarrollo en lo que se refiere a agricultura bajo riego, en donde, de un área potencialmente irrigable de más de 10 millones de ha, incluyendo zonas de ladera, escasamente el área bajo riego alcanza las 600.000 ha, (5) y con deficientes controles de abastecimiento por demanda y en drenajes.

Este indicador muestra un alto grado de ineficiencia, si se tiene en cuenta que en buena parte los bajos rendimientos, así como procesos de erosión y salinización de suelos, son producto de un inadecuado uso y manejo del recurso agua.

Otro problema está relacionado con la disponibilidad de agua potable para la población ubicada en áreas rurales. El problema se magnifica cuando en la región latinoamericana cuatro de cada diez personas que viven en el campo carecen de agua potable y casi siete de cada diez personas no poseen instalaciones para el saneamiento de aguas. (6)

Por otra parte, la oferta de recursos hidrobiológicos se ha visto afectada notoriamente como consecuencia de la sobreexplotación del recurso, la contaminación y degradación creciente de los cuerpos de agua y de las cuencas y microcuencas. Un caso particular lo constituye la pérdida de productividad de la cuenca magdalénica, cuya participación en los años 80 alcanzó un promedio del 65 % de total de la producción del país, reduciéndose para la década de los 90 en más de un 40 %(7)

De seguir las actuales tendencias extractivas de los recursos naturales, sin duda alguna, la lucha por la supervivencia de la vida para el próximo milenio estará enmarcada de manera estratégica por el manejo y aprovechamiento sostenible que el hombre realice del recurso agua.              |Ir Arriba...|

USO DE AGROQUÍMICOS

 Desde hace cinco décadas los agroquímicos han sido los componentes químico-tecnológicos más utilizados por la moderna agricultura en casi todos los países desarrollados y en vías de desarrollo. La denominada Revolución Verde, que resultó como consecuencia de la agricultura intensiva, aumentó la utilización de los productos agroquímicos en los últimos 30 años, y aunque el empleo de estos productos lo que pretende es mejorar la producción agrícola, aspectos corno la sanidad de los seres humanos, su uso indiscriminado, la falta de educación y la carencia de conocimientos en la aplicación, han contribuido a crear situaciones insostenibles, desequilibrando la salubridad del medio ambiente y dejando secuelas a veces irreversibles para el uso de la tierra de las generaciones futuras.              |Ir Arriba...|

USO DE PLAGUICIDAS

Es sabido que los plaguicidas tienen el propósito de combatir de manera eficaz organismos que pueden destruir o poner en peligro los alimentos, la salud o el medio ambiente del hombre, pero también es cierto que en circunstancias y concentraciones superiores a determinados niveles aprobados y aconsejados, tales plaguicidas, al igual que otras sustancias químicas, pueden producir efectos fisiológicos en otros organismos que viven en el medio e incluso en el hombre, provocando y contribuyendo, a: (8)

  • Empobrecer la biodiversidad mundial. 
  • Incrementar los niveles de residuos de pesticidas en la superficie, dentro del suelo y los cuerpos de aguas. 
  • Causar riesgos para la salud humana a través de la exposición directa e indirecta por residuos en los alimentos. 
  • Ocasionar polución atmosférica debido a las aspersiones aéreas y el consecuente transporte a grandes distancias de las mismas, incluyendo el daño causado a la capa de ozono. 
  • Traer efectos a largo plazo sobre los microorganismos del suelo por residuos de estos plaguicidas.

Estos fenómenos han provocado una amplia dispersión de los agroquímicos por el medio ambiente, con consecuencias graves en todos los hábitat y para todas las especies; debido principalmente a la rápida movilización de estos productos a través de agua, aire y suelo, a su resistencia a la biodegradación, a sus características de acumulación en los climas tropicales y a su poder tóxico.

Cabe destacar que la ocurrencia o no de tales efectos perjudiciales, dependerá en gran medida de la dosis en que se apliquen dichos plaguicidas y de la correcta utilización de los mismos.

 

Contaminación del agua. La contaminación de aguas con plaguicidas se da por diferentes vías. Entre las más importantes están: 

  • Arrastre del contaminante en terrenos que han sido sometidos a la acción de los biocidas, ya sea por las aguas lluvias, o por la utilización de la misma agua de riego de los cultivos. 
  • La fumigación aérea realizada cerca de quebradas, arroyos, ríos, lagunas, lagos, etc. 
  • La precipitación de aguas lluvias que lavan las partículas de plaguicidas suspendidas en la vegetación. Los derrames accidentales que ocurren circunstancialmente en fábricas o depósitos de plaguicidas. 
  • La utilización de las corrientes de agua para la limpieza y lavado de materiales sobrantes.

Lo anterior trae como consecuencia concentraciones letales para diferentes formas de vida acuática, daños serios sobre el fitoplancton, disminuyendo su capacidad de liberación de oxígeno y afectando por consiguiente los niveles de oxígeno disuelto en el agua.

La presencia de sedimentos en suspensión en el cuerpo de agua facilita la movilización del contaminante, siendo éste el principal vehículo de movilización. Es así como puede desplazarse a grandes distancias. Un ejemplo de lo anterior se presenta con los plaguicidas persistentes en agua corriente (herbicidas y defoliantes), los cuales constituyen un grave peligro para el suministro de agua potable y para el agua usada como riego; al igual que los peces procedentes de aguas contaminadas, especialmente de cuerpos de aguas quietas como lagos y lagunas, que pueden acumular plaguicidas en niveles que los hacen poco aptos para el consumo humano(9)

Contaminación de suelos. La contaminación de plaguicidas en el suelo se presenta tanto por su aplicación directa como por la precipitación de aguas lluvias que lavan las partículas suspendidas en la atmósfera, regadíos hechos con aguas contaminadas, desechos industriales y derrames accidentales.

El efecto principal de la contaminación en los suelos se presenta sobre la diversidad edáfica (hongos, bacterias, nemátodos, anélidos, artrópodos, etc.), que son los directamente responsables de la degradación orgánica. Al verse impactado negativamente el suelo se produce una disminución en la productividad de éste, provocando que cada vez sea necesaria la aplicación de mayor cantidad de fertilizantes, lo que en definitiva se convierte en un circulo vicioso, que termina con la virtual inutilidad para la productividad agrícola de los terrenos afectados.

Contaminación del aire. La fumigación aérea presenta muchos problemas de riesgo para el medio ambiente y por consiguiente para la salud humana, porque algunas pistas utilizadas para estos fines no cumplen con los requisitos mínimos de seguridad en su ubicación, operación y manejo.(10) Igualmente porque la concentración letal media de los plaguicidas por inhalación es bastante baja (0,5mg/l de un plaguicida de la categoría I puede causar la muerte a una persona si se encuentra respirando dicho aire contaminado), (11) y como ya se mencionó, por la contribución a la contaminación de aguas y suelos.              |Ir Arriba...|

USO DE FERTILIZANTES

 Es indudable que la agricultura moderna requiere del uso de grandes cantidades de fertilizantes, particularmente en aquella de tipo intensivo. Esos fertilizantes se aportan en forma mineral y orgánica. Existe un vacío grande en el conocimiento sobre eficacia y destino de grandes excedentes en el uso de fertilizantes minerales, lo cual podría estar llevando a un deterioro ambiental progresivo de suelo, del agua y del aire, que a la larga tendrá efectos irreversibles, para desgracia de la vida humana.

Efecto sobre el aire. Algunos componentes de fertilizantes pueden perderse por volatilización con relativa facilidad, implicando aumentos en su concentración en la atmósfera. Particularmente ocurre con anhidros sulfurosos, óxidos de nitrógeno y fotooxidantes, que afectan la calidad del aire. El óxido nitroso (NO2) por ejemplo, destruye la capa de ozono en la atmósfera, cuya función es la de filtrar la radiación ultravioleta de los rayos solares.

Efectos sobre el agua. El agua para consumo animal o humano debe ser química y biológicamente pura. Esta pureza misma hace que sobre ella no se desarrollen microorganismos y vegetales. Cuando éste se enriquece de calcio, magnesio, sodio y principalmente de fósforo, se dice que se ha eutroficado, comenzando el desarrollo de todo tipo de organismos, los cuales la vician, tomando el oxígeno (aumento de la DBO); aportando materia orgánica que para su descomposición requiere de oxígeno (DQO); aumentando el contenido de dióxido de carbono y a su vez la acidez. El resultado final de esta alteración es la falta de oxígeno para peces y la impotabilidad para su consumo por el hombre.

El elemento contaminante más importante proveniente de la agricultura es el fósforo, particularmente en aquellas zonas de alta erosión. Efecto de contaminación de suelos. Los suelos poseen una capacidad depuradora de excesos, reguladora de un equilibrio que es finito, de acuerdo con las características de los mismos. Los suelos de texturas arenosas, por ejemplo, se liberan de excedentes mediante la infiltración de las aguas cargadas de elementos, y los suelos arcillosos y ricos en materia orgánica, por su capacidad y mayor complejidad, permiten las acumulaciones de formas más o menos inherentes que en muy poco afectan los ecosistemas. De acuerdo con lo anterior se presentarían dos situaciones: si el suelo no acumula, las aguas son las que reciben los excesos y son ellas las afectadas; si el suelo acumula hace las veces de filtro y tiene un punto de saturación a partir del cual se enriquece notoriamente la solución del suelo.

Efectos sobre las plantas. Los efectos sobre las plantas son igualmente variados. En primer lugar, las plantas en su mayoría tienen capacidad selectiva muy baja y pueden "engolosinarse" consumiendo de un elemento cantidades extras, pasando a intoxicarse o acumularlo y a su vez a quien las consuma. En segundo lugar se puede crear un desequilibrio en la solución del suelo y nutrición desbalanceada por efectos antagónicos entre los elementos o por la capacidad de reacción entre ellos, acusando deficiencias de otros elementos no implicados en el exceso, por ejemplo, el fósforo, el zinc y el potasio; bromo y magnesio; calcio, magnesio y mangeneso (12)              |Ir Arriba...|

IMPORTACIÓN DE TECNOLOGÍAS

 De hecho, aunque el sector agropecuario tiene la infraestructura y la experiencia de investigación tecnológica y de transferencia de tecnología más importante del país, y representa el 45% de la inversión del Estado en investigación, (13) no se puede dejar de lado que la creación del ICA en 1962, como la institución encargada de la investigación en el sector, se orientó en términos de las estrategias internacionales promovidas por la época (14). Colombia se suscribió entonces al modelo internacional de la Revolución Verde, cuyo objetivo se centró en la rápida adopción del cultivo de variedades mejoradas con alta capacidad de respuesta al uso de fertilizantes y fáciles de mecanizar, adoptando el paquete que incluía semillas, aplicación intensiva de fertilizantes sintéticos y plaguicidas químicos, el equipo de riego controlado y la mecanización. Su impacto en términos de producción ha sido calificado como moderado y contradictorio, ya que cultivos como papa, maíz, trigo y algodón respondieron modestamente, en contraste con el del arroz, caña de azúcar y banano, en los que sí se obtuvieron aumentos productivos impresionantes. Sin embargo, la situación del pequeño productor en términos generales no cambió y sí se produjeron alteraciones importantes de los ecosistemas involucrados en la producción agropecuaria, debido al uso indebido de los insumos de origen en síntesis química, derivados de la aplicación del modelo.

La falta de adaptación del modelo a las circunstancias siempre cambiantes del agro en el país produjeron su agotamiento y los procesos institucionales, lentos de por sí en los entes del Estado, dejaron rezagada la reacción del sector a adoptar las nuevas tendencias de producción que se impulsan desde la comunidad internacional.

Solamente en la década de los 90 se produce la reacción a esta influencia y es cuando aparece Corpoica como organismo del Estado encargado de redireccionar la investigación agropecuaria, orientada hacia la aplicación de un nuevo modelo que pretende incorporar e institucionalizar estrategias científicas y tecnológicas acordes con la realidad productiva del agro en el país.   |Ir Arriba...|

DE LOS MODELOS DE DESARROLLO AGROPECUARIO

 El anterior panorama, planteado de modo muy general, es el resultadlo de un largo proceso de desarticulaciones tanto a nivel de las políticas como de los marcos institucionales, que sentaron las bases para el deterioro anteriormente expuesto, y es suficiente para mostrar el agotamiento de los, hasta ahora adoptados, modelos de desarrollo, a pesar de los beneficios puntuales que haya traído consigo cada uno de ellos.              |Ir Arriba...|

Modelo de sustitución de importaciones

El modelo de sustitución de importaciones, también conocido como de Desarrollo "hacia adentro", acogido casi sin excepción en la región, inspiró la formulación de políticas económicas en América Latina desde los años cincuenta. (15)

Bajo este modelo, el sector agropecuario cumplía un papel secundario frente al proceso de industrialización acelerada que debería jalonar el desarrollo y el crecimiento. En este sentido, se buscó un sector agropecuario de mayor crecimiento para cumplir su función primordial de proveer recursos para el resto de la economía; así, para los años cincuenta, y con el fin de aumentar la productividad, se recomendó impulsar la mecanización de la agricultura y favorecer la transferencia de tierras de ganadería extensiva a la agricultura, sin hacer mención explícita de los aspectos redistributivos, de empleo y mucho menos de consideraciones ambientales.

El Plan para la década de 1960/1970 hizo hincapié en la importancia de la reforma agraria. A1 mismo tiempo se mencionaba la importancia de la agricultura comercial y de la ganadería, como rubros más dinámicos dentro del sector, y nuevamente se defendía la mecanización como instrumento para elevar la productividad. Apenas para entonces surgía la preocupación por la distribución del ingreso rural.

El inicio de la década de los setenta se caracterizó por volver a colocar en un lugar prioritario la reforma agraria y por la inclusión y el papel que empezaron a jugar los insumos mejorados como mecanismo para incrementar la productividad , (16) el inicio de la denominada Revolución Verde.

Este esquema, basado en postulados unilaterales de intensificación de la productividad y su inserción acrítica en el medio colombiano, que junto con elevadas tasas de crecimiento poblacional, la "explosión" urbana de los últimos 20 años, esquemas inequitativos de acceso y tenencia de la tierra, y políticas y programas de colonización y desarrollo rural generalmente diseñados sin ninguna consideración ambiental, se afianzaron a finales de los setenta y en la década de los ochenta, permaneciendo en mayor o menor grado hasta la actualidad.              |Ir Arriba...|

El nuevo Modelo de desarrollo

A pesar de que las políticas adoptadas bajo el esquema de sustitución de importaciones pretendían buscar incrementos de productividad, durante la década de los ochenta, el estancamiento en las tasas de crecimiento y productividad de la economías latinoamericanas pusieron en evidencia las crecientes limitaciones del modelo de desarrollo "hacia adentro". La respuesta en países como Chile, Bolivia, México y Colombia fue poner en marcha un nuevo modelo basado en la inserción de las economías en los flujos del mercado internacional, modelo de desarrollo "hacia afuera". (17) En este nuevo escenario, la problemática ambiental derivada de los modelos de desarrollo anteriores se debe enmarcar en el contexto de la globalización y regionalización de los mercados, debido a la presión que la competencia ejerce sobre mayores niveles de producción y por ende mayor consumo de recursos, dada una determinada estructura tecnológica.

Desde un punto de vista general, el funcionamiento de la economía de mercado y su expansión permite pensar que el modelo de desarrollo es insostenible, teniendo en cuenta que se fundamenta en el consumo no retributivo de recursos, y que los sobrecostos generados por el desgaste de los factores productivos pondrían, a corto plazo, en un plano no competitivo a las empresas.

De no lograrse un equilibrio adecuado entre la oferta y la demanda de productos agropecuarios y pesqueros, será difícil conseguir un equilibrio entre la oferta y la demanda de productos. Actualmente las tendencias del comercio en una perspectiva sostenible insistirán en que los países ricos en biodiversidad, como el nuestro, establezcan conductas de explotación racional de los recursos naturales, siendo cada vez más rigurosos con las medidas ambientales exigidas para posicionar nuestros productos en los mercados internacionales.

La globalización de la economía tiende a generar un mayor flujo de información sobre los riesgos de ciertos productos sobre la salud, el ambiente y la biodiversidad; es por ello importante insistir en la necesidad de avanzar en el desarrollo de actividades productivas de manera selectiva que puedan responder a las exigencias cada vez mayores de calidad ambiental de los productos ofrecidos al mercado. En este sentido, el problema fundamental se centra en cómo obtener una compatibilidad entre el desarrollo sostenible y un sector agropecuario competitivo.              |Ir Arriba...|

COMPETITIVIDAD Y DESARROLLO SOSTENIBLE: "CONTRADICCIÓN O PROPÓSITO"

Los sistemas extensivos de explotación, los monocultivos, el uso masivo de pesticidas y fertilizantes, han convertido a la agricultura en cada vez más consumidora de energía, materia y capital con graves repercusiones sobre los ecosistemas.(18) La actividad agropecuaria se ha caracterizado entonces por una búsqueda de alta productividad a corto plazo, sin tener ninguna consideración sobre la permanencia futura de los recursos naturales. Todas estas actividades han generado degradación de suelos, agotamiento de las fuentes de agua, deforestación y destrucción de ecosistemas.

Por otra parte, los factores que vienen afectando el desempeño del sector agropecuario tienen que ver con la baja rentabilidad y competitividad de las actividades agrícolas; dificultades de financiamiento y capitalización; de acceso a la tecnología; de comercialización y mercadeo, y problemas relacionados con la violencia, la inseguridad y el entorno social en el que desenvuelven los productores. (19)

Asimismo, el proceso de internacionalización de la economía colombiana en el contexto mundial de tendencia hacia el libre comercio, significa una relación y consistencia cada vez mayor entre los acuerdos comerciales plurinacionales y las políticas nacionales. Igualmente, obliga al examen de la relación entre el libre comercio, el medio ambiente y la agricultura (20)

Esta relación podría catalogarse como beneficiosa en el contexto de nuestro país, ya que su posición biogeográfica la ubica dentro de los países con mayor disponibilidad de recursos biogenéticos, así como de una gran diversidad de ecosistemas, potenciales de una amplia gama de producción.

Ante esa potencialidad, el gran desafío para participar en la apertura consiste en cómo conciliar políticas de modernización de la agricultura, hacerla incluyente y aumentar su productividad sin penalizar el uso de los recursos naturales, de tal manera que se asegure la sostenibilidad del desarrollo en el largo plazo. Es decir, compatibilizar las urgencias productiva ' del presente con las necesidades que enfrentarán las generaciones futuras. (21)

Es así como dentro de las claras tendencias de política para el desarrollo de la agricultura del nuevo milenio, no escapan los conceptos de sostenibilidad y competitividad. Éstos se enmarcan dentro de una visión integral del desarrollo, en la cual los procesos productivos del sector agropecuario no pueden ignorar el crecimiento económico ligado al mejoramiento de la calidad de vida de la población rural, sin detrimento de los recul sos naturales base de dichos procesos productivos.

De esta manera, hablando en términos de política tanto nacional como internacional, no se trata sólo de optar por nuevas tecnologías productivas, sino de hacer la escogencia en dirección de nuevas políticas económicas, por la adopción de una estrategia que apunte a conquistar el mercado de la calidad en la producción: hablamos entonces del paso de la "cantidad" a aquel de la "cualidad", para que de esta manera la agricultura recupere su estado de relación amigable o sana con el medio ambiente. (22).              |Ir Arriba...|


REFERENCIAS

1 IGAC-ICA, Zonificación Agroecológica de Colombia 19850-1987. 

2 DNP "Una politica ambiental para Colombia," Documento 2544, 1991. 

3 IGAC -ICA, Suelos y bosques de Colombia, 1988. 

4 Cortés· 1990. 5

 Forero S., J. A. El recurso agua en la agricultura colombiana. Memorias Seminario Internacional sobre Manejo Integrado de Recursos Naturales en Ecosistemas Tropicales para una Agricultura Sostenible ICA. 1993 

6 IICA. 

7 Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, INPA, DNP-UDA. Política Para el Desarrollo de la Pesca y la Acuicultura. 1997 

8 Contaminación Por Agroquímicos en Colombia. Revisión General. Néstor Vergara Corti na/MMA.1996. 

9 Global Pesticide Campaigner. 1995, Vol. 5, No.3, Pág. 1, 8-12. 

10 Decreto No. 1843, Artículo 95 y sucesivos. 

11 Concentraciones letales medias de los plaguicidas por inhalación. Ministerio de Salud. Colombia 

12 Orozco F, Impacto ambiental de los fertilizantes en la agricultura con énfasis en el cultivo de papa, Universidad Nacional, 1995. 

13 Presidencia de la República. Las políticas del Salto Social. Documento Conpes. 

14 Banco Ganadero - Caja Agraria - Vecol., La agricultura y las políticas sectoriales, TM Editores, 1994. 

15 Jaramillo, C. F . Perfetti, J. J. Ramírez J. "Modelos de desarrollo, sector agropecuario y desarrollo rural: hacia un nuevo paradigma". 1991.

16 Ossa, C. "La planeación en el sector agropecuario colombiano". 

17 Jaramillo, C. F . Perfetti, J. J. Ramírez J. "Modelos de desarrollo, sector agropecuario y desarrollo rural: hacia un nuevo paradigma". 1991. 

18 Coronati, S. Produzionema ancheprotezione dell'ambiente, en Agricoltura e innovazione, Roma, 1988. 

19 Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Focalización y priorización de medidas de política sectorial para la reactivación productiva y comercial de algunos cultivos transitorios y para la consolidación de cultivos permanentes y actividades pecuarias (Documento presentado al Consejo Nacional de Política Agropecuaria y Agroindustrial), en: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Transformaciones del agro colombiano en el nuevo modelo de desarrollo, Santafé de Bogotá, marzo, 1997. 

20 Molina, J. P Políticas ambientales y desarrollo sostenible para el sector agropecuario. Pnud, Santafé de Bogotá, Julio , 1995. 

21 Trejos, R. A. Agricultura ampliada y sostenibilidad financiera, política institucional y de recursos humanos, en: Machado C. A., (comp.). Desarrollo rural y apertura económica, IICA, Santafé de Bogotá, 1991. 

22 Coronati,S. L'agricoltura sul territorio e nell'ambiente, en Agricoltura e innovazione, Roma, 1988

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