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Las condiciones en que crece el matorral son extremas: el sol suele ser muy intenso, la humedad atmosférica es baja en general y, en consecuencia, hay gran evaporación y transpiración. Las especies animales que habitan en el matorral tienen que adaptarse a la escasez de alimentos y de agua.
En este medio no hay grandes mamíferos; sin embargo, se pueden encontrar muchos roedores, aves, reptiles, insectos y arácnidos que se han adaptado a una vida nocturna o subterránea para evitar la insolación.
Uno de los eslabones esenciales de la cadena alimenticia son los abundantes insectos, que son el sustento de aves, murciélagos y reptiles, e incluso de algunos mamíferos. Por ejemplo, los arácnidos no sólo representan comida, sino también una importante fuente de agua, pues de agua está formado el 80% de sus cuerpos. Otros organismos obtienen agua y alimento gracias a su capacidad de comer plantas espinosas, ya que tienen picos fuertes y ganchudos, o labios y lenguas duras y resistentes.
Los animales del matorral no sólo usan las plantas para alimentarse, sino que las aprovechan para hacer sus madrigueras y nidos, como algunas aves que perforan los cactos y se establecen en ellos.
La reproducción exitosa de muchos animales del matorral depende directamente de las condiciones del medio: en los años en que llueve más y hay abundancia de agua y comida, nacen más crías, cuya sobrevivencia dependerá del a permanencia de estos recursos; por ello, en años con poca lluvia hay menos nacimientos y aun así muere un gran número de animales.
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