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Festivales de música de acordeón

El Festival de la Leyenda Vallenata

 

Historia

Narraciones sobre el festival

La XXXII versión del festival de la Leyenda Vallenata 

El programa

El desfile de piloneras

Los versos del pilón vallenato

La inauguración

La plaza Alfonso López Pumarejo

La procesión de la santísima Virgen del Rosario

Las Cargas

Riña internacional del gallo fino

La competencia y rumba vallenata

 

 

 

 

Consuelo Araujo Noguera, Alfonso López Michelsen y Rafael Escalona

(foto tomada de www.festivalvallenato.com)

 

Festival Vallenato[1]

 

 

Acabó con los Buendía,

ahora dónde irá a parar,

parece que ya el Cesar

le quedan poquitos días.

 

Rafael tiene la razón

cuando habla de estacionado,

porque ahorita este folclor

lo tienen civilizado.

 

Quisiera preguntarle a Rafael

cuál es el festival que has elegido tú

para el pueblo vallenato,

si tu comportamiento constrasta con él

porque el folclor es del campo.

 

Bastante lamentable

que en este festival no se oiga mencionar

el nombre de Luis Pitre,

si con Francisco El Hombre

vinieron a formar el sentir del acordeón

la historia así lo dice.

 

Del Rey, Alejo Durán

el pueblo quedó encantado

con “Colacho” lastimado

pero se puede aceptar.

 

De Calixto no hay que hablar

su talento es conocido

si se vuelve a presentar

el pueblo elige lo mismo.

 

Pero inconforme el pueblo ha de seguir

si le estropean su sangre vallenata

le exigen que sean honrados

si desde el ruedo al “Pollo” lo vieron salir,

en la garra de un jurado.

 

Luis Enrique Martínez,

el “Pollo Vallenato” que siempre lo ha sido

volverá a ese ruedo al pueblo consejero

la tierra de Pedro Castro

orgullo vallenato.

 

Y no tendrá palabra para exigir

que el nuevo rey es un barranquillero (Bis) 

 

 

El Festival de la Leyenda Vallenata se realiza todos los años en la ciudad de Valledupar, capital del Departamento del Cesar.  La fecha de  realización  es entre la última semana de abril y los primeros días de mayo de cada año.

 

Este Festival es uno de los eventos de música popular más grandes que posee Colombia.  El  certamen se realiza desde el año de 1968, cuando comenzando como un evento relativamente modesto; hoy por hoy maneja cifras exorbitantes de dinero distribuidas entre la industria hotelera, restaurantes, agencias de viajes  y en general el lucro que deja la gran afluencia de turistas en la ciudad.

 

Adicionalmente la junta organizadora del Festival  invierte una gran cantidad de dinero, donado por los diferentes patrocinadores, en el montaje de los diversos eventos que se realizan durante cuatro días. Los participantes provienen principalmente de toda la Costa norte colombiana y de diferentes partes del país incluyendo el interior. 

 

La ciudad de los Santos Reyes del Valle de Upar se ve repleta de turistas para estas fechas, todos los hoteles se llenan, desde los más costosos y elegantes hasta las pensiones populares más económicas, aun cuando para estos días la industria hotelera dobla o triplica sus tarifas. Son más de cincuenta mil personas, entre nacionales y extranjeros, que llegan para estas fechas a disfrutar del festival[2]. Las calles se ven llenas de personas que las recorren conociéndolas o reconociéndolas; el ambulantaje se ve intensificado en las vías aledañas a los sitios donde se realizan eventos del festival. 

 

Observamos principalmente cerca a la plaza Alfonso López, gran cantidad de vendedores de alimentos y bebidas que  ofrecen comidas rápidas extendidas por todo el mundo como perros calientes y hamburguesas hasta los platos más tradicionales como las butifarras, arroz en hoja de plátano, empanadas entre otros. 

 

También encontramos en esta zona a los vendedores de sombreros  que siempre están presentes en las ferias y fiestas de Colombia ya que un festival, una feria o una fiesta se  vive con un sombrero puesto; para adornar estos sombreros venden cintas rojas que en letras blancas marcan el nombre y el número de la versión del festival.  Están desde el típico sombrero de vueltas o “vueltiao” en diferentes pintas y colores que actualmente se producen predominando siempre el estilo tradicional del color de la palma seca y el negro con las pintas de origen indígena; hasta sombreros mas simples de paja del color de la fibra natural y diseños femeninos adornados con pañoletas de sedas vistosas. 

 

Los vendedores de artesanías alusivas al festival se hacen presentes con llaveros de forma de un sombrero de vueltas o un acordeón, también se promocionan camisetas que hacen mención al festival y gran cantidad de productos menores que encontramos en venta en las calles de cualquier ciudad.  En cada almacén de la zona comercial aledaña a la plaza Alfonso López  existe un altoparlante   que instalan cerca a la calle y donde se escuchan los éxitos vallenatos de temporada, muchos de estos almacenes sintonizan la misma emisora de manera tal  que se puede ir caminando cuadras enteras escuchando la misma canción.

 

En general durante estos días se vive una gran actividad en las calles y principalmente del comercio establecido e informal que en este tiempo sus ventas se ven disparadas. Durante los cuatro días de duración del festival se vive una gran alegría como solo saben vivirla los habitantes de la Costa colombiana, la gente canta, baila, se emborracha durante todo el festival.  Los eventos comienzan hacia media mañana y terminan casi en la madrugada, de manera tal que para vivir plenamente el festival se debe estar preparado para un gran desgaste físico por las extensas jornadas de rumba  y por la gran cantidad de licor que se consume.

 

El festival es una fiesta que se le ofrece al pueblo y éste la disfruta plenamente.

 

 

Historia

 

La historia del Festival de la Leyenda Vallenata, el más importante festival de acordeones que se realiza en el país y que congrega año tras año a los mejores exponentes de esta música, es una historia que con los años se ha diversificado, cada cual tiene su versión de los hechos y esto es apenas lógico en torno a un evento que actualmente es de gran  magnitud,  “que se inició como una locura, como una idea suelta al aire, en la que casi nadie creía y que nadie se imaginaba que se convertiría en el evento multitudinario que es hoy en día”[3].

 

La génesis de este festival se remonta al año de 1966, cuando Gabriel García Márquez pidió a Rafael Escalona le organizara una parranda vallenata, a donde según el propio García Márquez  asistieron los más “connotados compositores e intérpretes del vallenato"[4]. La idea es que a partir de esta parranda quedó flotando en el aire la creación de un evento de música vallenata, esta idea llega a un almuerzo en Valledupar, en donde se encontraban las personalidades de la región y entre ellas el primer gobernador del Cesar, Alfonso López Michelsen  y  La Cacica vallenata Consuelo Araujo Noguera. Michelsen quería que se realizase un evento para que la mirada del país se volteara hacia este nuevo departamento, y le comentó la inquietud a todos los presentes quienes inmediatamente dieron múltiples ideas pero que ninguna interesó de manera definitiva al gobernador por ser cosas que ya se realizaban en distintas regiones.

 

Consuelo Araujo posteriormente le propuso a Michelsen darle mayor impulso a una fiesta que ya se celebraba en Valledupar, la fiesta de la Virgen del Rosario, a él le pareció bien la idea pero le propuso introducirle algo de acordeón al evento, así se llegó finalmente a pensar en un concurso de acordeoneros paralelo a la celebración religiosa. A esta idea se sumó y dio su apoyo Rafael Escalona.

 

La mayoría de las personalidades de Valledupar que sabían de este proyecto se mostraron incrédulas e incluso llegaron a burlarse principalmente de Consuelo Araujo quien finalmente cargó con la responsabilidad de hacerlo realidad. A la larga ella se salió con la suya y logró realizar el festival que a la postre resultaría un éxito, con la novedad que el acordeón, que era algo secundario en las fiestas, terminó sobreponiéndose a la celebración religiosa. La propia Cacica cuenta[5]:

 

Esta historia más que hermosa es risible. Porque resulta que los amigos míos- los amigos de parranda- como Jaime Molina- una persona genial, con un talento prodigioso y uno de los valores auténticos de la región (...). no creían en el festival.

 

Yo estaba trabajando con el mismo frenesí con que estoy trabajando hoy, 20 años después, y escribiendo, porque yo  todas las ideas las pongo sobre el papel, unas cartas a todo el mundo a nombre de una inexistente Junta Organizadora, por darle- pues- cierta entidad a lo que estaba haciendo. (...)

Entonces, yo hablaba de una inexistente junta organizadora. Y la junta no era sino yo sola con el respaldo del gobernador, que lo era López Michelsen, y con el respaldo moral del Maestro Escalona que, entre otras cosas, nunca aparecía, sino que él andaba por ahí, y yo hacia las cosas. Me dediqué a eso.

Y resultó. El festival resultó porque, en parte, yo digo en un 90%, la gente vino atraída por un fenómeno que en Bogotá causaba mucha simpatía y mucha sorpresa. Y era, por qué a López Michelsen, un tipo de las condiciones intelectuales, sociales y culturales, un hombre que ya se perfilaba algún día como Presidente de la República, el ideólogo más importante que tenia Colombia, y que tiene, y uno de los más destacados de América Latina, qué atractivos podría tener para ese tipo, con ese caudal de condiciones, un pueblo remoto, lejano, como Valledupar.

Entonces, la gente pensaba: ¿Qué hay en Valledupar que López vive fascinado?: ¿por qué razón López  Michelsen dejó la posibilidad de una embajada en el Vaticano, en Francia, en el sitio que él hubiese querido en ese momento para irse de gobernador allá, donde unos tipos que nadie sabe quienes son, ni de dónde vienen, ni para dónde van?. Entonces, ese misterio, esa incógnita que le despertaba a la élite, intelectual, a la élite política, de Bogotá, fue un acicate para venir a ver qué era ese embeleco del festival. Eso ayudó ciento por ciento a que el festival fuera un éxito, por una parte. Por el otro, a que se presentó una de las figuras más queridas del Vallenato, como ser humano más limpia, más pura, más autentica y que más ha querido la gente, y que es Alejo Durán.

Otra cosa que contribuyó a que el festival hubiera nacido con el pie derecho fue una característica, que la gente de aquí la entiende; y que en otras partes no se explican, pero que existe, y que está ahí: Y es la de que el festival es el único espectáculo hecho para el pueblo, con materia prima que proviene del pueblo, y en el cual el pueblo no gasta dinero para presenciarlo. Esas tres condiciones aunadas a la fe que yo le puse al amor que yo le puse...         

 

Según Atehortua Gil[6] ; Se convocó a un concurso musical a realizarse entre el 27 y el 30 de abril, con figuras profesionales del acordeón dentro de la Plaza Alfonso López. En esta primera edición del festival no existió ningún tipo de reglamento o división en categorías se trataba simplemente de ver cual de todos era el que tocaba más acordeón.

 

Se convocaron a los intérpretes más famosos que en esa época eran los que tenían grabada alguna canción y los que habían logrado renombre por medio de su labor como juglares. El primer rey vallenato y una figura que por su grandeza ayudo a darle impulso a este festival, fue ‘Alejo’ Durán, en segundo lugar se ubicó Ovidio Granados y en tercera posición encontramos a Luis Enrique Martínez.

 

En esta ocasión fue descalificado Emiliano Zuleta, ya que él se fue a celebrar su triunfo anticipadamente y cuando fue llamado a una última presentación con la cual él no contaba, se encontraba tomando lejos de la plaza. Desde entonces comienza un fenómeno que es apenas lógico en un evento de esta naturaleza donde se encuentra el prestigio de grandes acordeoneros en juego, la polémica, la discusión, el inconformismo y toda una problemática que se forma alrededor de la decisión tomada por los jurados, siempre habrá quien llegue a decir que el ganador no debió ser éste sino otro.

 

El festival Vallenato ha evolucionado como evento. Como veníamos diciendo sus primeras versiones eran libres y se trataba de ver simplemente a los participantes en acción, poco a poco se fue organizando, adquiriendo reglamentos y especificaciones técnicas. Hoy en día ya dista mucho de ser un evento puramente folclórico, esta cada vez más influido y dictaminado por las leyes de la industria discográfica y por el comercio. De hecho el festival se convirtió en una gran empresa que mueve grandes cifras alrededor del mismo, nadie sabe a ciencia cierta cuántos millones quedan en la zona en el servicio hotelero, en transporte de todo tipo, alimentación y contrataciones por el sinnúmero de personas que llegan a disfrutar del festival,  y esto hace que cada vez se aleje más de sus orígenes.

 

Se utilizan los mejores equipos, se contrata el mejor sonido posible, se transmite el evento por varias emisoras, los medios de comunicación escritos  y audio-visuales no pierden detalle del mismo, incluso este año de 1999 se dio la primera transmisión televisada en directo para todo el país cambiando por completo la forma como viven el festival desde la plaza los habitantes de Valledupar.

 

Pero como cambian algunas cosas, otras se mantienen intactas, como el afán de los organizadores que por lo menos en los materiales de los instrumentos la tradición se mantenga. La caja debe ser de cuero de animal, aunque actualmente las nuevas cajas sean de materiales sintéticos y la guacharaca de igual manera debe ser vegetal por ejemplo de palma, rechazando las metálicas que son utilizadas hoy en día mayormente.

 

 

Narraciones sobre el festival

 

Grandes personalidades de la vida nacional  han tenido gran interés por el Festival de la Leyenda Vallenata, aquí  se reproduce uno de los escritos más representativos en torno al mismo:

 

Valledupar, la parranda del siglo[7], Gabriel García Marquéz:

 

Un día de 1966 durante el festival de cine de Cartagena, le pedí a Rafael Escalona que me reuniera a los mejores conjuntos de música vallenata para oír todo lo que se había compuesto en los siete años que yo había estado fuera de Colombia.

Escalona que ya era compadre mío desde unos 12 años antes, me pidió que fuera el domingo siguiente a Aracataca adonde él llevaría la flor y nata  de los compositores e intérpretes de las jornadas más recientes. El acuerdo se llevó a cabo en presencia de la muy querida amiga y periodista sagaz Gloria Pachón -que hoy es la esposa del senador Luis Carlos Galán- y ella publicó la noticia al día siguiente que a todos nos tomó por sorpresa: “Gran festival vallenato el domingo en Aracataca”.(...). 

Aquella pachanga en Aracataca no fue el primer festival de música vallenata- como ahora pretenden algunos- ni quienes la promovimos sin saber muy bien lo que hacíamos podemos considerarnos sus fundadores. Pero tuvimos la buena suerte de que le inspirara a la gente de Valledupar la buena idea de crear los festivales de la leyenda vallenata. Así fue, y en 1968 se llevó a cabo el primero con todas las de la ley, y en la ciudad de Valledupar, que es la sede natural por derecho propio. El primer rey elegido fue el rey de reyes, Alejo Durán, que de ese modo le dio al certamen su verdadero tamaño histórico. Aunque ya para esa época la música vallenata empezaba a treparse por la cortina de los Andes tratando de conquistar a Bogotá, todavía no lograba conquistar el corazón de muchos fuera de su ámbito original. (...)

Fue dentro de ese ámbito místico donde transcurrió el XVI festival de la Leyenda Vallenata, y fue por eso y por nada más por lo que tuvo la autenticidad y la resonancia que había empezado a perder en años anteriores. Un equipo de la televisión holandesa  que registró cada minuto de aquella parranda sin una sola tregua se llevó una impresión de la cual no alcanzaran a reponerse en mucho tiempo. No podía entender que existiera en este mundo de horrores un lugar como aquel, donde las casas no se cerraban nunca, y todo el que quería entrar a comer donde quisiera a cualquier hora del día y de la noche en que tuviera hambre y siempre encontraba una mesa servida, y todo el que tuviera sueño entraba a dormir a cualquier hora donde quisiera y siempre encontraba una hamaca colgada. Y todo eso sin un instante ni un resquicio de silencio: el espacio total estaba saturado de música.

Convencido de que aquel no era un fenómeno local si no una condición propia del país, uno de los técnicos holandeses que se dejaron arrastrar por aquel torbellino anotó en su diario: “todos los colombianos están locos”. Lo cual será por fortuna, una nota de alivio para la mala imagen que tan bien ganada tenemos por estos días en la prensa extranjera. En síntesis: el XVI Festival de la Leyenda Vallenata ha sido una prueba más- y de las mejores- de que la cultura popular no es tan aburrida, no huele tan mal como lo creen y lo sienten los intelectuales puros. Mal de muchos consuelo de corronchos.

 

 

En ese mismo año, también asistió uno de los más importantes columnistas del país y confeso aficionado al vallenato, así lo vio Enrique Santos[8], el mismo festival del 83, pero ahora desde la perspectiva de un “cachaco”.

 

Cuatro días de ininterrumpida parranda vallenata es lo más cerca que se puede estar de la felicidad en este Macondo del Sagrado Corazón, donde la ficción cojea tan lastimosamente tras la realidad. Y si hay algún lugar en el que cada instante se comprueba que García Márquez es un pobre notario sin imaginación (definición suya por supuesto) es en Valledupar, durante el Festival de la Leyenda Vallenata.

Desde el recibimiento apoteósico y totalmente espontáneo al premio Nobel- en un aeropuerto donde revoloteaban mariposas amarillas que nadie había llevado- hasta esa noche final en la tarima de la Plaza Alfonso López con la gente colgada de los árboles, con finalistas que habían olvidado sus guacharacas y se las pedían prestadas al público, con un ganador que tocó con acordeón ajeno, todo parecía irreal y mágico cuando era perfectamente normal y casi previsible.

Hay que saber vallenato y sobre todo saberlo gozar para apreciar en toda su profundidad la riqueza, creatividad, el calor humano y la fuerza cultural de un Festival que concentra lo mejor del más autentico y vivo de nuestros géneros musicales. Para captar su alucinante dimensión surrealista que solo se abre ante los ojos de quienes comprenden que por fortuna aquí no hay racionalismos paramunos ni pedanterías salsómanas que valgan. (...)

Para el autor de ese vallenato de 350 páginas que lleva el titulo de Cien años de soledad  (definición suya por supuesto), el regreso al festival que él contribuyó a lanzar hace 16 años con Alvaro Cepeda Samudio, fue emocionante pero poco sorprendente. (...) donde los primeros ritmos de caja, guacharaca y acordeón arrancaban hacia las diez de la mañana- porque la cosa comienza al desayuno, o termina, al final no se sabe bien- y que a lo largo de las diez o doce horas de paseos, merengues y piquerías, la hipnótica maratón de conjuntos y cantantes, era invadida por toda clase de gente que exigía retratarse con Gabito, o pedirle que firmara un libro o un recibo de farmacia (...).

Bastaba ver los nudos humanos que rodeaban los quioscos donde se competía, comentando que fulanito tocaba mal el bajo o estallando en aplausos ante una puya bien ejecutada. Bastaba pasar por la Casa de la Cultura durante las  eliminatorias de piquería o canción inédita y verla colmada de público que escuchaba a jóvenes trovadores quinceañeros o ancianos que improvisan versos al son de prehistóricos acordeones remendados con alambre. Había que ver, en fin, ese mar de personas que la noche de la final colmó la plaza desde las cuatro de la tarde y que sin moverse pero rechiflando lo malo y alabando lo bueno, escuchó hasta la media noche a todos los conjuntos finalistas. (...)

Pese a las dificultades económicas, el festival de este año tuvo un auténtico relanzamiento y terminó en medio de un entusiasmo que asegura el éxito del entrante. Y por parte de quienes tuvimos que abandonar el Cesar, en medio de un guayabo que no es solamente físico sino sobre todo sentimental, aterrizar en Bogotá es pasar del realismo fantástico a la dura realidad. Pero queda por fortuna la ilusión del que viene. Porque en estos casos no queda más remedio que volverse como Pacho Herrera, ese apasionado y sectario vallenatólogo bogotano (en el vallenato la pasión sectaria no es solo necesaria sino saludable), que ha asistido a 12 festivales. Y que no cesa de lamentarse de los cuatro que se perdió.

 

La XXXII versión del Festival de la Leyenda Vallenata

 

Esta versión del Festival de la Leyenda Vallenata es la realizada durante el año de 1999, “el ultimo festival del milenio” como la organización lo llamó. La etnografía del mismo nos servirá como marco para el análisis y la interpretación de diferentes eventos que se realizan en él y que nos parecen de amplio interés antropológico.

 

 

El programa

 

La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata  entregó a la comunidad de Valledupar y a los medios de comunicación un programa de los eventos a realizarse, este programa posee el esquema de los eventos programados así como su fecha, hora y lugar de realización, en la mayoría de los casos el programa se siguió sin mayores inconvenientes a excepción de algunos retrasos en los horarios y del cambio de algunos artistas que se anunciaban dentro del programa y que a la postre no se presentaron, de igual manera se tenía programada la visita del Presidente de la República y este no pudo asistir al evento. Aquí se reproduce el programa para tener una idea general de los eventos realizados, mas adelante se ahondara en algunos de ellos que nos parecen de mayor interés para esta investigación.

 

Martes 27

7 p.m.         lugar: Tarima Francisco El Hombre

Gran serenata a Valledupar ofrecida por Discos Fuentes, con la presentación de sus artistas exclusivos: Los Embajadores, Luis Mateus, los Hermanos Anaya y Raulito.

Miércoles 28

10 a.m.      lugar: oficinas de la Fundación

Entrega de credenciales a concursantes y medios de comunicación

10 a.m.     lugar: Coliseo gallístico Miguel Yanet

Riña internacional del Gallo fino. Primera Ronda

3 p.m.       lugar: glorieta La Ceiba

Concentración de los grupos participantes en el desfile de Piloneras

4 p.m.

Iniciación del Gran Desfile de Piloneras

Recorrido: Salida de la Ceiba, siguiendo por la diagonal 16- calle 17- carrera 9- calle 15- plaza Alfonso López

7 p.m.      lugar: Plaza Alfonso López- Tarima Francisco El Hombre

Inauguración del XXXII Festival de la Leyenda Vallenata:

1ro. Himno de la Ciudad de Valledupar

2do. Palabras del Señor Alcalde Dr. Jhonny Pérez Oñate

3ro. Palabras del Señor Gobernador del Cesar Don Lucas Gnecco Cerchar

4to. Himno de la República de Colombia

5to. Palabras del Señor Presidente de la República Dr. Andrés Pastrana Arango

6to. Presentación de los Reyes Ganadores 1998 en las categorías infantil, aficionados y profesional

7mo. Declaratoria y reconocimiento de que la Fundación festival de la Leyenda Vallenata hace a cinco de los más destacados juglares, nombrándolos Reyes Vitalicios Vallenatos   

8vo. Acto de coronación de los Reyes Vitalicios por parte del Señor Presidente Dr. Andrés Pastrana, la Primera Dama Doña Nohora Puyana de Pastrana, el Señor Expresidente Dr. Alfonso López Michelsen, Doña Cecilia Caballero de López y el señor Alcalde de Valledupar Dr. Jhonny Pérez Oñate

9no. presentación de Darío Pimienta en concierto acompañado de 40 músicos de cuerdas interpretando los cuatro aires clásicos de la Música Vallenata

10mo. presentación de los ganadores de los cuatro aires del Concurso de la Canción Vallenata Inédita 1998

11vo. Fuegos Artificiales

12vo. Actuación de Artistas Invitados de la casa disquera Codiscos:

El Sucesor de Alejo, El grupo Bananas, La combinación Vallenata

7 p.m.        lugar: Catedral Nuestra Señora del Rosario

Novena en honor de la Santísima Virgen del Rosario

10 p.m.         lugar: Club Valledupar

Gran Baile de Piloneras en honor al Señor Presidente y de la Primera Dama, amenizan los conjuntos de Colacho Mendoza, Jorge Oñate y el Cocha Molina y los Hermanos Zuleta.

 

Jueves 29

8:30 a.m.         lugar: Catedral Nuestra Señora del Rosario

Misa y Procesión de la Santísima Virgen del Rosario

9:30 a.m.         lugar: Coliseo de la Feria Ganadera

Iniciación del concurso de Piquería

9:30 a.m.          lugar: Tarima Francisco El Hombre

Ronda preliminar de los participantes en el Concurso de Acordeoneros- Categorías infantil y Aficionado-, ritmos Merengue y Paseo

9:30 a.m.          lugar. Escuela de Bellas Artes

Ronda preliminar de los participantes en el concurso de Acordeoneros- Categorías Infantil y Aficionado-, ritmos Merengue y Paseo

10 a.m.            lugar: Coliseo Gallístico Miguel Yanet

Riña internacional del Gallo Fino. Segunda Ronda

2: 30 p.m.          lugar: Coliseo de la Feria Ganadera

Continuación del Concurso de Piquería

6 p.m.              lugar: Escuela de Bellas Artes

Presentación del libro “Crónicas de la Plaza Mayor” del Señor José Guillermo Castro

7 p.m.              lugar: Tarima Francisco El Hombre

Presentación de Artistas de la casa disquera Sonolux: Los elegidos, Adriana Lucía, Iván Ovalle

9 p.m.              lugar: Club Campestre

Gran baile amenizado por agrupaciones vallenatas

 

Viernes 30

8 a.m.               lugar: Catedral Nuestra Señora del Rosario

Misa de los Indios

9:30 a.m.             lugar: Tarima Francisco El Hombre

Preliminar del concurso de Acordeoneros Categoría Profesional, Ritmos: Puya y Son

9:30 a.m.               lugar: Coliseo de la Feria Ganadera

Iniciación del Concurso de la Canción Vallenata Inédita

9:30 a.m.               lugar: Escuela de Bellas Artes

Ronda preliminar de los Concursos de Acordeoneros entre los participantes que obtuvieron el mayor puntaje en los Ritmos de Merengue y Paseo en las Categorías Infantil y Aficionado, ritmos: Puya y Son

10 a.m.                lugar: Coliseo Gallístico Miguel Yanet

Riña Internacional del Gallo Fino. Tercera Ronda

2:30 p.m.             lugar: Coliseo de la Feria Ganadera

Continuación del Concurso de la Canción Vallenata Inédita; el jurado escogerá las ocho canciones que pasan a la final

3 p.m.                  lugar: Plaza Alfonso López

Las Cargas. Representación de los sucesos históricos que dieron origen a la Leyenda Vallenata del Milagro

7 p.m.                  lugar: Tarima Francisco El Hombre

Final del concurso de Acordeoneros Categorías infantil y aficionado

Concurso de Piquería

Presentación de Artistas de la casa disquera SONY:

Los Betos, Los Hermanos Zuleta, Rafael Santos, Fabián Corrales, Vallenato Kids, Joe Arroyo

 

Sábado 1

9:30 a.m.                     lugar: Coliseo de la Feria Ganadera

Semifinal del Concurso de Acordeoneros Categoría Profesional; pasan a esta Ronda los participantes que obtuvieron el mayor puntaje en las rondas anteriores, ritmos: Merengue, Paseo, Puya y Son

10 a.m.                        lugar: Coliseo Gallístico Miguel Yanet

Riña Internacional del Gallo Fino Cuarta Ronda

7 p.m.                          lugar: Tarima Francisco El Hombre

Noche de elección de Reyes Vallenatos

Canción Vallenata Inédita

Acordeones Profesionales

Mejor Voz, Mejor Guacharaquero, Mejor Cajero

Espectáculo Musical- Presentación final

Gran duelo de acordeones entre los dos Reyes de Reyes, Nicolás “Colacho” Mendoza- 1987  y Gonzalo “ El Cocha” Molina- 1997-

Presentación del grupo Fulanito

 

 

 

 foto tomada de www.festivalvallenato.com

El Desfile de Piloneras

 

Hacia las cuatro de la tarde, comienza en serio el festival con el gran desfile de Piloneras, este desfile es tradicional dentro del festival y se trata de una gran cantidad de mujeres de la ciudad de Valledupar, que se visten con el traje de Piloneras. Este traje esta compuesto por un vestido de falda amplia en colores muy vivos muy parecido a los vestidos que se utilizan para bailar cumbia o porro, la cabeza la llevan generalmente adornada con flores y en las manos algunos utensilios propios de su oficio: el de pilar.

 

Este amplio grupo de mujeres va por diversas calles de la ciudad hasta terminar en la plaza Alfonso López, bailando y recitando los versos del pilón vallenato, que son los que abren y anuncian a toda la ciudad que el festival ya comenzó.

 

El baile[9] es un atrevido coqueteo de la veterana bailarina y el galanteo del bailarín en plan de conquista amorosa, mientras una acompasada tambora  anima el desfile folclórico de Las Piloneras. El desfile es el único espectáculo en el marco del Festival Vallenato en donde no encontramos al acordeón, la caja y la guacharaca. En cambio se escucha el sonido acoplado de tres rústicos tambores forrados con cuero de chivo y el guache. 

 

Dentro del desfile se encuentra un grupo principal de parejas, que son conocidas como el pilón de Lola, por ser esta una mujer que dedicó su vida a este baile y comandó la danza hasta el día de su muerte. En los barrios Cañaguate y Cerezo, los más populares del viejo Valledupar, se observan las casas de bahareque que fueron los principales escenarios de la danza del pilón; Lola Bolaño[10], simbolizó a la mujer festiva del baile del pilón en múltiples escenarios “lució su vestido típico hasta los tobillos, con mangas largas, una flor de cañaguate y siempre acompañada de su tabaco”. A temprana edad, esta mujer, conoció el arte de pilar el maíz y aprendió sus cantos hasta convertirse en la más importante exponente de esta vieja tradición que hoy se mantiene vigente.

 

 

 

 

Existió en la región vallenata una ceremonia en donde se escuchaban las historias de las abuelas y los chismes de la comarca, matizados con improvisados versos, cantos guturales y movimientos de caderas, mientras se trillaba el maíz para las arepas y la chicha.    Las mujeres se encargaban de la trilla del cereal, hecha en la oquedad de un tronco de madera, semejante a una copa de cristal; mientras sus esposos, aún con caras de sueño, se dedicaban a custodiarlas y a oírlas calladamente.

A la cita, debajo del árbol más frondoso de los enormes patios caseros y antes del canto del primer gallo, acudían la bordadora, la tabaquera, la barrendera, la rezandera, la cafetera, la zaramuya (hermana menor) y demás encargadas de los oficios hogareños.

   Dirigían la ceremonia las piloneras (dos o cuatro), curtidas mujeres en el oficio, encargadas de triturar el maíz con los mazos de madera en el interior del pilón. Con sus golpes secos marcaban un compás y así daban al oficio el aire de danza folclórica.    Triturado el grano, pasaba a otro grupo de mujeres, que con balay (cesta pequeña de mimbre) en mano terminaban la faena, sacándole el afrecho (cascarilla). Luego, la cocción, la molienda, la masa y al final la arepa, los bollitos limpios u otro destino culinario.  

Esa expresión costumbrista, heredada (...)..., iba camino al olvido, pero Cecilia Monsalvo Rivera `La Polla' como coordinadora de los festivales vallenatos, la rescató en 1977. Desde entonces es el desfile que antecede a cuatro días de competencias musicales en Valledupar[11].

 

La veterana animadora de fiestas, antes de irse para siempre, legó la continuación del baile de las Piloneras a Leticia Guerra, las once parejas que conforman la cumbiamba central utilizan como indumentaria:  las polleras de colores fuertes, las impecables blusas blancas, los collares, los enormes aretes, las guaireñas, los blancos pantalones, las rojas camisas, el sombrero vueltiao y el machete.

 

``Nosotros, los 22 bailarines, sólo necesitamos de un ensayo. Nos conocemos el baile de memoria. Es como la cumbia, pero un poco más movido, o sea con más soltura en las caderas y más picardía para con el parejo''[12], explica Leticia Guerra refiriéndose a los preparativos.

 

Adicionalmente a los cumbiamberos de Leticia Guerra, la Fundación del festival encarga a grupos folclóricos de los colegios y las empresas para que complementen el ritmo de los viejos marcadores del paso. Como incentivo, las directivas del festival vallenato oficializaron desde hace varios años el concurso de piloneras, por lo que anualmente las entidades oficiales, privadas, colegios y demás estamentos sociales se animan a participar en el certamen.

 

Cada año se elige una pilonera mayor para que marque el ritmo del desfile generalmente este honor le corresponde a la Primera Dama de la nación. Ella, luciendo el traje típico debe encabezar  la caravana folclórica. En esta edición de 1999, Nohora Puyana de Pastrana se vistió con el traje de pilonera e incluso en la plaza Alfonso López entonó estrofas de vallenatos.

 

Participan en la jornada múltiples  grupos de tamboras, carrozas y  papayeras y cerca de un  centenar de danzarines. Después del recorrido por las calles vallenatas, los bailadores hacen sus últimos pases en la tarima Francisco El Hombre, en la plaza Alfonso López.

 

  Antes  que la música vallenata dominara todo el ámbito[13] y se identificara como la máxima expresión cultural del Valle del Cacique Upar, la vida giraba en torno a las actividades campiranas: la ganadería, la pesca, la agricultura, la cacería, los rituales del Pilón y las creencias en los milagros de la Virgen. Como una supervivencia de estas costumbres  se realiza actualmente en el marco del festival el desfile de las Piloneras.

 

Según  Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, la Danza del Pilón es el baile cantado fuera de la zona del río Magdalena y de la depresión momposina. Es una danza de origen africano que data del siglo XVI cuando llegaron los primeros palenques al Valle del Cacique Upar.

 

"el pilón es un objeto de cocina y el taqui taqui, de la mano del pilón, es el elemento de madera con que se tritura el maíz. Con ambos se lleva el ritmo musical en África... El indio trituraba sus granos con piedras. El pilón fue un elemento que se recibió con la triétnia -negro-español-indio- y sirvió para remplazar la piedra porque fue más práctico y al mismo tiempo se pudo usar como instrumento musical acompañado de un canto especial y una danza....Los cantos del pilón se consiguen desde el municipio de Becerril, en el centro del Cesar, hasta Riohacha, en cuyo transcurso adquiere variantes rítmicas y melódicas[14]".

 

 

Los versos del Pilón Vallenato

 

 

I

¿A quien se le canta aquí

a quien se le dan las gracias?

a los que vienen de afuera

o a los dueños de casa

II

Por ser la primera vez

que en el festival yo canto

gloria al padre, gloria al hijo

y gloria al Espíritu Santo

III

A donde estarán mis hijas

mis hijas dónde estarán

mis hijas salgan pa’ fuera

que ya llegó el festival

Coro:

Abrile el ojo al tuerto Gil

Abrile el ojo al tuerto Gil

que tiene ojo de candil

que tiene ojo de candil

IV

A la dueña de casa

saludo con cortesía

que me preste su salita

pa’ bailá las hijas mías

V

Bonita la casa blanca

bonita su varazón

bonita la que está dentro

dueña de mi corazón

VI

Bonita la casa blanca

y el albañil que la hizo

por dentro tiene la gloria

y por fuera el paraíso

Coro:

Abrile el ojo al tuerto Gil

Abrile el ojo al tuerto Gil

que tiene ojo de candil

que tiene ojo de candil

VII

Pollito porque pillai

gallina no tiene teta

morrocón no sube palo

ni se le ponen horquetas

VIII

Una vieja me pidió

que me le subiera encima

encima de un mecedor

que ella tiene en la cocina

IX

A donde estarán mis hijas

están en la orilla’ el río

cuando las veo vení

cada una con su marío

Coro:

Abrile el ojo al tuerto Gil

Abrile el ojo al tuerto Gil

que tiene ojo de candil

que tiene ojo de candil

X

De tantas hijas que tengo

la mayor no sé cual es

la mayor es María Lúquez

que es la que sabe tejé

XI

Mi hija la bordadora

que en el bordar tiene fama

está bordando una funda

para adorno de su cama

XII

Mi papá estaba en la cama

mi mamá en la cabecera

con un rosario en la mano

pidiéndole a Dios que muera

Coro:

Abrile el ojo al tuerto Gil

Abrile el ojo al tuerto Gil

que tiene ojo de candil

que tiene ojo de candil

XIII

De tantas hijas que tengo

la mayor no sé cual es

unas las pongo a pilá

y otras las pongo a molé

XIV

Mi hija la tabaquera

su tabaco es mucha fama

está haciendo un gran tabaco

para dárselo a su hermana

XV

Mi hija la barrendera

y en barrer tiene fama

está barriendo la sala

pá que bailen sus hermanas

Coro:

Abrile el ojo al tuerto Gil

Abrile el ojo al tuerto Gil

que tiene ojo de candil

que tiene ojo de candil

 

 

 

Las coplas de El Pilón son más picarescas o satíricas que sentimentales y ello, junto con su música que es un ritmo de paseo rápido, debió influir para convertirlo en la danza típica que es hoy en día. Cuando se canta, se comienza siempre por la cuarteta que dice: “A quién se le canta aquí...”- cantada a una sola voz- que es la introducción de las que van a seguir cantando por todo el coro hasta completar un ciclo de 4, o cuando mucho de 6, después del cual se canta el estribillo que es rápido, en ritmo de puya, y de letra jocosa[15].

 

 

La inauguración

 

Con la finalización del desfile de Piloneras en la plaza Alfonso López se da inicio a la ceremonia de inauguración. En primer lugar se canta el himno a la ciudad de Valledupar , posteriormente vienen las palabras del Alcalde de Valledupar, seguido de las palabras del Gobernador del Cesar. Luego se le rinden honores al Himno de la República de Colombia y a continuación vendrían las palabras del presidente de la República, Andrés Pastrana; pero infortunadamente para el evento, el día de la inauguración se presentó un paro de transporte en Bogotá y el presidente se quedó atendiendo este asunto, en su remplazo envió a su señora Nohora Puyana, ella se encargó de leer el discurso que le correspondía a su esposo.

 

Luego de esto en un emotivo evento, se realizó la condecoración como reyes vitalicios a grandes juglares del vallenato, que nunca fueron reyes del festival, y que el festival sentía que les debía una condecoración por su importancia dentro del folclor vallenato. Fueron objeto de esta condecoración figuras de la talla de Pacho Rada, Lorenzo Morales, Abel Antonio Villa, Toño Salas y Andrés Landero. La condecoración como Reyes vitalicios la hicieron la Primera Dama de la Nación, el expresidente Alfonso López Michelsen y su señora esposa, el Alcalde de la ciudad  y el Gobernador del departamento.

 

Después de toda esta parte formal y discursiva de la inauguración, se dio paso a actos musicales, en primera medida se monto un espectáculo de 40 músicos de cuerdas interpretando los cuatro aires vallenatos reconocidos en esta región bajo la  dirección del músico Darío Pimienta. Después de este espectáculo se presentaron las canciones ganadoras el año pasado en canción inédita en los cuatro diferentes aires.

 

Con esto terminó la parte formal de la inauguración y a continuación y hasta altas horas de la madrugada se presentaron diferentes artistas de la casa disquera Codiscos, con los cuales se prendió la fiesta en la plaza.

 

 

La Plaza Alfonso López Pumarejo          foto tomada de www.festivalvallenato.com

 

Para esta ceremonia de inauguración la plaza Alfonso López se encontraba llena a reventar. Esta plaza es la principal de la ciudad de Valledupar, en el marco de la misma se encuentran la Catedral de Nuestra Señora del Rosario, la Alcaldía, la Gobernación y casonas coloniales propiedad de las más distinguidas familias de la ciudad. En un frente de la plaza se encuentra la tarima Francisco El Hombre, donde se ubican los artistas, los diferentes equipos de sonido y de amplificación, los presentadores, los jurados y en general las personas que tienen que ver con el espectáculo.

 

Detrás y debajo de esta tarima se encuentran las oficinas de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, durante el festival se usan como una especie de camerinos y zonas para los artistas que están esperando su llamado a tarima y también para todo el equipo técnico que hace posible el espectáculo en el escenario. Inmediatamente enfrente de la tarima se encuentra una zona exclusiva para los periodistas de los diferentes medios de comunicación, de manera que puedan grabar el sonido y retransmitirlo a las diferentes emisoras que cubren en directo este evento, a camarógrafos de los diferentes noticiarios y programas de televisión nacional y regional y los fotógrafos de la prensa escrita.

 

También en el frente y un poco más atrás de la zona de los periodistas se encuentran dos zonas separadas del resto de la plaza por barandas metálicas, para acceso exclusivo de los invitados especiales del festival. Estos son las familias importantes de la región y personalidades en general, que tienen esta zona para poder disfrutar cómodamente y en primera fila del festival, aislados por estas barreras del resto de la gente que se aglomera en la plaza.

 

En la parte trasera de la plaza y de frente a la tarima encontramos dos graderías para la ubicación de manera mas organizada del público, del mismo modo en estas graderías se optimiza la capacidad de la plaza ya que en menos metros cuadrados se ubica más gente, las boletas para ingresar a estas graderías las entregaban gratuitamente en emisoras de la ciudad y sitios predeterminados. Estas graderías se implementaron por primera vez para ésta versión del festival.    

 

El resto de las personas se ubican en el espacio que queda libre y en las calles que lo circundan, en la plaza y en sus alrededores se ve toda clase de personas de las más diversas clases sociales. En la zona de preferencia en su mayoría son personas de buena posición social, pero en la plaza dentro de la muchedumbre también encontramos revueltas, las personas de clase alta  con las personas de clase social más baja. Sobre todo en las zonas donde se ubican vendedores de cerveza y licor con mesas y sillas, encontramos mucha gente adinerada y humilde que disfruta el festival de igual manera.

 

Las zonas que quedan más cerca a la tarima, es decir las que quedan al lado de las barandas que separan la zona preferencial son las más concurridas y las más peleadas por las personas que se encuentran en la plaza y donde se forman mas apretujones. La tarima Francisco El Hombre fue decorada de manera elegante para esta versión del festival con grandes telones blancos que van oblicuos uno detrás de otro, en fila, las telas se colocaron una a cada lado de la tarima; en general la presentación y todo el montaje es sobrio y elegante. Para una mayor visibilidad de las personas, se ubican a cada lado de la tarima dos pantallas gigantes, de manera que casi desde cualquier punto de la plaza se pueda observar en detalle lo que ocurre en la tarima.

 

Se puede observar mucha gente de la televisión, muchos periodistas y mucha gente entusiasmada y divirtiéndose. A los vendedores ambulantes se los organizó ampliamente, tenían zonas restringidas para ocupar, y se les controlaba continuamente, estaban identificados con escarapelas todos, de manera que ninguna persona que no se hubiera identificado con los organizadores del festival pudiera introducirse y vender productos.

 

De igual manera la presencia policial es constante y numerosa, la policía está muy pendiente de controlar todas las vías de acceso a la plaza y requisar a las personas, de cuidar que no se introduzcan objetos y botellas de vidrio, que no se presenten desmanes y en general velando por mantener el orden dentro de la fiesta, que se prolonga casi siempre hasta la madrugada. Para el cierre del festival, llegaron de Barranquilla grupos de policía antimotines, para reforzar la seguridad del evento.

 

 

 

La procesión de la Santísima Virgen del Rosario

 

El jueves 29 las actividades del festival se iniciaron muy temprano en la Catedral de Nuestra Señora del Rosario. Se realizo una misa y posteriormente una procesión en honor de la Santísima Virgen del Rosario. Esta es una procesión que va por las calles cercanas a la Catedral; encabezando la procesión encontramos un grueso grupo de personas disfrazadas de indígenas de la región: Tupes y Chimilas.

 

Es de anotar que aun cuando se trata de representar los indígenas de la región, actualmente se usan indumentarias más cercanas a las que usan los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, se disfrazan con las mochilas típicas de estos grupos indígenas, Koguis y Arahuacos y demás indumentarias de estos grupos: mantas, gorros, collares etc.

 

Anteriormente la indumentaria que se utilizaba se asemejaba más a los indígenas propios de la región, el caso de los Tupes y Chimilas, quienes usaban menos ropas y en la cabeza plumas, pero con el tiempo y la desaparición paulatina de este grupo, la gente se disfraza cada vez más de los indígenas que conoce, que son los de la Sierra[16]. Una idea clara de lo que acontece en relación con la Virgen del Rosario, lo encontramos en la investigación María del Rosario, Guarincha Bendita.  

 

Después de este grupo que encabeza la procesión encontramos personas con pancartas de la Virgen, con cruces de tamaño importante, con imágenes bastante grandes de la virgen, también llevan comida, pasteles y pan. Luego viene la procesión común y corriente, con la imagen de la virgen, el sacerdote rezando el rosario y acompañado de un grupo grande de feligreses que hacen la respuesta a las oraciones.

 

Detrás de ellos encontramos la banda del pueblo que van tocando, música de viento. Finalmente encontramos en esta atípica procesión un grupo de personas disfrazadas de soldados españoles de la época de la  conquista, en una especie de desfile militar; con esto termina la procesión. Esta procesión representa, el ataque de los indígenas al convento que se encontraba en esa época, que hoy es la catedral de Nuestra Señora del Rosario.

 

La Virgen que sale actualmente a la procesión no es la misma Virgen de la Catedral. Hace varios años como respuesta al deterioro de la imagen tradicional, y a consecuencia de las procesiones se decidió usar una imagen nueva para este evento. La reacción de la gente de la región fue clara y tildaron a la nueva Virgen de Virgen “cachaca” y muchos no la aceptaron. Como represalia a este cambio, los denominados “promeseros”, no asisten a la procesión, ya que ellos no van a acompañar una Virgen cachaca, por el contrario hacen su ceremonia en la catedral donde se encuentra María del Rosario, la Guarincha, como le llaman cariñosamente. Y en esta catedral realizan su propia ceremonia a la Guarincha.

 

En la procesión, los indígenas realizan un cordón alrededor de la imagen y con su gritería y arcos y flechas que llevan en la mano, simulan el ataque perpetrado por los Tupes al convento, hoy Catedral de la ciudad y dentro de la representación, la Virgen repele supuestamente las flechas con su manto.

 

La procesión se realiza para la época de lluvias, por esto las personas le ofrendan todo tipo de comida a la Guarincha, para pedirle simbólicamente que durante este año los regale con lluvias y buenas cosechas. De igual manera las personas que representan a los indígenas realizan un baile durante esta procesión y al día siguiente en la ceremonia de las cargas, es el baile de la “culebra bomba”, donde los indios se forman en fila, tomados por al cintura en forma de tren realizan una danza que asemeja el movimiento de una serpiente, esta danza representa la batalla librada entre la magia indígena y los milagros de la Virgen. 

 

Esta procesión y al día siguiente la ceremonia de las Cargas, no son más que la representación de los hechos que se relatan en la “Floresta de la Santa Iglesia Catedral de la ciudad y provincia de Santa Marta” y hablan de un levantamiento indígena que se realizó hacia 1576; es de anotar que este levantamiento no fue el primero ni el más importante de los levantamientos indígenas frente al poder hegemónico español, pero fue en éste donde se gestó la “Leyenda del Milagro”:

 

 

 

 

Hallábase el  V.P. Fr. Luis Vero en la Nevada continuando las voces del Evangelio, que su santo compañero S. Luis Beltrán había dado a los indios Aurohuacos, y el Padre Fr. Pedro de Palencia de conventual y fundador en el Valle, a tiempo que García Gutiérrez de Mendoza, uno de los primeros conquistadores y pobladores de aquella ciudad pasó a su populoso hato de Uniaymo con otros ocho amigos a hacer una saca de ganados para socorrer al Nuevo Reino. Llevaba consigo un indiecillo Tupe, nombrándolo Antoñuelo, que era su paje, el cual desaparecido del hato, fue a dar cuenta de la llegada de su amo a Cacique Blanco, que era el Tupe principal, moviéndole con los azotes de la india Francisca (como dice el Padre) y con otras varias razones, que para ellos eran de mayor congruencia. El cacique abrazado de cólera, llamó a su capitán, que se nombraba Panocha, por cuyo medio hizo convocar todas sus parcialidades, con la de Coropomeyma y la del Chimila Curunayma; y conspirados y prevenidos todos, se arrojaron al hato de Uniaymo ya tarde, en la noche del día 27 de Abril de aquel año 576. Rodearon la casa, diéronla fuego por las cuatro esquinas, y esperaron con sus carcaxes dispuestos a que la violencia del fuego despertase, y expulsase de ella a los descuidados españoles, y al paso que cada uno salía por donde su diligencia le ofrecía puerta, les iban dando muerte. El primero fue Silvestre de Soto, pues sin embargo que salió con armas, y se resistió valeroso, rindió la vida a manos de los indios. Nicolás de Mendoza, deudo de García de Gutiérrez, fue el segundo que mataron. Luego al capitán Francisco de Becerra, a Juan Francisco Matamoros, y a un hijo suyo: a Juan Ángel lo cogieron a manos para comerlo después. Peñalosa, mal herido, pudo ir al Valle a contar la desgracia: y últimamente, García Gutiérrez, que proseguía aunque maltratado y desangrado de flechazos, destrozando Tupes, viéndole su paje con tanto aliento, y desconfiando de su muerte, dijo a sus compañeros: “cobardes sois, pues éste solo se os atreve, y nada habéis conseguido si queda vivo mi amo”, y poniendo al arco una flecha, lo atravesó por las sienes. Hecho este insulto, pasaron a la ciudad los indios la noche siguiente, que fue 28, cogiendo descuidado al vecindario, porque Peñalosa aún no había podido llegar, y entonces aconteció el fuego que dieron al convento, y lo demás que el padre escribe. Pero advertían que el fuego no prendía por más diligencias que hacían, porque andaba una Huaricha y dos Piaches (como ellos dicen) haciéndoles rostro, y apartando la Huaricha con los rezagos de su manto las flechas que ellos coléricos despedían de sus arcos[17].

 

 

Las Cargas

 

Hacia las tres de la tarde del día 30, se inicia la ceremonia de las Cargas, una representación de los sucesos históricos que dieron origen a la Leyenda Vallenata del Milagro.

 

Esta ceremonia de las Cargas reviste particular interés ya que es la parte original de este Festival de Valledupar; antes de la realización del festival, lo que había en esta fecha era esta ceremonia, que era el eje de toda la fiesta. Hoy en día es una parte más del festival y la celebración religiosa se ha visto desplazada seriamente por la celebración pagana. Además esta Leyenda del Milagro también reviste una importancia antropológica, debido a la inversión de los papeles de héroe y villano, con respecto a  este tipo de celebraciones realizadas en otros lugares de Latinoamérica.

 

También es interesante ver cómo el milagro se dio en una batalla en la época de la conquista, para que los españoles pudieran doblegar a los indígenas,  y que estos hechos sean motivo de celebración.

 

La Leyenda del Milagro contradice los órdenes esperados para este tipo de leyendas, la ciudad de Valledupar celebra año tras año, dentro del marco de su festival, la derrota, muerte y aprensión de los indígenas de la región que con coraje y valentía se resistieron a los abusos y conquista de parte de los ejércitos españoles.

 

En otros países latinoamericanos de mayor raigambre indígena, como Perú o México, este tipo de leyendas siempre alaban y robustecen la imagen del indígena, y se celebran los actos heróicos y los triunfos de los grupos nativos, mas no los del invasor ibérico. Un ejemplo claro de esto lo encontramos en la ciudad de México, donde en una urbe de las impresionantes dimensiones de esta, no se encuentra una sola estatua, busto o monumento de Hernán Cortés, tampoco se encuentra una sola calle con el nombre del conquistador español, en una ciudad donde todas las calles llevan un nombre y no un número. Pero sí se encuentran gran cantidad de estatuas y nombres de calles que hacen mención a personajes de la nobleza indígena prehispánica.

 

Adicionalmente Valledupar es una ciudad donde la cultura indígena no es desconocida, ya que se encuentra muy cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta, de donde provienen los grupos indígenas que poseen unas de las más complejas cosmovisiones dentro del territorio colombiano; de igual manera se encuentran muy cerca de la Guajira, donde encontramos grupos indígenas con altos índices demográficos.

 

Es así que Valledupar lejos de ser una ciudad sin ningún contacto con la cultura indígena es una de las que mayor cercanía tienen con la misma, por esto es paradójico que la celebración de mayor importancia dentro de la ciudad se dé con base en la destrucción de los grupos indígenas de la región, por parte de los españoles.

 

Una explicación para este fenómeno la podríamos encontrar al analizar el trasfondo de  la leyenda que es claro, en el objetivo de validar y justificar la conquista española, esto es explicable teniendo en cuenta que los españoles usaron a los misioneros como un efectivísimo mecanismo de sometimiento religioso, tal vez más efectivo que las propias armas. Estos misioneros crearon leyendas que legitimaran el dominio español sobre los negros e indígenas[18].

 

Pero hoy en día este tipo de manejo de la leyenda dado por los misioneros ha sido reelaborado por los pobladores, en una constante lucha en pos de la apropiación de un símbolo como lo es la Guarincha. Actualmente dentro de las versiones que manejan los pobladores podemos encontrar que ellos dicen que los soldados no murieron si no que se intoxicaron, por esto la Virgen no los revivió, si no que los levantó únicamente, otros van más allá y dicen que la Virgen no revivió a los españoles sino a los indios[19]. Hoy en día después de varios siglos de la dominación española aún se mantiene la lucha en terrenos de la religiosidad y de los símbolos, la leyenda da una versión de los hechos y los pobladores la reelaboran, como en un palimpsesto de acuerdo a sus propias creencias.

 

La representación de esta leyenda se realiza en el frente de la Catedral de Nuestra Señora del Rosario, se inicia con la presencia de un grupo de personas que están ataviadas como soldados de la conquista española. Se encuentran parados en un sitio acompañados de personas que hacen el papel de negros esclavos al servicio del ejército español, también se encuentra un religioso Capuchino con ellos. Luego se da la entrada por un costado de la plaza, del grupo que representa a los indígenas, llegan haciendo ruidos y mostrando una actitud belicosa, se acercan al sitio donde se encuentran los españoles y sus esclavos negros y comienzan a realizar el baile de la culebra bomba, realizan esta danza simbólica durante varios minutos enfrente de los españoles.

 

Posteriormente los indígenas toman preso al Capuchino que acompañaba  a los españoles, debido a que este religioso les pedía y presionaba mediante la utilización de la religión  y  el miedo a Dios que propugna el catolicismo, para lograr que los indígenas entregaran sus tierras a los españoles. Los indígenas posteriormente queman al religioso y se representa su huída de la zona por medio de la vegetación y la espesura.

 

Los Españoles obligan a los negros esclavos que son los rastreadores de ellos, a que persigan a los indígenas, detrás de los negros vienen los españoles. En la representación de esta persecución, los esclavos negros llevan hojas a la nariz del capitán español para que este las olfatee y así se pueda seguir el rastro dejado por los indios.   Al verse perseguidos y asediados, los indígenas deciden envenenar con barbasco el agua de la laguna por donde los españoles debían llegar a calmar su sed. Los españoles llegan a la laguna, toman el agua y al poco tiempo mueren. En este momento aparece una niña que representa a la  “Guarincha” y procede a revivirlos uno a uno, a españoles y a sus esclavos negros. Después de su resurrección, los españoles reorganizan sus fuerzas y salen nuevamente en persecución de los indígenas, los atrapan y los matan utilizando arcabuces.

 

Este pasaje final de la representación se da como una batalla entre el cacique indígena y el capitán español, donde el primero intenta asestarle una flecha y el segundo herirlo con el arcabuz, la lucha es dura y reñida, hasta cuando finalmente el capitán mata al cacique.

 

Esta es resumidamente la representación que se da en la plaza Alfonso López Pumarejo, de la Leyenda del Milagro. Dentro de esta representación se encuentran dos hechos interesantes, el primero es que ciertos papeles protagónicos los realiza la misma persona durante muchos años, y realizarlo lleva un cierto prestigio, además estas personas que los realizan son notables de Valledupar. Adicionalmente  algunos de estos  papeles dentro de la representación son heredados a padre a hijo, cuando los padres deciden retirarse de la representación.

 

Por otro lado dentro de estos papeles principales realizados por personas prestantes de la región, existe dentro de la narración de la representación una sobreposición del nombre del actor sobre el nombre del personaje. Dentro de la representación nombran continuamente al personaje, por el nombre del actor que lo representa, denotando una gran importancia de los nombres y el prestigio que da encontrarse dentro de la misma, al punto que se deja de lado al personaje representado y pasa a protagonizar el actor como tal, que siempre es un notable de Valledupar. Por ejemplo “Pepito Henríquez” representa al cacique Coroponiaimo, pero dentro de la representación el narrador en lugar de decir que el cacique Coroponiaimo realizo tal acción, dice que Pepito Henríquez, realizó la acción.

 

El termino “Guarincha” con el que se le habla a la Virgen del Rosario, parece tener origen contemporáneamente a los hechos relatados por la leyenda, al parecer los indígenas en su lengua le decían guarincha, que significa bruja, hoy en día ya no es despectivo el término, si no cariñoso, ya que también se dice que significa mujer hermosa.

 

Con estos hechos relatados en la leyenda no culmina el enfrentamiento entre los indígenas y los  españoles,  años  después  de  este  enfrentamiento  se  agudiza la guerra y el  número de batallas.

 

Anteriormente se le podía tener miedo a la Virgen pero hoy en día el motivo por el cual se le realiza esta celebración es su milagrosidad que está ampliamente atestiguada por los habitantes de la región que ven en ella un poderoso aliado, para los momentos difíciles que deben pasar como campesinos pobres, quienes son la mayoría.

 

Al igual que en Valledupar en la población del Molino también se realiza una celebración para la Guarincha, estando  en el Molino, más arraigada y realizada con mayor complejidad simbólica esta fiesta. La pérdida de fuerza de la celebración de Valledupar con relación a la del Molino pudo ser causada por la inclusión del Festival Vallenato dentro de esta ceremonia de las Cargas. En el Molino al no tener la presencia de la fiesta profana, el protagonismo no debe ser luchado y todos los esfuerzos se concentran en la celebración religiosa.    

 

Aquí encontramos la continuación del relato dado por Nicolás de la Rosa de los hechos del milagro, que corresponden a los hechos representados en la ceremonia de las Cargas, estos hechos son la continuación del relato que iniciamos en el aparte sobre la procesión de la Virgen del Rosario. Esta cita se inicia inmediatamente después del punto en que dejamos la narración en la cita anterior:

 

Retirándose temerosos de la visión, y nuestros vecinos fueron cargando sobre ellos; acaudillados del capitán Antonio Suárez de Flores, que fue el de pretal en su caballo, y los demás a pie, fueron siguiendo a los Tupes hasta la Sabana de Cicarare, y otra su contigua, que hasta hoy se llama el milagro de la Virgen. En ella hay un lago grande de agua dulce, el cual confeccionaron los indios con barbasco, que es una leche venenosa, como se dirá en su lugar, y se quedaron emboscados, esperando el buen efecto de la alevosa crueldad. Llegaron nuestros vecinos la mañana del día 29, fatigados de la marcha, se arrojaron sedientos al lago sin prevenir el daño. Satisficieron su sed y a poco rato, haciendo su efecto el barbasco, fueron cayendo moribundos en tierra. Los indios, que ya juzgaban por suyo el campo, fueron saliendo, y como viesen pasear por entre los que discurrían cadáveres a la Huaricha y a los Piaches que los levantaban, concibieron tal temor, que dieron lugar a que nuestros vecinos tomasen las armas, matasen muchos indios, y aprisionasen gran parte de ellos.  Conseguido este vencimiento, volvieron con sus prisioneros a la ciudad, y entrando a dar gracias en el convento donde el prior Fr. Dionisio y el P. Palencia tenían descubierta la imagen de Nuestra Señora, y los simulacros de S. Jacinto y S. Pedro Mártir, en cuyo día había sido el milagro, y les estaban alumbrando por el buen suceso, conocieron los indios que aquellos eran los que habían visto en el lago de Cicarare, y con demostraciones lo daban a entender, tremolando con sus manos los rezagos del manto, y haciendo seña de que con él apartaba sus flechas, y confesando en mal articuladas y poco entendidas voces la confección que habían hecho en el lago.  En memoria de este tan singular beneficio, llamaron a la Sabana el milagro de la Virgen, y la erigieron su anual fiesta en el mismo día 29 de Abril, como hasta hoy se hace en cada año, con todas las circunstancias (que es la tradición más cierta y segura), y para ello se eligen de un año para otro oficiales de marcha, y se señalan de aquellos hombres más diestros en las costumbres de los Tupes, los necesarios para la función, en la procesión de aquella tarde,  con sus emboscadas, desde donde avanzan al escuadrón; y entre flechas muy vistosas, tiros de fusil, muertes supuestas y prisiones, galas, gritería a lo indio y vítores de los españoles, se hace muy deleitoso,  plausible y edificativo el día.  Es ésta allí la festividad más regocijada que se hace en honor de la Sacratísima   Virgen del Rosario, rindiéndole gracias por tan singular beneficio, que recibió de su mano aquel su devoto vecindario.

 

 

Como podemos observar de estos hechos relatados se da la base para la representación realizada en la ceremonia de las Cargas. Muchos de los detalles dados por el relato se encuentran escenificados de manera concordante, otros como los negros utilizados como guías por los españoles que aparecen en la escenificación no se encuentran en las crónicas de la época.

 

Otro detalle que de igual manera solo se encuentra en la representación, sin ningún fundamento histórico es la aprehensión y quema del religioso Capuchino; no solamente no se habla de él en las crónicas, si no que es claro que para la época en que se desarrollan estos hechos, la comunidad capuchina no tenía presencia en estas tierras y solo hasta el siglo XVII, llegó a Colombia.

 

Es de anotar también que aunque dentro de los hechos históricos se habla de que los milagros los realizaron la “Huaricha y los Piaches” se resalta en la ceremonia a la Guarincha y no a los Piaches, que por ninguna parte aparecen y no se les brinda ninguna reverencia, como sí se hace con la Virgen del Rosario. Los Piaches son según el relato: S. Jacinto y S. Pedro Mártir.

 

También de este relato podemos observar que el origen de la ceremonia de las Cargas, se remonta prácticamente hasta la fecha de los hechos que dieron origen a la leyenda y desde esta época se acostumbra realizar la representación, con un claro mensaje hegemonizante por parte de la iglesia, donde su objetivo es dejar claro que las fuerzas divinas se encuentran aliadas con el invasor Ibérico.

 

Es muy posible que el origen de esta ceremonia de las Cargas, la encontremos en el Teatro Evangelizador[20] que lideraron en el nuevo mundo la orden religiosa de los Franciscanos y siguieron diversas ordenes a partir del siglo XVI, el mismo durante el cual tienen lugar los hechos históricos. Este Teatro Evangelizador tenía como fin la enseñanza de la religión católica a los indígenas de América. Como existían problemas de lenguaje y de desinterés de los indígenas por las doctrinas de la iglesia, se buscó implementar obras de teatro que “edificaran” el espíritu de los pobladores del Nuevo Mundo. Mediante este nuevo sistema de evangelización se lograron mayores avances en la catequización, dada la receptividad de los indígenas al teatro.

 

Es claro que la ceremonia de las Cargas es una obra de teatro, que se representa desde el siglo XVI y que tiene como objetivo idealizar las pretensiones españolas sobre los indígenas, y dejar una lección a aquellos grupos que pensaran en intentar sublevarse nuevamente. Esta ceremonia de las Cargas, cumple con todas las características propias del Teatro Evangelizador que fundaron los Franciscanos para adoctrinar a los pueblos indígenas de este continente.     

 

 

 

 

 

 

Riña Internacional del Gallo Fino

 

Esta es una de las actividades más importantes del festival pero que a su vez, es menos conocida, durante los cuatro días del festival se realiza en el coliseo gallístico Miguel Yanet, la Riña Internacional del Gallo Fino. Esta riña se divide en cuatro rondas y cada una se realiza en un día.

 

Los gallos en Colombia son una fuerte tradición que se remonta a la época de la colonización española y que tiene una gran fuerza en la mayoría del territorio nacional. Los valduparenses, se autoproclaman gente de gran trayectoria y peso en el terreno de las peleas de gallos, y para acreditar esta afirmación presentan triunfos en el ámbito nacional e internacional[21].

 

Algunos de los propietarios de las casas o cuerdas galleras más prestigiosas en Valledupar son: Darío Pavajeau, Cesar 'Checha' Castro, Salomón Saad, Alvaro Soto, Miguel Mora, Alberto Aroca, Cesar Gómez, Jesús Giraldo y Joaquín Campo. El Coliseo Gallístico Miguel Yanet, es considerado uno  de los mejores de América y reúne durante los días del festival a galleros de todo el país y del exterior[22]

 

En total se inscriben unas 20 cuerdas que representan aproximadamente 600 gallos. Durante 4 días, se casan más de 90 peleas.

 

En el año de 1968 cuando se creó el Festival de la Leyenda Vallenata, un grupo de amigos exigió que dentro de las festividades se incluyera la celebración que poseía más fuerza en  Valledupar: los gallos. Por medio de un decreto gubernamental, las fiestas de la gallería quedaron instituídas en esta ciudad para estas fechas de abril y mayo conviertiéndose en el mes más importante del calendario nacional en cuanto a riñas de gallos se refiere.

 

Entre este grupo de amigos encontramos a Manuel Gutiérrez Acosta, José Bolívar Marcos, Darío Pavajeau, Wilson Cohen y Fernando Uhía, grandes aficionados a los gallos y a la parranda quienes decidieron crear un escenario de grandes proporciones para sacar a la fiesta de las viejas tablas y escenarios ocasionales y darle un realce mayor. Se organizaron y uno de ellos puso el lote, otro aportó los materiales, otro diseñó la obra y otro de ellos levantó la construcción. Es así que existe el Coliseo Gallístico Miguel Yanet, considerado el escenario más importante de las riñas de gallos en el país y según los valduparenses, "el primer coliseo de América"[23].

 

“Calcular cuántos millones de pesos se pueden mover durante la temporada gallística es una tarea casi imposible, porque sólo se puede llevar control del monto registrado en las listas oficiales -cantidad relativamente pequeña-. La bolsa que apuestan galleros, aficionados y tahúres profesionales en la tribuna, fuera de la valla es millonaria”[24]. La apuesta oficial para una pelea de gallos sobrepasa el millón de pesos, pero los aficionados juegan por fuera, respaldados por su respetada 'palabra de gallero', más de 10 millones de pesos. Y es que la palabra del gallero vale más que cualquier documento o firma. Si alguien apuesta cierta cifra de dinero a determinado gallo es porque tiene con qué pagar. Si por alguna circunstancia no cumple, queda vetado en la gallera[25].

 

Es esta época considerada la  más importante en el mundo de los gallos. Decenas de galleros de varios lugares del mundo van a la cita anual en Valledupar. Los más reconocidos galleros de Puerto Rico, Panamá, Aruba, República Dominicana, Venezuela e incluso Miami, así como galleros de Sincelejo, Montería, Riohacha, Cali y Bogotá, entre otros, llegan a Valledupar.

 

El 29 de abril, para muchos vallenatos el día más importante de la ciudad, es el día de los gallos, es el día especial. Es el día en que se hacen las apuestas más fuertes. En un día se puede contar con 30 a 35 peleas. Eso se debe gracias a que las cuerdas traen una buena cantidad de gallos para las fiestas.

 

El gallo viejo  Emiliano Zuleta Baquero

El gallo fino  Alfonso Molina

 

!Ay! la pelea de gallo viejo

eso se debe de respetar

porque pelean sin afán

y eso depende es del buen gallero.

No ponen cuidado

como se pelea,

no tienen idea, !ay!

la clase de gallo. (bis)

 

Porque yo me sostengo

como el gallo fino

que se está muriendo

 

Pero en la agonía

le mete el pico al otro

y lo deja tendido.

 

Son fiestas en las que además no puede faltar la música vallenata; Y esta es una relación de dos vías porque dentro del vallenato se habla continuamente de gallos y se crean leyendas en torno a estos[26].

 

La crianza de 'gallos finos' es una ocupación que requiere de cuidado, paciencia, amor, dedicación y mucho conocimiento sobre las aves de corto vuelo.    'Checha' Castro, arquitecto de profesión, pero gallero por vocación, ha dedicado gran parte de su vida a la crianza de gallos de pelea relató que en cuanto a la crianza, "es necesario tener una excelente gallina y un buen gallo... se colocan ocho o diez huevos, llevando un minucioso control para que sean hijos de un mismo gallo y una misma gallina y no haya una mezcla en la raza".    A los 20 días nacen los polluelos, que deben ser cuidados para que no contraigan enfermedades, sobre todo de tipo respiratorio, y se vacunan. Luego de tres o cuatro meses los pollos son llevados a un sitio conocido como los 'macheros' (en donde solo se tienen machos y no hay hembras que distraigan y ocasionen riñas). Al cumplir ocho meses se llevan al lugar de entrenamiento, allí son motilados, se descrestan y comienza la preparación correteándolos para darles físico. A los 11 o 12 meses son llevados a la gallera[27].

 

Antes de iniciar la riña el gallo se mantiene en una jaula de donde es sacado para el pesaje, que debe estar acorde con el de su contendor. Después de esto se le calzan las espuelas de carey, se desinfecta el animal y por último se entrega a los jueces, quienes realizan la pica (intercambio de picotazos) antes de soltarlos al combate. La pelea dura 15 minutos, tiempo en el que debe salir un ganador. De no ocurrir así se determina empate y la plata de las apuestas es devuelta. En la valla solamente pueden permanecer los jueces y son ellos quienes tienen la última palabra.

Las heridas mortales para un gallo son las conocidas como pasadera (cuando la espuela atraviesa el cerebro), morcillera, buche e' sangre, cinco chorros y pulmón (el animal se ahoga), entre otras. Hay otros golpes o tiros que no matan pero merman las fuerzas del contrincante, como el tiro de muslo[28].

 

Durante estos cuatro días de combates se juegan fincas, casas, armas y hasta camisas o cualquier objeto de valor. Las jornadas son bastante largas, hasta de 12 horas, llegando al promediar la mañana y saliendo tarde en la noche. Descansan y vuelven otra vez a la mañana siguiente, cuando un gallo se encuentra en la arena, lo sicológico  cobra mucha importancia ya que en el fondo, cuando el gallo pelea, el que compite es el propietario, que se juega su honor de gallero. Las mujeres se encuentran bastante relegadas de esta actividad, que es básicamente de hombres, aunque existen algunas excepciones como la ganadera Ezequiela de Orozco[29].

 

Este es uno de los sitios donde se ve más claramente que las clases sociales del Valle de Upar se diferencian como en épocas feudales. Es el lugar en donde los de abajo que quedan a la altura del ruedo de arena toman Old Parr a palo seco y  se muestran como gallos finos alardeando su estirpe y los de arriba  toman ron de caña[30]. Cuanto más cerca se está del ruedo más importante es la persona y más altas son las apuestas.

 

 

La competencia y la rumba vallenata

 

Los concursos en las diferentes modalidades y categorías se inician el jueves 29, temprano en la mañana  en el coliseo de la Feria Ganadera se da inicio al concurso de piquería. Después de la procesión por la plaza Alfonso López, en la tarima Francisco El Hombre, se inician las eliminatorias del concurso de acordeoneros en la categoría profesional en los ritmos de Merengue y Paseo.

 

En estas eliminatorias acude poco público, pero es un buen número teniendo en cuenta que se realiza desde la mañana y que el sol azota implacablemente sobre los asistentes a la plaza, que solo encuentran refugio bajo el ya legendario “palo e’ mango” que cobija la plaza. Aparecen uno por uno los conjuntos profesionales se toman varios minutos acomodando los instrumentos y el sonido, presentándose al jurado y los moderadores presentándolos al público, que además de esta función se dedican a apresurar a los grupos para que su paso por la tarima se haga en el menor tiempo posible.

 

Durante todo el día se presentan los conjuntos hasta bien entrada la tarde, así que es un espectáculo que dura parte de la mañana y toda la tarde, llega a ser un poco desgastante oír todo el día, grupos y más grupos. Por esto la mayoría de la gente lo que hace es que aparece un rato a escuchar a determinado concursante y luego se van, pocas son las personas que se quedan a escuchar todas las presentaciones, el público se mueve constantemente y son pocas las caras que permanecen a lo largo del día.

 

Al mismo tiempo que se inicia el concurso de acordeoneros y de piquería en la mañana se inicia en otro lugar de la ciudad la Escuela de Bellas Artes, las eliminatorias para el concurso de acordeoneros en las categorías infantil y aficionado en los ritmos de merengue y paseo. 

 

En la noche en la tarima Francisco El Hombre se presentan los artistas de la casa disquera Sonolux, la gente se reúne desde temprano para lograr una buena ubicación, la plaza se va llenando a medida que avanza la noche y que se presentan los artistas, el ambiente en general es de mucha alegría, mucho baile, parranda, licor, y mojar las personas. Si algo se hace en estas fiestas mas que ninguna otra es mojar personas, la gente se arma de baldes, compra y compra bolsas de agua con este fin. Y persona que pasa por el lado, persona que mojan y en muy poco tiempo se está en medio de unas batallas campales a punta de agua y no hay lugar dónde esconderse porque en toda la plaza está ocurriendo lo mismo, no queda más remedio que resignarse a ser mojado y soportar el agua con estoicismo o unirse a la batalla.

 

Por cierto que estas batallas se agudizan cuando se presentan los intervalos entre las presentaciones de los artistas, cuando la gente no tiene espectáculo en tarima tiende a aburrirse y comienza a mojar a las demás personas o a arrojar objetos, que es otro de los pasatiempos favoritos del público, por eso el cuidado de la policía de que no se ingresen objetos de vidrio, y las tiendas alrededor de la plaza venden todas las botellas de licor en garrafas plásticas, que a la postre serán las encargadas de volar por toda la plaza en compañía de las latas de cerveza.

 

Toda esta agua, recipientes plásticos y latas volando hacen parte de la fiesta pero también cuando golpean o mojan a personas más susceptibles con este tipo de celebración, pueden generar problemas y trifulcas, que muchas veces no pasan de palabras y otras veces tiene que intervenir la policía. Así se pasa toda la noche bailando y cantando al son de las orquestas y la rumba nuevamente se prolonga hasta la madrugada, con la compañía de la gente de Valledupar que abarrota la plaza hasta altísimas horas de la madrugada.  

 

En el Club Campestre, también hay fiesta desde las nueve de la noche, se organiza un baile amenizado por diferentes agrupaciones vallenatas,  en el festival existen eventos para todo el mundo y otros como este y el del Club Valledupar del día anterior que son exclusivos de la élite, que de esta manera puede gozarse su propio festival de manera más aristocrática.

 

El viernes 30 en la mañana en la tarima Francisco El Hombre, se inician las eliminatorias en el concurso de acordeonero profesional en los ritmos Puya y Son.

 

Los acordeoneros se organizan en grupos y cada grupo tiene su propio jurado, así que entre participante y participante encontramos interrupciones relativamente cortas, debido al ajuste de los equipos y la entrada y retirada de los participantes, pero al cambiar de grupos las interrupciones son mucho más prolongadas debido al cambio de jurado que tarda bastante tiempo. A medida que avanza el día y a pesar del calor y del sol que espanta hasta los acostumbrados a estos climas, los conjuntos son acompañados por un mayor número de personas, hacia la 1 p.m., encontramos media plaza llena.

 

Las personas escuchan muy tranquilamente las participaciones y apenas si aplauden cuando el grupo termina. Solo se siente ánimo y excitación de parte del público, cuando llegan las barras de los distintos participantes. Una buena cantidad de participantes al concurso de acordeonero profesional tienen su barra propia, que generalmente es el grupo de amigos y familiares que se acompañan también de personas del barrio donde habita el concursante. Estas barras poseen generalmente camisetas estampadas con el nombre del participante, la foto y una leyenda del tipo: “Juanito Pérez, Rey vallenato 99-2000”, o cosas por el estilo, también traen pancartas y letreros pintados en tela, y cuando se presenta su participante llegan arman un gran alboroto,  bailan, gritan vivas y cuando su participante termina su intervención, ellos desaparecen.

 

Mientras tanto en el Coliseo de la Feria Ganadera también desde horas de la mañana se realiza el concurso de la canción vallenata inédita, hasta las horas de la tarde cuando el jurado escoge las ocho canciones que pasan a la final. En la Escuela de Bellas Artes, continúa el concurso de acordeoneros en las categorías infantil y aficionado, en los ritmos de puya y son, esta segunda ronda se realiza entre los participantes que obtuvieron el mayor puntaje el día anterior, que se dio la primera ronda del concurso.

 

Mas tarde en la noche, en la tarima Francisco El Hombre la programación musical continúa, se presenta la final del concurso de acordeoneros en las categorías infantil y aficionado. Posteriormente se presenta la final del concurso de piquería, y para finalizar la noche se presentan los artistas de la casa disquera Sony music.

 

El  concurso de piquería tuvo bastante acogida por parte del público debido a  la chispa y creatividad que mostraron los seis participantes finalistas, en la construcción de versos de diez palabras. Los versos de diez palabras fueron exigidos por el jurado en esta versión del festival, debido a las criticas que venia teniendo este evento por su bajo nivel y mediocridad en anteriores versiones. Estos versos de diez palabras midieron la verdadera capacidad de los verseadores, haciendo mejorar por medio de esta estrategia el nivel de competencia.

  

En los inicios de la piquería  se acostumbraba construir décimas:  versos de diez palabras, que implicaban un mayor esfuerzo y creatividad, por ejemplo Emiliano Zuleta Baquero, es reconocido como un gran decimero. Posteriormente estas décimas se fueron perdiendo y se reemplazaron en los concursos de piquería por versos de cuatro palabras de relativa facilidad en su construcción. Con estos versos venia funcionando el concurso de piquería de Valledupar, cayendo poco a poco en el facilísimo y reduciéndose el nivel competitivo del concurso. Por esto en esta versión se retoman los versos de diez palabras que antaño hicieran grande el género, ya que el de diez requiere mayor concentración y un remate espectacular que demuestre la verdadera casta del participante.

 

Durante esta noche la plaza se encontró completamente abarrotada, cada día que pasaba se reunía más gente en la plaza, el comportamiento en general de la gente es el mismo de las noches anteriores, la fiesta se prolonga hasta después de las cuatro de la mañana.

 

El sábado 1ro. de mayo, último día del festival, la programación se inicia en la mañana en las instalaciones del coliseo de la Feria Ganadera, en este recinto se realiza la semifinal del concurso de acordeoneros en la categoría profesional; en esta semifinal se encuentran los acordeoneros que hayan sacado el mayor puntaje en las eliminatorias pasadas, esta semifinal se realiza dentro de los cuatro ritmos reconocidos en Valledupar: merengue, paseo, puya y son.

 

Este coliseo se encuentra completamente lleno en sus graderías desde temprano en la mañana, y de igual forma se encuentra gente en la parte exterior de las graderías y el ruedo que se utiliza para la exposición del ganado, donde se encuentra ubicada la tarima. En este evento se encuentran las personas mucho más animadas que lo que las encontramos en la plaza Alfonso López, presenciando el mismo evento, esto se puede deber a que este coliseo es un escenario mucho menor que la plaza, y debido a esto existe una cercanía grande entre el artista y el público.

 

Una cercanía que no se da en la plaza, donde los únicos que están realmente cerca a los artistas son los periodistas y los invitados especiales. El pueblo en la plaza, tiene que ver a los artistas desde muy lejos, aquí los tiene frente a frente y esto se traduce en una respuesta mucho más calurosa por parte del público, que grita, corea las canciones, baila, y aplaude. Aquí al igual que en otros eventos se puede observar la importancia que se les da a las personas dentro de esta cultura, continuamente los presentadores están haciendo alusión desde sus micrófonos de las personalidades que van llegando al evento y se dedican a alabarlos constantemente.

 

También hay una presencia fuerte de las barras de los diferentes participantes, estas barras animan y hacen todo el alboroto que pueden, dentro de la presentación de su conjunto, el resto del tiempo se dedican a disfrutar del espectáculo como el resto de las personas.  Algunas de estas barras se organizan en el barrio de donde es procedente el acordeonero y realizan una colecta de dinero, con el dinero compran camisetas y hacen las pancartas para poder así animar a su candidato. Este evento se extiende hasta bien entrada la tarde.

 

En la noche en la plaza Alfonso López se llega a la gran final, para la elección del nuevo rey vallenato en la categoría profesional, también se realiza la elección de la mejor canción vallenata inédita.

 

Una vez concluido esto se realiza la presentación principal de la noche a cargo de los dos reyes de reyes del festival. Cada año en el marco del festival se elige un rey vallenato y cada diez años, se realiza el rey de reyes, que es un concurso entre los reyes vallenatos que se han elegido durante estos diez años, y así coronar a un rey entre los reyes. El primer rey de reyes fue Nicolás “Colacho” Mendoza, y el segundo mucho más joven que el primero fue Gonzalo el “Cocha” Molina. Estos dos reyes de reyes hicieron un duelo con el cual se cerró y se celebró el último festival de este milenio. Ya para terminar la noche se presentó un grupo de merengue, proveniente de la República Dominicana.

 

En esta noche como era apenas de esperarse se presentó la mayor cantidad de público, la gente prácticamente no cabía en la plaza y pensar en caminar por entre la  multitud era una labor titánica. Antes de  iniciar la final de acordeoneros, se dio un abrebocas de lo que sería la presentación de merengue y la gente respondió con alegría, luego de los Dominicanos se inicia el concurso y la transmisión para televisión, en la cual se debe ahondar un poco.

 

El canal privado de televisión R.C.N, desplazó todo un equipo de primer orden con la última tecnología, un gran número de cámaras y de técnicos, a su vez presentadores ampliamente reconocidos, en fin, todo el montaje de primera para la presentación de este festival vallenato. Es la primera vez que el festival se transmite en vivo y en directo para todo el país, y para el mundo ya que este canal posee una señal satelital que es captada en otros países.

 

Ya en las veladas anteriores a esta final el equipo de televisión venía trabajando, grabando imágenes y realizando pregrabados para la transmisión final del sábado, todo el equipo televisivo había sido observado por los habitantes de Valledupar. Pero esta transmisión en directo cambió completamente la manera como los habitantes de esta ciudad vivían su festival.

 

El estar el espectáculo subordinado a una transmisión en directo para la televisión, hace que el observar el espectáculo desde la plaza presente múltiples interrupciones y huecos. Tradicionalmente el festival se vivía y se presentaba sin interrupciones, solo las necesarias para que se subieran o se bajaran los artistas pero siempre la atención estaba dirigida hacia el público presente en la plaza. Ahora con la transmisión en directo la atención y la prioridad del espectáculo se centra sobre el espectador que se encuentra detrás de la pantalla del televisor, dejando en un segundo plano al público presente en la plaza.

 

La persona que vio la transmisión televisiva en directo de la ultima velada del festival, siempre se encontró frente a diferentes notas. Se les entregaba información sobre la historia del festival, de los reyes vitalicios que fueron coronados en este festival, las presentaciones desde la tarima, los comerciales etc, siempre reciben información y siempre tienen algo que ver. En la plaza fue muy diferente se presentaron innumerables baches y lagunas en el espectáculo que impacientó y desilusionó a muchos. Mientras se organizaba la transmisión televisiva en directo a la gente de la plaza la dejaron sin ningún espectáculo, la tarima estaba llena de técnicos y no había música ni espectáculo.

 

Las personas comenzaron a impacientarse porque fueron muchos minutos, la gente comenzó a tirar cualquier objeto que encontraran a la mano, latas, botellas plásticas, a tirar agua, de tal forma que la plaza era un campo de batalla, objetos iban y venían por los cielos y el agua mojaba a cualquiera que estuviera allí. Al punto que los organizadores de la transmisión televisiva se preocuparon mucho con esta guerra de objetos que ya llegaba casi a la tarima y pidieron que se comportaran para la transmisión, para que toda la gente del país pudiera ver el “civismo y la cultura” de los valduparenses, pero en realidad estaban asustados de que esta guerra les arruinara la transmisión.

 

En términos generales mucha gente presente en la plaza quedó desmotivada con esta noche ya que para cada comercial, se presentaba un hueco en el espectáculo en tarima, se presentaban notas pregrabadas y esto también representaba un bache en el espectáculo para las personas de la plaza. Definitivamente una transmisión como la que se realizó privilegiando el televidente, le quita muchísimo entusiasmo a la gente presente en la plaza.

 

Dentro del marco del festival se ve una importancia grande que posee el derroche ritual de bienes y la importancia que tiene para las personas de cierto nivel el ser reconocidos. La repetición de los nombres de los notables por parte de los presentadores de los eventos y dentro de la fiesta que se celebra en la plaza, es constante. Se ve cómo ciertas personas acomodadas compran cajas de cerveza, no para beber si no para tirarle a las personas que se encuentran en la plaza, lo mismo ocurre en menor medida con otros licores más costosos como el whisky, que también se llega a tirar para bañar a las personas en este licor. Estos comportamientos denotan un anhelo de ser reconocido por los demás como un hombre importante, que posee poco apego por los bienes materiales, al mismo tiempo que se erige por encima de las demás personas presentes, gracias a este derroche ritual.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

[1] Esta canción que habla del Festival de la Leyenda Vallenata, nos muestra cómo sienten los habitantes de esta región su festival. En ella encontramos desde referencias a Cien años de soledad, seguidas de reconocimientos a  personajes que hacen parte de la historia y del misticismo asociado al folclor vallenato. También hay espacio para reclamos a Rafael Escalona fundador del festival, y referencias al sentir popular frente a la elección de los 6 primeros reyes vallenatos, hasta el año de 1973.

[2] Nina S. Rodríguez, “Fiesta de creencias, reyes y tradiciones”, en El Tiempo, edición Bogotá, abril 29 de 1999, pp.9C.

[3] Luis Mendoza Sierra, “Quién, cómo y por qué inventaron el festival vallenato, La verdad verdadera”, Revista Expectativa, No.119, abril  1999, pp.10.

[4] Mendoza, Ibid.

[5] Meridiano Vallenato, “El festival Vallenato es una realidad nacional, Consuelo Araujo, la Cacica, principal artífice”, Revista Cesar 20 años, publicado por la Gobernación del Cesar, mayo de 1987, Barranquilla, pp. 75 y 76.

[6] Carlos Alberto Atehortua Gil, “La cosa fue así”, Revista del XXX Festival de la Leyenda Vallenata, Editora Guadalupe, SantaFé de Bogotá, 1997, pp. 39-42.

[7] Gabriel García Marquéz, “Valledupar: la parranda del siglo” en El Espectador, Bogotá, 19 de junio de 1983, pp. 2A.

[8] Enrique Santos Calderón, “Guayabo por Valledupar”, Recopilado en  Revista Semana, abril 26, 1992, pp. 58 y 59.

[9] Alvaro Oviedo C. “Apertura entre pilones” en El Tiempo, Bogotá, 28 de abril de 1993, pp.5B.

[10] Paul Bolaño Saurith, “Virgen del Rosario al son vallenato” en El Tiempo, Bogotá, 27 de abril de 1997, pp. 12A.

[11] Alvaro Oviedo C. “Piloneras de la mano de Ana Milena Muñoz” en El Tiempo, Bogotá, 27 de abril de 1994, pp.3C.

[12] Oviedo, Op. cit.

[13] Bolaño, Op. cit.

[14] Ibid.

[15] Consuelo Araujo Noguera, Lexicón del Valle de Upar, Instituto Caro y Cuervo, SantaFé de Bogotá, 1994, pp. 397.

[16] Alejandro Santa María, Cristina Echavarría, María del Rosario, Guarincha Bendita, Vídeo disponible en el Instituto Colombiano de Antropología, 1987.

[17] José Nicolás de la Rosa, Floresta de la Santa Iglesia Catedral de la ciudad y provincia de Santa Marta, biblioteca  Banco Popular, Volumen 74, Bogotá, 1975.

[18] Santa María, Op. cit, pp. 3.

[19] Ibid.

[20] Tania Helene Campos, El Judas de Santa Ana Tianguistengo, ENAH, México D.F, 1997, pp. 48 y 49.

[21] Carlos A. Pulgarin, “La ley de la espuela”, en El Tiempo, edición Bogotá, 3 de mayo de 1998, pp.3A.

[22] Ibid.

[23] “Desde hoy festival de picos y espuelas” en El Tiempo, edición Caribe, suplementos especiales, 27 de abril de 1995, pp.6.

[24] Carlos A. Pulgarin, “Ley del pico, la espuela y el canto”, en El Tiempo, edición Caribe, 1 de mayo de 1998, pp.1.

[25] Ibid.

[26] Mauricio Silva Guzman, “De gallos y de hombres”, en El Tiempo. edición Bogotá, 30 de abril de 1995, pp. 8D.

[27] “Ley del pico, la espuela y el canto” Op.cit.

[28] “La ley de la espuela”, Op.cit.

[29] “Desde hoy festival de picos y espuelas” Op.cit.

[30] Silva Guzman, Op.cit.