A MI MADRE por Cristy Battistel Roggio


Compañera perpetua de nuestros vuelos temerarios;

Ángel guardián de nuestros temores más ocultos.

Enfermera santa de nuestros dolores ancestrales.

Tú que das todo por nada, eres la sagrada

piedra fundamental de nuestra vida.

Tu inmarcesible amor fue capaz de proezas impensadas.

Tu alma pura se desarma en pedazos si sufrimos.

Estás hecha de todas las flores y todos los cantos.

Luz de los caminos más oscuros; vigilante eterna

de nuestros movimientos.

MADRE: divino espejo en el que queremos mirarnos.