JAVIER PRADERA Barrington Moore Jr., autor de Los orígenes sociales de la dictadura y de
la democracia, rastrea el largo camino de causalidad social que conduce desde
las tres religiones del libro hasta el nazismo y el estalinismo. Las investigaciones de la sociología histórica -no tanto una escuela
doctrinaria como una corriente pluralista- ofrecen al lector la oportunidad de
ampliar sus horizontes más allá de las limitaciones temporales y espaciales
inherentes a los enfoques circunscritos a momentos y lugares predeterminados.
La verificación a través de los siglos y de las civilizaciones de hipótesis
construidas con materiales transhistóricos tiene en Barrington Moore Jr.
(1913) a uno de sus mas originales representantes. Publicada en 1966, Los
orígenes sociales de la dictadura y de la democracia. El señor y el
campesino en la formación del mundo moderno (Península, 2000), una obra
clásica en el género, estudia los papeles desempeñados por las
aristocracias terratenientes y las clases medias en el proceso de cambio de
las sociedades agrarias; los escenarios elegidos para esa tarea son la
revolución industrial inglesa, la revolución francesa, la guerra de secesión
americana, el derrumbamiento de la China imperial, el fascismo japonés y el
subcontinente indio. Abstracción hecha del interés que ofrecen las audaces conjeturas y la
viveza narrativa de esta reciente obra de Barrington Moore Jr., Pureza
moral y persecución en la historia -la versión original fue editada el año
2000- extrema los riesgos de las analogías y muestra los flancos débiles del
comparativismo. Los paralelismos entre Calvino y Lenin (o la Institución
cristiana y El capital), la equiparación del puritanismo de
Saint-Just con la moral conservadora de los senadores republicanos americanos
(o alternativamente con los profesores radicales de ciencia política de la década
de los veinte) y la evocación de la noche de los cristales rotos hitleriana
para ilustrar la destrucción de una mezquita por hinduistas fanáticos son
imaginativos, pero escasamente concluyentes. Hay también cierto descuido (que
se extiende a la traducción al castellano) en la utilización de las fuentes
y la verificación de las citas por el autor. La investigación se propone descubrir los motivos que han impulsado a los
seres humanos a lo largo de la historia a matarse y a torturarse por sus
diferencias en materia religiosa, política o económica; la respuesta es que
la defensa de la pureza moral frente al vicio y la contaminación es la causa
de la crueldad y la intolerancia humanas. Barrington Moore Jr. dice
sorprenderse de los inesperados hallazgos de su investigación: la teoría y
la práctica de esa pureza moral sanguinaria fue una creación de las tres
religiones monoteístas, esto es, el judaísmo, el cristianismo y el
islamismo. Las grandes religiones asiáticas quedan absueltas de ese pecado:
el hinduismo, el budismo y el confucianismo sólo apadrinaron de forma esporádica
-antes de ser contagiados por los valores occidentales- los movimientos de
persecución en nombre de la defensa moral. Si bien los budistas 'mataban a la
gente de aburrimiento' con sus elaboraciones de teología metafísica, 'al
menos no quemaban a nadie por sus opiniones'. Barrington Moore Jr. se ocupa de la época del Antiguo Testamento y de la
historia del cristianismo, pero deja al islam fuera de su investigación
(concluida, dicho sea en su descargo, antes de los atentados del 11 de
septiembre) por considerarse escasamente familiarizado con sus fuentes. Los
dos 'sondeos históricos' elegidos para contrastar sus turbadores hallazgos bíblicos
son las guerras de religión en la Francia del siglo XVI (con especial atención
a la matanza de miles de hugonotes por los católicos de la Noche de San
Bartolomé) y el Terror revolucionario (a través de los textos y discursos de
Hébert, Robespierre y Saint-Just). Según Barrington Moore Jr., 'el larguísimo camino que conduce desde los
antiguos hebreos hasta el estalinismo' constituye 'un río de causalidad
social' reconocible en la cartografía histórica; tal corriente de
intolerancia, crueldad y sangre poseería una clara identidad y tendría 'un
evidente punto de llegada (¿o una estación de paso?) en los regímenes
totalitarios del siglo XX'. Así pues, su veloz galopada a través de los
siglos y de las culturas le lleva al arrojado investigador a la certeza de que
el monoteísmo, una vez secularizado, fue una causa indispensable del
nazismo y del estalinismo: una conjetura necesitada de pruebas capaces de
hacer plausible esa arriesgada tesis y de convencer no sólo a los creyentes
del Libro sino también a los agnósticos y a los politeistas.
Referencia
Diario El Pais, Miércoles, 23 de enero de 2002
PUREZA MORAL Y PERSECUCIÓN EN LA HISTORIA - Barrington Moore Jr. Traducción de Ignacio Hierro Paidós. Barcelona, 2001 192 páginas.
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