DOCUMENTO
Nº 1
(1967)
TENENCIA
DE DOCUMENTOS
INTRODUCCIÓN
:
El presente
trabajo corresponde a la tercera impresión del
"Documento Nro.1" elaborado y distribuido por
primera vez en junio de 1967 a nivel de toda la militancia a
fin de que sirviera como base de discusión de grandes líneas
que se hacía necesario acordar, de ciertas pautas generales y
diversos temas que se consideraron fundamentales y que, a la
postre de tal discusión, pudiésemos marchar en forma más
unida y coherente.
La
elaboración teórica no comenzó y menos aún, no terminó
con la discusión de este documento, por el contrario, la
elaboración teórica continúa y continuará, ha de ser una
tarea permanente, de preocupación constante, y ha de
trasuntarse en las "Circulares", en los manifiestos,
en la propaganda, en las discusiones, en el trabajo en los
organismos o compañeros especialmente dedicados a ello, en
fin en todos los casos, oportunidades y aspectos de nuestra
vida militante.
El
Movimiento se enriquece teóricamente con el aumento del nivel
de sus militantes, por el crecimiento, por la afluencia de
nuevos compañeros y con ellos, nuevos aportes, nuevas
perspectivas.
Lo que
hasta ahora hemos logrado es poco, quizás siempre sea poco,
deberá ser mejorado, completado y constatado diariamente y
aún, revisado si es necesario.
Obedece a
esta disciplina de trabajo el "Suplemento de Enero de
1968". que aumenta el contenido inicial de este
Documento.
De
conducirnos con este estilo de trabajo, de someternos a tal
disciplina, estaremos contribuyendo a elevar el nivel y la
calidad de todos nosotros y de nuestro acervo teórico, en
definitiva estaremos dando un paso adelante.
Uruguay, mayo
de 1969
CONTINENTALIDAD
- Es
un derecho y un deber que las organizaciones
revolucionarias colaboren con sus máximas posibilidades
en la construcción y elaboración de la estrategia
continental.
- Las
tareas nacionales e internacionales se complementan. Es
necesario coordinarlas y conectarlas. No deben
perjudicarse mutuamente.
- La
represión y la contrarrevolución se continentalizan. La
revolución no debe detenerse en las fronteras nacionales.
- América
Latina, y por lo tanto nuestro país, forman parte del
sistema imperialista mundial. Su liberación, entonces,
depende de la derrota a escala continental del
imperialismo.
- La
derrota a escala continental del imperialismo implica su
derrota definitiva.
- Por
ello el imperialismo se apresta a librar una guerra a
muerte por su supervivencia en nuestro continente.
- Es
por lo tanto dable esperar una dura y prolongada lucha.
- Mientras
no se modifique esta situación, es imposible pensar en la
liberación en términos nacionales, independientemente
del resto de América Latina.
- La
posibilidad de intervención del imperialismo en cualquier
país, directa o indirectamente, es por el momento
indiscutible.
- Obligar
al imperialismo a intervenir directamente si bien puede
significar un inconveniente militar transitorio, puede
significar un avance político y una ventaja militar a
largo plazo.
- Hay
que hundir al imperialismo en una guerra de desgaste en
América Latina. Transformar cada palmo en un terreno de
lucha, en una zona que les sea hostil, "crear varios
Vietnam en América".
- Es
correcto orquestar una estrategia continental que
racionalice la aplicación de fuerzas y recursos en donde
mejores rendimientos puedan proporcionar.
- Dicha
estrategia no debe ir en desmedro, dentro de lo posible,
de las luchas y el trabajo que hay que realizar en cada
país.
- El
desarrollo exitoso de la lucha, en cualquier país, ayuda
al desarrollo de la lucha en los demás.
- Suscribimos
en todos sus términos el último documento de Guevara.
- El
hecho de contar con dos poderosos vecinos
"gorilas", no imposibilita el desarrollo de la
lucha en nuestro país. (Cuba está a 90 millas del
imperio; Bolivia también limita con Argentina y Brasil).
- La
mejor forma de anular o disminuir las consecuencias
negativas de la intervención imperialista es obligar a
las fuerzas intervencionistas a cubrir muchos frentes.
- Por
ser la revolución continental, la estrategia será
continental.
- Estamos
dispuestos a hacer los máximos esfuerzos por insertar
nuestra estrategia nacional en el marco de una estrategia
continental común.
- La
situación interna de los EEUU, su situación económica y
financiera, la carga que significa su papel de gendarme
mundial, permiten afirmar que no podrá correr en auxilio
de los gobiernos cipayos de América con préstamos o
ayudas que permitan superar realmente la crisis
económica, impulsar el desarrollo u obtener nuevos
márgenes para la maniobra. Por el contrario, todo
concurre a demostrar que se apresta a expoliar, -aún
más- al continente a través de inversiones y préstamos
leoninos que, lejos de mejorar la situación de nuestros
países, la empeoran aún mas.
- La
actual política de la URSS, de conceder ayuda económica
a los gobiernos reaccionarios de América, no solamente es
una forma inconducente de pretender sustituir la
hegemonía económica de los EEUU, sino una manera de
apuntalar a regímenes deteriorados por sus respectivas
crisis económicas.
- Transformar
América Latina en un campo de lucha y de desgaste en
lugar de una cómoda retaguardia proveedora, contribuirá
a agudizar la crisis interna de los EEUU y, posiblemente a
precipitar en su frente interno la lucha decisiva.
ESTRATEGIA
Los caminos
por los que deben o presuponemos que van a transcurrir los
hechos constituyen la estrategia.
- Como
es una elaboración previa a los hechos, debemos estar
prestos a modificarla y a corregirla. Sirve como
hipótesis, se va construyendo en la práctica, se
rectifica o ratifica con ella. Debe ser revisada
constantemente.
- La
estrategia guía nuestra acción en todos los terrenos.
- Las
concepciones estratégicas no surgen de laboratorios, sino
de la práctica.
- Del
estudio de las experiencias históricas, podemos obtener
ideas o concepciones fundamentales que llevaron a la
victoria, principios generales que si bien no nos enseñan
a triunfar, por lo menos nos evitarán fracasos.
- La
estrategia está determinada:
- Por
la situación histórica concreta.
- Por
la situación económica, social y política (en nuestro
caso nacional y continental).
- Por
las características geográfica-demográficas de la(s)
organización(es) revolucionaria(s).
- No
se debe confundir estrategia con vaticinio o profecía. La
estrategia puede y debe dar solamente líneas generales
válidas para el momento en que se enuncia.
Ello se
debe a que una estrategia se elabora a partir de hechos reales
básicos, y la realidad cambia independientemente de nuestra
voluntad.
FACTORES
O HECHOS REALES BÁSICOS QUE CONDICIONAN LA ESTRATEGIA
NACIONAL
- Crisis
económica
- *
estancamiento productivo
* deuda externa
* presión del imperialismo económico y dependencia
* crisis financiera
* devaluación-inflación
- Crisis
social
- *
desocupación
* aumento del costo de vida
* descenso del salario real (pérdida del poder adquisitivo)
* descenso del standard de vida del 8% de la población que vive de
ingresos fijos
* subempleo
* crisis de la previsión social
* miseria de vastos sectores de la población
* agudización de las tensiones sociales y radicalización
espontánea de algunos sectores
- Crisis
política
- *
incapacidad por parte de las clases dominantes para dar
una solución a la crisis.
* incapacidad de los partidos políticos de la oligarquía para
gobernar el país y solucionar sus problemas
* división, crisis internas y corrupción en ascenso de los
partidos políticos de la oligarquía
- La
crisis se agudiza día a día. Es nuestro mejor aliado.
- Habrá
penuria económica y descontento popular en ascenso.
- Alto
grado de sindicalización de los trabajadores.
- No
todos los gremios tienen un alto grado de combatividad
-sea por composición, sea por sus dirigentes-, pero el
solo hecho de que casi todos los servicios fundamentales
del Estado están organizados sindicalmente, es altamente
positivo además de excepcional en América Latina.
- Debilidad
y atomización de las fuerzas de izquierda.
- Existe
democracia representativa, régimen "legal", y
gobierno electo.
- El
ocultamiento de la explotación, la violencia y la
dictadura de clases detrás de formas legales
constitucionales, etc., táctica que a la oligarquía le
ha rendido y ha operado casi un siglo en nuestro país, es
uno de los factores que más contribuye a impedir la toma
de conciencia revolucionaria a grandes sectores del
pueblo. En los últimos tiempos le cuesta cada vez más a
la oligarquía mantener ese disfraz ante la presión del
pueblo y por la necesidad que tiene de descargar sobre
ésta, como única salida, las consecuencias de la crisis.
Este círculo vicioso originará mayores presiones
populares ante mayor miseria que la oligarquía se apresta
a distribuir, mayor represión para ello y, por lo tanto,
mayores riesgos para la legalidad vigente.
- El
triunfo de la reforma constitucional y el de Gestido,
crearon en el pueblo una expectativa esperanzada que
congeló el descontento y la conciencia revolucionaria de
amplios sectores. El descongelamiento se va produciendo en
forma paulatina y es previsible que esta situación no
dure mucho.
- Una
minoría -600 familias- controla la mayor parte de los
recursos económicos del país, tierra, industria,
finanzas, comercio exterior. Esa minoría está
representada en el Gobierno por los partidos tradicionales
que lo detentan más que mayoritariamente y es una
estrecha aliada del imperialismo.
- Una
infraestructura incapaz de sostener una superestructura
montada en épocas de auge y bonanza. Superestructura
falsa que hoy se viene al suelo.
- Una
superestructura que impide y frena el desarrollo de las
fuerzas productivas.
- No
existen en el país lugares geográficos inexpugnables o
con características que posibiliten la instalación de un
foco guerrillero rural que perdure.
- Existe
una ciudad de 300 kilómetros cuadrados de edificación
que concentra más del 70% de los capitales, las
comunicaciones y transportes y más de la mitad de la
poblacióndel país. La población del país es un 64%
urbana, de la cual un 65% vive en Montevideo y zonas
cercanas.
- Uruguay
se encuentra ubicado entre dos países gigantes
controlados por dictaduras gorilas.
- Nuestro
país es un natural refugio para militantes y combatientes
revolucionarios de los países cercanos. Este hecho
provocará la intervención cada vez más decarada de los
gorilas vecinos y del imperialismo, como asimismo
presiones cada vez mayores a los efectos de que se adopte
la posición favorable a la internacionalización de la
represión.
- Es
de prever que la solidaridad internacional revolucionaria
jugará un papel importante en nuestro país. El
desarrollo de las luchas revolucionarias en los demás
países de América y la intervención cada vez mayor del
imperialismo será un factor de esclarecimiento y
formación de conciencia.
- El
ejército tiene muy poca injerencia en asuntos políticos.
Es burocrático y de tradición civilista, con corrientes
internas mayoritarias de orden legalista.
El aparato
represivo es relativamente débil (con relación al resto de
América Latina) ya que ejército, marina y aviación suman 12
mil hombres, de los cuales seis mil tienen asiento en
Montevideo. Su organización es para la guerra clásica. El
reclutamiento se efectúa entre desocupados rurales
fundamentalmente. No existe servicio militar obligatorio, lo
que significa que no existen reservas movilizables. Depende
para su aprovisionamiento en materia de armamento y
aprovisionamiento, en forma total, del exterior. La policía
-22 mil hombres- cuenta con tres cuerpos militarizados que en
total reúnen 1300 hombres.
CONCLUSIONES
GENERALES
- En
nuestro país hay condiciones objetivas para la acción
revolucionaria.
- En
nuestro país no hay condiciones subjetivas (conciencia,
organización, dirección)
- Las
condiciones subjetivas se crean luchando.
- Descartamos
la posibilidad de tránsito pacífico hacia el poder en
nuestro país (pensamos en términos de años y no de
siglos)
- La
única vía para la revolución socialista será la lucha
armada. No hay casi posibilidades de radicalización de la
lucha de clases que no desemboque en la violencia. Las
verdaderas soluciones para nuestro país implican un
enfrentamiento directo y violento con la oligarquía y sus
órganos de represión. La lucha armada no sólo es
posible en el Uruguay, sino imprescindible: única forma
de hacer la revolución.
- La
lucha armada será la principal forma de lucha de nuestro
pueblo, y a ella deberán supeditarse las demás.
- La
lucha armada no será solamente instrumento para el asalto
al poder burgués, sino que, como el resto de América
Latina, será el mejor instrumento para crear condiciones
revolucionarias.
- El
hecho de la existencia de un gobierno surgido de elección
popular es un inconveniente para justificar a escala de
las grandes masas la necesidad de la lucha armada, pero ni
esta situación es permanente porque el Uruguay ha estado
varias veces en los últimos años al borde del Golpe de
Estado Militar, ni siempre un gobierno electo goza de
autoridad. Para nosotros es más bien un problema de
prestigio del gobierno, independientemente de sus formas.
Lo fundamental es crear conciencia en la población a
través de la lucha armada y otras formas de lucha, crear
conciencia de que sin revolución no habrá cambio.
- Es
necesario crear una organización político-militar
revolucionaria. Ella se construirá en la lucha.
- La
actual situación es dólo un intervalo del enfretamiento
definitivo. La nueva Constitución y el nuevo Gobierno no
significan ningún cambio de fondo. La actual legalidad se
irá agotando a medida que la represión se vaya
efectuando sobre los sectores golpeados por la crisis.
- En
Uruguay también -al decir de Debray- "el acento
principal debe ponerse en el desarrollo de la guerra de
guerrillas y no en el fortalecimiento de los Partidos
existentes o en la creación de nuevos partidos. El
trabajo insurreccional es hoy, el trabajo político
número uno".
- En
el Uruguay "lo decisivo para el futuro es la apertura
de focos militares y no políticos. Se va de un foco
militar al movimiento político".
- Entendemos
que es necesario para las organizaciones revolucionarias
rebasar el marco de los manifiestos, de las declaraciones,
de los enunciados teóricos referentes a la revolución,
etc. comprendiendo que son fundamentales las acciones
revolucionarias, las que precipitan las condiciones
revolucionarias.
- La
tarea fundamental de hoy es la construcción de un aparato
armado.
- El
pueblo realmente disconforme con las injusticias del
régimen y que desea un cambio, optará mucho más
fácilmente por el camino directo que encarna la
organización armada y por su acción revolucionaria que,
por el improbable y remoto camino que se ofrece por medio
de proclamas, manifiestos o acción parlamentaria.
- Es
necesario fortificar los sindicatos, radicalizar sus
luchas y conectarlas con el movimiento revolucionario.
- La
lucha armada será, en el Uruguay, predominantemente
urbana. La lucha en el medio rural cumplirá tareas
auxiliares. Por lo tanto es necesario crear las bases para
desarrollar la guerra en los dos terrenos.
- Podríamos
definir la línea militar de nuestra lucha como una
estrategia de guerra prolongada, de lucha
predominantemente urbana, en la que la guerrilla rural
jugará un papel auxiliar. Guerra prolongada será, porque
no existen condiciones, hoy, para la insurrección
victoriosa, porque el Estado no ha sido deteriorado por
ninguna derrota militar y porque el movimiento de masas no
está preparado militarmente para el asalto al poder.
Debemos pues empezar una lucha que será prolongada, y no
esperar prolongadamente una guerra que será corta.
- Es
imposible prever si una coyuntura revolucionaria se puede
dar en la cresta de un conflicto sindical, de una protesta
popular, por un golpe de estado reaccionario, por una
intervención extranjera, por una guerra mundial, por
invasión a Cuba, por iniciativa de un grupo armado, etc.
Entendemos por coyuntura revolucionaria el
"momento" en el cual se pasa a formas superiores
lucha, en el cual se rompe el equilibrio
dictadura-oligarquía-presión popular, del que nos habla
Guevara cuando dice: "este momento es importante. En
los procesos sociales la diferencia entre la violencia y
la no violencia no puede medirse por la cantidad de tiros
intercambiados; responde a situaciones concretas y
fluctuantes. Y hay que saber el instante en que las
fuerzas populares, conscientes de su debilidad relativa
pero, al mismo tiempo, de su fuerza estratégica, deben
obligar al enemigo a que dé los pasos necesarios para que
la situación no retroceda. Hay que violentar el
equilibrio dictadura-oligarquía-presión popular. La
dictadura trata constantemente de ejercerse sin el uso
aparatoso de la fuerza; obligarla a presentarse sin
disfraz, es decir, en su aspecto verdadero de dictadura
violenta de las clases reaccionaras contribuirá a su
desenmascaramiento lo que profundizará la lucha hasta los
extremos de los cuales ya no se pueda regresar. De cómo
cumplen su función las fuerzas del pueblo abocadas a la
tarea de obligar a definiciones a las dictaduras,
retroceder o desencadenar la lucha, depende del comienzo
firme de una acción armada de largo alcance". -CHE
- No
podemos decir en qué momento exacto va a empezar la lucha
armada en el Uruguay, porque es inútil hacer pronósticos
estratégicos para una situación que no depende de
nosotros.
- Fases
de la lucha: (Llegamos al esquema sólo por razones de
claridad en la exposición; estas fases deben ser
encaradas sólo como signos generales del desarrollo, con
criterio dialéctico, dinámico).
- La
tarea principal es desarrollar el aparato armado, crear
la infraestructura de apoyo, capacitar y probar su
organización de combate, desarrollar los servicios
fundamentales. Implica acciones de pertrechamiento,
ejercitación, propaganda (destinada a ganar apoyo de la
población, fundamentalmente de sus contingentes más
combativos), acompañamiento, apoyo y radicalización de
la lucha de clases (con los mismos objetivos, y para la
creación de condiciones subjetivas). Al procesar hechos
que violentan la legalidad burguesa se genera
conciencia, se organiza el aparato, se consolidan y
desarrollan las condiciones que posibilitan la creación
del movimiento político que debe rodear al aparato
armado y que es su brazo semilegal.
- La
realización de la fase anterior significa que la
represión se generalice y el aparato pase al
enfrentamiento directo de los organismos de la
represión de la oligarquía, profundizando sus
consignas y en defensa de los intereses del pueblo y,
con su apoyo, el aparato armado actuará en defensiva
estratégica, pero en constante ofensiva táctica. Hará
una guerra de desgaste.
- La
tercera etapa significa la inversión de la relación de
fuerzas y el pasaje de la ofensiva estratégica al
asalto definitivo de poder.
Repetimos que no creemos que las luchas se van a
dar exactamente dentro de esos carriles, que establecemos
sólo por razones de claridad de exposición.
LA
LUCHA URBANA
- La
necesidad y viabilidad de la guerrilla urbana en nuestro
país deviene del análisis concreto de la situación, de
las experiencias internacionales y de nuestra propia
experiencia.
- Nuestra
propia experiencia demuestra que hemos pasado la etapa del
exterminio antes de nacer. Nos hemos organizado sin
medios, sin ayuda, sin experiencia, hemos aprendido de los
fracasos y de los éxitos pero sobre todos las cosas,
podemos mantenernos, durar en el tiempo con capacidad
operativa: aspecto principal de la guerra revolucionaria.
Nuestra organización ha superado en las circunstancias
más difíciles la etapa en que la mayoría de la
organizaciones revolucionarias son destruídas. La etapa
en que aún no han logrado arraigarse profundamente en las
masas. Abundan ejemplos en el sufrido escenario de
América Latina que muestran cómo muchas organizaciones
similares han caído bajo la dureza de la represión al
alto costo de muchos mártires y de mayores dificultades
para comenzar otra vez.
- Nuestra
experiencia empero, es limitada: explica cómo se puede
organizar un movimiento armado, no explica cómo se gana
el apoyo del pueblo, de las grandes masas; explica sí,
cómo se gana el apoyo de los sectores más combativos y
esclarecidos.
- No
podemos reducir las condiciones objetivas para la
revolución a meras condiciones geográficas. Uruguay
carece de condiciones geográficas para la guerrilla
rural, pero no por eso la revolución debe esperar. A este
respecto dice Douglas Bravo: "sin embargo no podemos
por ello sustentar la teoría de que en aquellos países
donde la población campesina no es mayoritaria la guerra
de guerrillas no jugará un papel importante".
- No
pretendemos discutir cuál debe ser el factor en la
relación guerrilla rural-guerrilla urbana, en cada uno de
los países americanos, lo que sí nos proponemos
demostrar es que la lucha armada en el Uruguay es posible
y que existen condiciones para profundizarla. Partimos de
la base de que la lucha armada no podrá atarse en el
Uruguay a concepciones estratégicas clásicas.
- Es
posible encontrar refugio en la cuidad, y hasta verdaderas
zonas de refugio en lugares de escasa vigilancia policial.
- Será
difícil transformar a la guerrilla urbana en un ejército
regular, pero no imposible. Hay que tener en cuenta la
continentalidad del proceso y que esta transformación es
sólo dable en la etapa final.
- Si
bien en la ciudad no se puede operar con unidades
numerosas, se puede concentrar a partir de unidades
pequeñas, el número de combatientes que se desee en un
punto dado, siempre que se observen las leyes generales de
carácter táctico que a nuestro juicio rigen la lucha
urbana.
- La
ciudad ofrece condiciones buenas para las comunicaciones y
los enlaces, sirviéndose adecuadamente de los medios
públicos a esos efectos.
- Las
fuerzas enemigas concentran el mayor peso de su ejército
y policía -como es lógico- en la ciudad. Pero su poder
se asemeja al de un gigantesco cerco inmovilizado por la
defensa estática. Casi un 50% de los efectivos enemigos
están paralizados en la custodia y defensa de objetivos
fijos.
- La
ciudad ofrece una solución al problema logístico, menos
compleja que en el campo. no son necesarias redes de
abastecimiento; todas las vituallas están al alcance de
la guerrilla.
- El
combatiente "trabaja de día y pelea de noche".
Hace vida normal. Este hecho característico de los
países de alta densidad de población rural, en los que
la población campesina colabora y participa en la lucha,
es de vital importancia.
- El
combatiente no se trasplanta de una zona que le es hostil,
sino que está habituado al medio y, en la gran mayoría
de los casos puede abastecerse.
- Vivir
en locales, significa aferrarse al terreno no más que un
campamento guerrillero si se establece una cuidadosa
vigilancia de dentro y de fuera, que alerte movimientos
sospechosos.
- La
adaptación al terreno es la etapa más deficil de la
guerrilla, y en la ciudad tiene sus leyes específicas: es
la etapa de aprendizaje de las reglas de seguridad, de los
accidentes de los primeros choques, de las primeras
negligencias. La clandestinidad no es tan heroica como
parece y está llena de pequeñas responsabilidades y
tareas que parecen insignificantes y tediosas. En la
ciudad todo pasa más rápido y (pero) los errores se
pagan caros.
LA
LUCHA RURAL
- Nuestro
campo no sirve para instalar un foco guerrillero
permanente, puede servir perfectamente para refugio,
reclutamiento y operaciones militares de dispersión y
hostigamiento.
- Una
regular población vacuna y lanar y en todo el territorio
(150 ovejas y 50 vacunos por kilómetro cuadrado),
resuelve un arduo problema logístico para grupos
operantes que, en otros lugares se ha resuelto solamente,
con complicidad de la población y un vasto aparato de
aprovisionamiento.
- Un
bajo índice de población en las zonas de latifundio (2/3
partes del país) que da un promedio de 0,6 habitantes por
kilómetro cuadrado, con una casa cada 142 kilómetros
cuadrados permite desplazamientos de contingentes sin ser
localizados.
- Si
bien no existen suficientes cadenas montañosas, hay en el
país zonas de montes agrestes que permiten refugios
precarios y que, combinadas con formas artificiales de
defensa, pueden ser muy útiles para la lucha rural.
- En
el campo es donde se refleja el bajo nivel represivo, un
contingente militar -valor 200 hombres cada 10 mil
kilómetros cuadrados- y una comisaría -valor 30 hombres
cada mil kilómetros cuadrados-. El litoral marítimo
está vigilado por 600 hombres de la prefectura, de los
cuales 400 están en Montevideo.
- Las
tremendas condiciones de vida de los asalariados rurales,
algunos organizados en sindicatos, han creado un sector
espontáneamente rebelde que puede resultar muy útil en
la lucha rural.
LAS
TAREAS EN EL FRENTE DE MASAS
Por ahora,
el movimiento sindical es la principal forma de organización
de las masas uruguayas.
- La
CNT es el más alto grado de organización lograda por el
movimiento obrero, en su historia.
- Adquiere
mayor importancia si se tiene en cuenta que en su seno
participan, además de organizaciones de obreros,
industriales de la actividad privada, organizaciones
sindicales de la clase media (empleados públicos y
privados, estudiantes, maestros, obreros de dependencias
estatales), incorporados a la lucha en virtud de la crisis
que los pauperiza.
- Los
principales objetivos de la lucha de la CNT han sido las
reivindicaciones salariales, pero se han inscripto en su
programa de reivindicaciones de orden político,
soluciones de fondo a los problemas del país, que han
motivado algunas movilizaciones importantes.
- El
Estado ha enfrentado repetidas veces el movimiento obrero
con violencia y no ha logrado quebrarlo organizativamente
(en los últimos tiempos).
- El
programa actual de la CNT llevado adelante, implica un
enfrentamiento directo con el régimen que no tiene otra
salida que la violencia.
- Se
asiste a una radicalización espontánea cada vez mayor de
las luchas a raíz de la situación económica que genera
la crisis.
- La
CNT cuenta en su seno con trabajadores (obreros y
empleados) de los sectores claves del Estado burgués. Los
resortes claves del Estado están representados pues en la
CNT a través de sus trabajadores. Ya hemos asistido a
duros enfrentamientos entre estos y el Estado por motivos
salariales que han provocado la paralización de resortes
vitales para el país, y por ello han desatado las mayores
represiones.
- Los
sindicatos, aún con sus limitaciones actuales, han
comprometido y pueden comprometer a la mayoría de la
población trabajadora en una lucha frontal contra el
gobierno que muchas veces ha sido resuelta por éste
apelando a las FF.AA.. De existir una organización
revolucionaria con posibilidades de llevar adelante a
etapas superiores la lucha de clases, podemos tener una
lucha en mejores condiciones, con gran parte de la
población a favor y los resortes del Estado deteriorados.
- Cuando
se afirma que el movimiento obrero está controlado
actualmente por tendencias "reformistas", se
hace obligatorio, a nuestro juicio, efectuar las
siguientes precisiones:
- Se
asiste últimamente a la adjudicación fácil e
indiscriminada de dicho término a todas o casi todas
las direcciones sindicales, cosa que consideramos
equivocada y negativa, y que hace necesaria la mayor
precisión al respecto.
- Los
objetivos de la lucha de los trabajadores son casi
siempre circunstanciales y pueden ser satisfechos por
las clases dominantes. La organización de los
trabajadores está adecuada a sus fines transitorios y
predominantemente economistas. A veces es posible
organizar o movilizar un sindicato a instancias de
reivindicaciones económicas, exclusivamente. El
sindicato se fortalece a través de las luchas por
reivindicaciones económicas y sociales.
- El
contenido predominantemente economicista de la lucha de
los trabajadores, no hace otra cosa que reflejar el
mundo circundante. La clase trabajadora, por sí sola es
incapaz de ir más allá de esa lucha; para que lo haga
es necesario sumarle, adjuntarle otros elementos que la
enriquezcan. Esto último es responsabilidad de las
organizaciones revolucionarias.
- Los
métodos de lucha de los trabajadores, son
predominantemente pacíficos, la violencia, cuando
aparece, es espontánea, irracional y no constituye un
método. Las etapas de la lucha de la clase trabajadora
que se avecinan están desde ya marcadas por la
violencia de la clase dominante. Que será replicada por
formas espontáneas de violencia por parte de los
trabajadores. La tarea de los revolucionarios es apoyar
esa violencia espontánea, constituirse en su apoyo y su
guía y cuando no hubiera violencia espontánea en un
conflicto de clases, producirla. La violencia como
método de apoyo a las clases trabajadoras, constituye
una herramienta táctica de las organizaciones
revolucionarias.
- Los
sindicatos pueden, aún por reivindicaciones
económicas, y lo han hecho, llevar la lucha hasta
extremos en que se desate sobre ellos la violencia
directa de las clases dominantes. Es responsabilidad de
los revolucionarios preparar al pueblo y a la clase
trabajadora para poder desarrollar su lucha aún en esos
extremos y crear las condiciones para oponer a la
violencia reaccionaria, la violencia revolucionaria.
- Las
tendencias "reformistas" a que nos referimos no
actúan de acuerdo a estos principios. No realizan el
trabajo en el seno del movimiento obrero con perspectivas
insurreccional revolucionaria, sino por el contrario:
- Lo
utilizan para campañas electorales como si no fuera
más importante que cuatro, cinco o diez bancas
parlamentarias.
- Lo
mantienen sin movilización durante meses.
- Fomentan
el espontaneísmo económico que fragmenta la lucha en
combates aislados.
- Impiden
y traban la unidad real, -por la base- del movimiento
obrero.
- Paralizan
de hecho la aplicación de planes de lucha conjuntos,
por objetivos comunes.
- Por
no preparar las condiciones necesarias (al trabajar sin
perspectivas revolucionarias), llevan a veces a la clase
trabajadora a callejones sin salida, a derrotas sin
lucha, altamente desmoralizadoras.
- Dichas
tendencias responden fundamentalmente al PC y asientan su
control sobre una sólida y eficaz burocracia. Esa
burocracia no será desalojada en base a declaraciones y
manifiestos radicales en su contra. No será desalojada a
fuerza de teoría sino, anteponiendo a su inacción la
acción revolucionaria de los sindicatos más aguerridos
obligándola como sucedió muchas veces, a definirse en
apoyo a esa acción o quedar por el camino. Anteponiendo
el trabajo metódico y sin lugar a dudas eficaz de sus
agentes y su aparato, el trabajo más eficaz de los
revolucionarios.
- No
se debe transformar la lucha contra esas tendencias en un
fin en sí, olvidando quienes son nuestros enemigos
fundamentales. Y en ese sentido, transcribimos lo que dice
Debray: "... si la lucha armada de masas contra el
imperialismo es capaz de crear a largo plazo, ella sola,
una vanguardia apta para llevar a los pueblos al
socialismo, no se puede hoy día definirse con relación
al reformismo o a tal o cual organización política
existente sino con relación al imperialismo,
fundamentalmente. Regular el paso de su acción sobre la
base de la inacción de los reformistas es no solamente
perder el tiempo, es paralizar lo decisivo en nombre de lo
secundario. Más aún, el mejor medio de acabar con las
vacilaciones es pasar a un ataque frontal al imperialismo
y sus capataces allí donde las condiciones están dadas.
De esta forma el problema se invierte. Corresponderá a
los que concilien, definirse con relación a los
revolucionarios y no a la inversa. Son ellos los que
deberán definirse en la realidad y con relación a un
hecho consumado. O entran en la lucha contra el
imperialismo y eso es lo mejor para todos, o se resisten y
será lo peor para ellos. La historia se encargará de
dejarlos a la orilla del camino. Una emboscada lograda, un
torturador abatido, un lote de armas recuperado, son las
mejores respuestas a las veleidades reformistas que pueden
surgir en tal o cual país de América. Después de la
Revolución Cubana, después de la invasión a Santo
Domingo, existe en América un estado de emergencia. Los
marines disparan sobre todo lo que se mueve sin
distinción de Partidos. Razones de emergencia y razones
de principio imponen el frente armado revolucionario.
Donde quiera que el combate ha seguido una línea
ascendente, donde quiera que las fuerzas populares se han
puesto a tono con la emergencia, han entrado en el campo
magnético de la unidad. En las demás partes se diseminan
y se debilitan. Todo ocurre en la organización práctica
de la lucha armada para contribuir a la unidad sobre la
base de los principios del marxismo leninismo".
- Además
de los objetivos ya enunciados, serán objetivos del
trabajo en el movimiento obrero y en el frente de masas en
general:
- Llevar
al pueblo a posiciones revolucionarias radicalizando sus
luchas. Crear condiciones revolucionarias. Fortificar
las organizaciones sindicales.
- Proporcionar
cobertura, información, medios y hombres para la
guerrilla.
- Hacer
la propaganda de la guerrilla y su acción a fin de
crear un ámbito favorable lo más amplio posible.
- Conectar
u coordinar a la guerrilla con todos los sectores del
pueblo y sus luchas.
LA
ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA
- La
organización debe ser político-militar. Debe poner el
acento en el aspecto militar de su desarrollo.
- La
organización deberá ser armada porque la lucha armada es
el único camino posible para lograr la liberación
nacional y derrotar a los enemigos del pueblo. Deberá ser
armada para garantizar la lucha de las masas y posibilitar
el triunfo.
- Es
imposible el desarrollo de una organización
revolucionaria que sea puramente militar, que no se
conecte a través de todos los mecanismos posibles con el
pueblo, que no lo movilice, que no actúe en su interés,
en su defensa, estrechamente ligada a él.
- Solamente
las necesidades de carácter técnico de un aparato
militar, hacen necesario que deba contar con un amplio
apoyo que constituye su infraestructura, el "agua
territorial" en que se pueda mover con entera
confianza, donde se encuentran los cuadros de reemplazo,
el refugio, la solución de las necesidades materiales,
etc.
- A
la inversa, es imposible el desarrollo de una
organización puramente política; necesidades elementales
obligan a un movimiento revolucionario que sea
consecuente, a resolver problemas técnicos-militares que
le permiten acompañar y llevar la lucha de clases a
niveles superiores. De otra manera sus planes, su
militancia quedan en el vacío. No concebimos cómo un
movimiento revolucionario puede plantearse la toma del
poder sin contar con encarar la preparación militar
necesaria para ello y quedar con la conciencia tranquila.
Nos parece aventurero, inconsecuente e irresponsable
llevar al pueblo y a la militancia a un callejón sin
salida, a derrotas sin luchas.
- No
existe, ni puede existir pues, ninguna diferencia esencial
dentro de una misma organización entre los aspectos
políticos y militares; en lo esencial es muy difícil
establecer dónde termina lo estrictamente militar y
dónde comienza lo estrictamente político. No se puede
oponer ambas cosas, pues en la práctica están
íntimamente relacionadas, pertenecen a un todo
inseparable.
- Las
diferencias deben ser sólo las derivadas de la necesidad
de especialización, de división del trabajo, de
economía de fuerzas, de seguridad interna.
- Cada
militante deberá tener una concepción mental que no le
permita olvidar las necesidades técnico-militares de su
organización, aún cuando su militancia personal sea
puramente política, y a la inversa.
- En
resumen: no se puede oponer lo político a lo militar. No
se puede oponer línea política a estrategia militar. No
se puede concebir un cuadro político que no sea a la vez
un cuadro militar.
- Hoy,
en América Latina, lo que define el carácter
revolucionario de una organización es su relación con la
lucha armada.
- Creemos
necesario contar con un Partido Revolucionario
profundamente arraigado en las masas, para hacer la
Revolución Socialista; ese Partido hoy no existe como
tal, si bien puede existir embionariamente o
potencialmente. Creemos que es tarea de la organización
revolucionaria contribuir a crearlo.
- Sin
embargo no podemos vaticinar en qué etapa del proceso se
logrará el Partido Revolucionario. Ni siquiera sei será
antes o después de la toma del poder. Tampoco podemos
vaticinar a través de qué caminos se acumularán las
fuerzas, los medios y las voluntades necesarios para
crearlo. La construcción del Partido Revolucionario es un
producto de la lucha de clases y no se pueden adoptar
recetas sobre el mismo.
- Es
indudable que si contamos con un partido fuerte y
numeroso, será infinitamente más fácil la tarea. Pero
creemos que el grado de desarrollo del Partido
Revolucionario no puede ser condición principal para
iniciar la lucha armada.
- No
podemos hacer de la construcción del Partido un fetiche,
y con el pretexto de construir el Partido, pretender que
la lucha de clases y la lucha antiimperialista se detenga,
hasta que nosotros tengamos el suficientemente pulido y
numeroso Partido. Las experiencias históricas confirman
este planteo en el sentido de que la violencia
sistemática puede ser iniciada sin la construcción a
priori del Partido y este se conforma en el transcurso de
la lucha.
- La
inexistencia del Partido revolucionario no supone la
inexistencia de la organización revolucionaria. Muy por
el contrario: la creación del Partido Revolucionario
pasará por el desarrollo de los embriones de la
organización revolucionaria.
- Debemos
combatir la mezquindad en boga del Partido, que lo
identifica con una sede, con reuniones, periódicos y
posiciones sobre todo lo que lo rodea, con el conformismo
de esperar pacientemente que los otros
"Partidos" se disuelvan ante las andanadas
verbales y pasen a sumarse a el con sus bases y el pueblo.
- Esto
es lo que se ha hecho durante 60 años en el Uruguay y, el
resultado está a la vista.
- El
mayor compromiso de los revolucionarios debe ser con el
pueblo y lo objetivo es que el pueblo en su mayoría aún
sigue siendo blanco y colorado. Hay que reconocer que hay
revolucionarios auténticos en todos los sectores de
izquierda y muchos más que no están organizados. Tomar
todos estos elementos o grupos, donde estén y unirlos, es
una tarea para cuando los sectarismos queden atrás.
Mientras esto no suceda, la Revolución no puede esperar.
A cada revolucionario, a cada grupo revolucionario, sólo
le cabe un deber:
Preparase
para hacer la revolución "con o sin Partido".
SUPLEMENTO
Enero
de 1968
Posteriormente
a la enunciación de los anteriores principios elaborados en
junio de 1967, sucedieron algunos hechos importantes,
anotándolos por consiguiente a continuación:
- El
deterioro del prestigio del gobierno y la agudización de
la crisis -hechos enunciados en el documento precedente-
se dieron vertiginosamente. A un año de su inauguración,
el Gobierno ha defraudado la esperanza popular que
acompaño su instalación y se puede decir que el estado
general es de inorgánica protesta y rechazo ante la
carestía y el deterioro del nivel de vida.
- El
cambio del Presidente Gestido por el Presidente Pacheco,
le quitó al Gobierno la influencia directa de las FFAA
que tenía el primero. Pacheco se vio obligado a
espectaculares medidas represivas, disolución de partidos
de izquierda y clausura de órganos de prensa para calmar
a los gorilas que creyeron que el cambio de Presidente era
su oportunidad.
- La
frustrada ofensiva política llevada a cabo por los
sectores gorilas del ejército en esta oportunidad, que
culminó con la Asamblea del Centro Militar donde fueron
ampliamente derrotados, permitió calibrar su fuerza y
extraer dos conclusiones importantes, por lo menos para
nosotros:
- Que
la división entre un sector legalista y progresista, y
un sector golpista en las FFAA ha adquirido caracteres
nítidos y públicos.
- Que
dado el panorama en el mando de las unidades no cabe
esperar un golpe militar inmediato, sino medidas
dictatoriales tomadas por el gobierno legal, como hasta
ahora. La división en el seno de las FFAA y el cultivo
de las contradicciones entre sus miembros debe ser un
factor estratégico a tener en cuenta en nuestra acción
contra las fuerzas represivas.
- Las
medidas económicas tomadas por el equipo superderechista
que se ha instalado en la Casa de Gobierno permiten
vaticinar que en el proceso de crecientes dificultades
económicas para sectores asalariados y de clase media,
sin aumento de producción ni cambio de estructuras,
conocerá etapas aún más agudas que las que hemos
vivido. En el futuro, habrá coyunturas de descontento
popular aún mayores que las que se han dado hasta el
presente.
- El
decreto que disolvió varios grupos políticos de
izquierda, confiscó sus bienes y clausuró "Epoca"
y El Sol", no ha creado por el momento el cambio
cualitativo que era de esperar. En lugar de aceptar este
pasaje a la clandestinidad como un paso lógico de toda
organización que proclama la lucha armada para liquidar
al régimen, las direcciones de algunos grupos se han dado
a luchar por un estatuto anterior, lo que hace imposible
una lucha común de todos los grupos para pasar a una
etapa superior de la lucha. (Lo dijimos en 1967: "lo
verdaderamente aventurero es proclamar la lucha armada sin
montar una organización capaz de afrontarla".)
- La
línea del PC ha dado un sensible vuelco a la derecha,
reflejado en su posición en la Conferencia de la OLAS y
sobre todo, en sus claudicaciones en el campo sindical
frente a los atentados antiobreros del Gobierno que ha
llevado a la CNT, al nivel más bajo de lucha de los
últimos tiempos. Frente a la amenaza que significa el
decreto contra Organizaciones de Izquierda, no cabe sino
esperar más claudicaciones en el futuro.
- Los
acontecimientos sucedidos en los últimos meses, que ha
tenido como protagonista al MLN lo han puesto en el tapete
de la publicidad nuevamente, pero en condiciones más
favorables que en situaciones anteriores dado el nivel
combativo demostrado y la situación general del país. Se
puede decir que se ha logrado a través de estos hechos
que toda la población del país conozca ahora el
Movimiento, hacer saber que vive aún, y perdura en sus
propósitos, y frente a sectores radicalizados se ha
ganado cierto respeto y prestigio. Tampoco hay que
despreciar el temor que empezamos a inspirar en la
reacción y en las fuerzas represivas.
- El
Movimiento ya ha realizado contactos internacionales que
le permiten asegurar que su lucha dentro del país forma
parte de una estrategia continental de acuerdo a sus
aspiraciones formuladas en el Capítulo 1 del documento
anterior.
CONCLUSIONES
- Constituimos
en este momento un grupo armado conocido amplia y
públicamente como tal, que podríamos decir, atraviesa
una etapa intermedia entre el grupo conspirativo y la
guerrilla en acción. Sin haberse lanzado en abierta lucha
contra las fuerzas represivas ha procesado acciones que
han concitado la prosecución de éstas. Estas acciones no
siempre se pueden clasificar como de "propaganda
armada" para las masas. Como decíamos, sobre todo en
las últimas acciones, este panorama se ha comenzado a
modificar.
- Por
las condiciones del país, por la situación del
Continente, por la expectativa creada a nuestro alrededor
de pasar a una etapa posterior de lucha, que en nuestro
caso es la instalación del foco armado operante, al menor
plazo posible.
- Lanzar
un foco armado que pueda inscribirse en la estrategia de
"crear muchos Vietnam" significa un foco de tal
importancia como para absorber toda la capacidad represiva
de las FFAA vecinas y al imperialismo. Que no pase lo que
en otros focos armados que no logran este objetivo y
mantienen intacta la capacidad represiva de estas fuerzas
no solo para represiones tipo Santo Domingo, sino para
pensar en acciones de mayor envergadura, como puede ser
una invasión a Cuba.
- Debemos
prepararnos pues, para una guerra en gran escala, no para
el atentado o el petardo. Esto significa una actividad
silenciosa y paciente para crear los elementos materiales
necesarios para sostener una lucha de gran envergadura con
pertrechamiento suficiente como para soportarla largo
tiempo.
- Prepararnos
para la guerra de guerrillas prolongada, significa crear
muchas bases para la lucha armada urbana y crear zonas
para la lucha rural. Significa crear un respaldo mínimo
de población para un contingente que lancemos en la
ciudad o en el campo. Significa muchos talleres que estén
en condiciones de preparar armas y explosivos, no ya para
la lucha de una semana suino para meses de actividad
incesante, significa poner a punto un complejo sistema de
comunicaciones radiales, escritas y personales, implica
tener montado un servicio de propaganda y captación,
pertrechamiento. Preparación de combatientes. Construir
fachadas y coberturas para nuestras bases, etc. Hay
todavía mucho trabajo perseverante y silencioso, para
hacer que el foco armado en el Uruguay sea posible.
- Desde
luego que además del trabajo silencioso tendremos el
otro, crear una base popular significa que habrá que
procesar acciones que conciten la simpatía popular;
pertrecharse significa que habrá que salir a veces a la
luz pública en acciones. Además salir a la luz pública
no dependerá solamente de nosotros: un golpe de Estado,
un ataque al MLN -para no poner más que dos hipótesis-
nos puede obligar a actuar antes de lo previsto. Pero en
cualquier caso, siempre es la eficiencia de nuestro
trabajo de hoy, lo que decidirá si mañana podremos salir
golpeando con éxito o no.
Movimiento de Liberación Nacional - TUPAMAROS
"Se puede y se debe crear un mundo nuevo,
con forma, técnica e ideas nuevas". CHE
"Por medio de la revolución y contra el
imperialismo, la construcción de un nuevo mundo, para un
hombre nuevo". CHE
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