Documentos de 2ª etapa
Compañeros:
Hace un año hablábamos en esta tribuna y compartíamos problemas y salidas, o
soluciones. Fuimos a los problemas,
a las raíces de los mismos, y los radicamos en el problema de la tierra, en el
problema de la banca, en el problema de la deuda externa y en el problema del
salario, como los elementos básicos que hay que modificar para que este pueblo
pueda salir adelante.
Allí
pusimos, en particular, el acento en la estafa que es la deuda externa.
Esa deuda contraída por la dictadura para comprar incluso vehículos y
armas para atacar al pueblo, y que ahora se pretende que este pueblo la vaya a
pagar.
Nuestra
propuesta desde el principio fue rotunda: el rechazo al pago liso y llano de esa
deuda. Pareció cuando la hicimos
por primera vez, en marzo del '85, como una pretensión desubicada, extemporánea.
Pero después vino aquel llamado de Fidel, y muchas fuerzas en América
Latina se sumaron a la iniciativa y hoy día el consenso alrededor de esta
salida es general. Y hace pocos días,
una reunión de centrales sindicales de Latinoamérica se pronunció también
por el no pago de la deuda externa. Hay
países importantes que han dejado de pagarla, y lamentamos que en el terreno
político, en el Uruguay no hayamos todavía logrado un consenso unánime, por
lo menos de los sectores de izquierda, en un repudio total a la deuda y una
salida de no pago.
Propiciamos
también esa solución de FRENTE GRANDE que tanto ha mencionado en los últimos
días la prensa, y nuestra propaganda, y en cierto modo los discursos de Mujica
y de Eleuterio, han aclarado bien el alcance que tendría ese Frente.
El
hecho de que estamos buscándolo por el lado de las cúpulas políticas, no nos
impide buscarlo así mismo por abajo, en la unidad del pueblo, en sindicatos,
grupos sociales, cooperativas, etc. Es
el trabajo de hormigas que tenemos que hacer en los barrios, en el campo, donde
conviven enfrentando problemas comunes, hombres y mujeres de distintas
tendencias, que ya están formando un Frente Grande para contrarrestar sus
problemas. Allí están los más sufridos y relegados de la sociedad,
como se da en los barrios suburbanos y en nuestro campo, al cual hace un año
nos comprometimos en esta tribuna, a darle prioridad a través del movimiento a
favor del trabajador rural, que no tiene voz ni tampoco tiene portavoces en la
medida que tiene muy pocos votos. Hay
que denunciar cómo se le estafa cuando este trabajador pide tierras y estas se
venden al extranjero a través de embajadas en vez de entregarlas a Colonización.
Cómo se le estafa en los salarios, en los pesos, si es un pequeño
agricultor. Y hoy ya hay un
Movimiento por la Tierra que está en marcha en forma plural y participativa,
como se debe buscar la verdadera unidad del pueblo.
Luego
hubo que trabajar codo con codo junto a otros hombres de distintas tendencias en
las comisiones pro referéndum, cuando se aprobó la ley de impunidad y hubo que
hacer esa campaña de firmas para derogarla.
Fue ahí que la prensa de derecha dijo que no se iban a conseguir las
firmas porque el referéndum lo habíamos propuesto los tupamaros, pero parece
que al pueblo uruguayo no lo asustan agitando nuestra imagen y firmó hasta con
demasía.
Podríamos
decir que las comisiones pro referéndum triunfaron en su convocatoria al pueblo
porque nadie quiso coparlas. La táctica
de copar aparatos se viene practicando desde que nosotros estamos militando y
desde mucho antes. En nuestro país,
el resultado siempre es el mismo: se copan sindicatos, se copa un frente y se
quedan con la cáscara vacía, porque los marginados se retiran silenciosamente. Copás y copás y siempre estás en el mismo sitio sin
avanzar un milímetro.
Trabajamos
pues, en esos organismos plurales que son las comisiones pro referéndum sin
tener ningún puesto en la Comisión Nacional, donde están representados todos
los partidos.
Ya
lo dijo Mujica, cuando propinemos un Frente Grande que incluya al Frente Amplio
y a otros sectores progresistas, no es para que nos den un lugar en su dirección
sino para tener un lugar dónde volcar nuestro trabajo.
Lo mismo sucede con el Frente Amplio.
Ni siquiera se nos ha dado el ingreso y eso no impide que nuestros
militantes vayan a sus comités de base, porque nosotros apoyamos todos los
esfuerzos de unidad popular. Nosotros
apoyamos esa unidad real en el Frente Amplio y no haremos nada por destruirla,
aunque aspiremos a una unidad mayor que además sea nacional y no sólo
montevideana.
CONSTRUIR
LA UNIDAD DESDE ABAJO
Deploramos
que sobre una estafa descomunal como la deuda externa, no hubiera salido en el
último Congreso del Frente Amplio una rotunda posición de no pago como salió
en la reunión de centrales sindicales, sino una moderada y contemporizadora
rebaja de intereses y demás, que no cuestiona a la deuda en sí.
Por
otro lado, confirmamos nuestro apoyo a otras resoluciones del Congreso del
Frente Amplio como la de no admitir ninguna negociación o salida política para
el referéndum.
Hoy,
la unidad sin exclusiones, que fue tan importante resolución del Congreso, se
desvirtuó en pocos días por algunos de sus propios dirigentes; pero queda ahí
como un anhelo que compartimos todos.
En
definitiva, estamos por la unidad, por la unidad sin exclusiones.
Pero no reunirnos para transar, para contemporizar con el gobierno.
Tampoco estamos para transar con el que transa.
Como se ve, somos bastante "imbancables" compañeros.
Hoy
día, dada la situación como se ha ido desenvolviendo, unir a las cúpulas políticas
puede ser bastante dificultoso. Algunos
dirigentes del Partido Nacional que han adoptado posiciones progresistas,
incluso respecto al referéndum, han encontrado, una vez hechos sus cálculos
políticos, que estos les aconseja mantenerse en el lema.
Hoy,
el Frente Amplio ya ha resuelto, digamos, su versión de Frente Grande, o sea
una alianza con sectores políticos con los cuales pueda tener una coincidencia
programática. Pero tendrán muchas dificultades para llevarlo a cabo.
El Partido Nacional, que se había fermentado en sectores enfrentados
cuando el voto a la ley de impunidad, ya se está recomponiendo y ofrece un
frente interno bastante consolidado. La
estrategia de su directorio es tener una sucursal a la derecha y otra a la
izquierda y recolectar votos de todos lados.
Así los disidentes no sólo no son mal vistos sino que son bienvenidos.
Hoy
día tendría que haber un gran empuje del pueblo, una expresión de deseo de
unidad, como aquella del Obelisco del '83, para obligar a las cúpulas políticas
a modificar sus cálculos. Hoy es,
sobre todo el votante del Partido Nacional, el que debe pedir cuentas a sus
dirigentes. El votó a un Partido Nacional que tenía una posición
frontal contra los militares golpistas, al punto que su principal dirigente
estaba preso. El votó contra la
banca extranjerizada, y por una reforma del campo a través de aquel programa
que se le planteó como "Nuestro compromiso con usted".
El compromiso no se cumplió y ahora los sectores que más o menos se
mantuvieron fieles a él, parece que van a sumar sus votos con los que lo
traicionaron, por conveniencia electoral. Era
un compromiso con usted y usted tiene derecho a pedir cuentas.
Frente
a este panorama tenemos que construir la unidad desde abajo.
Tal vez lo que los dirigentes políticos no consigan, lo logremos
trabajando desde abajo, pacientemente, codo a codo, con hombres y mujeres de
distintas tendencias. Tal vez los
desengañados de algunos políticos no estén tan desarmados.
Tal vez todos los condenados a vivir a la intemperie podamos unirnos.
Tal vez, incluso, logremos una fórmula electoral, como lo decía Mujica
más detalladamente, entre las tantas que ofrece la legislación, que nos
permita juntar a los desengañados de algunas dirigencias políticas y llevarlos
al gran cauce de la unidad popular.
Pero
aún están lejos las elecciones y sería aventurado hacer definiciones cuando
no se han dibujado los entes electorales, y tampoco quienes reflejen en ellos el
compromiso de la transformación de fondo del sistema, el cambio verdaderamente
revolucionario del mismo, con quienes queremos marchar juntos.
NINGÚN
GOBIERNO HABÍA LLEGADO TAN LEJOS EN LA ENAJENACIÓN DEL PAÍS
Es
posible que muchos se pregunten por qué hay tanta urgencia en ese Frente
Grande. Es que nos están
entregando el país al extranjero impunemente, compañeros.
Ningún gobierno, nunca, había llegado a tanta audacia en la enajenación
del país. El gobierno militar le
dio un gran impulso a la venta del país - de los elementos fundamentales de su
economía - al extranjero. Recibieron
un país con un 2% de la tierra en manos de extranjeros y lo devolvieron, en
medio de un discurso patriótico, con un 8% del territorio - que habían jurado
defender - en manos del capital extranjero.
Y recibieron un país con un sistema bancario bastante extranjerizado,
con un 46% del capital bancario en manos del extranjero, y lo devolvieron con un
83% de capital en esas manos foráneas.
Lejos
de rescatar este patrimonio vendido al extranjero por los militares, el gobierno
civil que se eligió en el '85 llevó más lejos aún la venta del país.
Este gobierno dio un paso que ni los militares se habían atrevido para
la extranjerización del país: la aprobación de la Ley de Zonas Francas.
Zona Franca significa ceder un pedazo de territorio para que las empresas
extranjeras puedan instalarse allí, libres de acatar buena parte de las leyes
nacionales.
La
urgencia de una unidad opositora, la urgencia de un Frente Grande, hoy es para
detener esta extranjerización. Extranjerización
al capital financiero internacional a través de la venta de tierras en el
exterior por las embajadas. Extranjerización
por las zonas francas, extranjerización al acatar la política económica
decretada por el Fondo Monetario - es el Ejecutivo acatando las directivas de
ese Fondo que impide el alza de los salarios, a veces yendo más lejos que las
propias patronales. Extranjerización
a ese sistema financiero mundial que hoy tambalea en una enorme caída que ha
tenido la Bolsa en los principales países capitalistas, y también el dólar
respecto a las monedas estables de Europa y Japón.
Frente
al derrumbe del sistema financiero y el dólar, gobiernos como el del Uruguay,
que han apostado a ello, se perjudican. Uruguay
es uno de los pocos países en el mundo que ha suprimido el uso forzoso de su
propia moneda, el peso, para transformar el dólar en la moneda fuerte del país,
y ahora se perjudica. Ya está
perdiendo, porque vendemos todos los productos en dólares al exterior; y con
esa moneda, que ha bajado un 15% en los últimos meses respecto a las monedas
estables de Europa y Japón, podemos comprar un 15% menos.
Por eso la urgencia de un frente opositor.
ESE
FRENTE GRANDE DEBE TENER UN PROGRAMA, UNA PROPUESTA
Ese
Frente Grande no es una mera conjunción de fuerzas.
Ese Frente Grande debe tener también un programa, una propuesta.
Y ahí viene el programa que hemos agitado desde hace más de dos años y
medio, como les decía, con soluciones para la tierra, la banca, la deuda
externa y el salario. Una y otra
vez han saltado al tapete de la opinión pública, en los últimos tiempos,
estos problemas. Por ejemplo, la
demanda de que las tierras embargadas por la banca del Estado pasen a los
aspirantes de colonos saltó con motivo del remate de algunas de esas tierras
del Banco Central en Tacuarembó, hace unos meses cuando este banco se las
devolvió al gran latifundio. Hoy día
hay más de medio millón de hectáreas en poder de la banca estatal.
Y tenemos la desgracia de tener un gobierno partidario de la privatización,
un gobierno que hasta si pudiera vendería el puerto de Montevideo.
Al cual le caen como peludo de regalo, estos latifundios y estas empresas
embargadas por los bancos estatales. Y
este gobierno extranjerizante sigue demorando el pasaje de estas tierras y estas
empresas a manos de los que las pueden trabajar.
Espera mes a mes que venga algún capitalista extranjero que las compre y
se quede con ellas.
Ahora
ha saltado al tapete el problema de las empresas sobreendeudadas, sobre las que
venimos proponiendo, desde hace más de dos años, que deben pasar a poder de
los trabajadores. Ha saltado al
tapete a raíz de una marcha de los vecinos de Las Piedras, para que el Estado
se haga cargo del frigorífico Comargen y lo haga funcionar.
Y ante una movilización de los vecinos de Mercedes por la rehabilitación
de otra planta industrial, la de Arinsa.
Véase
que estas propuestas que parecían utópicas cuando se enunciaron, se van
abriendo camino por impulso del propio pueblo.
Comargen debe más de 24 millones de dólares a los bancos del Estado y
¿qué espera el Estado para hacerse cargo de Comargen? ¿Qué espera el
gobierno para hacer lo mismo con cientos de grandes empresas que, como Comargen,
deben a los bancos del Estado mucho más que su capital en máquinas e
inmuebles? ¿Tendremos que hacer una marcha por cada una como lo hizo el pueblo
de Mercedes o el de Las Piedras?
Otra
cosa que debe integrar un programa de Frente Grande es terminar con la sangría
del pago de la deuda externa. También
esta idea se ha ido imponiendo, y hoy hasta algunos líderes importantes del
Partido Nacional han sostenido que la deuda contraída por la dictadura - casi
toda la deuda externa - no se debe pagar porque es tan ilegal como el gobierno
que la contrajo.
QUE
CADA CUAL ASUMA SUS RESPONSABILIDADES
Todo
esto, lo mismo que la idea del Frente Grande, lo venimos agitando desde hace más
de dos años, y el consenso alrededor de esos problemas básicos, para enfrentar
la extranjerización, se ha demorado demasiado.
Decimos esto para que cada cual asuma sus responsabilidades.
Si el país sigue así, ya se sabe lo que viene.
Los militares golpistas están ahí, protegidos por algunos políticos,
esperando que este intento de democracia fracase, y de hecho ya está fracasando
por no elevar el nivel de vida del pueblo.
Y si no hay soluciones, otro golpe militar puede venir más tarde o más
temprano. Entonces, que cada
cual asuma sus responsabilidades:
-
Los
que entregaron el país al extranjero y los que reciben directivas del mismo,
hasta sobre qué aumento de salarios tienen que dar.
-
Los
que pueden impedirlo, uniéndose para detener la extranjerización y prefieren
atender sus conveniencias políticas individuales.
-
Los
que ya tienen mayoría parlamentaria para sacar algunas leyes y no lo hacen.
-
Los
que pudieron depurar a las Fuerzas Armadas de oficiales golpistas y no lo
hicieron.
-
Los
que están contemporizando con el retorno de un golpista al ministerio que
maneja las Fuerzas Armadas.
Que
cada cual asuma sus responsabilidades y después no descarguen la culpa sobre
los combatientes del pueblo otra vez.
CONSTRUIR
CON LOS HOMBRES MILLONES DE COLUMNAS DONDE SE PUEDA ASENTAR UNA SOCIEDAD
SOCIALISTA
Mientras
tanto tenemos que continuar y profundizar nuestra lucha en los barrios, en los
sindicatos y en el campo, para buscar salidas a los problemas inmediatos, que
son muy elementales, pero que no pueden espera, porque esos problemas son de
alimento, son de salud, de vivienda, de trabajo.
Hoy ya hemos colaborado en muchas policlínicas, ollas populares,
cooperativas de vivienda, cooperativas rurales, pequeñas industrias
cooperativas, sindicatos, movimientos sociales como el Movimiento por la Tierra
y los frentes contra la pobreza - uno de los cuales inaugura un comedor infantil
en Bella Unión en estos días. El
trabajo en todos estos frentes nos une al pueblo, y lo consideramos prioritario.
Compañeros,
en este año 1987, hemos conmemorado en todo el mundo el 20º aniversario de la
muerte del Che Guevara y hemos tratado de rescatar lo más permanente de su
mensaje. En el mundo de los '80 en
donde el gran enemigo se llama capitalismo pero que incluye muchas secuelas,
desmoralización, droga, alcoholismo, etc., tenemos que hacer un esfuerzo
gigante para rescatar al hombre, impedir que la juventud caiga en todo esto por
falta de horizonte, impedir que las otras generaciones hagan lo mismo.
Ya
hemos desarrollado este tema en otros lados.
Debemos buscar salidas colectivas para los marginados, entre los cuales
parece estar casi toda una generación de jóvenes que llega tarde al mercado de
trabajo; una salida colectiva, de conjunto, para la clase obrera y para los que
el sistema lanza a la economía informal: vendedores callejeros y demás.
Rememorar aquella etapa gloriosa del pueblo uruguayo en los últimos años
de la dictadura. Había mucha
solidaridad en aquella época, compañeros, que ahora no se da.
Pronto
iniciaremos un nuevo año, y sería bueno que nos comprometiéramos a dar un
salto en el sentido humano y solidario. Un
avance hacia ese hombre nuevo del Che, siendo más austeros, más generosos, más
solidarios. Volver a la unión del pueblo por abajo y profundizar esa
conciencia solidaria y socialista que permitió salir colectivamente de la
dictadura y de la miseria que nos trajo. Construir
en los hombres millones de columnas donde se pueda asentar una sociedad
socialista.
Para
terminar, compañeros, nuestros frentes de lucha están ahí:
-
Distribución
de la tierra y mejoras para el trabajador rural.
-
Terminar
con la banca privada en manos de extranjeros.
-
Terminar
con la sangría del pago de la deuda externa.
-
Volcar
esos recursos y lo quitado a los especuladores, para un aumento general del
salario que traiga el consiguiente ensanchamiento del mercado interno.
-
Que
las industrias y comercios endeudados con la banca pasen a los trabajadores.
-
Que
se haga un gran frente que se comprometa con esas soluciones.
-
Que
dentro del mismo nos unamos las fuerzas afines para darle un impulso a esta
salida y a otras más profundas.