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FRATERNIDAD   PODEROSA 

MORENADA   DE   INGENIERIA


 

MONOGRAFIA

1          ORIGEN DE LA MORENADA.

 

La danza de la morenada se encuentra impregnada en la sociedad boliviana, constituye una unión indisoluble con la cultura boliviana, el contexto en el cual su desarrollo marcó profundas huellas sociales y económicas, sin embargo su existencia no podría ser explicada si no se plantean los orígenes de la misma, aunque estas difieran en su descripción, lugar y connotación.

 

  DATOS ANTIGUOS

 

La danza de la morenada no posee datos muy antiguos. Tanto en las escrituras de los primeros cronistas como en los documentos elaborados por los viajeros europeos que visitaron el área andina no se menciona ésta danza.

 

Melchor Maria Mercado realizó unos dibujos acerca de las danzas de las diversas regiones de lo que fue la Real Audiencia de Charcas en 1816. Curiosamente no aparece la danza de los morenos.

 

Posiblemente uno de los rastros mas antiguos de la danza de los morenos sea el de la muralla de Chirapaca. Esta muralla posee varias figuras pictográficas, presentando coloraciones bicromáticas ocres guindo, anaranjado y blanco plomizo; se observan varias figuras zoomorfas como ser: llamas, aves, ardillas, monos y otros. Asimismo se observan iglesias muy adornadas como para una fiesta, a las que llegan varias danzas, siendo una de ellas la danza de los morenos, presumiéndose que pueden ser el Santuario de Copacabana y el antiguo Santuario de Chuchulaya.

 

Charles Wedell un médico francés que visitó Bolivia en 1851 nos describe un hecho que parecería aludir a las escenas plasmadas en Chirapaca y dice:”... en el mes de agosto, los sastres de La Paz celebran una serie de fiestas.(...). Su primera presentación de Morenos tiene lugar el 5 de Agosto, en la fiesta de Copacabana (...) a donde se transportan en masa, vuelven en seguida para mostrarse en la fiesta de Asunción (...) y no termina su devoción, lo que llaman periodo de devoción hasta el 8 del mes siguiente, es decir hasta la fiesta de Guadalupe en Chuchulaya.

 

ORIGEN AYMARA.

 

La primera teoría se fundamenta en que el espacio de gestación de la danza está localizada en la zona circundante al Lago Titicaca, concretamente en los pueblos de Taraco, Tiwanaku, Guaqui, Achacachi e Iquiaca (Alvarado, 1999).

 

El espacio regional básico orientador se fundamente en el importante descubrimiento etnográfico de la muralla rupestre (Taboada, 1988), que se encuentra en la zona lacustre del Altiplano, donde se aprecia una pintura rupestre del periodo colonial temprano, del siglo XVII, de coloración bicromática, amarillo – azul, la misma que habría sido reconocida por los investigadores. En las pinturas se observan representaciones de diferentes danzas andinas que se practicaban ya en esa época, distinguiéndose entre ellas la danza de los morenos.

 

Si fuera así, la danza de los morenos tendría una antigüedad de por lo menos 300 años (Alvarado, 1999).

A lo dicho se suman los manuscritos redactados por Francisco Xavier de Bergara, mayordomo de una hacienda  de los Yungas, donde la Marquesa de Haro, aproximadamente a comienzos del siglo XIX, seria la primera persona que habría traído a la zona de los Yungas esclavos negros (Crespo, 1977), es decir dos siglos después de la data de las pinturas rupestres de orillas del lago.

 

La teoría planteada indica que existirían tres poblaciones rurales donde se habrían practicado originalmente la danza: Taraco, Iquiaca y Achacachi. Según Cachi (1994), los morenos habrían nacido en la región, posteriormente en Machaca, Guaqui, donde los morenos se presentaban en dos tropas: Aransaya y Masaya, dos cabezas, dos zonas como dos tropas, los morenos se presentaban con el gallo, el viejo, luego el guía, el transguia, el malaguía y el Chuly.

 

Eso permite que Alvarado proponga su segunda conclusión, respecto al origen aymara de la morenada, basado en la organización social aymara, la dualidad, incluso el presentarse en las fiestas en forma de preste o “cabezas”, Aransaya y Masaya,los de arriba y los de abajo. La presentación responde a una jerarquía social política, presentada por el guía mayor que hay en cada tropa llamada Tisku-Tisku, Achachi o el “viejo”, le sigue el Transguia, posteriormente seguían en orden correlativo el Malaguia, el Chuly y al final venia la tropa de morenos, compuestos por ocho integrantes en cada fila.

 

La zona de Taraco se habría constituido en la primera región a orillas del Lago Titicaca donde se habrían organizado los bloques de morenos compuestos solamente por varones, el guía era el Tisku-Tisku, personaje que representaba la sabiduría, es decir era el Achachi, él único que no llevaba máscara, sino un chicote en la mano, a él le llamaban “el viejo”, era la autoridad, su paso en el baile lo realizaba como saltando o brincando.

 

El Tisku-Tisku es la representación de la figura y movimientos del saltamontes, un insecto que se desarrollaba en el entorno ecológico de la región.

 

ORIGEN DE LOS ESCLAVOS NEGROS

 

Según Aquino (1999), la investigación sobre el origen de la morenada solamente esta a nivel de hipótesis, una de ellas propuesta por Jorge Mancilla, mas conocida como Coco Manto, donde se indica que el origen de los morenos yace en la actividad realizada por los negros de origen africano traídos al continente para realizar tareas en las minas, durante la época colonial.

 

La danza de los morenos incorporaría un alto componente negro, el sonido de las matracas representaría el sonido producido por las cadenas usadas por los esclavos, el movimiento parsimonioso se debía a que los esclavos al estar encadenados por los pies no les permitía un movimiento mas ligero o libre, es mas los morenos bailaban en hileras de 10 personas, precisamente por estar unidos con cadenas en hilera de 10.

 

Sin embargo la danza no es creada por los negros sino por los indígenas después de declarada la independencia de la República, en una forma de recordar los sacrificios que habrían sufrido los negros, de este modo se imitaría al movimiento producido por los mismos a través de la morenada.

 

Dos investigadores orureños Arturo Alexander y Adela Aranibar de Vargas, indican que los morenos son negros traídos de África para los trabajos mineros en el cerro rico de Potosí y que viendo este sacrificio, los indios crean una danza, para rendir homenaje a sus deidades telúricas.

De acuerdo a Aquino (1999) la investigadora norteamericana Wanda Loycof, indica que muchas veces se ha sugerido traer esclavos negros del Brasil para trabajos en las minas de Potosí, pero que nunca se puso en ejecución por el alto costo de estos negros y que ningún propietario minero rico o pobre los quería y que si alguna vez han trabajado negros o mulatos ha sido en los ingenios de recuperación de la mina, es decir se demuestra que no hubo trafico de negros hacia el cerro rico de Potosí, por lo tanto no habría habido indígenas que hayan visto dicho sacrificio y en imitación hayan realizado esa danza.

 

Existen dos leyendas, una de ellas indica que hubo una rebelión de negros en un viñedo llamado Maria Antonieta, en la cual castigaron al negro caporal, haciéndole pisar vino en el hangar, y haciéndole mover un torno donde se purificaba el vino, solamente indica que fue en la época colonial, no se describe región ni lugar.

 

La segunda leyenda que habría sido recopilada y difundida todavía por el anciano Antonio Flores de la ciudad de Oruro, quien indica que aparecen 4 hermanos en la población de Umala, posiblemente llegados de Sapahaqui y Luribay, carismáticos y trabajadores, se consiguieron el cariño del pueblo, pero por lisos,  en el término en que utilizan los aymaras, fueron expulsados, botados en un barco para hundirse en el rió Desaguadero, para que vayan a morirse lejos de Umala, entonces llegaron a la población de Sillota y en agradecimiento, por esta salvación, a todos los santos a los que habían apelado para no ahogarse, crean la danza de los morenos, por que ellos habían convivido en Sapahaqui y Luribay en los viñales con negros.

 

Lo que esta relacionada con la morenada es el lenguaje español, incluyendo el nombre, moreno derivada de la palabra moreno o moro, que es muy español, no existe palabra aymara en la danza, porque si hubiera querido referirse a los negros habrían usado el nombre de Tunti. Tampoco es una danza de los negros, ya que la danza de origen negro es la saya, con sabor africano.

 

Aquino (1999) que los cánticos de la morenada, muestra un claro componente de pisadores de uvas y no así mineros arrastrando cadenas, reproduce varios estribillos de las canciones “...los débiles pecadores conociendo tus milagros con el peso de sus culpas de rodillas, tus morenos están llegando al templo de todos y tristes llorando, clamando de que nos perdones Madre nuestra milagrosa, en tu templo tus morenos... “.

“... gente natural déjenos pasar porque los morenos vamos a pisar ...”, “... compañeros o morenos pisaremos con valor, en la viña de Maria, se trabaja con honor ...”.

“... en la viña del señor se trabaja con honor ...”.

 

Existen otros estribillos como ser: “... pisa, pisa negro viejo, orejas de mono viejo. Pisa, pisa negro viejo, frente de mate quemada...”, “... afirmemos bien los pies para cantar y bailar. Pisa, pisa negro viejo, cabeza de chirimoya...”.

 

CARÁCTER MESTIZO DE LA DANZA DE LOS MORENOS

 

La danza mestiza en general nace con dos objetivos fundamentales que son el de acompañar las procesiones religiosas y el de amenizar los carnavales.

 

Todos los datos de la danza de los morenos que proceden del siglo pasado, tienen un matiz religioso, como lo demuestra la muralla de Chirapaca, donde el tema central es una fiesta católica. De la misma forma en las diversas poblaciones donde la morenada tiene una larga tradición como Taraco, Achacachi, Iquiaca, Toledo y Oruro, está ligada al culto de Santos o a la Virgen Maria. No existe ninguna población donde sea tradicional bailar morenada y se baile por otro motivo que podría ser el aniversario de la población o alguna fiesta aymara.

 

Por ejemplo, en Tiwanaku en la fiesta de San Pedro, los mistis hacían su fiesta en exaltación como tambien en Hábeas. Los mistis bailaban Moreno, haciendo altares en las esquinas de la Marka. Ahí no participaban los indígenas, solo espectaban tales fiestas.

 

2          TRAJE DE LOS MORENOS.

 

Un elemento que describe Charles Wedwll, escribe  “ Hay algunos morenos que llevan enormes matracas, otros fusiles y pistolas. La Dra. Julia Elena Fortún dice que el traje de los morenos es una abigarrada imitación de los trajes de corte de la época de Felipe III y su danza portan armas de fuegos.

 

Todos los datos del siglo XIX hacen énfasis en la elegancia aristocrática con que los morenos se presentaban. Armando Chirveches (1920) describe a los morenos luciendo casacas de terciopelo bordadas con oro, semejantes a las que usaban los plenipotenciarios alemanes, pelucas blancas de cerda y máscaras de nariz afilada y cigarrillos rojos. De similar forma Rigoberto Paredes describe a la danza de los morenos como “...notable por el traje costoso que llevan. Este se compone de casaca de terciopelo de color, profusamente bordados con hilos de oro, chaleco y calzón corto, medias de seda, calzados de charol, peluca y sombrero adornado con plumas y cintas...”.

 

Gonzales Bravo, describe a los morenos con “ sombreros y plumajes enormes, caretas de yeso bastante burlescas con labios muy gruesos, casacas y pantalón lujosísimo con bordaduras de oro, plata y pedrería, mostrándose el gusto y la fantasía de los artistas.

 

Augusto Beltrán Heredia es quien describe al moreno de pollerín y dice:” Se diría que son grandes tinajas de plata que se mueven pausadamente por pesadas. Es que en realidad llevan un saco como tonelete y un pollerón de 3 secciones cónicas ...”. Es tal vez la primera vez que se menciona la palabra tonel que posteriormente se va transformando en barril de vino. Beltrán tambien menciona por primera vez a los reyes morenos.

 

Según las diferentes descripciones encontradas de la danza, parece que no existía un número exacto de danzantes ni de figuras y haciendo comparaciones se puede establecer que posiblemente los morenos se componían de:

8 a 14 morenos de pollerín (muralla de Chirapaca).

Solo eran personajes de máscara negra (Wedell 1851).

Morenos y el achachi (anónimo 1855).

Solo morenos (anónimo 1875).

Morenos, el negro y el viejo (Paredes 1917).

Solo achachis de careta blanca (Chirveches 1920).

Morenos y muchos viejos (Gonzales 1948).

 

Según Alvarado (1999), los trajes mas antiguos se originan en la zona de Taraco, el proceso de confección del traje de fiesta de los morenos, es parte del proceso de arte textil de la zona, desde esa época los trajes fueron verdaderas, obras de arte, expresando casi siempre la situación socioeconómica, la ostentación y el lujo de cada familia. Cada danzante comprometido para bailar con los morenos se hacia su propio traje, no tenia que alquilarlo en ningún taller de bordados, sino que debía de mostrar su habilidad y su prestigio en la confección de su traje.

 

El estilo “Taraco” se caracteriza por un bordado manual, con hilos de plata conocido como el bordado “Killi”, trabajo muy fino, elegante y muy paciente, sin mucho adorno, en alto relieve o redente que cubre todo el traje, dando un aspecto similar a las escamas de pescado.

 

Otra de sus características es la utilización del rapacejo de canutillos y la adopción de canutillos de flores (Kantutas) estilizadas bordadas en hilos matizados (marca Guterman de origen alemán).

 

En Achacachi, capital de la provincia Omasuyos, situada en la cuenca del Lago Titicaca, se constituye en otra zona donde se advierte una creatividad espectacular en la confección de los bordados, posee un estilo propio en el diseño de trajes de moreno, es tal vez la población que mas a mantenido a través del tiempo su tradición. En esta zona se inicio la aplicación y uso de la pedrería, valiéndose en botellas de distinto color, y diferentes tipos de vidrios recordándolos en diferentes tamaños revestidos de hojalata. Se aplicaban en forma de incrustaciones en los trajes. Las lentejuelas eran fabricadas recortando latas de manteca cuyo interior brilloso les servia como material de trabajo.

La primera mascara que le pusieron al moreno data de 1875, la misma que se encuentra en el Museo arqueológico de la ciudad de Oruro, de propiedad original de un Sr. Flores, en muchas regiones de la Zona andina se bailaba sin careta como demuestra la fotografía.

 

El uso del sombrero de metal, la chasca o peluquín, los botines son elementos nuevos que fueron incorporados en la danza de los morenos. La estilización a lo largo de los años hizo que las máscaras adquieran formas extremadamente desproporcionadas, como es el caso de los ojos, la “jeta” muy exagerada, la transformación de la nariz a un tipo de forma demasiado abierta, lo que le da características de mascaras inhumanizadas, sino grotescas.

 

La matraca de los morenos constituye un elemento fundamental en la danza, existen varias teorías respecto a su origen, en todo caso es un instrumento musical que acompaña rítmicamente el paso de los morenos. Estos instrumentos tenían la forma de animales como es el caso de pescados, patos, etc. Actualmente posible encontrar todo tipo de forma que vencen a la imaginación.

 

Es importante anotar que a diferencia de los “turrilitos” en la antigüedad, es decir a comienzo del siglo pasado existían trajes de morenos que mostraban una contextura mas liviana, es decir mediante una especie de saco a frac, largo, con bordados a lo largo de todo el saco, internamente un especie de chaleco, dentro una camisa, se disponía de un pantalón relativamente corto que era combinado con medias altas, el cual también tenia bordados. La careta reproducía las facciones de una negro sin estilización alguna, con un sombrero y plumas, no llevaba matraca sino un chicote, la careta también s presenta como blanca, es decir representando a un patrón o persona citadina, tal como se distingue en la fotografía.

 

3          MUSICA DE LA MORENADA.

 

Según Suárez (1999)la morenada es una danza histórica desde el punto de vista que rememora acciones pasadas referidas concretamente al sufrimiento, abuso y trato inhumano que recibieron los negros importados de África para venir a Bolivia en calidad de esclavos y reemplazar a los nativos que morían en forma sistemática por el excesivo trabajo de las minas, la mita, la encomienda y al describir la música y la coreografía de esta danza algunos autores nos brindan ciertas pautas, mencionemos algunas lecturas.

 

Elsa Paredes de Salazar refiriéndose a la morenada dice en su libro “Presencia de Nuestro Pueblo”, la música y la danza son muy lentas y monótonas encuadradas al ritmo del pisado o trituración de las uvas, movimiento que los negros lo hacían balanceándose en dos tiempos de izquierda a derecha, tiempos que eran marcados por la infaltable matraca, por otro lado Jorge Mancilla Torrez, Coco Manto dice en su conocido folleto titulado “ Porque la Morenada”, la morenada representa hoy la dolorosa caminata de los esclavos negros hacia las minas de Potosí en tiempos de la mita y la encomienda y, continua, la marcha arranca, los esclavos caminan a compás en fila india, el caporal controla el ritmo naciente de la caminata las cadenas raspan el suelo y generan un chasquito que a lo largo de las leguas entre Yungas y Potosí se da una especie de eco de la inflamante marcha de trac, trac, trac.

 

Se pueden hacer dos observaciones, por un lado de una u otra forma la morenada es una danza descriptiva, ya sea que representa el mecanismo de un trabajo desempeñado o narre una marcha cansina, la matraca refuerza los movimientos cadenciosos que dan el marco a esta danza este instrumento es un idiófono cuyo tratamiento en este caso es persistente y tenaz apoyando obstinadamente el pulso musical. Tanto la Sra. Pérez como el Sr. Mancilla solo hacen una mención tangencial al ritmo de la danza desde el punto de vista musical y no se refieren a otros parámetros.

 

Angel Suaznabar dice que esta no es una danza negroide pese a ser el motivo central, puede notarse esto en la monotonía de su ritmo ajeno al sentido musical de los negros, este es un articulo titulado “La matraca del moreno” publicado en Presencia en mayo de 1986. Puede apoyar esta aseveración el carácter melódico y armónico de la danza el cual se acerca mas bien a la cultura aymara.

 

En el libro “Los señores del Gran Poder” editada por el Centro de Teología Popular, encontramos interesantes datos respecto a la música, algunos de ellos generales y otros poco mas específicos, por ejemplo menciona que el componente musical va perdiendo centralidad a medida que se abandona las fiestas tradicionales del campo y nos adentramos en las de la ciudad, los músicos, dicen, ya son algo separado, o son mas que unos especialistas, tanto ocasionales como profesionales, que simplemente se contratan  al mejor postor, menciona también que se dan importantes evoluciones en la estructura musical de las piezas, no se trata solo del cambio instrumento de las quenas y zampoñas a bandas de bronces, con ellas también cambian las melodías se traspasan los límites de la escala pentágona se adquieren compases y estructuras de la tradición europea y año tras año se añaden nuevos adornos musicales.

 

Últimamente por ejemplo se han puesto ya de moda que en las morenadas el trombón ejecute un hábil glisando, el glisando es una nota resbalada que puede ir agudo a grave como caída, atacada entre una y otra frase de la pieza, a esto  podría añadir también de que haya algunos giros realmente nuevos, que son unos giros cromáticos como decimos en la música, hay unas notas pedales efectuadas por los instrumentos graves que se mantienen como una novedad en la interpretación.

 

Respecto de las composiciones se menciona en este libro que lo mas buscado en la música y las bandas es que toquen bien, nosotros añadimos a través de buenas composiciones, para ello dice se recurre a afamados compositores quienes, anotamos, no son necesariamente académicos no conocen el arte de la notación musical, recordemos que el mismo J`acha Flores se autodefinía como un compositor oidísta, que recurría al método mas antiguo de trasmitir las ideas musicales el de la tradición oral.

 

El libro da un dato interesante menciona a Andrés Rojas Quisbert, profesor de música, nacido en Achacachi, especializado en morenadas autor de la celebre pieza “Cuando yo me vaya lejos de Oruro”, quien habría desarrollado una técnica para obtener mayor resistencia de los músicos en las marchas largas como la entrada de Gran Poder o el Carnaval de Oruro, se trata de intercalar las secciones de la banda, mientras tocan las trompetas, los bajos descansan y viceversa, esta técnica ha dado lugar a que se estructuren las morenadas es espacios musicales que intercalan dos melodías distintas asignadas a las dos secciones instrumentales, instrumentos agudos e instrumentos graves, melodías que llevan además las característica de poder yuxtaponerse fácilmente, permitiendo  una continuidad perseverante característica notoria de muchas danzas autóctonas aymaras.

 

Respecto a la instrumentación podemos mencionar que las bandas de música mestiza o los lataqpusiris como los llama David Mendoza Salazar en su articulo “Los Lataqpusiris de la fiesta andina” publicado en Presencia el 30 de mayo de 1993, es una consecuencia, dice él, de los procesos de intercambio cultural entre los propio andino y lo foráneo occidental, es la apropiación de estos instrumentos musicales occidentales de metal o bronces por parte de los actores andinos para insuflarles el espíritu de la memoria colectiva andina y amazónica.

 

Recordemos que las primeras entradas de Gran Poder solo eran fiestas de barrio en las que participaban unos cuantos grupos de danzarines, la mayoría llegados de las provincias paceñas quienes traían su música, sus instrumentos y sus trajes, de los pifanos y las zampoñas a las cornetas y trombones. Artículo publicado en La Razón del 13 de Junio de 1992, menciona que antes se bailaban con música de verdad con instrumentos nativos, se vieron carnavales en los que se bailaba la morenada al son de pífanos, hoy pensamos que las bandas de bronce y percusión son la continuidad histórica y cultural de la música etnológica de la cultura aymara – quechua.

 

Compartimos el criterio de los señores del centro de Teología Popular quienes manifiestan que el ritmo de innovación en la música aplicada en caso actual de la morenada es mayor que en los demás elementos por su carácter fugaz, la coreografía y la indumentaria cambian mas lentamente y por su extrema difusión, especialmente a través de las radios y grabaciones. Finalmente pensamos que así como se ha estructurado el discurso musical de esta danza en función de la resistencia física de los interpretes se podrán hacer aun algunas otras innovaciones que nacerán tanto del contacto con otro tipo de expresiones, como de la investigación y desarrollo de nuestra propia cultura.