No hubo, en realidad un gato de nueve colas fuera de la Marina. Cuando
este instrumento naval se hizo famoso, el nombre se aplicó también al
azote, al látigo de varias colas que había sido usado por
siglos. Este artículo trata del instrumento de castigo físico
moderno (1500 a 19XX), tanto en los Ejércitos como por el sistema
judicial.
El gato usado normalmente estaba compuesto por un mango de madera de
alrededor de 60 cm. y entre seis y doce colas, también de 60 cm. cada una,
que podían ser de cuerda, cuero crudo o cuero trenzado y hasta de
correas finas. Las colas tenían
nudos en las puntas. Algunas fuentes mencionan trozos de metal en las
puntas, pero si esos gatos existieron deben haber sido excepcionales.
En el Ejército eran los ejecutantes de tambor los que tenían la
responsabilidad de aplicar el gato, y de mantener los instrumentos
disponibles. A veces, los mangos de los instrumentos eran hechos con un
palillo de tambor.
Como los músicos no son especialmente fuertes y como esta versión del
látigo era más liviana que la naval, (un oficial naval de la época
estimo que cuatro azotes con éste equivalían a uno con el gato naval),
se condenaba a más azotes, desde 25 a 1200 (que era una sentencia de
muerte). Castigos de 50 a 100 eran comunes.
Para el castigo, el culpable era atado con las manos arriba a un triángulo,
a un poste, o entre dos postes, enfrente de la tropa y azotado en la
espalda desnuda. El ritmo de los azotes era marcado por otro de los
tambores, más lentamente cuanto más severo se deseara que fuera el
castigo.
Se supone que para castigos en el campo se usaba un triángulo
improvisado con lanzas, pero en los dibujos que vi no parecían tan
fuertes ni tan estables como para sostener a un hombre sacudiéndose de
dolor. Creo que sería posible hacer uno.
El ejército inglés fue famoso por el celo de sus oficiales para
azotar, y el gato fue usado por mucho tiempo después de que los demás
ejércitos europeos lo hubieran prohibido.
En cuanto al gato como castigo judicial, los
azotes fueron muy populares en Europa ( y tal popularidad importada a
América) desde el siglo 14 hasta mediados del 20. Los azotes eran el
castigo para muchos crímenes, tales como golpear a la esposa,
prostitución, vagancia, relaciones extra matrimoniales, robos menores
y
cualquier otro que se
pueda imaginar.
Los castigos eran públicos y muy severos. Una ordenanza inglesa del
1530 ordenaba que los delincuentes fueran “atados atrás de un carro,
desnudados, y golpeados con látigos por una ciudad con mercado, hasta
que el cuerpo les quede ensangrentado con motivo de los azotes”. Las
mujeres eran azotadas con la misma frecuencia que los varones.
El carro recorría la ciudad y a veces ciudades vecinas, deteniéndose
en los puntos importantes (en el mercado, enfrente de la Iglesia, frente
al Ayuntamiento) para que el delincuente recibiera una dosis del gato.
Posteriormente, el gato fue reemplazado por el poste de azotes, una
columna de madera o de piedra con dispositivos para atar a los
delincuentes.
No
hubo ciudad que no tuviera en algún punto central un poste para azotes.
Más
o menos en la misma época, los delincuentes comenzaron a ser azotados
con sólo el torso desnudo.
Finalmente, cuando los azotes públicos dejaron de ser bien vistos, los
azotes fueron dados en las prisiones. Para ello se usaban aparatos diseñados
al efecto, como éste usado en la cárcel de Wormwood Scrubs, en el
oeste de Londres, fotografiado en 1895.
Al lado del aparato se pueden ver cuatro gatos colgados en la pared y
tres haces de varas de abedul (birch
rods) apoyados en el suelo. Los
gatos eran usados sobre la espalda desnuda. El abedul, en las nalgas
desnudas.
Aún hoy los gatos son usados para castigos judiciales en muchas partes
del mundo