Nuestra Diócesis surge a la vida en los años dorados del Concilio Vaticano II. El 4 de noviembre 1964 provee luz especial para este territorio criollo que junto a la devoción de María, Madre de la Iglesia, las obras de caridad y una vida de solemne humildad había colocado unos cimientos para albergar a una multitud de creyentes que se establecieron entre la jurisdicción de las diócesis de Ponce, Arecibo y arquidiócesis de San Juan. Los predios de la montaña junto a algunas costas del mar y sol serían ofrendadas al Dios benevolente en una Diócesis de sinfonías de verde y cantos de ruiseñores. A través de la historia, la Diócesis de Caguas ha ido implementado proyectos de renovada evangelización que se ven reflejados en el proceso de «Renovación Pastoral Diocesana» que atiende la globalidad de esta porción del pueblo de Dios e intensifica los esfuerzos comunitarios hacia una pastoral de conjunto.