Narrador: Arquímedes Torres

Rodrigo: Luis Ornelas

Claudia: Fabiola Reyes

Pedro: Omar Ramírez

Maestra: Wendy Crespi

Narrador: Rodrigo es un niño como cualquiera, de 10 años de edad, la escena comienza el primer día de clases del año escolar, y Rodrigo por segunda vez cursa el quinto grado de primaria por segunda vez.

Pedro, el padre de Rodrigo, sale muy temprano de su casa para asistir a su trabajo, Claudia y su hijo Rodrigo aún duermen.

Claudia: (se despierta algo alterada) Ya son las nueve y Rodrigo no se ha levantado, pues ni modo, ya no fue a la escuela, no hay gran cosa que perder, como es el primer día de clases casi nadie va a la escuela.

Narrador: Esto parece un simple descuido de parte de Claudia, sin embargo, no es la primera ocasión, de ahí concluimos el por qué de las malas calificaciones de Rodrigo. Pedro siempre trata de darle lo mejor a su hijo, por eso es que se la pasa trabajando todo el día, para que a Rodrigo no le falte nada y pueda dedicarse a sus estudios. Veamos lo que ocurre momentos antes de que Pedro llegue a su casa.

Claudia: (Dirigiéndose a Rodrigo) Mira, ya va a llegar tu papá y si le dices que no fuiste a la escuela se va a enojar, que te parece si cuando llegue y te pregunte que cómo te fue en la escuela, le inventas cualquier cosa.

Rodrigo: Sí mamá.

Narrador: Entonces llegó Pedro. (se escuchan toquidos en la puerta)

Claudia: Ya voy (abre la puerta)

Pedro: ¡Hola familia¡, Rodrigo ven para acá, quiero que me cuentes cómo te fue en la escuela.

Rodrigo: Pues bien papá, estuve con mis compañeros, todo lo que siempre hago, estudiar.

Pedro: Que bueno, así me gusta, que estudies.

Narrador: Pedro se siente tranquilo con esa explicación, sin saber que lo han estado engañando. Pero esto se repite diariamente, al grado que ya pasadas dos semanas el niño sólo ha asistido dos ocasiones a la escuela.

Otra noche Pedro le preguntó lo mismo a Rodrigo, pero esta vez ya comienza a sospechar que algo anda mal.

Pedro: Rodrigo que te parece si mañana te llevo a la escuela, creo que le estoy dedicando mucho tiempo al trabajo y los he descuidado un poco.

Claudia: (Alterada) No, eso es imposible, eso no es necesario, yo siempre soy la que lo llevo.

Pedro: ¿Por qué no quieres que lo lleve?, ¿O es que me están ocultando algo?

Rodrigo: No papá, si quieres llevarme a la escuela, está bien.

Narrador: Al siguiente día esto es lo que sucede.

Pedro: ¡Rodrigo¡ Ya levántate, ya son las siete y tú entras a las ocho.

Rodrigo: Está bien, ya voy, pero no quiero ir a la escuela.

Pedro: ¿Cómo que no quieres ir?, crees que me mato todo el día trabajando para que te pongas a jugar con tu porquería esa, no señor, usted se baña y lo llevo a la escuela, pero rápido por favor.

Rodrigo: Sí viejo, lo que tú digas.

Pedro: (enojado) ¿Qué dijiste muchachito?

Rodrigo: Que el carro que tienes ya está algo viejo, que ya te compres otro (se ríe)

Pedro: Más te vale

Narrador: Pedro lleva a su hijo a la escuela y a la hora en que lo deja sale la profesora y le grita.

Maestra: ¡Señor Morales¡, necesito hablar con usted obre su hijo.

Pedro: Sí, ¿qué se le ofrece?. No se preocupe, a mí también se me hace raro que a mi hijo ya le guste la escuela, eso ya lo sé.

Maestra: No Señor Morales, su hijo en éstas dos semanas sólo ha venido dos veces, y veo que los recibos de pago los ha estado cumpliendo puntualmente, y la verdad no se me hace congruente que esté usted regalando el dinero ¿no cree?.

Pedro: (alterado)¿Pero cómo? No es posible, mi esposa me dijo que ella lo trae diario.

Maestra: Siento decirle esto pero es la verdad, su esposa nunca lo ha traído, las dos veces que ha venido su hijo, lo trajo y lo llevó un vecino suyo; a su esposa siempre la veo en el salón de belleza o en el centro comercial.

Pedro: Creo que el día de hoy no iré a trabajar y tendré una seria charla con mi esposa.

Maestra: Pero recuerde que la culpa de la irresponsabilidad no sólo es de parte de la madre, sino que también del padre que aunque se la pase trabajando para dar dinero no quiere decir que sea responsable, no sólo tiene que fijarse en lo material, sino en el cariño y en la atención que necesitan como personas.

Pedro: Creo que tiene razón, ya no le dedicaré tanto tiempo al trabajo y le daré más a mi familia.

Narrador: Desde ese momento los Morales descubrieron el verdadero valor de la responsabilidad en la familia, ése valor tan importante que no debe faltar en la sociedad en la que vivimos.