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¿CREACIONISMO O GENERACION ESPONTANEA?

Puesto que es evidente que existen cosas materiales, y, puesto que la materia no tiene la cualidad de la aseidad (la existencia por si misma o cualidad por la que en su propia naturaleza se encuentra la razón de su existencia) y por tanto no puede ser eterna, solo caben dos posibilidades para explicar su existencia: la creación o la generacion espontánea.

El eminentísimo científico soviético Virchov escribía en este mismo sentido, pero, tributario de sus circunstancias en la antigua Unión Soviética, declaraba que, aunque la generación espontánea de la materia era imposible, y, por tanto nunca podría probarse, como no podían admitir la creación solo les quedaba admitir la generación espontánea.

Pero ¿como es posible que de donde no hay nada salga algo?. la única explicacion plausible es la existencia eterna, desde siempre, de un ser al que, evidentemente debe serle connatural la aseidad.

Exactamente de la misma línea argumental es el razonamiento de que si vemos en la arena de la playa un rastro claro de huellas humanas, aunque no veamos al hombre que las ha causado podemos estar seguros de su existencia.

En la línea argumental contraria estarían los materialistas, que negarían la existencia de dicho hombre y argumentarian que las huellas habían sido fruto del azar, que actuando durante eones a través del aire u otros fenómenos desconocidos, habría producido esas huellas, que, por tanto, nada probarían respecto a la existencia del dicho hombre (ni tampoco en contra, cabría añadir forzando el absurdo).

Tal es, pues, la sinrazón generacionista, frente a la evidencia de la creación.

 

GENERACION ESPONTANEA Y EVOLUCIONISMO.

Generación espontánea y evolucionísmo no son términos equivalentes. De hecho, el evolucionismo en nada se opondría, en principio a la creación por parte de Dios (incluso Darwin creía en la existencia de Dios). Se puede afirmar que creacionismo y evolucionismo no son términos antitéticos. Dios podía haber creado de manera que diera a la materia la cualidad de la evolución.

Se dice en filosofía que la causa de la causa está en mejor predicamento que la causa del efecto, lo que significa que si yo barro la casa directamente estará bién, pero si construyo un robot que la barra por mí, aun estará mejor (yo seré la causa de la causa (el robot) de que el suelo esté barrido). Así, si Dios hubiera creado la materia con la cualidad de evolucionar hacia mejor, incluso hasta alcanzar la consciencia, sería una notable manera de crear.

Sin embargo, no parece que eso haya sido así. En contra el libro del Génesis que dice que Dios creó a todos los seres vivos según sus especies, es decir, directamente.

También en contra la observación científica de la naturaleza, puesto que no se conoce ningún caso de cambio de especie (no existe ningún eslabón perdido, ni existen ejemplos de los miles de combinaciones fallidas que tendrían que haber hasta dar con la combinación correcta viable, ni vemos en la actualidad ningún híbrido en el proceso de pasar de una especie a otra). Lo único que sí existe es la adaptación al medio de las especies, de lo que sí se conocen numerosísimos ejemplos.

 

DEMOSTRACION FILOSOFICA DE LA EXISTENCIA DE DIOS: LAS CINCO VIAS DE SANTO TOMAS

Los más famosos argumentos de la existencia de Dios son las cinco vías del preclaro Santo Tomás de Aquino.

"La existencia de Dios puede ser probada en cinco maneras" (Santo Tomás).

TODOS LOS SERES SON:

  1. MOVIBLES, Y DEPENDEN DE UN PRIMER MOTOR INMOVIBLE.
  2. CAUSADOS, Y DEPENDEN DE UNA PRIMERA CAUSA INCAUSADA.
  3. CONTINGENTES, Y DEPENDEN DE UN PRIMER SER NECESARIO.
  4. COMPUESTOS E IMPERFECTOS, Y DEPENDEN DE UN PERFECTISIMO Y SIMPLISIMO SER.
  5. ORDENADOS HACIA ALGO Y DEPENDEN DE UN SUPREMO ORDENADOR.

 

 

MOVIMIENTO

"La primera y más clara de las cinco vías es la que se basa en el movimiento. Es cierto y evidente a nuestros sentidos que en el mundo hay cosas que se mueven. Ahora bien, todo lo que se mueve ha sido movido por otro, porque nada puede estar en estado de movimiento si no posee la potencialidad hacia él; en cambio, una cosa se mueve en cuanto que está en acto. En efecto: el movimiento no es más que el tránsito de la potencia al acto, pero nada puede pasar de la potencia al acto si no lo mueve algo que ya esté en en estado de acto; por ejemplo, lo que está caliente, el fuego, calienta también a la leña, que es sólo potencialmente caliente, y por tanto la mueve y la cambia; así, pues, no es posible que un objeto se encuentre al mismo tiempo en acto y en potencia en el mismo aspecto, pero sí en diferentes aspectos. Lo que es actualmente caliente no puede ser potencialmente caliente, sino que es al mismo tiempo potencialmente frío. Es imposible, por tanto, que una misma cosa sea en el mismo aspecto y en la misma manera motriz y movida, es decir, nada puede moverse a sí mismo. De consiguiente, lo que está en movimiento ha tenido que ser puesto en movimiento, y este motor a su vez fue puesto en movimiento por otro, y éste por otro; pero esta cadena de motores no puede continuar hasta lo infinito, porque si así fuese no llegaríamos nunca al primer motor, y no existiendo éste no habría ninguno. Efectivamente: los motores siguientes se mueven sólo desde que los puso en movimiento otro primer motor, del mismo modo que el bastón es puesto en movimiento por la mano. Es, pues, ineludible que lleguemos a un primer motor, al cual nadie lo ha puesto en movimiento; pero a ese motor todos nosotros lo llamamos Dios".

(Sto. Tomás de Aquino).

 

CAUSALIDAD

"La segunda vía se basa en la naturaleza de la causa eficiente. En el mundo sensible nos encontramos con un orden de causas eficientes. No se conce ningún caso, ni es posible que exista, en que acontezca que un ser sea la causa eficiente de sí mismo, porque de lo contrario sería anterior a sí mismo, y eso sería absurdo. Ahora bién, no es posible ir de causa eficiente en causa eficiente infinitamente, porque en todas las causas eficientes puestas en orden la primera es la causa de la causa intermedia y esta es la causa de la última causa, ya sea que las intermedias sean muchas, ya sea solamente una. Ahora bien: si suprimimos una causa, eliminamos también el efecto. Por tanto, si no hubiera una primera causa entre las causas eficientes, no habría tampoco ninguna causa última ni intermedia. Pero si fuera posible proceder hasta el infinito contando las causas eficientes, no habría una primera causa eficiente, y en consecuencia no habría un último efecto, ni tampoco existirían las causas eficientes intermedias, lo cual es evidentemente falso. Así, pues, es necesario admitir una primera causa eficiente, a la cual todos nosotros damos el nombre de Dios."

(Sto. Tomás de Aquino).

 

CONTINGENCIA

"La tercera vía procede de la posibilidad y necesidad y se desnvuelve de la siguiente manera. En la naturaleza encontramos seres que podrían existir o no haber existido, ya que nos damos cuenta de que han sido producidos y además perecen. Por consiguiente, era muy posible que fueran capaces de existir o de no existir. Pero es imposible que esos seres hayan existido siempre, porque una cosa que podría no haber existido, ciertamente en algún tiempo no existió. Por consiguiente, si todo lo que vemos puede no haber existido, hubo un tiempo en que no hubo nada de eso en existencia. Pero si esto fuera cierto, aún ahora no habría nada en la existencia, porque lo que no existe no puede empezar a existir, si no es por medio de algo que existe ya. Por tanto, si hubo un tiempo en que no existía absolutamente nada, sería imposible que existiese algo en el presente, y ahora mismo se daría el caso de que no habría nada en la existencia, lo cual es contrario a lo que vemos. Así, pués, no todos los seres son meramente posibles, sino que tiene que existir algo cuya existencia es absolutamente necesaria. Pero todo lo que es necesario, o tiene la necesidad causada o no la tiene. Ahora bien: es imposible proceder hasta el infinito en una cadena de seres necesarios, cuya necesidad ha sido causada por otro, como ya hemos probado cuando hablábamos de la causa eficiente. Por tanto no podemos no admitir la existencia de algún ser que posee la existencia por propia necesidad y no la recibe de otro, sino que causa en los otros esta necesidad. Y este ser es lo que llamamos Dios."

(Sto. Tomás de Aquino).

 

GRADOS DE PERFECCION

La vía cuarta procede de los grados de perfección que se encuentra en las cosas. Entre las criaturas las hay más o menos hermosas, más o menos buenas, verdaderas, nobles, etc. Pero las palabras "más" o "menos" se aplican a diferentes objetos, según que ellos se parezcan más o menos al máximo de perfección; es decir, que hay algo que es verdadero en grado supremo, algo que es bueno en grado supremo, algo que es lo más noble en grado supremo, y, por tanto, algo que es el Ser en el grado supremo, ya que lo que es más grande en "verdad" es más grande en el ser, como se escribe en la Metafísica, capítulo II. Ahora bien: el máximo de cualquier género es causa de todo en aquel género. Por consiguiente tiene que haber algo que es para todos los seres la causa de su ser, de su bondad y de cada una de sus perfecciones, y a eso lo llamamos Dios."

(Sto. Tomás de Aquino).

 

ORDEN, FINALIDAD, PLAN

"La quinta vía procede del gobierno del mundo. Vemos que cosas que carecen de inteligencia, como los cuerpos naturales, obran por una finalidad, y eso es evidente porque en su modo de operar siempre o casi siempre y en la misma manera obtienen el resultado apetecido. Es claro que esto no puede ser cuestión de azar, sino que esos seres logran su finalidad siguiendo una traza. Ahora bien: esos seres que carecen de inteligencia no se pueden mover hacia una finalidad si no son dirigidos por algún ser que esté dotado de conocimiento e inteligencia, de la misma manera que una saeta es lanzada a su blanco por el arquero. Por tanto debe existir algún ser inteligente que dirige esas cosas naturales hacia su finalidad, y a ese ser le llamamos Dios."

(Sto. Tomás de Aquino)

 

 

LA CIENCIA FRENTE AL CREACIONISMO

Muchos son los argumentos científicos que podríamos traer aquí para evidenciar la existencia de Dios. Seguro que cada rama de la ciencia podría aportar los suyos, pero voy a reflejar uno de los que más me llama la atención, desde el campo de las matemáticas.

Se trata de los cálculos del profesor Charles Eugène Guye, citados por Lecomte de Nouy:

"Podemos hacer uso del cálculo de probabilidades para demostrar matemáticamente la imposibilidad de explicar el principio de la vida en la tierra por puro azar. El cálculo de probabilidades es la combinación de reglas que nos posibilitan expresar las leyes del azar matemáticamente.

Por ejemplo, en el juego de cara o cruz, el número de casos posibles es evidentemente dos: cara o cruz. Si la moneda es simétrica, como lo es generalmente, los dos casos son igualmente probables. Por tanto, la probabilidad de que al echar al aire una moneda salga cara es igual a 1 (número de casos favorables a cada jugador) dividido por 2, es decir, 1/2, o 0'5. Diremos, por tanto, que la probabilidad de ganar en un juego de cara o cruz es de 0,5. En el caso de los dados, como hay seis lados, la probabilidad será de 1/6, o 0'16666...

Hay que recordar un punto importante, según la inteligente frase de aquel gran matemático Joseph Bertrand: "La suerte no tiene ni conciencia, ni memoria." Es decir: luego de haber echado la moneda diez veces, obteniendo un resultado de cruz, la probabilidad de que la próxima lanzada nos de cruz nuevamente es la misma que había después de la primera vez, y lo mismo dígase de cara. La probabilidad sigue siendo 1/2. Y así resulta que, aunque es posible ganar o perder en un juego de azar, es matemáticamente cierto que si uno juega bastante tiempo, sus victorias o sus derrotas, sus ganancias o sus pérdidas se equilibrarán a condición de que el juego sea honrado, es decir, un juego exclusivamente de azar.

LA PROBABILIDAD DISMINUYE.

Cuando la probabilidad que deseamos debe consistir en la repetición de dos acontecimientos, su probabilidad es igual al producto de la probabilidad del primero de estos acontecimientos multiplicado por la probabilidad de que el segundo de ellos suceda después que el primero se ha verificado.

Pongamos un ejemplo sencillo, cual es la probabilidad de obtener el número 5 dos veces sucesivas usando solamente un dado. La probabilidad del primer acontecimiento es 1/6; la del segundo es también 1/6. Por tanto la probabilidad de obtener el número 5, u otro número cualquiera dos veces sucesivas, será igual a 1/6x1/6, es decir, 1/36, o sea, 0'0277. La probabilidad de obtener el mismo número cinco veces consecutivas será solamente 1/7776, es decir, 0'00013... Y la probabilidad de obtenerlo diez veces consecutivas será igual a 1/60466176 (en números redondos), es decir, poco más o menos 0'000000016. Podemos ver, pues, cuan aprisa va disminuyendo la probabilidad.

Discutamos ahora el significado verdadero de las palabras "posible" e "imposible". Desde que se introdujo en la física la idea de la probabilidad los vocablos "posible" e "imposible" han sido suprimidos de nuestro lenguaje científico. Un acontecimiento puede ser altamente improbable, pero es siempre teóricamente posible, a menos que por razones simples, estructurales y lógicas sea inconcebible, como sería, por ejemplo, la imposibilidad de obtener el número 7 con un solo dado. Si la probabilidad de un acontecimiento es infinitamente remota, ello es equivalente a la imposibilidad práctica de que suceda dentro de ciertos límites. La posibilidad teórica seguirá existiendo, pero puede ser tan pequeña que sea equivalente a la casi certeza de lo contrario. Aquí interviene el factor tiempo.

Supongamos, efectivamente, que limitamos el tiempo durante el cual cierto fenómeno puede suceder. Supongamos, por ejemplo, que cierto acontecimiento no tiene más que una probabilidad de producirse cada cien años dentro de ciertas condiciones, pero que esas condiciones no pueden mantenerse más que durante veinticuatro horas. Así imaginemos que un jugador de dados quiere obtener la suerte tan difícil que acabamos de mencionar, es decir, quiere obtener el mismo número en 10 veces consecutivas. En números redondos tendrá una probabilidad cada 60 millones de veces que lance el dado. Por tanto, si juega día y noche-durante veinticuatro horas al día- y echa su dado una vez por segundo, tendrá que lanzarlo 86.400 veces diarias y seguir así sin interrupción, sin dormir y sin comer, durante dos años para tener una probabilidad de lograr el mismo número en 10 veces sucesivas.

Pero supongamos que ese dado está hecho de una materia tan frágil que solamente lo puede lanzar durante unos cuantos días. Entonce las posibilidades de ese jugador disminuirían considerablemente, porque no podrá jugar sus 60 millones de veces. Sin duda todavía persistirá la probabilidad de obtener esa suerte después de haber probado unas cauntas veces, pero esa probabilidad es muy ligera. y si al jugador no se le permitiera arrojar el dado más que 10 veces, podríamos decir que el resultado sería prácticamente imposible. vamos a decir en breve por qué hemos escogido este ejemplo.

NEGRO BLANCO Y GRIS.

Imaginemos que tenemos un polvillo compuesto de 1.000 granos blancos y 1.000 granos negros, diferentes los unos de los otros únicamente en el color. Al principio de nuestro experimento estos granitos están en un tubo de cristal cuyo diámetro es sólo ligeramente más grande que el de las partículas, de tal manera que estos granitos permanecen en columna uno detrás del otro, pero sin mezclarse. Los 1.000 granos blancos están en la parte superior del tubo. A nuestra escala de observación, el tubo es medio blanco y medio negro, la disimetría es completa, no hay homogeneidad (Grado de disimetría igual a 1).

El tubo está cerrado por una parte y desemboca por la otra en una bolita de cristal. Si invertimos el aparato, los granos caen en desorden dentro de esa bolita y se mezclan al agitarlos. Volvemos a invertir el aparato y nuevamente los granitos se colocan en el tubo en columna, sólo que ya han cambiado sus posiciones relativas. Es extremadamente improbable que se hayan ordenado de nuevo en la forma en que estaban al principio de nuestro experimento. A una distancia tal que el ojo no pueda distinguir los granitos individuales blancos de los negros, el tubo aparecerá gris a todo lo largo de su longitud

Si lo agitamos e invertimos de nuevo, obtendremos otra disposición de los granitos; pero, a nuestra escala de observación, el tubo seguirá siendo gris, y el fenómeno no se habrá modificado visiblemente.

La observación nos dice que aunque prolongásemos el experimento por un tiempo considerable, seguiríamos siempre con la misma impresión. El cálculo de probabilidades nos ayuda a interpretar estos hechos precisos, porque nos dice que la probabilidad, por ejemplo, de que los 1.000 granitos blancos estén separados de los mil granitos negros, después de una buena sacudida, se expresa por 0'489x10 elevado a la -600, esto es, 489 precedido de 600 ceros a la derecha de la coma decimal.

Es evidente que esos exponentes por encima de los 100 pierden toda significación humana. tal vez se necesite una breve explicación para permitir que el lector que no esté familiarizado con los grandes números expresados por medio de las potencias de diez entienda el significado de este método y de sus ventajas.

Es muy engorroso escribir todos los ceros de ciertos números, porque es dificil leerlos y además ocupan demasiado espacio. El número de moléculas en un centimetro cúbico de gas, por ejemplo, es de 30.000.000.000.000.000.000. Para simplificarlo solemos escribir el número así: 3x10 elevado a la 19, que leemos así: tres veces 10 a la potencia de 19. El número 19, llamado exponente, expresa simplemente el número de ceros después de la última cifra. Por ejemplo: 10 elevado a dos=10x10=100.

Este modo de escribir a veces confunde un poco, ya que las potencias de 10 crecen con una rapidez desconcertante. Por ejemplo, se calcula que la edad de la tierra es de 2.000 millones de años, es decir, 2x10 elevado a 9 años.Expresada en siglos nos da 2x10 elevado a 7. Los días que han pasado desde el principio de la tierra son 2x10 elevado a 12 dias. los segundos que han transcurrido después del principio del mundo no son menos de 2x10 elevado a 17. Esta última cifra representa la historía total del globo terrestre, es decir, el total de la realidad humana.

Para producir cifras mayores todavía nos debemos referir a la edad del sol, que con toda probabilidad, según las teorías modernas, no excede de los 5x10 elevado a 12 años, es decir, 5 millones de millones de años, o 5x10 elevado a 20 segundos; la distancia de la tierra al sol expresada en micrones (una milésima de milimetro) es solamente de 15x10 elevado a 15; y la estrella más cercana, Alfa Centauri, está a 40x10 elevado a 21 micrones de distancia de nosotros. Si en un centímetro cúbico de gas (lo que cabe en un dedal) hay 10 elevado a 19 moléculas, también podemos decir que no hay menos de 10 elevado a 79 moléculas en todo el universo, incluyendo las estrellas más remotas. Este método se aplica también a los exponentes negativos, tales como -100. Un exponente negativo significa simplemente que el número se divide en lugar de multiplicarse. Por ejemplo: 3x10 elevado a la menos tres= 3: 10 elevado a tres= 3/1000= 0'003.

MEOLLO DEL ASUNTO.

Ahora que el lector está preparado vamos a pasar a nuestro verdadero problema. Dada la tremenda complejidad de la cuestión nos es imposible plantear el cálculo en toda su amplitud para establecer la probabilidad de la aparición espontánea de la vida en la tierra. De todas maneras vamos a simplificar grandemente este cálculo y a suponer la probabilidad de la aparición por azar de ciertos elementos esenciales a la vida, de ciertas grandes moléculas, como por ejemplo las proteínas. Las moléculas elementales de los organismos vivientes están todas caracterizadas por una considerable disimetría. Ahora bien: hemos visto que la disimetría puede ser expresada por un número comprendido entre 0'5 y 1. El número 1 corresponde al máximo de disimetría-en el caso de nuestros granitos blancos y negros, todos los blancos a un lado y todos los negros al otro- y el número 0'5 corresponde a la perfecta homogeneidad, a la distribución más simétrica: los granitos blancos y negros mezclados igualmente a lo largo del tubo. Las fluctuaciones más probables-ligeras desviaciones del número igual- están agrupadas cerca del grado de disimetría 0'5.

Estos cálculos los hizo el profesor Charle Eugène Guye para una molécula de grado de disimetría 0'9, cuando el número de átomos que la constituyen es igual a 2.000. Para simplificar el problema considerablemente, los átomos que constituyen esta molécula imaginaria de proteína se consideran como si fuesen de dos especies nada más, mientras que en realidad hay en ellos siempre un mínimo de cuatro, es decir, carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno, además de cobre, hierro o azufre. El peso atómico de de estos átomos lo suponemos ser igual a 10-y esto es otra simplificación-y el peso molecular lo pondremos en 20.000. Esta cifra es probablemente más baja que la de la más simple de las proteínas (albúmina del huevo, cuyo peso molecular es de 34.500).

La probabilidad de que una configuración de grado de disimetría 0'9 aparezca al azar, bajo estas condiciones tan arbitrariamente simplificadas que aumentarían todavía su probabilidad, sería-si solamente se considera el azar-: 2'02x10 elevado a la menos 321.

El volumen de la sustancia necesaria para que suceda tal probabilidad está muy por encima de toda imaginación. Sería el de una esfera cuyo radio le llevaría a la luz para atravesarlo 10 elevado a la 82 años. Ese volumen es incomparablemente más grande que el de todo el universo, incluyendo a las nebulosas más apartadas. En una palabra: tendríamos que imaginar un volumen un sextillón de sextillones de sextillones de veces más grande que el universo einsteniano.

La probabilidad de que una sola molécula de alta disimetría se haya formado al azar debido a la agitación térmica es prácticamente cero. Efectivamente, si imaginásemos 500 billones de agitaciones por segundo, 5x10 elevado a 14, que corresponden al orden de magnitud de las frecuencias de la luz (longitudes de onda comprendidas entre 0'4 y 0'8 micrones), hallaríamos que el tiempo necesitado para la formación de una sóla molécula (del grado de disimetría 0'9) en un volumen material igual al de nuestro globo terrestre es de 10 elevado a la 243 miles de millones de años. Pero no olvidemos que la edad del sol es de solamente de 5x10 elevado a la 20 segundos.

Y no olvidemos tampoco que la tierra existe desde hace solamente dos mil millones de años, y que la vida apareció hace unos mil millones de años después que la tierra se había enfriado (1x10 elevado a 9 años).

De este modo nos encontramos en el caso del jugador que no tiene a su disposición el tiempo necesario para lanzar el dado las veces que se necesitaría para tener una sola posibilidad de obtener la suerte que desea. Su período no es meramente 400 veces demasiado corto; no: nos encontramos con un intervalo que es 10 elevado a 243 veces demasiado corto.

Por una parte siempre podríamos decir que, aunque la probabilidad sea muy pequeña, sin embargo existe, y que no hay prueba de que una configuración tan rara no pueda aparecer al final de miles de millones de siglos. Podría suceder al principio, en los primeros pocos segundos. No solamente eso está de perfecto acuerdo con el cálculo, sino que se podría incluso admitir que el fenómeno ocurriese hasta dos y tres veces sucesivas y luego ya practicamente nunca más. De todas maneras, si tal cosa hubiese sucedido y nosotros seguimos teniendo confianza en el cálculo de probabilidades, ello sería equivalente a admitir un milagro, y el resultado sería formación de una sola molécula o, a lo más, de dos o tres. Y ¿qué ibamos a hacer con eso?

Pero además aqui no se trata de la vida misma, sino de simplemente una de las sustancias que constituyen los seres vivientes. Ahora bién: una molécula no nos sirve para nada; se precisarían centenares de millones de moléculas idénticas. Necesitaríamos, por tanto, unas cifras mucho más grandes para explicar la aparición de una serie de moléculas semejantes, creciendo así la improbabilidad de un modo considerable, como hemos visto, para cada molécula (probabilidad compuesta) y para cada serie de idénticos lanzamientos. Si la probabilidad de que haya aparecido una célula viviente se pudiese explicar matemáticamente, veríamos que las cifras que hemos mencionado parecerían una bagatela. Y aquí hemos simplificado deliberadamente el problema para incrementar las probabilidades.

Aquellos acontecimientos que, aunque se multipliquen los experimentos, las reacciones o las sacudidas por segundo, necesitan de un tiempo infinitamente más largo que el de la duración calculada de la tierra para haber tenido una sola probabilidad de aparecer pueden ser considerados como imposibles en el modo en que se presentan a nuestro raciocinio humano."

(Lecomte de Nouy, Human destiny, pags. 28-36).