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Capítulo 3 - Kaito Kuroba

Abrió los ojos, todo se veía borroso. Parpadeó varias veces en un intento de observar mejor. Poco a poco pudo darse cuenta de que estaba en una casa, no en su casa de Osaka ni en la casa de sus padres. Estaba recostada en un sillón, con una manta de color rojo a sus pies.
Quiso levantarse pero la invadió una sensación muy molesta. Le dolía muchísimo la cabeza, se sentía muy mareada, y como si fuese poco tenía dificultades para mover el tobillo. Se llevó una mano a la mejilla y se dio cuenta de que tenía un rasguño. ¿Acaso todo eso había ocurrido en realidad? ¿Había leído aquella carta de su madre y al entrar al callejón se había encontrado con ese demonio? ¿Era cierto lo de la piedra de Pandora y lo del cristal Kibou, su encuentro con Mikazuki -el mago de la luna nueva- y la trágica muerte de sus padres? . Por un segundo deseó que fuera sólo un sueño, un mal sueño, una pesadilla. Pero luego se convenció de que si era realidad ese era su destino, y nada podía hacer para remediarlo.
Se llevó la mano al bolsillo de la chaqueta y encontró la carta de su madre. Era verdad, los dolores y la carta eran pruebas suficientes. Pero entonces... qué podía hacer, aún no entendía del todo la historia y tampoco sabía como luchar contra esos seres. Y necesitaba encontrarlo a él.
- ¿Te encuentras bien?...
Minami levantó la mirada. Un joven de unos veintiún años, cabello castaño, profundos ojos azules, y una sonrisa encantadora le hablaba. Minami se asombró, una dulce nostalgia invadió su corazón. Su voz, su apariencia...Acaso era... ¿Era él?
- ¿Me oyes?...- insistió el joven preocupado- ¿Te sientes bien?...
- Oh... lo siento mucho- musitó Minami- Estoy bien...supongo... digo- Minami esbozó una sonrisa- Me duele un poco la cabeza pero estoy bien...
- Es bueno saberlo- sonrío el joven
Minami miró fijamente al chico. No había duda alguna, sí era él. Aquellos ojos azules eran inconfundibles. “¿Se acordará de mí?” pensó Minami. Habían pasado tres años desde entonces, el tiempo puede borrar recuerdos... pero uno tan fuerte y bello como aquel...
- Ten...- el joven le entregó una taza de té- Tal vez te sientas mejor...
- Muchas gracias- dijo Minami mientras tomaba la taza
Pasaron unos cuantos minutos. Ninguno de los dos hizo comentario alguno. Minami seguía pensando en todo lo ocurrido. El hecho de haber encontrado la carta, haberse encontrado con el demonio y luego ir a parar a la casa de él, no eran coincidencias. Quería creer lo que había sucedido, pero era todo tan extraño. “Parece que el té si funciona” pensó Minami algo alegre, pues su dolor de cabeza había desaparecido por completo.
El joven por su parte, seguía mirando a Minami con interés. “¿Podría ser ella?” decía para sí mientras recordaba lo ocurrido hace tres años.
Minami levantó la mirada.
- Oh... disculpa si te incomodo- dijo el joven mientras se sonrojaba un poco
- Descuida ^_^ ¿Cuál es tu nombre?
- Kaito Kuroba
Minami sonrió para sí. Tenía razón, era él. Todos los días lo recordaba con cariño y afecto. Él era una persona muy especial, nada ni nadie podría apartarlo de su corazón. De haber sido otras las circunstancias, otro el momento... sin duda lo hubiese abrazado y le hubiese dicho tantas cosas, cosas importantes... Cuanto lo extrañaba, cuanto pensaba en él, y cuanto lo quería. Pero no era el momento, había algo mucho más importante que debía ser explicado antes que nada... lo ocurrido hace dieciocho años.
- Soy Minami Fujiyama
Kaito se sorprendió. Después de todo sus suposiciones no estaban tan equivocadas. Había pasado tanto desde entonces...
- Ha pasado mucho tiempo- dijo finalmente
- Así es- Minami lo miró fijamente- Mucho tiempo...
Se miraron unos instantes. ¿Realmente había pasado tanto?. Ambos se sentían como si se conocieran desde siempre, como si aún vivieran aquella fantasía de primavera. El destino los volvía a reunir, pero ¿acaso permanecerían unidos? Y qué ocurría si luego el destino los separaba otra vez...
- Kaito... tengo algo muy importante que conversar contigo... no es sobre lo de hace tres años –ya habrá tiempo para ello- es algo urgente....
- Algo... ¿urgente?- Kaito miró extrañado a Minami. ¿Qué cosa tan importante podría ser? Algo que no tenía relación alguna con lo ocurrido hace tres años.... ¿Qué podría ser?...
- Es lo que sucedió en noviembre.... hace dieciocho años- explicó Minami seria
Kaito pareció impresionarse más. Noviembre de 1982. Esa era la fecha en la cual su padre había muerto. Había sido asesinado por una extraña organización. Su padre, el más grande y el mejor de todos los magos, era en realidad Kid el ladrón fantasma. Kid era un reconocido ladrón de guante blanco. Tenía el hábito de anunciar a la policía sus próximos robos: lugar, día y hora. Era el ladrón que nadie podía atrapar... Claro que sólo Kaito sabía eso –y otros más- . Minami, ¿qué tenía que ver ella con lo ocurrido hace dieciocho años? La única persona relacionada también en ese incidente había sido Jade Zahara. Pero... su esposo y su hija habían fallecido, ¿Qué relación tenía Minami entonces?...

- A tu padre lo asesinaron hace 18 años... unos sujetos de una organización... Él era Kid el ladrón fantasma, ¿no es así?- Minami bajó la mirada
- ¿Cómo lo sabes?- preguntó Kaito pasmado
Sólo su madre Hikaru, y Jii Kounosuke –el ayudante de su padre- sabían sobre lo ocurrido hace dieciocho años. ¿Cómo podría saberlo Minami?. Si ella lo sabía desde siempre por qué no se lo dijo hace tres años.
- Porque a mi madre... a mi familia también la asesinaron hace dieciocho años- Minami suspiró- Los mismos sujetos de la organización.....
- ¿Cuándo lo supiste?-
- Hace un rato, encontré una carta de mi madre... –
Minami buscó en su bolsillo y le entregó la carta a Kaito. Su madre había escrito “Kaito es la única persona que te ayudará a entenderlo todo”, entonces Kaito tenía que saber la verdad sobre el incidente aquel y la historia de la piedra de Pandora.
Kaito terminó de leer la carta y le dirigió una mirada de consuelo a Minami. Después de todo, ella era alguien mucho más especial de lo que había podido imaginar.
- Yo supe hace tres años que a mi padre lo habían asesinado, claro que no sabía bien del todo quiénes eran... Con el paso del tiempo averigüé acerca de esa organización y sobre la piedra de Pandora... realmente fue difícil creerlo, pero ya no podría tener dudas ... Esto es completamente cierto- comentó Kaito muy serio
- Eso significa... que la magia existe...no es algo que ocurra todos los días... He tenido sueños, esta carta, la casa de mis padres, este día... Todo encaja perfectamente pero es tan difícil... Una parte de mí quiere que sea sólo un sueño pero la otra desea que sea verdad... Quisiera creer que es cierto...
- Créeme, es la verdad... ¿Acaso no lo acabas de ver con tus propios ojos? ¿No acabas de vivirlo?...- dijo Kaito señalando la herida que tenía Minami en la mejilla
- Cómo....
- ¿Acaso necesitas más pruebas?
Minami miró estupefacta a Kaito. ¿Cómo sabía él sobre su encuentro con el demonio?. Era imposible que hubiese estado presente, porque sólo estaban Minami y el demonio. A no ser de que... ¿Podría ser Kaito en realidad Mikazuki?...
Kaito sonreía con mucha confianza. Minami replicó confundida
- Yo no sé nada de magia... ¿Cómo podría yo destruir una piedra mágica y proteger a todos?... soy una simple estudiante de preparatoria.. qué cosa podría... - Minami se detuvo
- ¿Podría ver tu collar un instante? - preguntó Kaito aprovechando el silencio de Minami
Minami se sacó el collar y se lo entregó a Kaito. Lo que pasó a continuación despejó todas las dudas de su mente. Kaito murmuró algo en otro idioma y una luz azul lo rodeó. Cuando la luz desapareció Minami notó que Kaito ya no sostenía el collar, sino un cetro de oro, con un diamante en forma de corazón en uno de sus extremos. El cetro que Mikazuki le había entregado.
- Esto no es un sueño... - Minami sonrió maravillada- Esto es increíble...
- ¿No parece que faltara algo?- inquirió Kaito
Minami observó el cetro. En efecto, habían unos huecos a lo largo de el. Como si algo no estuviese. En uno de los huecos había una piedra preciosa de color morado.
Era verdad.
- Son doce demonios los que buscan las piedras de Pandora y Kibou... más bien dicho eran.. Ahora solo hay once demonios...
- ¿Aún hay más?- palideció Minami quien únicamente por suerte estaba viva- ¿Hay más de esas porquerías rondando por la ciudad?
Kaito reprimió una risa.
- No temas, así como hay demonios por ahí, hay once magos de nuestro lado.. ¿No lo crees?
- Magos... - Minami recordó el sueño que había tenido al llegar a Tokio- ¡Claro!... Una orden mágica destinada a proteger las gemas... ¿Pero no eran doce magos? ¿Qué pasó con Kami Jikan?- preguntó ya que no recordaba el final de su sueño
- Taiyoushin, uno de los magos, traicionó a los demás uniéndose a la orden del Brujo de la Muerte Negra, a Mortnoir... Taiyoushin, quien después se hizo llamar “dios de la Muerte” o Shinigami asesinó a Kami Jikan- Kaito bajó la vista- Asesinó a su padre...
- Que horror- murmuró Minami impactada. Así que Taiyoushin, el hijo de Kami Jikan se había aliado con Mortnoir, traicionando a los demás magos.
- Así es... pero los demás magos lograron escapar, utilizaron portales dimensionales para llegar aquí a la tierra.. un mundo de mortales... Kami Jikan dijo que “volvería después de que suenen las campanas del milenio”
Minami guardó silencio un instante. “Campanas del milenio”. Con la llegada del 2001 comenzaba un nuevo milenio. ¿Eso podría significar que volvería después del año nuevo?..¿después de la llegada del cometa Volley?...
- Como sabes... el tiempo se acaba, tenemos solo hasta diciembre de este año... Hay que encontrar la piedra de Pandora antes que los sujetos de la organización y destruirla... -
- ¿Qué ocurrió con los magos después?- preguntó Minami. No eran inmortales por lo que tenía entendido. Y si eso había ocurrido hace casi diez mil años... ¿Cómo podrían estar vivos? Mikazuki era real, de carne y hueso, no un fantasma
- Los magos podían vivir más años que nosotros... llegaban a vivir casi seiscientos años, pero eran mortales- explicó Kaito- Ellos se fueron “reencarnando” en diferentes personas a través del tiempo...
Minami miró fijamente el cetro. Kaito, acaso era él...
- ¿Acaso no te has dado cuenta de un detalle importante?- dijo Kaito
- La aparición de Mikazuki y nuestro repentino reencuentro... ¿Acaso Mikazuki se reencarnó en ti?...- se asombró Minami
- Sí- respondió Kaito- Ai, la princesa de Maktub, la esposa de Taiyoushin se reencarnó en ti, ¿sabías?...
Minami no podía creer lo que oía. Por un segundo movió los labios para decir algo pero al darse cuenta de que no sabía que contestar se limitó a dirigirle una mirada confundida a Kaito. El que en otra vida haya sido la esposa de un mago, el cual había asesinado a su propio padre y traicionado a sus compañeros, no le producía mucho entusiasmo. Pero al fin y al cabo Ai era una princesa y sabía hechizos, además Kami Jikan le había encomendado la protección de la piedra Kibou.
Volviendo a la realidad Minami recordó que su verdadero nombre era “Ai” y no Minami. Su nombre entonces parecía más lógico.
- ¿Entonces ya me crees?- sonrió Kaito
- Claro- contestó Minami- Pero.. tengo miedo de lo que pueda pasar... tengo miedo de que no podamos encontrar la piedra de Pandora...yo...
- No tienes de que temer.. No te sientas sola... estamos juntos...
Kaito tomó a Minami de la mano y se acercó a ella. Minami no pudo evitar sonrojarse. Ella y Kaito se quedaron mirándose a los ojos por un instante. Sus rostros estaban frente, tan cerca...Aquel instante parecía ser eterno
Ring Ring!
Minami se sobresaltó. Ese era el timbre de su teléfono celular. “Demonios- pensó Minami- vaya momento para que suenes”.
- ¿Tu teléfono?
Minami forzó una sonrisa mientras buscaba en su bolsillo el dichoso teléfono. Lo contestó tratando de que su tono de voz pareciera relativamente alegre y no enfadado.
- ¿Sí?.. Hola tía ^_^ ... Me siento mejor ahora... en seguida iré a casa, ¿sí?... gracias... nos vemos...
Minami colgó el teléfono. Se había olvidado, sus tíos la estaban esperando. Se había marchado de casa como a las seis, y por lo que decía el teléfono celular eran ya las doce de la tarde. ¿Habían pasado seis horas? Que increíble.
- Era mi tía... estaba preocupada por mi demora...- “muy preocupada” replicó Minami al ver que tenía 10 llamadas perdidas.
Kaito sonrió
- Es que ha pasado mucho tiempo ^_^” -
- En fin... -Minami suspiró- ¿Cómo convierto el cetro en collar otra vez?...
- Tienes que decir “Ikôu”- explicó Kaito-... tienes que acentuar la “o”, ¿de acuerdo?- añadió antes de que Minami dijera algo
Minami repitió las palabras y el cetro desapareció en una luz celeste. Otra vez sostenía en sus manos el collar. Mientras se lo colocaba preguntó:
- ¿Y que digo para que aparezca?...
- Aprê
Minami memorizó las dos palabras. Obviamente le serían útiles en el futuro, pero aun así necesitaba aprender más hechizos y cosas por el estilo. Aunque tuviera el cetro en las manos no iba a derrotar a los demonios dándoles en la cabeza con el (o tal vez sí, quién sabe...).
Antes de que Minami se levantara del sillón, Kaito le curó la herida que tenía en la mejilla con un hechizo. Realmente la magia era de gran ayuda, pero al mismo tiempo era peligrosa en mentes de personas ambiciosas y malvadas.


Debido a que Minami no tenía la menor idea sobre cómo guiarse en Tokio, Kaito la acompañó hasta su casa. En el camino fueron hablando sobre la piedra de Pandora y sobre toda aquella historia, las cosas que pasaron y estaban por ocurrir. Pero luego el tema de conversación se fue desviando un poco. Después de todo, hacía tres años que no se veían y la magia no era lo único sobre lo cual tenían que hablar. Minami ya estaba en su último año de preparatoria, mientras Kaito asistía a la universidad.
Los dos se extrañaban mutuamente, y recordaban con emoción aquella primavera del 97 pero por alguna razón no se habló del tema. Minami no veía la ocasión y Kaito parecía no estar muy interesado en hablar de aquello. Al comienzo Minami se desilusionó, pues creía que aquel era el tema de conversación más importante, pero luego se consoló pensando que todo lo que estaba ocurriendo podría alejar rápidamente la idea del romance en ese instante.
Y de todas formas no hubiese sido agradable, pues tenía que llegar pronto a casa antes de que a su tía le diera un ataque de nervios.
- Karin debe estar muy feliz en Tokio... aquí viven muchas personas importantes... Artistas, políticos, detectives... Debe sentirse en el paraíso- comentó Minami divertida
- Lo que abundan aquí son los detectives de renombre- dijo Kaito no muy animado
- Y los ladrones...
Minami recordó a Kid el ladrón fantasma. Si Toichi Kuroba, había sido asesinado ¿Quién era Kid ahora?, ya que Kid había desaparecido misteriosamente en 1982. Después de quince años, se apareció en el “O’bank” para robar la joya “Los ojos de la luna”; y hasta la fecha seguía cometiendo diversos robos. Pero entonces, ¿Quién?. Minami abrió los ojos asombrada cuando recordó las palabras de Kaito: “Yo supe hace tres años que a mi padre lo habían asesinado, claro que no sabía bien del todo quiénes eran... “. ¿Podría ser que Kaito se hiciera pasar por Kid para encontrar a los sujetos de la organización?. Y tal vez seguía robando joyas porque estaba buscando la piedra de Pandora. Tenía sentido...
- Kid el ladrón fantasma...- musitó Minami- Según lo que sé, él usa otro nombre en el Japón...
- Sí- contestó Kaito. No pareció inmutarse ante la mención del ladrón.
- Mago de luna, Ladrón nocturno... pero es mayormente conocido como Kaito Kid*
Kaito se detuvo y le dirigió una mirada interrogativa a Minami. ¿A dónde quería llegar con eso?
- Kaito- susurró Minami- ¿Podrías decirme la verdad?...
Kaito miró a Minami fijamente. Estaba claro que podía confiar en ella - y ella en él- y también después de toda la charla que habían tenido, la identidad de Kid era obvia. ¿Por qué habría de negarlo?
- ¿Decirte la verdad? ¿Y para qué?- sonrió Kaito- Si ya la sabes....
“Era lógico”- pensó Minami. Por otro lado se sentía feliz al ver que Kaito confiaba en ella. Y ella confiaba en él. Eso era lo importante

Cuando llegaron a la casa de Minami, “1:00 PM” era la hora que aparecía en la pantalla de su celular. Minami sintió escalofríos de sólo imaginarse el bombardeo de interrogantes que produciría su tía unos momentos más tarde.
Minami le dio las gracias a Kaito por haberla llevado hasta su casa.
- No tienes porque dármelas- dijo Kaito esbozando una sonrisa
- Claro que sí
- Que no
- Que sí
Minami no pudo evitar reírse. Vaya discusión era esa. Kaito sonrió divertido.
Ambos se miraron fijamente. Ese instante, tal como el anterior, se había hecho eterno.
- Bueno- susurró Kaito- Nos veremos otro día
- Sí- dijo Minami tratando de disimular la repentina tristeza que la invadió. ¿Qué le estaba pasando?... Hacía tanto que no sentía de esa forma...
Kaito se acercó a Minami y le dio un beso en la mejilla.
- ^_^ Otro día nos veremos, ¿de acuerdo?- sonrió
- Claro- dijo Minami avergonzándose aún más al darse cuenta que estaba roja como un tomate
Kaito comenzó a caminar. Al doblar la esquina Minami lo perdió de vista. Se dio ánimo y entró a la casa.
- ¿¡Dónde estuviste todo este tiempo!?- chilló la tía Azumi- ¿Por qué la demora?, ¿Qué hacías? ¿Y por qué estas tan roja?
- Y allá vamos- pensó Minami moviendo pesadamente la cabeza.

* Kaito Kid: “Kaito” en japonés significa “Ladrón fantasma” o “ladrón misterioso”. En inglés sería: “Kid the phantom thief”. “El niño ladrón fantasma”