DIVINA LITURGIA
(Según el
Libro de Oración Común de 1928)
Aprobada por san Tikhon para comunidades de
tradición anglicana ortodoxa
La santa Mesa a Altar estará
cubierto con un paño blanco y limpio, y con una vela. El presbítero la inciensa antes de empezar. Si el Obispo está presente debe ser el
celebrante principal, aunque asistido por otros ministros.
E
PRIMERA
PARTE: LITURGIA DE LA PALABRA
ENTRADA (En pie, entran los ministros)
P.
Bendito sea Dios: + Padre, Hijo y Espíritu Santo.
T.
Y bendito sea su Reino,
ahora y siempre. Amén.
En Adviento y Cuaresma:
P.
Bendecid al Señor, que perdona todos nuestros pecados.
T. Porque
para siempre es su misericordia.
Desde Pascua hasta Pentecostés:
P. ¡Aleluya! Cristo ha resucitado.
P.
Dios omnipotente, para quien todos los corazones están
manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla
encubierto: Purifica los pensamientos
de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que
perfectamente te amemos y dignamente celebremos la grandeza de tu santo Nombre;
por Cristo nuestro Señor. Amén.
E
DECÁLOGO Y KYRIE
P. Escuchad
lo que dice nuestro Señor Jesucristo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda
tu mente. Este es el primero y gran
mandamiento. Y el segundo es semejante
a éste: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. De estos dos mandamientos
dependen toda la Ley y los Profetas.
Señor,
ten piedad (Kyrie eleison).
T. Cristo,
ten piedad (Christe eleison).
P. Señor,
ten piedad (Kyrie eleison).
E
GLORIA
Se omite en Adviento, Cuaresma y fiestas.
Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a quienes
tanto ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te
alabamos,
te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre:
Tú que quitas el pecado del
mundo,
ten
piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del
mundo,
atiende
nuestra súplica;
tú que estás sentado a la diestra
del Padre,
ten
piedad de nosotros.
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la
gloria de Dios Padre. Amén.
E
COLECTA
P. El
Señor esté con vosotros.
T. Y con
tu espíritu.
P.
Oremos... (dice la colecta del tiempo litúrgico). Amén.
LECTURAS DEL TIEMPO LITÚRGICO Y HOMILÍA
L.
Lectura del Libro N.
(Al final dice: Palabra de Dios).
T. Demos
gracias a Dios.
Himno de Gradual. Para leer
el Evangelio en pie. El diácono recibe la
bendición e inciensa.
D. Lectura
del santo Evangelio según N.
T. Gloria
a ti, Cristo Señor.
E
EL CREDO (SÍMBOLO DE LA FE)
T.
Creemos
en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo
lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los tiempos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo y
por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre. Por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día según las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la diestra de
Dios Padre, de donde vendrá de nuevo con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su Reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y
dador de vida, que del Padre procede, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los Profetas. Y en la Iglesia: + una, santa, católica y apostólica. Reconocemos un solo bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la resurrección de los muertos y
la vida del mundo futuro. Amén.
E
INTERCESIONES (Los fieles hacen sus oraciones
personales)
P.
Solicito sus oraciones a favor de todas las cosas
necesarias... (Los fieles cristianos oran).
v Omnipotente y eterno Dios,
que por la palabra de tu apóstol nos enseñaste a hacer oraciones y súplicas, y
darte gracias por todo el género humano:
Recibe esta oblación y estas oraciones que ofrecemos a tu Divina
Majestad, suplicándote que continuamente inspires a tu Iglesia universal con el
espíritu de verdad, unión y concordia; y que concedas a todos los que confiesan
tu Santo Nombre, que convengan en la verdad de tu santa Palabra y vivan
unánimes en amor devoto.
v Asimismo, suplicamos que
dispongas los corazones de los gobernantes (especialmente N), para que puedan
hacer justicia con toda imparcialidad y equidad, para castigo de los vicios y
maldades, y también tomen sabias decisiones a favor del bienestar y la paz en
el mundo.
v Da gracia, oh Padre
celestial, a todos los Obispos y demás ministros (especialmente al Primado N,
al Obispo N, y al Santo Sínodo) para que puedan, tanto con su ejemplo como con
su doctrina, presentar al mundo el mensaje de tu verdad, y administrar recta y
debidamente tus santos sacramentos.
v Y a todo tu pueblo da tu
gracia celestial, especialmente a esta asamblea aquí presente; a fin de que,
con humildad de corazón y debida reverencia, pueda oír y recibir tu santa
Palabra, sirviéndote fielmente en santidad y justicia todos los días de su
vida.
v Y te suplicamos muy
humildemente que, por tu bondad, oh Señor, consueles y socorras a todos los que
en esta vida transitoria se hallan angustiados, tristes, necesitados, enfermos
o en cualquier otra adversidad (especialmente N).
v Y, asimismo, bendecimos tu
Santo Nombre por todos tus siervos que han partido de esta vida en tu fe y
temor, suplicándote les concedas un crecimiento continuo en tu amor y servicio,
y nos des tu gracia para seguir de tal modo los buenos ejemplos de (la bendita
Virgen María y todos los santos...), para que con ellos y por su intercesión
seamos partícipes de tu Reino celestial.
v Concédenos esto, oh Padre,
por amor de Jesucristo, nuestro único Mediador y Abogado. Amén.
E
CONFESIÓN DE PECADOS
D.
Confesemos los pecados
contra Dios y contra el prójimo.
T.
Dios de
misericordia: Confesamos que hemos pecado
contra ti de pensamiento, palabra, obra y omisión. No te hemos amado de todo corazón ni hemos amado a nuestro
prójimo como a nosotros mismos. Sincera
y humildemente nos arrepentimos. Por
amor a tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos. Así tu voluntad será nuestra alegría y
andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.
P.
Dios todopoderoso,
nuestro Padre celestial, que por su gran misericordia ha prometido el perdón de
los pecados a todos los que con arrepentimiento y verdadera fe se convierten a
él; tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por
Jesucristo, nuestro Señor, y nos cure y conserve por su Espíritu vivificante
para la vida eterna. Amén.
“Si
alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, Jesús, el Mesías
justo: él es el sacrificio que expía
nuestros pecados; y no sólo los nuestros, sino también los de todo el mundo” (1
Jn 2,1s).
E
SEGUNDA PARTE:
EUCARISTÍA
OFERTORIO Se ofrecen las
ofrendas en procesión al presidente
P.
Dad al
Señor la gloria debida a su Nombre y venid con ofrendas (Sal 96,8). Si traes tu ofrenda al Altar y recuerdas que
tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda delante del Altar, y ve y
reconcíliate primero con tu hermano, y después ven y presenta tu ofrenda (Mt
5,23s).
T.
Todo es tuyo, y de lo
tuyo te damos (1 Cr 29,11).
Los diáconos u otros fieles competentes recogen las ofrendas y las llevan al presbítero, que las pone en el Altar e inciensa y bendice.
E
PLEGARIA EUCARÍSTICA (Anáfora)
P.
El Señor esté
con todos vosotros.
T.
Y con tu
espíritu.
P.
Elevemos
los corazones (Lam 3,41).
T.
Los
elevamos al Señor.
P.
Demos
gracias al Señor nuestro Dios.
T.
Es justo
y necesario.
P.
En verdad
es bueno y saludable darte gracias en todo tiempo y lugar, Padre Santo,
Misterio del universo y Creador inefable de todo; porque (puede haber un Prefacio Propio según el tiempo litúrgico) aunque
estás rodeado de ángeles que te alaban, te agrada el corazón quebrantado. Por tanto, nosotros también te alabamos
uniendo nuestras voces a la multitud de coros celestiales, que sirven en tu
presencia y proclaman sin cesar:
T.
Santo,
santo, santo es el Señor, Dios del universo; llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria: Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en Nombre del
Señor. Hosanna en el cielo.
P.
(Consagración).
Gloria a ti, Dios omnipotente, nuestro Padre celestial, porque tú, en tu
inmensa misericordia, entregaste a tu único Hijo Jesucristo para sufrir muerte en
la cruz por nuestra redención; y él hizo allí, por la oblación de sí mismo una
vez ofrecida, un completo, perfecto y suficiente sacrificio, oblación y
satisfacción por los pecados de todo el mundo; e instituyó, y en su santo
Evangelio nos mandó continuar, una perpetua memoria de aquélla su preciosa
muerte y sacrificio, hasta su Segunda Venida.
(Suena la campana una
vez. Al decir las palabras sobre el pan
y el vino, lo toma en sus manos o le impone una mano).
Porque la misma noche que fue traicionado, tomó pan;
y dando gracias lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomad y comed, porque esto es mi cuerpo que
se entrega por vosotros. Haced esto en
memoria mía” (La campana suena tres veces
en la elevación). Después de la
cena tomó la copa, y habiendo dado gracias la entregó diciendo: “Bebed todos de ella, porque es la sangre de
la Nueva Alianza, derramada por todos para perdón de los pecados. Haced esto, en memoria mía” (La campana suena tres veces en la
elevación).
(Oblación). Por tanto, oh Señor y Padre celestial,
según la institución de tu amado Hijo nuestro Salvador Jesucristo, nosotros,
tus humildes siervos, celebramos y hacemos aquí ante tu Divina Majestad, con
estos tus santos dones que ahora te ofrecemos, el memorial que tu Hijo nos ha
mandado hacer, recordando su bendita pasión y preciosa muerte, su poderosa
resurrección y gloriosa ascensión; tributándote las más cordiales gracias por
los innumerables beneficios procurados para nosotros por las mismas.
(Epíclesis o invocación).
Y te suplicamos humildemente, oh Padre misericordioso, nos escuches; y,
por tu poderosa bondad, te dignes bendecir y santificar, + con tu Espíritu
Santo, estos tus dones de pan y vino; para que recibiéndolos, conforme a la
santa institución de tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo en memoria de su
pasión y muerte, seamos partícipes de su muy bendito Cuerpo y Sangre.
Y deseamos ardientemente que tu bondad paternal
acepte benignamente éste nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias;
suplicándote muy humildemente nos concedas que, por los méritos y la muerte de
tu Hijo Jesucristo, y mediante nuestra fe en su sangre, nosotros, y toda tu
Iglesia, obtengamos la remisión de nuestros pecados, y todos los demás
beneficios de su pasión.
Y
aquí, Señor, nos presentamos y hacemos ofrenda de nosotros mismos, nuestras
almas y nuestros cuerpos, como un sacrificio razonable, santo y vivo para ti;
rogándote humildemente, que nosotros, y todos los que participemos de esta
Santa Comunión, recibamos dignamente el precioso Cuerpo y Sangre de tu Hijo
Jesucristo, y seamos llenos de tu gracia y bendición celestial, y hechos un
cuerpo con él, para que él habite en nosotros, y nosotros en él.
Te
ofrecemos también este culto, oh Dios de vivos, por todo espíritu justo que
descansó en la fe (especialmente N), y aquellos cuya fe sólo tú conoces. Y concede que alcancemos nuestra herencia
junto a la siempre bendita Virgen María, con los Patriarcas, Profetas,
Apóstoles y Mártires, con N (santo del
día u otros) y todos los santos que han encontrado tu favor a lo largo de
los tiempos.
Y aunque, por nuestros muchos pecados, somos
indignos de ofrecerte sacrificio alguno; sin embargo te suplicamos aceptes éste
nuestro deber y servicio obligatorio, no pesando nuestros méritos, sino perdonando
nuestras ofensas, mediante Jesucristo nuestro Señor.
(Elevación).
Por quien y con quien, en la unidad del Espíritu Santo, sea todo honor y
gloria a ti, oh Padre omnipotente, por los siglos de los siglos. Amén.
E
PADRENUESTRO
P.
Oremos como
nuestro Salvador Cristo nos enseñó:
T.
Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre. Venga tu Reino; hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día. Perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Y no nos dejes caer en la tentación, y
líbranos del Mal. Porque tuyo es el
Reino y el poder y la gloria; ahora y siempre.
Amén.
E
EL BESO FRATERNO
P.
La paz
del Señor esté siempre con vosotros.
T.
Y con tu
espíritu.
P.
Saludémonos
con el beso fraterno (1 Co 16,20).
E
FRACCIÓN DEL PAN
P.
Partido
pero no desunido, y dividido, pero jamás consumido, es el Cordero de Dios.
T.
Cordero
de Dios, que quitas el pecado del mundo:
Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del
mundo: Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del
mundo: Danos tu paz.
El celebrante parte el
pan en cuatro trozos. La parte IC de
arriba se echa en la copa.
T.
Nosotros
no nos atrevemos a venir a ésta tu mesa, oh Señor misericordioso, confiados en
nuestra rectitud, sino en tus muchas y grandes misericordias. No somos dignos siquiera de recoger las
migajas debajo de tu mesa. Pero tú eres
el mismo Señor, siempre misericordioso por naturaleza: Concédenos, por tanto, Señor, por tu
clemencia, que de tal modo comamos la Carne de tu amado Hijo Jesucristo y
bebamos su Sangre, que siempre vivamos en él, y él en nosotros. Amén.
P.
Aquí está
el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
T.
Señor, no
soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para
sanarme.
E
COMUNIÓN
Se puede cantar un
himno. Los fieles comulgan con respeto
en ambas especies.
P.
El siervo
de Dios N toma el Cuerpo y la Sangre de Cristo por fe y con agradecimiento, para
el perdón de sus pecados y la vida eterna.
E
POSTCOMUNIÓN
Consumir el resto de la
patena en la copa.
P. Oremos (De pie).
T.
Omnipotente
y eterno Dios, te damos muchas gracias porque nos has nutrido con estos santos
misterios del Cuerpo y Sangre de tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo, y con
ello nos aseguras tu favor y tu bondad, haciéndonos miembros del Cuerpo de
Cristo, que es la comunión de todo tu pueblo fiel. Te suplicamos humildemente, Padre celestial, que de tal modo nos
asistas con tu gracia que sigamos en tan santa compañía, y hagamos todas las
cosas buenas que tú preparaste para nosotros; mediante Jesucristo nuestro
Señor, a quien contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, ahora y
por siempre jamás. Amén.
P.
La paz de
Dios, que excede a todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el
conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor: Y la bendición de Dios todopoderoso: + Padre, Hijo y Espíritu Santo, sea con
vosotros y more en vosotros eternamente.
Amén.
D.
Vayamos
en paz y alegría para amar y servir al Señor en medio de su creación.