EDITORIAL

Se requiere un cambio

Se acaba de cumplir el primer año de ejercicio de gobierno en la gobernación del Chocó.

Durante estos 365 días la administración ha hecho esfuerzos para rectificar políticas erráticas, modificar procedimientos, aligerar los existentes, ponerle freno al uso de los dineros comprometidos con el plan de recuperación de la ley 550, salvar proyectos de beneficio regional con coparticipación departamental, pagar acreencias y sueldos de funcionarios, etc. etc.

Todo muy loable y acorde con el proyecto gubernativo del actual mandatario, al cual le hace falta el ingrediente de la inversión social y de obras, meta que siempre hemos sabido es un tanto utópica mientras no se cuente con ingresos propios suficientes que le deparen a la tesorería recursos que superen la obligación de pagar la nómina oficial.

El actual gobernador Julio Ibargüen, como sus inmediatos antecesores, han sido víctimas de esta circunstancia que no es coyuntural sino de carácter estructural en las finanzas departamentales. Un buen gobernador puede poner en orden con mucha austeridad una política fiscal, recapturar rentas, atender obligaciones, pagar sueldos y salarios etc.

Pero no puede ir más lejos en ese primer tramo.

Si lo que se ha pretendido en este primer tramo de la administración es cumplir con estos propósitos, no estamos lejanos a obtener el anhelado saneamiento fiscal.

Este punto es conexo con la expectativa de que después del primer año de su ejercicio como gobernante el primer mandatario del departamento le de un oxigenante giro al gobierno que preside. Se requiere un cambio.

No tenemos la pretensión de señalar a quienes o en cuales estamentos administrativos, debe darse, con presión u obstrucción de sus prerrogativas.

Pero a la administración le viene bien evaluar lo que ocurrió en este ultimo año y con base en esos resultados proyectar un cambio que la sociedad expectante espera, ojalá para mejorar lo que hemos visto hasta ahora, que no dista mucho de lo que vimos antes.

Las crisis en los gobiernos no tienen que darse por períodos fijos.

El presidente Uribe dijo que nombraba gabinete para cuatro años y ya hemos visto que todo se quedó en palabras. Julio Ibargüen no tiene porqué comprometerse en mantener en el seno del gobierno unas personas que no dieron la talla, y que por el contrario lo han comprometido en situaciones difíciles. Se requiere un cambio, ojalá para bien. Y en ese propósito lo estaremos acompañando, para salvar en los años que restan su proyecto de gobierno.