Guerrilleros de las Farc asesinaron al sacerdote Francisco Montoya

La fecha exacta y los pormenores del repudiable crimen se desconocen. El misionero Montoya, conocido como Padre Pachito, viajó desde la tercera semana de noviembre a las poblaciones de El Tigre, Tambito y Juntas de Tamaná. En vista de que pasaban los días y no se sabía de su paradero, el obispo de la Diócesis Istmina-Tadó, Monseñor Alonso Llano Ruiz, envió a la zona una comisión de varios sacerdotes y una religiosa.

"La información que el grupo guerrillero le dio a la comisión fue que ellos lo habían fusilado y que no entregarían su cadáver, el cual ellos mismos habían sepultado", dice el comunicado de la Diócesis Istmina-Tadó.

Javier Francisco Montoya Monsalve nació en Medellín en 1959, estudió en el seminario Misionero de San Pío X de esa ciudad y fue ordenado presbítero por Monseñor Gustavo Posada Peláez en junio de 1985.

Desde ese momento y durante veinte años recorrió los ríos y los bosques del Chocó laborando como misionero en algunas de los caseríos más pobres: Virudó, Nuquí, Juradó, Arenal, Puerto Echeverri, Pie de Pató, Nauca, Chachajo, Cugucho, Santa Cruz de Taparal, Bebedó, Istmina, Condoto, Santa Rita de Iró y el Alto Tamaná.

De profundas convicciones religiosas y de una tenacidad inquebrantable, el Padre Pachito recorría las trochas usando una sencilla sotana blanca y llevando una catanga en la espalda, donde cargaba los ornamentos para las celebraciones eucarísticas y un clarinete para animar a los feligreses.