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QUÉ SABE UD. DEL CHOCÓ?

Por Edgar Hidalgo T.

¿Qué sabe usted sobre Manuel Saturio Valencia (II)?

Durante la Guerra de los Mil Días (1899-1902) Manuel Saturio Valencia militó en el ejército conservador y tomó parte en varias batallas. Terminada la guerra vuelve a Quibdó y es nombrado juez penal del circuito.

En alguna noche entre vino, canciones y guitarras se enamoró con Deyanira Castro, una joven rubia de familia acomodada, de esta unión nació una niña pero la familia de Deyanira se opuso al matrimonio de la pareja, sobre todo Rodolfo, liberal y hermano de la joven quien despreciaba a Saturio.

Buscando escapar de sus penas, Manuel Saturio se enamoró de Arcadia Blandón (o Felisa Hurtado), quien al final resultó ser su media hermana. Se dice que Valencia deambulaba por las calles de Quibdó ebrio, declamando poemas y llamando a su etnia a la rebelión.

Esta circunstancia fue aprovechada por sus enemigos personales y políticos para conspirar en su contra. La versión más difundida afirma que en la madrugada del 1 de mayo de 1907 algunos borrachines pagados por los conspiradores llevaron a Manuel Saturio a los alrededores del puerto donde prenden fuego a un alero del techo de la casa del señor Ruperto Perea. La billetera y el cinturón de Valencia aparecen abandonados en el lugar, lo que es usado como evidencia para acusarlo de intentar incendiar la ciudad.

El 5 de mayo un tribunal lo condenó al patíbulo, según lo permitía la Constitución Nacional.

Los promotores del juicio fueron Enrique Palacios Medina, intendente, quien había pretendido, sin éxito, el amor de Deyanira Castro, Rodolfo Castro como perito judicial y Gregorio Sánchez, el juez quien siempre estuvo resentido con Manuel Saturio desde cuando lo reemplazó como juez penal del circuito de Quibdó.

Un grupo de distinguidas damas de la ciudad intercedió por el líder negro. Así lo dice el periodista Vicente Ferrer, testigo ocular, y quien escribe : "De nada valió tampoco el ruego humanitario de las damas de Quibdó que sin distingos de clases sociales salieron en su defensa, pero todo fue inútil ".

¿Fue Manuel Saturio Valencia ejecutado más por rencillas personales y pugnas políticas que por odios raciales?.

Transcurrido casi un siglo de este suceso no existe en el Chocó ni siquiera una placa conmemorativa. Sólo una modesta institución educativa de secundaria en Quibdó lleva el nombre de quien es considerado el último prócer chocoano.

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