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 EDITORIAL

Que EPQ sea administrada por EPM

Como es habitual para esta época del año, comienza a vivirse un severo verano en Quibdó, coincidente con la subienda de peces que emigran de las ciénagas, la sequía del río Atrato y la aparición de "playas", que de algún modo condicionan fugaces sitios de esparcimientos a la población.

Pero esta vez el "verano" urbano supera los treinta días sin que se registre un "aguacero", que tanto contribuye a aliviar el tradicional padecimiento de la comunidad, ante la ausencia de suministro del servicio público del acueducto a cargo de las Empresas Públicas de Quibdó (EPQ), a cuyo cargo está la prestación del vital servicio.

Y esto ocurre –paradójicamente– en una de las zonas húmedas de mayor pluviosidad en el planeta Tierra, –tal vez la segunda– cuyos habitantes en este nuevo siglo no han alcanzado la posibilidad de tener agua potable en sus viviendas para sus necesidades elementales.

En ese propósito primario han fracasado los gobiernos nacionales, las representaciones parlamentarias y los gobiernos locales, todos a una incapaces de procurarle una mejor condición de vida a una comunidad sedienta, que ha agotado todas las formas de protesta para obtener su atención. El caso de Quibdó es sintomático pero, desde luego, el de los restantes municipios del departamento, es peor. El acueducto y el alcantarillado siguen siendo utopías inalcanzables. Primero llegarán la luz eléctrica o los carreteables, antes que la infraestructura subterránea indispensable para un saneamiento ambiental condicionante de un cabal mejoramiento de la calidad de vida.

Para Quibdó se han planteado con seriedad alternativas definitivas que le pongan fin al problema de suministro de agua con la construcción del acueducto por gravedad desde el río Ichó, con un costo inferior a 20 mil millones de pesos, suma irrisoria ante el monto de las inversiones que se realizan a diario en otros frentes, sin beneficio directo para los colombianos necesitados. Así como hemos solicitado concitar y aunar esfuerzos en torno a la carretera al mar, hoy esperamos que no dejen solos a quienes desde el Comité Cívico por la Salvación y Dignidad de Chocó han liderado y luchado por este proyecto, que nosotros acompañamos con convicción patriótica. Pero es menester que nuestros voceros y autoridades –sin abstracción de otras metas– recaben con tenacidad ante las instancias del gobierno central para Quibdó resuelva de una vez por todas esta grave falencia, que lo mantiene en épocas similares al medioevo.

¿Por qué llegamos de nuevo al tema?

Porque según las informaciones de Chocó 7 días, las EPQ están a punto de ser liquidadas. La mejor alternativa es entregarlas en administración a las Empresas Públicas de Medellín durante un cierto tiempo, una entidad probada en el excelente manejo de los servicios públicos. Como suele suceder con todo lo nuestro, la incompetencia administrativa, la corrupción, politiquería e ineficiencia han conducido a las EPQ a un grado de iliquidez y de inoperancia que no les permiten cumplir con sus objetivos sociales. Si ellas quedan en manos en las cuales los chocoanos no tengamos injerencia, tanto mejor, así sobrevengan reclamos burocráticos y de falso regionalismo.

Aún cuando en casi todo el territorio nacional los acueductos son un buen negocio, crecen y prosperan, si el de Quibdó está llamado a ser administrado temporalmente por las Empresas Públicas de Medellín, que así sea.

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