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Reflexiones sobre la conservación de la biodiversidad.


Los términos conservación y biodiversidad reflejan conceptos que todos conocemos. El primero comunmente se refiere a las acciones humanas que buscan proteger muestras de la naturaleza -biotipos, especies, ecosistemas, paisajes- de las acciones humanas y también se refiere al uso sostenible de los recursos naturales. La biodiversidad es el nuevo término generado por los científicos para referirse a la diversidad de genes, organismos, ecosistemas y a los procesos biológicos y ecológicos que la producen.
La conservación de la biodiversidad es quizás uno de los temas más importantes de nuestro tiempo. La información científica nos indica que las tasas de desforestación a nivel mundial se han incrementado en forma notable, en especial en los países tropicales. Esta pérdida de masas forestales se dice que puede traer consigo una extinción masiva de especies, un hecho sin precedente en la historia reciente de la tierra (Gómez-Pompa et al, 1972).

Varios científicos han tratado de estimar el posible número de extinciones de especies que podrían ocurrir si el proceso de transformación masiva continúa. Algunas cifras son quizás exageradas, sin embargo el proceso de extinción es una realidad (Lovejoy, 1989; Heywood et. al., 1994). Si se pierden 1, 10 o mil especies por año no es importante, lo importante es que se puedan estar extinguiendo por acciones humanas que podrían ser detenidas. La falta de información biológica sobre la presencia de especies en el campo a través del tiempo nos impide confirmar o rechazar estas estimaciones. Es muy lamentable la escasez de nuevos proyectos taxonómicos y florísticos, ya que ellos son la fuente más creíble y actualizada sobre extinciones locales. Es también desalentador ver la lentitud del avance de los proyectos que se encuentran en marcha. Las nuevas generaciones de botánicos deberían tomar la iniciativa y trabajar en este tipo de proyectos tan centrales para la problemática de la conservación.

La posible pérdida del patrimonio biológico y genético de la humanidad por nuestras acciones es un asunto de gran importancia. No es posible seguir especulando sobre este tema.
La gran conferencia de Río de Janeiro (UNCED) convocada por las Naciones Unidas -que reunió al mayor número de Jefes de Estado que cualquier otra conferencia de la ONU- tenía como uno de sus grandes temas a la biodiversidad, su uso y conservación. La biodiversidad se convirtió en el centro de atención para las políticas conservacionistas a nivel mundial. El problema es que prácticamente ningún país estaba preparado para adoptar este nuevo objetivo conservacionista. Había -y hay- una falta de información y personal capacitado para este nuevo objetivo.
Una pregunta básica que deberíamos hacer es: ¿que tanta biodiversidad está protegida en los sistemas actuales de conservación a la naturaleza, por ejemplo, en los Parques Nacionales? La contestación es que prácticamente ningún país sabe lo que tiene protegido.
Muchos países, incluyendo México tenían ya una política -quizá muy débil- de conservación basada en un grupo de áreas legalmente protegidas con valores ecológicos, biológicos, estéticos, paisajísticos o históricos. Sin embargo, la biodiversidad nunca fue considerada para su establecimiento. Se requerían nuevos esquemas. El problema fue que no existía, ni existe, la información científica necesaria para tomar decisiones sobre nuevos sitios o nuevas formas de conservar esta biodiversidad. Ni tampoco la comunidad científica necesaria para generar esos conocimientos.

En adición a esto, se sabía que prácticamente todas las áreas protegidas decretadas por distintos Gobiernos a través del tiempo no incluían la obligación de comprar o expropiar las tierras, ni tampoco recursos para protegerlas y hacer cumplir los objetivos de los decretos que les dieron origen (Gómez-Pompa y Dirzo, 1995). La gran mayoría eran lo que se han llamado "parques de papel", tan conocidos en nuestros países latinoamericanos.
Sin embargo, se debe mencionar que a pesar del desentendimiento gubernamental a sus áreas protegidas, muchas de ellas fueron respetadas por las poblaciones locales y con ello cumplieron y cumplen su papel conservacionista. Sin embargo, el objetivo central de tratar de buscar esquemas que aseguren la conservación de la biodiversidad de México ha quedado pendiente hasta la fecha.

Para poder entender la problemática de la conservación en México será útil repasar brevemente algunas fortalezas y debilidades del país.
México cuenta con cerca de 100 millones de habitantes y con un crecimiento poblacional de cerca del 2%. En los últimos 50 años ha perdido la mayor parte de sus selvas altas siempre verdes. Pérdida relacionada con una tasa de desforestación sostenida de alrededor de 500,000 hectáreas por año. Una de las más altas de Latino América. Inmensas áreas del país muestran una degradación ecológica y un empobrecimiento biológico notable (Simon, 1997).
La distribución del ingreso es una de la más polarizadas de Latino América con más del 50% de su población en la pobreza y un 20 % en pobreza extrema. En contraste con esto, un pequeño grupo de mexicanos forman parte de la lista de los 100 más ricos del mundo.

México además cuenta con un número impresionante de ecosistemas naturales que han sobrevivido los cambios producidos por el hombre a través de los tiempos. Aparentemente han demostrado ser resistentes a los distintos ciclos de perturbaciones humanas del pasado. La regeneración y resistencia ecológica -y quizá la biológica- ha sido un factor importante en el mantenimiento de la biodiversidad del país. Este es un tema de enorme importancia que requiere la investigación científica (Gómez-Pompa & Kaus, 1999).
El reto actual de la conservación de la biodiversidad de México tiene que entenderse dentro de este doble contexto de recursos y cultura. En México conviven dos culturas conservacionistas: la del México moderno con sus áreas protegidas y la del México indígena y campesino -el llamado México Profundo- con su manejo tradicional de la naturaleza (Bonfil, 1987). El gran reto de la conservación en México es la compatibilización de las dos políticas para crear una sola.