2.- LOS
TOROS Y LAS GANADERIAS
4.-
TARDE DE TOROS Y CARTEL DE TRONIO
5.- RAFAEL GASCON Y SU “CIELO ANDALUZ”
TOROS
ORIGENES
La
primera corrida de toros en México se celebró el 24 de junio de
1526 para festejar el regreso de Hernán Cortés de su
expedición a las Higueras. El primer ganadero fue Juan Gutierrez
Altamirano, fundador de
Ya en 1545 las mantas tejidas en Cuernavaca se teñían, la mitad de “Colorado” y blanco para los chulos o mozos y la otra mitad de “Colorado” y azul para los matadores.
El
primer escenario de las corridas era
Sabemos que durante el mandato del Virrey de Falces, ya se afeitaban los pitones de las reses en 1577. Damos la fecha para que los viejos y nuevos aficionados recosan sus desgarradas vestiduras. Una de las efemérides más importantes de la época virreinal fue la primera novillada nocturna. La plaza se alumbró con hachas de cera de China y de Campeche. Pero lo más original fue que a los novillos se les adornaron con bolas de alquitrán en los morrillos y cohetes en los cuernos, remedando los clásicos “Toros de Fuego”. La muchedumbre mostró su asombro ante tales ocurrencias del Virrey de Villa Manrique que si hubiera estado presente Calígula, se hubiera sonrojado.
1586- Queda construida la “PLAZA DEL VOLADOR”, donde se organizaron festejos hasta principios del S.XIX . Empujados por la enorme afición y sensibilidad del aficionado mexicano, se construyeron durante el virreinato muchas plazas de toros, a las dos primeras añadirán tres plazas más solo y dentro de la ciudad de México, la de SAN DIEGO, la de SAN PABLO y LAS VIZCAINAS, todas ellas desmontables.
SIGLO XVIII
En 1702 se ordena construir una plaza,
Mención aparte merecen las mujeres toreras. En un mundo vedado al sexo débil, un grupo de amazonas decide romper los vínculos que las ataban al pasado y deciden convertirse en mujeres de verdad, emanciparse de un acendrado machismo e implantar los principios de la liberación femenina. Así se abre paso con dificultades extremas, Doña. Francisca Góngora, dama de alta alcurnia, seguida de Angela Amaya, famosa porque banderilleaba, y oh¡ sorpresa, picaba a sus toros y de paso los mandaba al averno de una manera magistral. De gratos recuerdos por su profesionalismo y alegría al ejecutar las suertes, María Aguirre, la “CHARRITA MEXICANA”, valiente como la que más, toreaba y mataba casi siempre a la primera a sus enemigos. Esto solo por nombrar a algunas de las más osadas.
La fiesta de toros, siempre, pero siempre ha tenido acérrimos enemigos, con la consecuencia drástica de que cuando éstos han llegado a tener el poder y la autoridad suficientes para prohibir las corridas, lo han hecho con la mano en la cintura. Solo a modo de ejemplo recordaremos los vetos pontificios de PIO V y SIXTO V.
PRINCIPIOS DE SIGLO XIX
En los inicios del siglo se cancela una corrida después de efectuada;
sucede que el Virrey Bereguer, antitaurino de cepa, enferma, y confiados los
empresarios que no se enterará, montan un festejo con éxito, pero
¡Oh sorpresa¡ Que el susodicho personaje se recupera y recibe las
noticias de la corrida y se pone muino del coraje, tanto que por poco lo pone
al borde la apoplejía; Perdió la calma, la compostura y todo lo
que hay que perder y ordenó que el festejo se declarara nulo y sin ningún
valor.
Al
advenimiento de
LOS TOROS Y LAS GANADERIAS
El toro bravo viene de España y en su cruce con vacas mexicanas, se
funda la primera y exitosa ganadería, la de ATENCO en terrenos del
Estado de México.
A lo largo de los siglos virreinales, se llevaron a cabo en las ganaderías mexicanas cruces con toros españoles, dando surgimiento a nuevas; entre las divisas más destacadas fueron DEL HIERRO, ENYEGÉ, YEREGÉ y YERMO. Como aún hoy es costumbre, de la hacienda en que pastaban tomaban su nombre, en lugar de hacerlo del nombre del ganadero propietario de la torada.
La
renovación de los contactos entre México y España
después de
Es así como en 1849 surge la afamada ganadería de SAN DIEGO DE LOS PADRES, fundada con vacas criollas y toros de El Salitre. El nombre de Saltillo es el que con más ilustres resonancias se conserva en la ganadería brava mexicana; Como siempre se considera aristocrático y de garantía que el ganado sea de puro origen saltillense.
Así lo hace la ganadería de SAN MATEO fundada
en 1908, que ha permanecido fiel a su casta de origen, al igual que la de
PIEDRAS NEGRAS cruzada con toros de Miura, o la de XAXAY que toma reses de
Piedras Negras, de origen saltillense y la de ZOTOLUCA que se originó en
1888 surgida de reses de San Cristóbal de
Además
de éstos nombres de gran tradición, se pueden agregar muchos de
casta bravía, y solo para nombrar algunos mencionaremos a EL ROCIO,
CABRERA,
TODO COMENZO EN 1867
A la dramática caída del imperio de Maximiliano, y con
telón de fondo negro el Cerro de las Campanas, y como secuela
trágica la locura de”mamá Carlota”, regresa a la
capital el inefable hombre de Guelatao, Benito Juárez con todo y su
famosa “familia enferma” después de andar huyendo por las
hermosas regiones del norte del país.
El 15 de julio éste insensato es reelecto por séptima vez y de inmediato prohíbe las corridas de toros, argumentando que es un espectáculo indigno. Lo de Derecho al Respeto Ajeno bien que lo olvidó en su obtuso cerebro. Consecuencia lógica, se desmontan las plazas portátiles, incluyendo la del PASEO NUEVO, la más hermosa y moderna de la época.
Por 20 años la capital de la república no tuvo ocasión de disfrutar su fiesta favorita, pero los festejos se siguieron dando en el interior de vez en vez, tan es así que los aficionados del centro, sin carreteras ni facilidades de transporte, asistían con regularidad.
Muchos toreros españoles empiezan a arribar a ésta tierra de oportunidades y probada hospitalidad, entre ellos el más afamado de la península, Bernardo Gaviño, quien fue el primero en enseñar es ésta señorial capital el arte de la tauromaquia.
PONCIANO DIAZ
El primer y gran matador de toros que tuvo México nació en
Fue grande el triunfo alcanzado y aunque fue hostilizado por un sector del público, en nada decayó su inquebrantable voluntad de abrirse paso en ése laberinto que es el mundillo de los toros.
Después de triunfar en muchas plazas, no había cartel de tronío donde no se anunciara al diestro de poblado bigote, como después lo emularía Emiliano Zapata.
En todas las plazas era insuficiente el cupo para verlo torear, Las ferias en todo su apogeo, comenzaban en la mañana con el mexicanísimo jaripeo, seguían las peleas de gallos y más tarde las corridas de toros. Días interminables de alegría, de derroche de oro en el juego y de libaciones y recuerdos en las bohemiadas.
En 1887 se deroga el decreto de la prohibición de toros en la capital y se inaugura la plaza de SAN RAFAEL y Ponciano estoqueó magistralmente a cinco toros cambiando su traje de luces en seda y oro por el de charro recamado en plata.
De España llega Luis Mazzantini rodeado de gran fama como un estupendo estoqueador. Para ésas fechas, Ponciano cumple un compromiso en Orizaba, en pleno goce de facultades físicas y psíquicas. Una gigantesca magnolia envuelta en neblinas con pupilas de mujer romántica tras los vidrios de las ventanas, un gotear de lluvia en los jardines umbríos, una canción y un arrullo, un poema y un romance, componían el espíritu de la población veracruzana.
Despertó
alborozada la provincia al conocer que torearía Ponciano en ésa
tierra de bendición; y en la placita “
¡Cómo lucía Lupita Sanchez el óvalo de su rostro de madona bajo las alas del fieltro charro!
¿Romance?…Página sentimental y callada del viajero que va exponiendo su vida.
Mientras Ponciano se afeitaba en una barbería. Pasó la guapa a ritmo y gracia y el ídolo con el rostro enjabonado se paró para contemplar a la desconocida.
En enero de 1888 inaugura la plaza de BUCARELI. La crónica recuerda….¡Y qué corrida fue aquélla!
Al pisar la arena Ponciano, una cascada de rosas cayó
sobre su montera. Centenares de palomas abrieron sus alas de nieve sobre el
cielo sin mancha. Una niña encantadora, toda de blanco vestida,
coronó al lidiador de Atenco con laureles y mirtos, mientras el de la
melena ensortijada, que estrenaba un vestido morado y oro, aceptaba de rodillas
la conmovedora ofrenda. Seis toros se despachó el hombre. El primero lo
dedicó a su madre, presente en un palco y con conmovedoras palabras
expresó: “Por mi patria y por tí, madre mía….
Después se va directamente al toro, le da cuatro naturales, tres cambiados, cuatro en redondo y dos a su modo; levantando la toledana apunta sobre la cruz del lomo, da unos pasos hacia adelante y queda inmóvil, por fin el toro arranca y el estoqueador le clava el acero completo en el centro del morrillo. A esto le llaman “MATAR RECIBIENDO”. Después, con la espada corta hace que el toro incline la cabeza y de un golpe violento le clavó la punta en el testuz. La fiera cayó herida de muerte como por Júpiter y dicen que a eso se le llama “DESCABELLO”.
El redondel se llena de ramilletes y se tocan dianas por las tres bandas de música de la plaza. En el intermedio del segundo y tercer toro Ponciano alanceó pie a tierra cosechando muchísimas palmas y dianas. Ya vestido de charro y montando a un hermosísimo alazán tostado recibió al sexto toro de color amarillo y cara prieta, el cual después de recibir seis varas, Ponciano da tres salidas en falso y pone dos y medio pares de banderillas en forma magistral.
Desmonta y brinda en los medios a todo el respetable de sol y sombra. Le da tres naturales al toro seguido de varios pases de la casa y lo descabella en un metisaca perfecto. Anochecía ya cuando la multitud abandonaba la nueva plaza de Bucareli en medio de un júbilo indescriptible.
1888
le trae buena estrella a Ponciano Díaz. Ya la veneración por el
de Atenco alcanza perfiles insospechados. Mazzantini vuelve a México
contratado por
El cine mexicano, de cuya importancia no se puede dudar, ha dedicado parte de su producción al tema taurino y una de las primeras y exitosas películas de éste género fue una evocación al gran Ponciano. Su nombre: “ORA, PONCIANO” estelarizada por Jesús Solórzano. En 1889 embarca rumbo a España y tras una feliz travesía, se planta en Villa Coronada dispuesto a partirse el pecho con el toro más grande y encastado que le ofrecieran. Tres figuras sobresalían en aquél entonces en España, “LAGARTIJO”, “FRASCUELO” y “GUERRITA”
El 28 de julio en Madrid recibiría la borla de manos de “Frascuelo”y con dehesas del Duque de Veragua. Había que celebrar con unos “chatos” en el “colmao” hasta el amanecer con rasgueo de guitarras, palmas y bulerías. Por la calle de Alcalá pasaban los aficionados encantados por el acontecimiento. Al igual que las “manuelas” tiradas por un solo caballo y sonreía el mujerío del Madrid chulapo. Un piropo, una falda de volantes, que deja ver el tobillo color canela de una gitana, el humo del tabaco fuerte y el sol, poniendo un tapiz de oro sobre adoquines y el pavimento para todos los que se disponen a asistir al gran acontecimiento.
TARDE DE TOROS Y CARTEL DE
TRONIO
A pie, en coches de alquiler o en tranvías tirados por mulillas,
seguía llegando la gente ansiosa de conocer al famoso espada mexicano.
En cuanto llegó a la plaza, Ponciano se dirigió a la capilla a
orar y sale hacia la puerta de cuadrillas. Ahí le fue presentado al que
sería su padrino “frascuelo”, éste, al ver al de
Atenco de estatura regular, paso corto y que usaba melena, en su soberbia
exclama: “ A éste, de pies a cabeza, lo borro” y
sonrió irónicamente.
Con plaza llena y 13,000 espectadores recibe Ponciano a su toro de alternativa, un cinqueño, le pega tres pases corrientes y como el bicho se aquerenciaba en la barrera, pidió consejo a su padrino: -Señor Frascuelo, sáquelo de su querencia. Y el “negro” responde ensoberbecido: -Señor Ponciano, el toro quiere morir ahí y en ése sitio se le mata. No había terminado la fase y como una saeta el diestro ya estaba volcándose sobre el morrillo de la res propinándole un volapié clásico, una estocada que retumbó en el circo.
Cronistas, catedráticos, majas, gentes de polendas, aristócratas y taurinos aplaudieron con un incesante clamor al mexicano.
“Frascuelo” balbucea: - Se ve claramente que su vida ha visto torear y es una lástima, porque es valiente y de los buenos.
Ponciano responde: - ¿Terrenos?- ¿Estilos?- ¿Querencias?---- ¡Qué me vienen ustedes a decir! ¡Yo valgo tanto como “FRASCUELO”, “GUERRITA” y todos ustedes juntos!
Los
españoles lo veían con curiosidad, con invencible temor--- se
vaciaban las botellas de amontillado y se murmuraba mucho. Cuando Ponciano se
dejó ver por los Recoletos y por
Volvió a triunfar en Madrid el 17 de septiembre del 89 luciendo la típica indumentaria y ganando ovaciones, elogios y renombre. Finalmente regresa triunfante a su patria y el 12 de diciembre de 1897 lo anuncia la empresa en Santiago Tianguistengo. Solo con su nombre se despierta todo el pueblo ¡Retornaba el ídolo! Con banderas tricolor se adornaron las calles principales, reventaban cohetes y sonaban los mariachis.
Al pasar por la muleta a su segundo enemigo, Ponciano Díaz sufrió un desmayo. La fiera hace por él y lo engancha entre el chaleco y la camisa zarandeándolo drásticamente. Pálido, descompuesto, con el cabello satinado de polvo, sin zapatillas y con el terno desgarrado, el diestro cayó en la arena, como un juguete inerte por la mano del destino…El noble burel no le hizo tanto daño, pero en el mismo sitio donde mató a su primer novillo, ponía abruptamente punto final a su aventura taurina.
Cuando
volvió a los brazos de su madre, comprometida ya con una cita cercana
con la muerte, dejó escapar lágrimas de resignación y de
dolor. Todo había concluido. Aplausos, oro, vítores, paseos
triunfales, el alcanzar las estrellas, una vida de fantasía. En el viaje
sin retorno de su madre, todo acabó para él. Abandonó a
sus amigos, la fama y lo fastuoso de la vida. Renuncia a los viajes peligrosos,
a los infortunios y las lágrimas, a la pelea constante y a un caminar
sin sosiego. Los dolores de aquélla terrible cornada en Durango, la
fiebre y la sed en la enfermería “EL ROSARIO” cuando un
bicho codicioso le hundió los pitones en el vientre o aquél
percance en Tenango del Valle que hicieron temer a los galenos por su vida, y
éste y el otro, y los amargos tragos de insomnio y dolor en los
hospitales y quirófanos. Luego las francachelas y el éxito, los
empresarios que se enriquecieron explotándolo, el viaje a España,
la guitarra y el cante, las jacas andaluzas, las manuelas y el vino rojo como
la sangre espesa. Una cruel enfermedad hepática lo martirizó
varios meses y en su cabellera ensortijada asomaron hilos de plata. El 15 de
abril de 1899 y a los 41 años de edad, una soleada tarde, se dibuja una
leve sonrisa en su rostro apiñonado como pensando en recibir a unos
ángeles vestidos de luces para llevarlo junto con su viejecita. Fue
sepultado en el Tepeyac junto a
RAFAEL GASCON Y SU “CIELO
ANDALUZ”
Taurinamente hablando en 1899 termina el S. XIX, ése año muere
Ponciano Díaz, es desmantelada su plaza de Bucareli, a la que
últimas fechas hizo empresa, y por ende empieza el S.XX En 1899
Ramón Lopez construye una nueva plaza de toros por la colonia de los
doctores a la que llamaron PLAZA MEXICO en donde se ofrecieron festejos por
cinco años.
Rafael Gascón es contratado en 1998 por el teatro Principal como maestro-director, en el cual aparece el primer desnudo teatral, en una época en el que casi no existía ni el conyugal, al igual que el primer travesti. ¡Virgen de media noche! Los escándalos subsecuentes fueron de pronóstico reservado y tuvieron tal repercusión que la capital se paralizó varios días por la ola de protestas; pero mejor volvamos, a lo nuestro, al toro.
En
1902, el Teatro Principal, que no era ajeno a la moda taurina, ofrecía
sus famosas “tandas” vilipendiadas por los “cultos” e
imprescindibles para los tandófilos “pur sang”. De algo
más de una docena de teatros, unos seis se dedicaban al género
zarzuelero, éste tan defendido por Manuel Gutierrez Nájera, el de
la dulce charla de sobremesa, el de Arturo, de noble corazón y gran
cabeza. Nunca faltaron las piezas de ambiente taurino, recordemos algunos:
“
Las triples, por su parte, cuando no dejaban adivinar mucho en el teatro enfundadas en entallados y escotados vestidos, se les veía en los tendidos de las plazas o retratándose acariciando los belfos del indultado toro “BONITO”.
No era raro ver aparecer a toreros famosos recitando sus parlamentos en el teatro con voz encelada para regocijo de sus seguidores. Así dizque declamaba “MAZZANTINI” y el “AMERICANO”. Y como no podía faltar un torero-compositor, Enrique Vargas “MINUTO” estrena en 1910 con mucho éxito “El gavilán y la paloma”.
A Rafael Gascón le tocó vivir éste meloso ambiente taurino con el consiguiente escándalo de los “Progresistas” y ver concurrir, ávidamente a la gente a cuanto espectáculo taurino era presentado en cada una de las diez plazas existentes y con solo sus 400,000 habitantes.
Gascón tiene libre vía en nuestra memoria por
el hecho de ser el autor de “CIELO ANDALUZ”, que es y ha sido desde
entonces el paso doble obligado al partir plaza en los cosos taurinos de
nuestro país, incluyendo
Debemos recordar que el mismísimo Porfirio Díaz fue un gran aficionado y asistía con frecuencia a las plazas, lo mismo su yerno que era propietario de la ganadería de San Nicolás Peralta. Esto sucedía antes que Don Porfirio fuera desterrado en 1910 en el barco “Ipiranga” rumbo a París, ahora llamada ciudad lux, en donde falleció años después. Sus restos permanecen en el cementerio de Montmarte.
En el nacimiento del siglo, los toros funcionaban de manera constante, por no mencionar las múltiples plazas provisionales que doquier se levantaban; pero en cuestión de toreros no eran tiempos de bonanza, ya que pululaban una plaga de mediocridades y una turba de aventureros que con mucha buena voluntad rescataremos a “ZOCATO”, “CUATRO DEDOS”español mezquino y simpático y “EL ECIJANO” valiente, luchón, que una cornada recibida en Guadalajara lo mandó a una muerte prematura.
En 1912 Rafael Gascón compone
“CIELO ANDALUZ” y le pone letra José F. Elizondo, hermoso e
imprescindible pasodoble, que cuando se parte plaza y al inicio de sus
compases, se escucha el estentóreo ¡OLE”, que nos enciende
la pasión y nos llena de alegría pensando en los triunfos de
nuestros ídolos.