Antonio Sastre
Monstruo sagrado del fútbol, genio y patriarca,
crack y señor. Considerado unánimemente como el jugador más
completo del fútbol argentino en virtud de sus variadas
condiciones y de haber jugado, y haberse destacado ampliamente en
varios puestos. Notable gambeteador, guapo, inteligente, autor de
112 goles en partidos oficiales de campeonato pese a jugar muchas
veces en posiciones de retaguardia, ganador nato.
Tuvo la suerte de debutar junto al genial Manuel Seoane y
aprender a su lado a ser ganador, a jugar bien pero pensando
siempre en el arco de enfrente. Cuando Independiente contrató al
gran delantero uruguayo Roberto Porta, Sastre actuó de insider y
juntos compusieron una formidable ala que hizo estragos:
Porta-Sastre.
En la Copa América de 1937, la Selección Argentina lo requirió
como marcador lateral derecho y Sastre deslumbró. En los dos
partidos ante Brasil, anuló a la famosa ala izquierda Tim y
Patesko. Primero los frenaba, les sacaba la pelota, luego los
gambeteaba y salia jugando. Ese era Antonio Sastre. Tras ese
sudamericano Independiente contrató a Vicente De la Mata, quién
era insider derecho. No hubo problemas, Satre pasó de insider
izquierdo y se formó el fenomenal terceto central De la
Mata-Erico-Sastre. Pero antes había descollado también como
mediocampista central. Y varias veces jugó con acierto como
zaguero.
En 1942, luego de 13 temporadas y tantas alegrias brindadas,
Independiente le extendió el pase libre porque Sastre tenía una
interesante oferta del San Pablo FC, de Brasil. Era una forma de
premiarlo. Ya veterano, "Cuila" (así le decían)
llegó a su nuevo club, que nunca había podido ser campeón.
Sastre se convirtió en el conductor del equipo y en cuatro años
ganaron tres campeonatos y un subcampeonato. En Brasil lo
recuerdan como "El Maestro". Según el genial Oswaldo
Brandao, "el hombre que nos enseñó a jugar al
fútbol". En 1946, vuelto a la Argentina y retirado de la
actividad, fue convencido por dirigentes de Gimnasia y Esgrima La
Plata de jugar un año. "Gimnasia se fue a la B. Necesitamos
ser campeones para volver a Primera", le dijeron. Aceptó a
regañadientes. Gimnasia fue campeón bajo la batuta sabia del
Maestro. Ese era Antonio Sastre. El que nunca defraudó, el que
hacía el gol en el partido más difícil, el compañero de
fierro, el adversario leal. Como a Bochini, como a Erico, a De la
Mata y a tantos otros, Independiente le debe una gran porción de
su enorme grandeza. Antonio Sastre nació en Lomas de Zamora el
27 de abril de 1911 y falleció en Adrogué el 23 de noviembre de
1987.