PROMESAS

ATENCION A LA SALUD INTEGRAL DE MILES DE HONDUREÑOS

Texto Elvia Castañeda de Machado
Fotos Linda J. Stern, Reyner Maradiaga

La Escuela Agrícola Panamericana de El Zamorano es un centro internacional de educación superior, de carácter privado, muy conocido desde 1942 por la excelente formación de profesionales de las ciencias agrícolas para toda América Latina. En la actualidad, también es sede de "PROMESA" (sigla de Proyecto para el Mejoramiento de la Salud), el cual opera como programa de educación en este campo, y en los de servicio y entrenamiento, en poblados de la región montañosa del Yeguare en Honduras.

PROMESA se propone mejorar las condiciones, el conocimiento y autoconfianza de los habitantes, además de entrenar a estudiantes de medicina y residentes médicos de Estados Unidos de América, para que comprendan mejor los retos y oportunidades de brindar cuidados de salud a los países en desarrollo. Entre los objetivos de PROMESA también está el de establecer colaboración entre hospitales de enseñanza, grupos comunitarios y ministerios de salud; aspira a convertirse en modelo de cooperación y participación; a ofrecer nuevos enfoques en educación, prevención, sostenibilidad y servicios básicos, que tengan por objeto beneficiar a las comunidades locales de Honduras, a los médicos residentes y a otros profesionales e instituciones de desarrollo rural y enseñanza para la salud.

Para ello usa la modalidad de rotación de médicos residentes, prácticas para estudiantes de medicina; curriculum internacional de salud; entrenamiento de parteras y trabajadoras de salud; asistencia odontológica y desarrollo de proyectos comunitarios integrados.

"Sabor Social" entrevistó en su oficina, en El Zamorano, a dos entusiastas y dinámicos profesionales dirigentes de PROMESA: Linda Johanna Stern, directora, y Reyner Maradiaga, Coordinador del Campo; la primera, oriunda de los E.U.A. es poseedora de una Maestría en Salud Pública de la Universidad de Boston y otra en Ingeniería en Ciencia Nutricional, quien ha trabajado en salud pública desde 1974 y ha sido directora ejecutiva de un centro de salud para 9 mil pacientes, en su mayoría latinos, en Boston donde reside. En cuanto a Reyner es hondureño, con estudios de Biología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y quien manifiesta que "lo más importante es que me gusta mucho trabajar con la gente del campo". En la reunión también ofreció su aporte Abraham Antonio Ramírez, estudiante de Desarrollo Socieconómico en El Zamorano, hondureño, voluntario de PROMESA con firmes convicciones sobre la importancia de este proyecto.

NACIMIENTO DE "PROMESA"

Linda Johanna y Reyner se refieren a los serios problemas de salud que han observado durante años en esta área tan pobre donde "básicamente las personas han estado sobreviviendo".

Y agregan: "En 1994 logramos que vinieran de los Estados Unidos brigadas médicas y odontológicas, tres veces por año, una semana cada vez y a un sola aldea de El Zamorano. Hacían mucho bien pero al mismo tiempo, se detectaban otros problemas que afectaban a la población: de agua, sanidad, alimentación, nutrición, etc. Ya en 1997 Kellogg fundó este proyecto, no propiamente de salud pero sí de desarrollo rural; durante 3 años fuimos a las aldeas que no tenían acceso a ningún centro de salud. Hoy estamos abarcando 9 municipios, del Depto. de Francisco Morazán: San Antonio de Oriente, Tatumbla y Maraita; y de El Paraíso: Morocelí, Yuscarán, Oropolí, Güinope, Yauyupe y San Lucas, con una población de casi 65 mil habitantes y con iguales problemas que los del resto del país, o sea que no tienen medicamentos y cuando los hay algunos no son los que se necesitan; la mayoría del personal que los maneja son enfermeras auxiliares. Sólo en algunos casos hay, un médico permanente para 3 municipios; médicos en servicio social, y a veces, ninguno. Stern y Maradiaga refieren que al comienzo llegaba la gente "con numerosas solicitudes relacionadas con salud, confiando en nuestra ayuda. Pero las brigadas eran sólo puntuales y se necesitaba de la sostenibilidad.

Durante una brigada, el médico norteamericano Paul Cusick con una paciente.

Fue así como comenzamos a unir los esfuerzos de Kellogg, con los del hospital Brigham and Women's (uno de los de la Escuela de Medicina de Harvard), tres Teaching Hospitals (hospitales escuela), médicos, enfermeras y parteras que trabajan allá. Comenzamos a buscar fondos que ayudaran a atacar los serios problemas encontrados, y así, del año 99 hasta hoy hemos atendido a más de 15 mil personas y al menos el 30% de aquellos provenientes del agua: parásitos intestinales, erupciones de la piel, gastrointestinales, etc., con la meta de llegar hasta las raíces y en forma sistemática.

ASPIRACIONES Y VOLUNTARIADO

El agua de los pozos también debe ser potalibizada.rigada, el médico norteamericano Paul Cusick con una paciente.

La idea de PROMESA es básica y sencilla: trabajar con cada persona y responder a sus necesidades. "Hemos comenzado -dice Linda- en el año 2000 con fondos del hospital Brigham and Women's que paga los sueldos de nosotros dos a tiempo completo; también tenemos ayuda económica de la Cabot Fundation; sin embargo, nos quedan fondos hasta el fin del año y esto nos preocupa". Reyner agrega que PROMESA surgió a iniciativa de ambos y que el tema propiamente dicho de salud, en El Zamorano, es nuevo, porque su misión ha sido formar profesionales agrícolas y Linda menciona su experiencia anterior en el trabajo con comunidades de la región, pero puntualiza: "quiero enaltecer algo que considero muy importante, y es que existe una característica muy arraigada en sus compatriotas de E.U.A.: en el corazón y la mente de cada norteamericano hay un deseo permanente de apoyar a los países en desarrollo y muchos lazos de hermandad establecidos con los que de aquí viajan a mi país.

Doctor Peter Doyle, coordinador DSEA; la doctora Linda Jo Stern, coordinadora de "PROMESA", y Reyner Maradiaga, coordinador de Campo, reciben dos vehículos donados por LINZEE COOLIDJE.

Así, más de 200 profesionales y voluntarios han venido, formando las brigadas, pagando ellos mismos desde los gastos de viaje hasta su manutención en Honduras; sabemos de su entusiasmo y deseo de confraternizar ayudando a otros seres humanos. Muchos se preguntarán por qué un hospital de Harvard se preocupa por nosotros; y es porque quieren que sus médicos, enfermeras y parteras tengan oportunidad de servir y de aprender más; agreguemos que ellos confían en lo que se está haciendo aquí para cambiar el nivel de salud de estas comunidades.

Este año fueron contratadas dos personas por 6 meses para llevar a cabo un proyecto de Salud Familiar que tiende a mejorar el ambiente material del hogar: chimeneas, techos, pisos, corrales para animales, agua, sanidad, etc., implementando acciones participativas conectadas con la prevención. Tenemos muchos voluntarios tales como un director de médicos para PROMESA; él tiene una clínica grande en los Estados Unidos pero viene 3 veces al año a ayudarnos gratuitamente. También el caso de las parteras y enfermeras que hacen currículo y recogen medicamentos; estudiantes de los E.U.A., de aquí de Tegucigalpa y de El Zamorano". Caso especial es el del estudiante Abraham Antonio Ramírez quien nos indica: "El Zamorano nos enseña a ver mucho más allá del conocimiento técnico; también nos inculca, además del manejo de los recursos naturales, muchas formas de colaborar en la mitigación de la pobreza; se aprende a tomar la salud como un factor ligado con el desarrollo e incentiva el estudio de los componentes sociales y ambientales.

Los pacientes asisten en masa a las consultas médicas de PROMESA. Quebrachos, San Lucas.

Para mí ha sido una oportunidad muy valiosa la de trabajar con PROMESA, para comprender mejor los aspectos de salud; me ha permitido una observación directa de los problemas, la gestión de recursos, la aplicación de conocimiento y a aplicar metodologías de participación para salir adelante; esto y mucho más. Mi proyecto de tesis se encamina a que los organismos visualicen mejor la importancia de invertir en salud; qué mejor proyección para El Zamorano que enseñarnos a hacer nuestro, este compromiso de mejorar el nivel de salud de las comunidades que nos rodean. Yo no soy experto en salud pero sé que tenemos habilidades y conocimientos que aplicadas dentro del marco social, cooperan con el desarrollo. De esta manera, quienes por alguna razón no podemos salir en períodos de vacaciones, trabajamos en cualquiera de las zamoranoempresas o bien podemos venir a trabajar en PROMESA, y volvernos más ilustrados y competitivos; tenemos la convicción que con ello podemos siempre ir más allá".

ACEPTACION DE LA COMUNIDAD

El alcalde Andy Rubio inauguró el centro de Salud de Tabla Grande.

Reyner indica: "La gente del campo nos acepta con satisfacción, especialmente con las brigadas médicas. Sin embargo, hay que tener presente que el desarrollo es un proceso largo y difícil; lo es más por cuanto en nuestro país ha imperado el paternalismo que hace a la gente pasiva. El paternalismo y la apatía hacen más lenta la aceptación de los cambios necesarios en la actitud. Por eso hacemos todo en conjunto y no en forma aislada; ya hemos notado cambios y esperamos lograr muchos más a corto plazo, por medio de la educación, capacitación, mejoramiento de las condiciones de vida; hay menos parasitismo intestinal; hay cloración del agua, higiene en los alimentos, eliminación de insectos y criaderos de vectores, todo enseñando a las personas a ayudarse siguiendo instrucciones.

Nos alienta ver cómo van poco a poco apreciando las prácticas de salud. El trabajo es duro pero los resultados son compensatorios al esfuerzo".

PROMOCION Y CAPACITACION

La estudiante de Medicina de la UNAH, Ileana Levya, atiende a un paciente de PROMESA.

Los personeros de PROMESA son muy conocidos en las comunidades a través de su labor y para ellos la presencia de El Zamorano representa una gran ayuda ya que es un centro de tan alto prestigio. Cuando se acerca una brigada, esta se promociona en todas las comunidades y es ampliamente aceptada como consecuencia del trabajo responsable y serio que esta realiza; saben que su objetivo es atender necesidades comunitarias. "Al entrar a una comunidad -explican- no vamos como a un laboratorio sino a colaborar directamente con ellos para trabajar en la resolución de problemas, como en el caso del agua. Donde hay pozos capacitamos a los habitantes en la comprensión de lo que es agua potable y no potable, para que asimilen la necesidad del cambio de lo tradicional y, asimismo, que entiendan que el potencial para hacer más saludables está dentro de ellos mismos. En cuanto a capacitación formal hemos logrado hacerla con 44 parteras, en cuidado pre y post natal y atención de partos; asimismo hemos realizado 9 entrenamientos para quienes trabajan en combatir los incendios forestales de la región. Hemos entrenado 180 personas en lo que son los primeros auxilios y, además, educamos a los pobladores durante reuniones, encuestas o conversaciones en las que se comparte información. La Salud Familiar ya ha comenzado en 2 comunidades asignadas, en cuanto a: mejoramiento de pisos de tierra, erradicación de mosquitos, fogones, letrinas, etc.; deseamos bajar el nivel de insalubridad y mejorar la alimentación a través de huertos familiares.

Utilizamos las normas de la educación de adultos con miras a practicar de inmediato cuanto se les enseña y ellos se han vuelto más decididos al cambio".

Al final

PROMESA enseña a los habitantes de las comunidades sobre la necesidad de potabilizar el agua, por la contaminación.

Linda y Reyner hacen énfasis en que están involucrados en un proceso que requiere tiempo para obtener resultados concretos; pero, asimismo, necesitan de más fondos para el año venidero; están empeñados en obtener donantes. "Deseamos -dicen- proseguir las actividades emprendidas, o tal vez desarrollar una segunda fase y llegar a más comunidades. Son de gran apoyo para nosotros los acuerdos a que hemos llegado con la Facultad de Medicina de la UNAH; y trabajamos muy estrechamente con el Ministerio de Salud en propuestas para capacitación de parteras empíricas, ya que aquí en Honduras existe un alto índice de mortalidad infantil. De 1994 hasta hoy, este ha subido de 33 a 42% y en los países desarrollados es de un 7%. El problema es complejo pero es necesario comenzar a preparar las mujeres. Esperamos conseguir los fondos que requerimos; la capacitación de personal comunitario del Ministerio de Salud concluyó en 1994 y por ello nosotros lo estamos haciendo.

Las estadísticas indican que la mayoría de las mujeres del campo dan a luz en sus casas y esto influye en la mortalidad de los niños; esperamos bajar este índice tan alto aunque sea en nuestra región, y salir adelante".

Doña Bertha es buena practicante en el programa de Salud Familiar de PROMESA en Tabla Grande.

Honduras es el segundo país con mayor pobreza en el hemisferio occidental. La población que atiende PROMESA lleva una vida precaria, cultivando maíz, frijol, plátano y café.

Cada familia gana diariamente de uno a tres dólares, para suplir necesidades de alimentación limitada, sin agua potable, con viviendas rudimentarias y falta de los cuidados básicos de salud. Por tales razones son presa fácil de la desnutrición, parasitismo, enfermedades respiratorias, infecciones de la piel, infecciones dentales, etc.

PROMESA está eliminando el formato de la brigada médica tradicional y se enfoca en proyectos comunitarios de efecto duradero. Así está empeñada en dos sistemas de agua potable, programas de sanidad, salud de la mujer, salud dental y mejora de viviendas para la salud familiar.

Ojalá que fueran muchas las instituciones que apoyaran este intento de salud integral como el de PROMESA, volcando en su apoyo, sentimientos de solidaridad hacia toda esa gente necesitada, y cumpliendo a cabalidad un deber ciudadano. En tres preciosas publicaciones que nos facilitaron Linda y Reyner, encontramos este pensamiento de Albert Einstein: "LA IDEA DE QUE ESTAMOS SEPARADOS UNOS DE LOS OTROS ES UNA ILUSION OPTICA DE NUESTRA PROPIA CONCIENCIA".