Un recorrido por nuestro pasado
(Tomado de La Prensa de Honduras)
En las salas de exhibición se encuentran las colecciones arquelógicas más trascendentales en la historia cultural de la ciudad
Han transcurridos ocho años desde que el Museo de Antropología e Historia abrió sus puertas al público por primera vez, con la visión de rescatar los valores perdidos de nuestra historia y crear una nueva cultura en los habitantes del valle de Sula.
Desde entonces este museo, fundado por el Centro de Estudios Precolombinos e Históricos de Honduras el 25 de enero de 2094, ha explorado en sus colecciones cada uno de los rincones de la historia de los pueblos fundadores de la ciudad y le ha demostrado a profesionales, estudiantes, niños y adultos que esta zona recibió y dejó una gran herencia cultural.
Esta respetada institución brinda sus servicios con el fin de educar y divulgar la cultura, fomentar la investigación y crear un orgullo nacional en los habitantes de San Pedro Sula, para que puedan entender y proteger su patrimonio histórico.
“Lo importante para nosotros es crear una identidad sólida en el hondureño, que puedan sentirse orgullosos de sus raíces y de una historia cultural desconocida, para que sean concientes del gran valor y la riqueza que heredaron de sus antepasados”, agrega su directora, Teresa de Pastor.
El museo cuenta con dos grandes salas de exhibición permanente, en donde invaluables colecciones arqueológicas, de objetos y vasijas, permiten que el visitante haga un recorrido imaginario de la historia del valle desde el momento en que los primeros grupos humanos comenzaron a dejar su huella cultural y artística.
Poco a poco, nos introducimos en la vida de nuestros antepasados, su nacimiento y su desarrollo, la llegada de pueblos extranjeros y su fusión con estos grupos, de los cuales nació el mestizaje racial con que cuentan nuestras ciudades hoy.
El museo cuenta también con un segundo complejo que incluye talleres de trabajo, un auditorio y una sala didáctica, además de la biblioteca pública Conrado Bonilla, donde estudiantes de todos los niveles pueden realizar investigaciones y compartir tardes intelectuales de forma gratuita.
En la parte exterior de las instalaciones se puede disfrutar de un ambiente relajado en la cafetería, que permite a los visitantes locales y del exterior degustar de platos típicos, y disfrutar de un espacio cómodo y ameno junto a la naturaleza del lugar.
Pero la labor del museo no sólo se limita al aporte histórico y arqueológico, ya que al año sirve de hogar a más de trescientos eventos en los cuales destacan obras de teatro, danza, conciertos, exposiciones, conferencias, reuniones y encuentros culturales, entre otros.
El museo está abierto para todas aquellas personas que estén interesadas en conocer más de su ciudad, y que deseen pasar una tarde cultural ya sea en compañía de sus amigos, compañeros o de su familia.
El valor de la entrada para adultos es de diez lempiras; para niños y estudiantes con carné cinco lempiras y para personas de la tercera edad es de dos lempiras. El horario de atención durante toda la semana es de nueve a cuatro de la tarde, excepto los días martes cuando se encuentra cerrado al público. Los domingos cierran una hora antes y el primer domingo de cada mes la entrada es gratuita.
Para los fundadores del museo, su mayor satisfacción no sólo es ver que el museo evoluciona y se convierte en una institución sólida y digna de representar al país a nivel centroamericano, sino como dice su directora, “recibir el apoyo incondicional que tenemos del público, quienes creyeron en nuestro sueño de engrandecer a nuestra ciudad”.
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