HISTORIA DE HONDURAS

No Hay Problemas Sociales

Se le atribuye al General Carías haber expresado, en una entrevista, que en Honduras no había problemas sociales. El exilio hizo fiesta de la expresión porque demostraba el carácter rudo e insensible del dictador. La frase fue sacada de su contexto.

Carías quiso aludir a un concepto del pasado siglo, cuando la prensa de la Reforma señalaba que, en singular, "el problema social" no había llegado a Centroamérica. Se trataba de la lucha de clases, el antagonismo capital y trabajo, burguesía y proletariado.

Y no era que Carías desconociera la existencia de dicho problema en los años treinta del siglo XX. Lo que decía era que "el problema social" no existía en Honduras porque su gobierno no lo permitía. Que la comunidad internacional capitalista y los inversionistas podían descansar tranquilos porque en su gobierno no habría de presentarse agitación obrera o huelgas, porque en Honduras reinaba la armonía laboral.

La primera huelga en la Honduras anterior a 1933 tuvo lugar en la mina de San Juancito, en 1914.

La última en 1932, en los campos bananeros.

Esta huelga del 32 sobresaltó a empresarios y al gobierno liberal de Mejía Colindres, quien mandó un contingente armado a controlarla.

En 1922 se había fundado en Honduras el Partido Comunista; su principal dirigente, Juan Pablo Wainwrigth, hijo de un comerciante inglés, murió fusilado por la vecina dictadura guatemalteca de Jorge Ubico en 1932. Todos los esfuerzos organizativos y las discusiones ideológicas proletarias pasaron, después del 33, a nivel de clandestinidad. El otro aspecto que se ha vinculado a las luchas subversivas es el anti-imperialismo. Pero el rechazo a la intervención yanqui en los años veinte no era obra de comunistas o radicales. Era parte de la afirmación de la identidad latinoamericana, una fuerte corriente que arrancaba desde los Modernistas.

Representantes latinoamericanos reunidos en La Habana, en 1929, condenaron la presencia de tropas norteamericanas en Nicaragua y se solidarizaron con la lucha emprendida contra ellas en las Segovias por Augusto César Sandino.

Secretario de propaganda, que contribuyó notablemente a la fama internacional de Sandino, fue el escritor hondureño Froylán Turcios.

En 1924, y con ocasión del desembarco de un contingente de infantes de marina yanquis en Honduras, para proteger bienes y personas norteamericanos de los avatares de la guerra civil de esa fecha, Turcios dirigió el "Boletín de la Defensa Nacional", para protestar, en conjunción con muchas otras voces, ante esa intrusiva presencia.

En cuanto llegó a la Presidencia, en los difíciles años de la recesión, Franklin D. Roosevelt se apresuró a proclamar la Política del Buen Vecino, pedir perdón por las anteriores faltas cometidas y asegurar a Latinoamérica que, de allí en delante, los Estados Unidos vendría a ser un buen hermano mayor. La alianza panamericana que aglutinó bajo su capa este Buen Vecino incluía, en nombre de la democracia, el apoyo a los regímenes de fuerza en el istmo (Ubico en Guatemala, Martínez en El Salvador, Carías en Honduras, Somoza en Nicaragua) mientras estos demostraran saber controlar a las fuerzas disolventes de fascistas y comunistas.
Los movimientos en pro de la organización popular o la libertad de expresión quedaron engolfados en esa categoría de subversivos.

© La Prensa Honduras, C.A.
1999 Derechos Reservados



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