Adios al Siglo XIX

Con todos sus desaciertos, los primeros cincuenta años de 1900 señalan para Honduras su ingreso a la era moderna. Se industrailiza la minería, se masifica la agricultura de banano, nace cierto proletariado semirural que va a marcar época social. Desgraciadamente todo esto ocurre a costa de la venta de la soberanía por parte de la clase política, un mal endémico nacional.

Tiburcio Carías -cirujano de hierro, el mayor fenómeno histórico tras Morazán- impone el purgatorio de los 16 años y acaba con las "montoneras" fraticidas, si bien para su propia estabilidad. Su figura es aún objeto de polémica entre los analistas y motivo de discordia entre progresistas y conservadores.

Aún así, es indudable que el paso al siglo XX representa un avance, mayormente representado por el fuerte movimiento artístico e intelectual que germina durante esas iniciales décadas.

Como lo observa lúcidamente Marcos Carías en su ensayo de este número de "Milenio", es allí donde se afianza cierto perfil de Patria y se asientan, se condensa, los queridos principios votivos -héroes, patricios, símbolos, la herencia colectiva ahora devotamente estructurada.

De allí en adelante, en el espacio conflictivo de esta centuria que ya se acaba, los desafíos serán otros no tanto signados por las ideologías sino por la permanete lucha comunitaria por sobrevivir como Estado.

Al arribar a su penúltima edición, "Milenio" de Diario La Prensa se manifiesta complacido de haber hecho pensar en las lecciones de la historia, siquiera por un momento, a los hndureños.

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1999 Derechos Reservados