HISTORIA DE HONDURAS

Presencia Nacional

En 1861 Inglaterra y Honduras, gobernada por Santos Guardiola, firmaron el Tratado Wyke-Cruz mediante el cual aquella potencia reconocía la plena soberanía de Honduras sobre La Mosquitia e Islas de la Bahía. Inglaterra había ejercido allí su influencia durante casi dos siglos, la población isleña era de ascendencia y de habla inglesa y de confesión anglicana. Una parte del Tratado concedía en Islas de la Bahía la libertad de cultos, a fin de respetar así las prácticas religiosas de los isleños. Esto motivó que el Vicario de la Iglesia Católica de Honduras, don Miguel Delcid, encabezara una revuelta armada que fue derrotada por Guardiola.

Entre 1857 y 1864 hizo misión entre los indígenas llamados Jicaques el sacerdote de la Orden Claretiana Manuel de Jesús Subirana. Aquellos eran los indígenas de las montañas de Yoro y de Agalta que habían quedado al margen de la evangelización colonial. Subirana recorrió más de una vez la Costa Norte, incluida la Mosquitia, así como Yoro, Olancho, Danlí y contó con apoyo del gobierno central para que le acompañara un agrimensor que midiera las tierras donde habrían de establecerse los pueblos de los indígenas, que se encontraban enmontañados. Obtenidos los títulos de tierra se preocupó por enseñarles algunos cultivos rentables como el tabaco. Murió en campaña, cerca del Lago de Yojoa, en el lugar denominado Potrero de los Olivos, hoy en su honor Subirana de Olivo.

Así comenzó a afincarse, aunque paulatinamente y dentro de un contexto de inseguridad, la presencia nacional en regiones en las que no habían funcionado las autoridades hondureñas.

Otra forma de afirmación del gobierno central no fue ni mucho menos diplomática o evangélica. Se decía de los olanchanos que se distinguían por su espíritu particularista; en 1830 Morazán firmó con ellos, en Las Vueltas del Ocote, un acuerdo en que les reconocía sus libertades municipales. El viajero William V. Wells, al dirigirse a ese Departamento, en 1854, fue recibido con un cartelón que expresaba "Bienvenido a la República Libre de Olancho". La insurrección  de los olanchanos, en 1865, contra el gobierno de José María Medina fue reprimida por este mandatario de forma brutal. Más de quinientos ahorcados en los pinos, doscientos fusilados e incontables familias obligadas a abandonar sus hogares, fue la sangrienta cuota pagada para imponer lo que el gobierno juzgaba que era necesario para la unidad de la nación.

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1999 Derechos Reservados



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