HISTORIA DE HONDURAS

¡Viva Francia!

Los acontecimientos se encargan de ir empujando y modificando las previsiones de Valle y las de la sociedad en que vive. En 1808 el heredero de la revolución, Napoleón I, puso en prisión a la familia real española y sentó en el trono español a su hermano José. ¿Estaría "Pitoreta", al gritar ¡Viva Francia!, en las calles de Tegucigalpa, en la línea de los que esperaban de la Galia napoleónica la regeneración de la sociedad? En España se les llamó afrancesados.

Pero el pueblo español rechazó la imposición
francesa y se lanzó a una guerra de guerrillas contra el ejército napoleónico.

En muchos lugares de América se discurrió así: se había producido un vacío de poder; el rey español estaba preso, el rey francés era un intruso, ninguno de los dos era soberano, la soberanía había vuelto a su lugar de origen, o sea al pueblo. Y el pueblo, representado en sus Ayuntamientos, podía elegirse sus propias autoridades. En 1810 una Junta surgió en Buenos Aires, razonó de esta forma y proclamó su independencia. La insurrección anticolonialista ya no se detendría.

Pero algunos líderes ven más allá. Los curas mejicanos Miguel Hidalgo y José María Morelos exigen independencia pero también justicia social.
Sus ejércitos están conformados por mestizos e indígenas. Transformar la sociedad implica satisfacer las necesidades de los pobres, intervenir la riqueza de los ricos. Si los conspiradores del convento de Belén habían mantenido relaciones epistolares con estos cabecillas mejicanos, el peligro de la guerra social se había cernido sobre Guatemala y sus provincias. Y tales excesos no debían permitirse.

Valle es propietario. Heredó fincas ganaderas en Choluteca, por cuya administración vela desde la capital; adquirió, además, en la vecindad de Guatemala, una hermosa propiedad que en buena parte dedica a pastizales para el engorde del ganado que le viene de sus haciendas y de las de otros paisanos, para ser vendido en el mercado de Guatemala. En 1812, a los 35 años, hombre ya formado y de prometedora carrera, Valle el propietario pasa a ser hombre de familia.

Contrae matrimonio con Dolores Valero. Ella, como él, es natural de Honduras, de Comayagua. Será la madre de sus tres hijos.

Ese mismo año, 1812, un cambio sustancial de régimen se ha producido en España. En Cádiz, y bajo el fuego del ejército francés, se ha promulgado una Constitución para todo el Imperio. España se ha transformado de monarquía absoluta en monarquía constitucional.

Será un experimento efímero y ello indica la crisis que se ha producido en la cúpula del sistema imperial. Al momento de ser liberado, en 1814, el rey Fernando VII da por abolida la constitución y desata la persecución contra los constitucionalistas. Entre tanto, en México, el General criollo Agustín de Iturbide ha hecho fusilar al cura Morelos. Las buenas familias propietarias pueden respirar tranquilas.

Valle comienza a padecer síntomas que le serán siempre desagradables. El tránsito del despotismo ilustrado a la monarquía constitucional, siempre dentro del marco del dominio español, podía ser beneficioso. Lo que faltaba era tiempo para comprobarlo. Pero eran los síntomas del momento resolver las cuestiones más delicadas con premura. Eso desagradaba a su espíritu metódico.

En 1820 una facción liberal del ejército español obligó a Fernando VII a jurar nuevamente y a poner en vigencia la Constitución de 1812 y sus libertades públicas. Valle, olvidados ya del todo sus sueños de sentar plaza en la administración fuera de Guatemala, se acomodó al constitucionalismo por dos vías: participó en unas elecciones y dirigió un periódico. Valle, el provinciano, fue electo en 1820 Alcalde de la ciudad de Guatemala. Fue su desquite contra la élite local, la poderosa "familia" que nunca lo admitió en su círculo.

El periódico que dirigió Valle se llamó "El Amigo de la Patria". Compitió, gracias a la libertad de prensa imperante, con el periódico que dirigía Pedro Molina, llamado "El Editor Constitucional". A este segundo se le ha caracterizado como progresista y declarado partidario de la independencia; al periódico se Valle se le ha caracterizado como moderado y ambiguo en cuanto al tema de la independencia. Es cierto que había ambigüedad en Valle y no sólo en Valle al respecto, y que es difícil precisar en qué momento se alineó a la causa en pro de la independencia. Porque su planteamiento, a diferencia del otro periódico, no era simplemente político, a favor o en contra. Valle pensaba y repensaba, no sin angustia, en el día después.

Una vez obtenida la independencia, con qué recursos se contaba para administrar un nuevo país, tanto económicos como humanos, qué pasos hacían falta para establecer una buena y firme administración y para educar a los ciudadanos políticamente, de modo que respondieran a las exigencias de esa nueva nación.

El periódico de Valle prefería plantear estos temas, más generales pero no menos imprescindibles con vistas a la independencia que, con cada día arrancado al calendario, anunciaba su proximidad.

© La Prensa Honduras, C.A.
1999 Derechos Reservados



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