HISTORIA DE HONDURAS

Lempira

La resistencia de los Lencas y de su cacique Lempira está atestiguada en documentación diversa: en la correspondencia contemporánea de conquistadores y autoridades de la Corona española (aunque en ella no suele mencionarse al cacique que actuó como líder); en la obra del cronista Antonio de Herrera, "Décadas del Nuevo Mundo", escrita a principios del siglo XVII, y en la probanza del conquistador Rodrigo Ruiz, de 1558, una veintena de años después de la llamada guerra de Cerquín.

Sea cual fuese la muerte de Lempira, su existencia histórica puede confirmarse, sin motivo de duda, y es seguro que galvanizó la resistencia de los Lencas

De la documentación se infiere claramente que la resistencia Lenca (1537-1539) se extendió por el centro y el occidente del país. Comayagua, que había sido fundada en 1537, fue abandonada por los españoles y vuelta a asentar después debido a esta lucha.

Los Lencas se posicionaban en lugares altos y fortificados, llamados "peñoles" por los conquistadores, a los que conducían a toda la comunidad con abundante provisión de bastimentos. La guerra de Cerquín duró más de seis meses debido a esta táctica guerrera. El relato de Herrera y el de Rodrigo Ruiz difieren en su contenido. El segundo, más próximo a los hechos, presenta una probanza (prueba) de méritos al solicitar de la Corona una pensión y presenta testigos oculares de que en medio del fragor de una batalla, en la guerra de Cerquín, Rodrigo Ruiz, en lucha cuerpo a cuerpo, había matado al cacique Lempira poniendo con ello fin a la contienda.

El relato de Herrera es el más conocido y el que ha prevalecido en nuestra historia patria: la dificultad de los españoles para vencer a Lempira, el uso de un ardid mientras parlamentaban y la muerte a mansalva del cacique.

Visión del pasado arte moderno

El Cronista Herrera no tiene fama de inventor de relatos y más bien se le considera un hábil copiador del sinnúmero de documentos que el Consejo de Indias puso en sus manos para escribir la Historia de aquella época.

Es preciso indagar de qué fuente se sirvió para este episodio sobre Lempira. Destaca Herrera la personalidad del cacique, su capacidad de unificar a los Lencas, que de suyo vivían en permanente lucha de unos grupos contra otros; su físico poderoso y su calidad prácticamente invencible a la hora de las batallas, elementos que pueden corresponder a la tradición de la literatura clásica latina en cuanto exalta las virtudes del oponente para enaltecer al mismo tiempo las de aquellos que vencen a enemigos dignos.

Sea cual fuese la muerte de Lempira, su existencia histórica puede confirmarse, sin motivo de duda, y es seguro que galvanizó la resistencia de los Lencas, quienes no sólo por estar más alejados del mar sino y sobre todo por esta lucha, consiguieron superar la violencia de la conquista.

La Historia Patria nos presenta al indio Lempira como defensor de la soberanía nacional.

"Indios", vocablo impuesto por los conquistadores, eran los súbditos sometidos a dominio por la Corona Española durante la época colonial, situación que nunca vivió Lempira, no siendo por esto un "indio".

Tampoco el típico atuendo que le adjudicamos, con poca ropa, carcaj y flechas, propio de un indígena montaraz, corresponde a su categoría de cacique de un señorío agrícola mesoamericano, de contornos bastante más desarrollados.

La nación Honduras no existía para Lempira, ni como territorialidad ni menos como proyecto histórico porque lo de Gobernación de Honduras era más bien la propuesta que traian los conquistadores. No fue pues la suya una lucha por la soberanía patria, tal como ahora la entendemos.

La gesta de Lempira y de los Lencas, de Cicumba y los Tolupanes y toda la resistencia indígena en los muy diversos parajes de lo que luego sería Honduras y las demás provincias del Imperio tiene que ver con un universal y fundamental principio, que es el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

La violencia de la conquista negaba ese derecho fundamental. La resistencia indígena lo hizo prevalecer y por eso puede decirse, en última instancia, que en realidad vencieron, que en realidad nunca fueron derrotados.

© La Prensa Honduras, C.A.
1999 Derechos Reservados



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